Susana y yo Seguir história

Susana es una mujer de 35 años, nació en Medellín y hace un decenio que vive en Cali, pero no ha podido dejar de lado ese habladito medio cantado y arrastradito que seduce a los caleños. Ella es segura de si misma, habla y pisa fuerte, no es ni gorda ni flaca, tiene una mirada llena de picardía y unos labios bien bonitos; tiene además una voz medio susurrante ¡y unas ganas de comerse al mundo!

Susana llegó a mi vida una noche hace cerca de 3 meses, de forma natural aunque sorpresiva. La muy pícara, una noche, le hizo ojitos a mi novio (que es un caleño de 40 años, tranquilo y callado - cosa muy atipica en los caleños-, no le gusta bailar y le encanta el pam, lease bien, el pam, porque en esta tierra no comen pan, comen pam), le susurró su nombre y hasta le mandó mensajes eróticos; le ha dicho innumerables veces cuanto le gusta y estoy segura que le ha mandado fotos llenas de insinuación. Y a mi me encanta Susana, o mejor aún Sussy, como él decidió llamarla.

Sí, no se sorprendan tanto, me encanta Sussy, me encanta como logra excitarlo, como lo incita a la picardía, a la lujuria, al deseo; ella saca de él palabras cargadas de sexo, de erotismo, de ganas; ella logra ponerlo un tanto nervioso y hacer del sexo toda una aventura.

Y les digo que no se sorprendan ni se escandalicen de que me guste Susana porque, como les dije, llegó una noche de forma natural, mientras estábamos tranquilos, viendo cualquier tontería en televisión; él, mi novio, el hombre que de mil formas me roba el aliento, simplemente me miró a los ojos y de forma coqueta me preguntó mi nombre, y yo, sin pensarlo mucho, contesté: ¡Susana!; así que me encanta Sussy, porque ella es yo, o yo soy ella, o tal vez ella es simplemente un alter ego muy parecido a mi, pero sin la presión del día a día, sin los problemas, sin la economía, sin los complejos...A esta Sussy, que soy yo misma, le importan un carajo los kilitos de más y se mete en lencería roja, se alborota el pelo y se toma una foto, ¡ZAS! la mujer mas sexy del mundo luce insinuante en la fotografía, la envía con un mensaje - más insinuante que la foto misma - al celular de mi novio, y él encantado con el jueguito, responde con otra foto, con otro mensaje, con una propuesta...finalmente somos sólo él y yo los que hacemos el amor hasta el cansancio, riéndonos de las bobadas a las que jugamos y nos sacamos de la rutina de cuando en cuando para volver a sentir las cosquillas en la panza y esas ganas infinitas de comernos a besos, a palabras, a caricias...