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jose maria


COMO LA NECESIDAD HACE QUE LOS CAMINOS DE LA VIDA CAMBIEN, COGIENDO CAMINOS QUE LLEGARAN A CAMBIAR NUESTRO FORMA DE VIDA , SIN SABER HASTA DONDE NOS CAMBIARA NUESTRA FORMA DE VER EL MUNDO.


Erótico Para maiores de 18 apenas.

#sado #sexo #dominacion #sumision #sadomasoquismo #SEXO-ANAL
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Mi primera sesión como amo profesional

Todo empezó en el 2010 , la crisis económica que nos acompaño durante varios años, me hizo cambiar mi forma de ver las cosas, en el 2010 fui despedido de la ultima empresa donde trabaje, durante dos años pensé y busque la forma de crear mi propio negocio, lo mas viable era crear una pequeña tienda, la crisis se endureció, todo empezó a torcerse y lo que había creado en poco mas de un año se empezaba a desmoronar, había luchado mucho, tenia que buscar el remedio para mantener aquella pequeña tienda en la que había puesto tanto esfuerzo. Quizás fue mi madre la que me dio la idea, sin que ella supiera que aquellas palabras que intentaban dar un consejo útil con todo su cariño me llevara a ser lo que ahora soy.

Sus palabras me hicieron pensar, tenia que hacer algo que en principio supiera hacer bien, en segundado lugar que me hiciera feliz y me diera suficiente para vivir tranquilamente y en tercer lugar si fuera posible que hiciera feliz a los demás, realmente solo se hacer una cosa bien y nunca me plantee vivir de ello, tampoco creía que ninguna mujer pagara por ello y sobre hacer feliz a los demás tenia serias dudas. Tenía tantas dudas en mi cabeza y tantas ilusiones que se estaban yendo a pique. ¿Que podía perder?,

¿Tiempo? El tiempo era lo que me sobraba sentado en una silla viendo como pasaba la gente por la calle, mirando el escaparate con ganas de comprar pero sin un céntimo en el bolsillo.

Prepare minuciosamente varios anuncios, los publique en la sección de contactos de varias web. No tardo mucho en llegarme los primeros mensajes y llamadas, decidí contratar un numero de teléfono para ponerlo en los anuncios, recibía cada día un mínimo de tres whatsapp y varias llamadas , casi todos de hombres por no decir todos, pero un día de finales de agosto recibí una llamada, pase de contestarla, pensando en que sería otro que se quería masturbar mientras hacia preguntas de lo que le haría, pero cuál fue mi sorpresa cuando al introducir el numero en los contactos del whatsapp aparecía en la foto del perfil una mujer de unos 50 años, no dure en mandarla un mensaje:

- hola, Tego una llamada perdida tuya. (mensaje 22:30)

- Si, te he llamado por lo del anuncios (mensaje 23:05)

- Tu dirá que te interesa y que quieres hacer. ( mensaje 23:15)

- He visto que haces sesiones sadomasoquistas y quiero someterme, hace tiempo me separe y quiero volver a sentir el placer de ser sometidas. (mensaje 23:16)

Estuvimos chateando durante varias horas, yo intente aparentar que lo había hecho como Amo profesional más veces y que era un Amo que entendía y sabia todo lo que había que saber sobre la dominación, realmente solo había tenido dos esclavas y aunque había experimentado y leído sobre BDSM me di cuenta que tenia que prepararme mas, no era solo bondage, azotes, humillación, lavativas o dilatación anal y vaginal. Esa mujer me había pedido cosas que yo nunca imagine que se podían hacer y lo peor era que habíamos quedado para el sábado por la noche y era miércoles, no tenia un sitio adecuado y me faltaba mucho material y sobre todo conocer lo que me había pedido, siempre he pensado que la seguridad es lo primero en la practicas sadomasoquistas, y precisamente lo que quería aquella mujer llevaba un riesgo añadido de peligrosidad. No tarde en encontrar una habitación en alquiler preparada para la práctica BDSM, quizás encontrar aquella habitación fue lo más fácil, hice un recuento del material que tenía guardado, las agujas fueron fácil de encontrar, el espéculo transparente lo encontré en un sex shop en chueca, las cuerdas, mordaza, látigos y dilatadores tenía en mi maleta negra, una maleta pequeña que llevaba mucho tiempo sin abrir y olvidada en la trastienda.

El viernes al mediodía sobre las 3 de la tarde, como acordamos en la conversación mantenida el miércoles, quedamos en un pub cafeterita donde hacen pequeños conciertos de jazz los fines de semana cerca de mi tienda, realmente tenia mis dudas de que apareciera, pero fue puntual, la reconocí enseguida gracias a que había mirado más de una vez la foto de su perfil del whatsapp, buscando la razón por la que una mujer bien parecida físicamente pagaría por ser sometida y humillada.

Tomamos un café sentado en un rincón y charlamos durante un buen rato, la simpatía de la mujer y su carácter abierto hizo la conversación fuera fruida, se notaba que era una mujer de un nivel académico alto, más tarde averiguaría que tenía dos carreras y unos cuantos master. Ella también parecía sentirse cómoda, la ordene cortando la conversación y muy seriamente mirándola a los ojos que fuera al baño, se quitara las bragas y el sujetador y me lo diera, se levantó sin decir nada, dude por un instante en mi orden y pensé que no lo haría y se marcharía, pero en vez de irse al baño miro a su alrededor, se levantó la falda y se quitó las bragas, después con un desparpajo inusual y sin desabrocharse la blusa, se quitó el sujetador y lo puso encima de la mesa con las bragas. Concretamos lugar y hora para el día siguiente y sin que yo se lo pidiera me dio la mitad del precio acordado por la sesión, pidiéndome que no faltara, recogí las bragas y el sujetador de la mesa y los guarde en mi bandolera, cuando salimos a la calle a despedirme de ella, pude observar como se marcaban los pezones duros de la mujer en su blusa, una sonrisa salió de su labios cuando se dio cuenta que la miraba los pechos.

- Por favor, no faltes, estoy impaciente por volver a ser una sumisa puta y cerda. (dijo ella mientras se marchaba, dejando que varias personas que pasaban por la calle la escucharan)

¿Dónde coño te has metido? Esa pregunta estuvo sonando en mi cabeza toda la tarde del viernes, estaba nervioso como un quinceañero antes de llegar a su primera cita, no era la primera vez que hacia una sesión sadomasoquista, pero esa sesión era distinta, cobraba por ella y el nivel era muy alto, nunca había dominado al nivel que me pedía esa mujer, tenia que salir bien, tenia el material y el lugar, lo demás era concentrarse, relajarse y hacer solo lo que me pedía, no era difícil supuestamente.

En la tranquilidad de mi tienda contrate la mazmorra para toda la noche del sábado, ya solo quedaba esperar.

El sábado abrí la tienda 9:30 como cualquier sábado normal, estuve examinando videos sobre la que me pidió aquella mujer, prepare mi maleta negra con el material sadomasoquista y a las 13:30 cerré, me fui a la mazmorra donde había quedado con AMA TAMARA (la mujer que alquilaba la mazmorra) , los nervios de adolescente seguían y las piernas me temblaban al conducir, AMA TAMARA era una mujer joven de no mas de 25 años, me enseño una de las mazmorras, la numero 5, situada a la mitad de un largo pasillo con unas 10 puertas, me comento que a ser la ultima planta del edificio y a no estar ninguna vivienda mas habitada en la planta, podría tener la oportunidad de empezar el juego en el ascensor, la mazmorra no tendría mas de 15 metros cuadrados, había diverso material sadomasoquista, una cruz de san Andrés, un potro , Una cama con sabanas negras, en unas de sus esquinas había un plato de ducha de 60cm * 60cm sin mampara y como ducha una goma que salía de un viejo grifo sujetada a el por una oxidada abrazadera. Realmente no podía pedir mas, por lo menos se veía un lugar limpio, era económico, era fácil aparcar, en un edificio con ascensor y no estaba muy lejos de donde había quedad con mi clienta.

Había quedado a las 22:30 de la noche en la puerta norte del parque del Retiro, a las 21 horas ya llevaba mas de 30 minutos en el lugar acordado, decidí buscar un bar donde hacer tiempo y tomarme una cerveza que al final se convirtieron en unas cuantas mas, volví a la puerta norte del parque sobre las 22 horas. Mi clienta ya estaba esperándome.

- buenas noches, mi señor. ( dijo ella)

- hola. Zorra, ( la susurre acercándome a su oído y poniendo mi mano en su culo)

La agarre de la mano y sin decir ninguna palabra mas la lleve al lugar donde tenía aparcado el coche, no tardamos mas de 10 minutos en estar el la puerta del portal, saque las llaves que AMA TAMARA me dio y abrí el portal, fue la primera vez donde vi a Sonia un poco nerviosa. La agarre de la mano hasta el ascensor, la abrí la puerta y la empuje con cierta brusquedad dentro de el, antes del que el ascensor llegara a la ultima planta saque de mi maleta negra un collar y una cadena de perro, cuando salimos del ascensor y ver que no había nadie en la planta la ordene que se desnudase por completo, ella vacilo mirando las puertas de las viviendas, me miro, pero una suave bofetada en su mejilla la indico que la sesión empezaba en ese mismo momento, se desnudo con cierta rapidez. La puse el collar con la cadena, saque las llaves del bolsillo y recogí la ropa de Sonia del suelo, cuando abrí la puerta vi en el pasillo a tres hombres y una mujer fumando al dado de los ceniceros colocados en los pasillos, hice que Sonia levantara la cabeza y se fijara en aquellas personas que nos miraban sin mucho asombro, Sonia enrojeció y agacho la cabeza, la lleve hasta la mazmorra numero cinco, abrí la puerta con cierta tranquilidad mientras que la mujer se pegaba a mi espalda para tapar su desnudez ante la mirada de aquellas cuatro personas.

Una vez dentro de la habitación deje la ropa de Sonia encima de la cama, desenganche la cadena del collar, me quede mirándola a los ojos un instante, ya no me parecía aquella mujer decidida y se podía ver en su mirada un cierto grado de timidez,

Acaricie su coño con mi mano, me tranquilice a descubrir que estaba húmeda, pero me daba la impresión que realmente lo que me había pedido nunca lo había realizado, quizás fuera su fantasías mas intimas, daba igual fuera lo que fuese, tenia que tener mucho mas cuidado, tenia que hacerlo aquel dinero me vendría bien, lo necesitaba. La agarre de la argolla del collar con mi dedo índice y la coloque a los pies de la cama, abrí mi maleta negra y saque todo el material con mucha delicadeza, colocándolo encima de las sabanas negras, ante la atenta mirada de Sonia.

Una vez colocado el materia encima de la cama, volví a agarrarla del collas, me senté en una silla colocada al dado de la cama, la puse tumbada en mis piernas, como si fuera una colegiada de un colegio ingles de los años 60 que fuera a recibir unos azotes por su mal comportamiento, empecé según lo acordado de 20 a 30 azotes, subiendo la intensidad progresivamente hasta que estuvieran las nalgas rojas, quizás empecé un poco mas fuerte de lo estipulado, pero ella se suponía que era una mujer masoquista con experiencia y yo un Amo experto, ella aunque estremecía su cuerpo en cada azote no se quejo, ni dijo la palabra de seguridad para que parase, acaricie su culo rojo, se podía apreciar en partes de sus nalgas la sangre a través de su piel, dándolas varias tonalidades de rojo, aquella obra de arte reflejada en sus nalgas me hizo comportarme como un artista enamorado de su arte, la levante con suavidad si dejar de acariciarla el culo , la di la vuelta y me puse de rodillas, mis ojos no quitaban la mirada de aquel precioso trasero, mis labios no pudieron evitar besar aquella obra de arte, por un momento olvide que estaba trabajando y que todo estaba programado al detalle, y aquello de besarla el culo mientras acariciaba su cadera no estaba en lo estipulado precisamente.

Me levante la di la vuelta y la mire a los ojos.

- ¿Pasamos al paso dos? ( la pregunte)

- Claro (respondió ella).

Ese paso aunque no lo había realizado nunca no me daba miedo, me había preparado e informado bien y era algo relativamente sencillo, se trataba de atravesar cada uno de sus pezones con dos agujas hipodérmicas en forma de cruz.

Limpie sus pezones con agua oxigenada, quite el envoltorio de dos de aquellas agujas que tenían 4 cm de largo, sujete una de aquellas agujas con mis labios, agarre unos de sus pechos y puse la primera aguja, ella se mordió el labio inferior con un ligero gemido de placer mientras la aguja atravesaba verticalmente su pezón izquierdo, después atravesé el pezón horizontalmente con la otra aguja hipodérmica, el cuerpo de Sonia se estremeció, note como sus piernas temblaban, pensé que se desplomaría al suelo de dolor, pero mas tarde descubriría que aquellos temblores no eran precisamente de dolor.

- ¿quieres que siga? (pregunte)

No hubo respuesta, solo una mirada de interrogación, aunque no pude descifrar aquella mirado interrogante no podía permitir que descubriera que realmente no tenia mucha experiencia en lo que estaba haciendo, realice la misma operación con otras dos agujas, agarre el pecho derecho, puse la aguja punteando ligeramente el pezón, mire a Sonia a los ojos y perfore el pezón esta vez algo mas despacio sin quitar la vista de los ojos de la mujer, ella ni siquiera pestañeo, a pesar del gemido esta vez mas fuerte que los anteriores y de una pequeña lagrima que salio de aquellos mares que tenia por ojos, no separo su mirada de la mía, separe mi mirada de la suya únicamente para puntear con la otra aguja el pezón de aquella maravillosa mujer , volvimos a juntar las miradas, creo que por un momento aquella sesión se había convertido tanto por su parte como por la mía en un pulso para que el otro no descubriera la inexperiencia del contrario. La cuarta aguja entro despacio en el pezón de Sonia, su mirada no se desvío ni un solo momento, sus labios se apretaron enmudeciendo sus gemidos, mis labios se juntaron a los suyos cuando la aguja termino su recorrido establecido, ella abrió ligeramente los labios y una lengua tímida rozo mis labios antes de separarse rápidamente de mi.

Automáticamente me di media vuelta, me quede mirando aquellos instrumentos sadomasoquistas, no pensaba en cual era el que tenia que utilizar, ni pensaba en el tercer paso, solo pensaba en que aquella sesión que se suponía que era solo una forma de ganar un dinero extra, no era como las demás sesiones que había realizado únicamente por placer, se suponía que las demás sesiones las había realizado por placer, en aquella sesión estaba sintiendo algo mas, tenia la necesidad de abrazar, de proteger, a la misma vez sentía ganas de volverla a azotar.

- ¿se decides ya?, ¿ya no se acuerdas del tercer paso? ¿se lo recuerdo?

Aquellas tres preguntas rompieron el silencio de la mazmorra, seleccione el espéculo transparente, ordene a Sonia que se pusiera a cuatro patas encima de la cama, obedeció sin dudar, la ordene que abriera sus piernas dándola palmadas en sus muslos, note húmedos los muslos de la mujer, acaricie con una mano sus muslos y su coño, hay fue donde descubrí que aquellos gemidos y el temblor de piernas no habían sido de dolor, unte el ano de la mujer con un lubricante, introduje el espéculo con cuidado, esa era la parte que mas miedo me daba, ya no era miedo era pánico a hacerla algún daño.

- Zorra, ¿te acuerdas de la palabra de seguridad? (la pregunte)

- Tranquilo mi señor, es fácil de recordar y no creo que me haga falta utilizarla.( respondió con un tono irónico).

Empecé a apretar la tuerca de mariposa que abría aquél aparato de tortura medieval, que aun en nuestros tiempos se utiliza para ciertas operaciones quirúrgicas, fui apretando aquella tuerca con mucho cuidado, el instrumento se abría poco a poco y su transparencia dejaba ver el interior del ano, los soplidos y gemidos de la mujer eran cada ve mas fuertes, fui parando y dejándola descansar, por cada centímetro que abría su culo esperaba unos 5 minutos, los que aprovechaba para acariciar su entrepierna y con su mismo jugo vaginal acariciar y lubricar alrededor de su ano , aunque ella no me dijera que parase decidí terminar el tercer paso cuando su ano estaba con una apertura que casi entraría mi puño sin ninguna dificultad, me di la vuelta a la cama y me puse en frente de ella, la agarre del pelo obligándola a que me mirada, estaba sudando, se podía apreciar un gesto de dolor en su rostro, su respiración era muy rápida e intensa.

- vamos a por el cuarto y ultimo paso. (la dije seriamente, esperando que me dijera que lo dejase)

- vamos, CABRON , ( respondió ella a mi pesar entre suspiro y suspiro)

Solté su pelo dejando caer la cabeza sobre la cama, volví a ponerme en el otro extremó de la cama, enfrente de su culo, afloje la tuerca del espéculo, aunque el siguiente y ultimo paso había que realizarlo según lo acordado con aquel instrumento medieval metido y abierto al máximo en su culo, ella me dio las gracias muy sumisamente.

Quite el envoltorio de 20 agujas hipodérmicas, cuando estaban todas sin su envoltorio empecé a clavárselas de una en una, 10 en cada nalga, no puedo negarlo, era una obra de arte, ese culo con su ano dilatado, sus nalgas rojas con tres o cuatro variantes de rojo y aquellas agujas clavadas, no podía dejar de apreciarlo. Ahora tocaba quitar las agujas y se terminaría la sesión, yo pillaría el dinero, la llevaría a donde la había recogido y se terminaría la historia, pero a mi obra le faltaba algo, no estaba terminada.

La levante de la cama con mucho cuidado, ella sabia que aquello se había salido de lo hablado y acordado, pero no puso resistencia, se dejo llevar, confiaba en mi, confiaba en su Señor.

La coloque en la cruz de San Andrés, mirando a la pared, la subí los brazos y los sujete con los muñequeras que había en los extremos superiores de la cruz, abrí sus piernas y las ate a las tobilleras colocadas en la cruz. Me senté tranquilamente en la cama a observarla, cogi la fusta, me levante tranquilamente y se la mostré en silencio, hice sonar la fusta en el aire sin llegar a darla, elle se estremeció esperando que la fusta llegara da darla, espere un minuto y la azote muy suavemente, espere unos segundo y di un fuerte azote en la cama, su culo realizo un movimiento reflejo cuando la fusta dio el azote a la cama, espere mas de 5 minutos a dar el siguiente azote, el segundo azote fue a dar por encima de las agujas clavadas en la nalga izquierda de Sonia, haciendo que varias se desprendiesen del cuerpo de la mujer, la azote sin parar hasta que todas aquellas agujas cayeran al suelo, ahora si, estaba la obra perfecta, pequeñas gotas de sangre recorrían las nalgas de mi esclava, un culo que en algunas zonas empezaba a ponerse morado, recogí las agujas del suelo, contándolas una a una y comprobando que estaban enteras, cuando las deposite en un pequeño cubo que hacia las funciones de papelera, con una gasa y agua oxigenada limpie la sangre de las nalgas de mi clienta, no pude evitar acariciar sus piernas y subir con mis manos hasta la cadera, para seguir subiendo por su espalda y volver a bajar haciendo el recorrido inverso, un verdadero Amo nunca besaría las nalgas de su esclava, pero no podía evitarlo, La bese y acaricie el culo, notaba como Sonia se estremecía cuando la acariciaba o besaba. Decidí acabar con esas caricias y besos, la sesión se tenía que haber acabado ya, pero yo no tenia ganas de terminar y creo que Sonia tampoco.

Decidí quitarla de la cruz y sentarla en la cama, ella se tumbo en silencio y levanto las piernas de tal modo que aquella obra de arte tocase lo menos posible la cama, No tardo mucho en darse la vuelta y yo no tarde nada en ponerme en frente de ella mirándola a los ojos, acaricie su espalda mientras intentaba que mis labios se pegasen a los suyos.

Ella rompió el silencio justo cuando nuestros labios se juntaban:

- ha sido una sesión que nunca olvidares, la verdad que me ha gustado mucho, pero solo ha sido un acuerdo económico que nunca deberá de pasar de hay, ahora recoge todas tus cosas y llévame donde me has recogido.

Yo recogí todo el material mientras que ella se vestía, cuando fui a quitarla el collar de perro que aun tenía puesto me sujeto las manos, agarro la cadena que aun estaba encima de la cama y dijo:

- quiero salir como he entrado, entre como tu perra y salgo igual.

28 de Março de 2020 às 18:55 1 Denunciar Insira Seguir história
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KG Karol Guevara
Super!!
January 17, 2021, 18:08
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