gaby_rodrz Gabriel Rodriguez

Un estudiante de teatro debe decir entre confesarle sus sentimientos a su amor secreto y arruinarle su boda o guardar silencio y seguir con su vida.


Drama Todo o público.

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La función debe continuar

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José Julián llevaba casi todo el semestre universitario sin ver a su mejor amiga. Cuando finalmente se ven después de tanto tiempo ella lo recibe con una mega notición:


"¡Me voy a casar!"- Dayana le anunciaba con mucha emoción a su amigo José Julián en el medio del Jardín de piedras localizado en la universidad donde estudiaban. Esa noticia le cayó a su amigo como balde de agua fría. José ha estado desesperadamente enamorado de Dayana por los pasados dos años.


"¡Me alegro mucho por ti! Felicidades, mi amor." – Respondió José Julián mientras mantenía la sonrisa en su rostro disfrazando la pena que sentía en su alma. En ese instante, él se perdió en su memoria recordando cuando la conoció.

La conoció un miércoles soleado del mes de julio. Dos meses antes, Julián se había graduado de escuela superior. Su meta, desde que estaba en duodécimo grado, era estudiar Teatro en la Universidad de la Sagrada Virgen localizada en el estado de San Juan, Puerto Rico. La universidad, tenía dos requisitos para aceptar estudiantes en dicha facultad: Buen promedio académico y pasar por una audición. José Julián se había graduado de cuarto año con alto honor. Ahora solo le falta la prueba de talento a realizarle en el mes de julio. El día de la audición o prueba de talento, habían alrededor de 300 estudiantes. Los coordinadores estudiantiles vestidos con una camisa polo color gris y un pantalón Mahón negro, anotaban a los estudiantes en la lista y los dirigían a la fila de las audiciones. La línea, la harían debajo de unas carpas color gris con un delfín dibujado en ellas localizado frente al teatro. Uno de los 300 estudiantes en fila era Dayana quien estaba al frente de Julián. Ella se volteó a observar la fila y le sonrió a José Julián. Él le devolvió la sonrisa. Ella miraba para distintos lados, se tocaba el pelo, y revisaba su celular. Tenía unas gafas en sus manos con las cuales estaba jugando. En un instante se le cayeron y Julián rápidamente le ayudó a recogerlas del suelo. Sus manos sin querer ser cruzaron y con una sonrisa tímida, Dayana le da las gracias. José Julián le dijo que tomara las cosas relax y tuviera cuidado porque después se le rompían.


Dayana guardó las gafas en su bolsillo y comenzó a «comerse las uñas» Los otros estudiantes la miraban raro, pero Julián se le acercó y le preguntó si estaba bien. Le explicó a José Julián que tiene miedo de cagarla. La audición es a solas con el director del teatro y cinco de las actrices más exitosas de la república de Puerto Rico. ¿Y si no le gustan su acto? ¿Y si la humillan? ¿Qué hará si no pasa la audición? Hace unos meses, participó en una competencia de monólogos contra más de 100 participantes y no tuvo éxito. ¿Se repetirá la historia de nuevo en esta audición? se preguntaba ella. Ya no había tiempo para pensar en otra línea de estudios. Julián le confesó que él también estaba «súper nervioso». Él le explicó que desde que tenía 15 años su sueño era ser actor de teatro y estudiar en la Universidad de la Sagrada Virgen. Si el no pasa la audición, sus sueños quedaran hecho pedazos. Confesó preferir ser un «quedao» a tener que resignarse a estudiar otra cosa. También, invirtió todos sus ahorros en pagar la matricula inicial. Aunque la universidad es gratuita, todos los estudiantes deben realizar un solo pago de $1,500 Coquí Dólares ($2,000 USD) (No rembolsables) para, aunque sea su admisión sea considerada. Si el estudiante es aceptado y desea a última hora cambiar de facultad, tendrá que volver a pagar la matricula.

Al terminar de escuchar su historia, Dayana quedó impresionada con la determinación y sacrificio de José. Se sintió avergonzada de su «papelón». Ella no tenía nada que perder si no la aceptaban en la facultad de teatro porque su padre le pagaría la matrícula de nuevo. Julián sonrió y le dijo que los dos se están sacrificando por igual. Ambos están luchando por sus metas de convertirse en grandes artistas.


"Los sacrificios que hicimos para llegar aquí no nos hacen más o menos importantes." -Explicó Julián.


En ese instante, en el altavoz, anunciaron que era el turno del próximo en la fila. Era el momento de brillar para Dayana. Julián le dio unas palmadas en el hombro y le deseó éxito. Ella sonrió y le agradeció el apoyo mientras se dirigía hacia el teatro. Veinte minutos después, ella emergió del teatro saltando y levantando las manos. Agarró a Julián por las manos y comenzó a saltar con el exclamando «pasé la audición». Así estuvieron varios segundos hasta que ella se dio cuenta de su exceso de emoción y se disculpó. No se conocen y está haciendo un «papelón» con él. Él también se «pasmó» y con una enorme sonrisa en su rostro le aseguró que no se disculpara. José Julián aprovechó el momento para preguntarle su nombre. Ella se introdujo como Dayana Torres GalaxyWalker de 18 años y residente de Cataño. Cataño es un pequeño pueblo localizado en el estado de Bayamón, al norte de Puerto Rico con vistas a la bahía de la Cuidad Capital: San Juan. Ella es de color de piel prieta, ojos marrones, y pelo largo negro. Es de estatura baja (5'3) pero tiene tacones puestos que la hacer ver unas pulgadas más altas. Por su parte, él se presentó como José Julián Vega Medina de 18 años y residente del estado de Guaynabo. Guaynabo es uno de los estados más grandes y prósperos de la república de Puerto Rico.


"Mucho gusto." – Dijo Dayana sonriéndole.


"El gusto es mío." – le respondió José Julián también con una sonrisa en su rostro.


En ese instante, la directora de audiciones anunció a través del altavoz que era el turno del próximo en fila. Dayana le dio un abrazo y con el pulgar arriba le deseó éxito. Julián pasaría la audición, pero no volvería a ver a Dayana hasta el inicio de clases en agosto. Pasó el mes de julio y finalmente llegó el lunes, 15 de agosto. El tan esperado primer día de clases en la Universidad de la Sagrada Virgen. La universidad parecía un centro comercial durante las ventas de navidad de tanta gente que había en los pasillos. A veces hasta se tropezaban entre ellos. Su primera clase del día lo era "Apreciaron al arte" con el profesor Quintana en el salón BS213. La universidad era tan grande que José no sabía ni donde estaba localizado su salón de clases. Su suerte cambió cuando tropezó con Dayana quien también estaba perdida. Se saludaron con el tradicional beso en la mejilla y ella lo felicitó por pasar la audición. También lo felicitó por estar perdido (al igual que ella) en su primer día. Al comparar sus itinerarios de clase, se dieron cuenta que tomarían todas las clases juntos. Ella estaba feliz de estudiar con alguien que conocía. Todos sus amigos están estudiando en Bayamón y ninguna de las universidades en ese estado ofrecen cursos en teatro. En ese instante, se aproximaba uno de los conserjes del recinto y Julián le preguntó dónde quedaba el salón BS213. Él le dijo que al final del pasillo subieran las escaleras a su mano derecha y el primer salón que verán a su izquierda es el BS213. También les aconsejó a descargar la app de la universidad. La aplicación contiene mapas interactivos de la universidad, noticias, y otras cosas de interés para ellos.

Julián le agradeció al conserje y le dijo a Dayana que era momento de correr. La clase comenzaría en cinco minutos. Llegaron a la clase faltando tres minutos para comenzar. Dentro del aula, había cinco estudiantes sentados, tres de ellos conversando entre sí. Aprovechando el momento, Julián le preguntó a Dayana si tenía Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, o cualquier red social. No quería volver a perder contacto con ella. Ella le explicó que no tenía WhatsApp porque su teléfono se le dañó y gastó todo su dinero en materiales para la universidad. Ella no le gustan mucho las redes sociales así que solo tiene Instagram y WhatsApp. Julián sacó una libreta de su mochila, le arrancó una página, y le pidió a Dayana que le escribiera su número de teléfono y su nombre de usuario en Instagram. Ella lo escribió en el papel con su letra cursiva y le dijo que le avisaría cuando reparase el teléfono. Cinco minutos después, llegó el profesor y dio por iniciada la clase. Era el profesor Alejandro Quintana, Un hombre muy preparado en el área de las artes con sobre 12 años de experiencia. Una de las primeras cosas que les dejó saber a sus estudiantes fue que el arte es algo que cada cual interpreta a su forma. Es subjetivo. Después de explicarles los puntos básicos del curso, culminó la clase temprano. Eran las 8:46 de la mañana y la clase terminaba a las 9:20 de la mañana. ¿Qué irán a hacer? Decidieron localizar juntos los salones de sus próximas clases.

El resto del semestre continuaron inseparables haciendo todas las tareas juntos. El primer semestre, se compone casi completo de clases básicas como Matemáticas, inglés, español, cursos que no le daban mucho dolor de cabeza. Excepto con Matemáticas, José Julián, no era bueno en ellas. En una ocasión le contó que tuvo que visitar al profesor a su oficina pa' salir de la duda porque en verdad no sabía qué hacer. No se atrevía pedirle ayuda. Ella en ese instante le admitió que ella también tenía problemas con matemáticas. José le sugirió llegar temprano a la clase para inundar al profesor con sus dudas. Llegaron al salón de clases y aun el profesor no había llegado. Al rato llegó, se sentaron en sus respectivas sillas, hasta que de repente José Julián le dice a Dayana:


"O soy yo... ¿O estamos en la fila equivocada?"

"¡¡Verdad es!!" - Respondió Dayana.

"¡¡Que mal te va!!"

"A mí no, a ti que te sentaste."

"¡¡Y tú que me seguiste!!"- José Julián le respondió a Laura, mientras se cambiaban de asiento, colocaban sus mochilas, y se acercaron donde el profesor a pedir ayuda.


El primer semestre (agosto-diciembre) culminó en un abrir y cerrar de ojos. En el último día de clases, José Julián le preguntó a Dayana que haría durante la navidad. Ella dijo que la pasará con su familia en California y regresaría una semana antes de comenzar las clases. Para esa fecha espera ya tener teléfono nuevo para poder acceder la aplicación de la universidad. A través de la app, la universidad les enviará sus respectivos itinerarios para el próximo semestre. (enero-mayo) José Julián dijo que pasará sus vacaciones de navidad durmiendo y fiestando. Puerto Rico tiene las navidades más largas del mundo (diciembre 24 a enero 21) y quería gozárselas. Dayana partiría para California dentro de una semana, el 23 de diciembre. Dayana y José Julián se abrazaron, se desearon feliz navidad, y cada uno continuó su camino. Durante las vacaciones de navidad no mantuvieron comunicación. José Julián, aunque estaba «gozándose» sus vacaciones navideñas, no paraba de pensar en su compañera de clases. La navidad la gozó, pero su gozó culminaría el primer día de clases al encontrarse con Dayana. Además de saludarse, abrazarse, y desearse un feliz año nuevo, compararon sus itinerarios. Esta vez solo tomaran una clase juntos: Introducción al arte escénico 1 con la Profesora Montero.

A pesar de solo tomar una clase juntos, continuaron viéndose casi a diario en la universidad y después de clases. A veces, se escribían a través de Instagram y WhatsApp cuando ella se conectaba. (De mil en cientos) En la facultad de teatro de la Universidad de la Sagrada Virgen, ellos eran los amigos inseparables. Parecía que estaban amarrados de un hilo invisible inquebrantable. Estaban tan pegados en esos tres años, que el corazón de José Julián nunca quería despegarse de ella. No soportaba ni un día o un mes sin su sonrisa. Sin querer, terminó enamorado de su inseparable compañera y amiga. En su mirada se le notaba que se desvivía por ella. Sus ojos brillaban como diamantes cada vez que Dayana y el conversaban. Sin embargo, quizás ella en su ingenuidad nunca adivinó los deseos de José cuando la miraba al rostro. No se dio cuenta que él no aguantaba las ganas de besarla, abrazarla, y compartir cada escenario con ella. Moria lentamente cada día, pero él no podía decírselo. El sentía que Dayana nunca le haría caso porque ella tiene muchos pretendientes y también podría arruinar la amistad. Para evitar una «tragedia» en su bonita amistad, decidió conformarse con amarla en silencio.


"Nunca lo sabrá y así seremos felices." Se decía a si mismo cada vez que pensaba en el asunto.


Lamentablemente, todo empezaría a cambiar a partir de su tercer año. Ella, en el primer día de clases del semestre enero-mayo de su tercer año, le indicó que este sería su último año como estudiante de teatro. José Julián, tartamudeando, con las manos temblorosas, le preguntó por qué. Ella le explicó que, durante las navidades su tío le ofreció un trabajo en su empresa de tecnología en Estados Unidos. En el puesto ganaría sobre $500,000 dólares al año. El único requisito era estudiar Recursos Humanos durante dos años. Una vez termine sus estudios, ella se trasladará a Estados Unidos con su tío. Aunque siempre amará el teatro, ella no puede dejar pasar esta oportunidad. Se pegó en la lotería. Julián estaba sorprendido, las palabras no le salían. Dayana le aseguró que la amistad entre ellos dos jamás cambiará. Ella siempre lo apoyará, asistirá a todos sus ensayos, y continuará alegrando sus días con su sentido del humor. En ese instante, Julián bajó la cabeza, cerro el puño, y pensó que era el momento perfecto para confesarse. No debía dudar más y debió decirle que estaba enamorado de ella. Pero no pudo y simplemente levantó la cabeza, la abrazó, aguantó las lágrimas, y le deseó el mayor éxito del mundo. En un abrir y cerrar de ojos, se acabó el segundo semestre del tercer año. Pasaron los meses y ellos continuaron en comunicación esporádica a través de las redes sociales. Ella siempre asistía a sus obras teatrales, pero con el tiempo dejó de ir y las comunicaciones entre ellos fueron menos frecuentes. A él no le estaba malo que su «amor secreto» se hubiese alejado. Él se conformaba con leer sus mensajes, escuchar su voz, reír de sus chistes, aunque fuese una vez cada tres meses. Sin embargo, la conformidad culminó hoy cuando le dijo que se va a casar. Tantos años de amistad y él no sabía que ella tenía pareja ni que estaba comprometida. Se sentía como mierda, mientras ella seguía hablando sin parar de como su prometido la trata y cómo será la "boda de sus sueños." Cuando finalmente Dayana terminó de hablar, le preguntó a José Julián si él le estaba prestando atención.


"Claro que sí. Me alegra muchísimo verte tan feliz y emocionada en esta nueva etapa de tu vida." Mintió José mientras seguía tragándose las lágrimas.


"¡Eres el mejor amigo del mundo!" – ella le dijo con una enorme sonrisa mientras le daba un fuerte abrazo. Ella aun ni tenía la más mínima idea de que él se moría por ella. "Cuando tenga el lugar de la boda y las invitaciones listas te voy a avisar. ¡No te me pierdas!"


"Claro que no." Dijo Julián con una sonrisa hipócrita. "Siempre me verás en el escenario."


Cuatro horas después de la "trágica" conversación, Julián tuvo que ir al teatro a ensayar para una nueva obra de teatro cual es parte de su examen de medio trimestre. Esta era la obra teatral era la más importante porque aparte de ser el 50 por ciento de la nota final, también contará por primera vez en teatro, una historia muy especial para los puertorriqueños. Narrará las aventuras de los héroes de la Guerra de la independencia de Puerto Rico. José Julián interpretará al protagonista de la historia, Alexander Claxton, uno de los principales héroes de la revolución. Esta historia subía al escenario del Teatro de la Universidad dentro de dos días. Sin embargo, durante esta práctica, Julián continuaba confundiendo y olvidando sus líneas. las únicas líneas que se sabía eran las de pretender que no estaba enamorado de Dayana. Cuando sus compañeros le preguntaron que le sucedía, confesó estar «muriendo por dentro». Lleva cuatro años enamorado de la misma persona y nunca tomó la iniciativa de conquistarla. Ayer, ella le anunció que está comprometida, su boda será muy pronto y lo invitó a la ceremonia. Su profesor, quien llegó en ese mismo instante en que José lloraba las penas de su corazón enamorado ante sus compañeros, se metió en la conversación y lo aconsejó.


"Dejar ir es liberar las imágenes y las emociones, los rencores y los miedos, los apegos y las decepciones del pasado que atan nuestro espíritu." Dijo Diego Torres Ubago, profesor de Técnicas Teatrales Avanzadas III con su marcado acento catalán.


El profesor decidió culminar los ensayos por el día de hoy. Los estudiantes necesitaban estar descansados y preparados para mañana que era el ensayo final. A la hora de dormir, José Julián estuvo pensado en las palabras de su mentor. Se quedó dormido mientras descifraba el consejo y pensaba en Dayana. Pasaron los dos días y finalmente llegó el momento de subir al escenario. Aunque se sentía más tranquilo, aun le dolía el pecho. Llegó al teatro, se vistió, maquilló, y repasó sus líneas por última ocasión. Esta noche toda tenía que quedar perfecto. ¡Sí! con la perfección vendrán los miles de aplausos y finalmente dejará de doler, era lo que él pensaba. Sin embargo, el dolor en el corazón regresó más fuerte cuando leyó un mensaje de texto de Dayana indicando que asistirá a la obra. Muere por verlo ver interpretar al héroe de la independencia. En ese instante, el administrador del teatro a través del altavoz anunció el título de la obra “Los Cuatro rebeldes,” una oda a la libertad de nuestra patria. Al mismo tiempo, anunció el reglamento del teatro: Los celulares deben estar apagados, no fotografías, y bebes llorando deben ser sacados fuera de la sala. En diez minutos comenzaría el gran espectáculo. Detrás del escenario, José Julián se estaba comiendo las uñas y revisando su teléfono móvil cada cinco minutos. El profesor Torres le preguntó que le estaba pasando y José le preguntó porque debía estar pasando algo. Torres suspiró, colocó su mano sobre el hombro derecho de su estudiante y le citó una frase de la novela arábica titulada Wedding Song escrita por Naguib Mahfouz.


“Así es el teatro. La función debe continuar, aun cuando haya habido un muerto. Quiero decir que, aunque se muera un ser querido, el actor tiene que representar su papel, incluso si es cómico.”

Le dio unas palmadas en el hombro y le ordenó a posicionarse en el escenario. La obra comenzará en ocho minutos. José Julián le preguntó a uno de los asistentes del profesor donde se tenía que posicionar. El asistente desvió la mirada y en un tono frustrado le explicó que él va en el medio porque el interpreta al “héroe de la historia.” También le dijo que esa respuesta se contestaba utilizando el sentido común y prestándole atención a los ensayos de la obra. José bajo la cabeza y lentamente se acomodó en el centro del escenario. Siete minutos después, se levantó el telón y el teatro fue inundado de aplausos mientras el foco solo lo alumbraba a él, quien interpreta al protagonista Alexander Claxton. El héroe de la independencia de Puerto Rico. Vestido con una camiseta rasgada, pantalones cortos, y la cara sucia, levantó lentamente la cabeza, procediendo a su monologo.


“Hace tantos años incontables, yo era un residente común y corriente del complejo de vivienda pública (Caserío como le decimos en la calle) Manuel A. Pérez en la ciudad de San Juan, en la isla de Puerto Rico. Isla, que en aquel entonces era una colonia más del imperio estadounidense. Todo cambió un viernes común y corriente del mes de julio cuando sin querer queriendo, me vi involucrado en la batalla de mi vida junto a pal de extraños. Los tiranos de la Junta de Control Fiscal impuesta por los Estados Unidos a nuestro país ordenaron el desahucio e ingreso a campamentos de reeducación de todos los residentes de los caseríos en Puerto Rico. Esto no era opción, te ibas porque te ibas. Usando misiles y armas laser, atacaron nuestra humilde comunidad. La hicieron llamas…”

El técnico de iluminación preparó los focos para que alumbrasen el resto de la escenografía. El complejo de viviendas en ruinas y cubiertos en fuego. José Julián simuló que caía al vacío y en ese instante entró al escenario una actriz “Cabalgando” un caballito de palo. Julián se trepó en él, se agarró de ella, y continuo el monologo.


“Cuando la explosión me tumbó de mi apartamento en el tercer nivel, creí que me jodí. Hasta que una chica, (quien yo no conocía y solo la había visto por Snapchat) dio un salto al aire con su caballo y me salvó la vida. Le pregunté: ¿Qué está pasando? ¿Quién eres? Ella solo me respondió: Vamo’ a Calmarno al mismo tiempo que ella sacó una escopeta del bulto que cargaba en su espalda y les disparaba a los soldados de la junta quienes nos perseguían a disparo limpio en sus vehículos. Ni ella ni los soldados tenían buena puntería y así se lo comenté. Ella me respondió: ¡Se más agradecido, coño! De repente se abrió la tierra y caímos con to’ y caballo a través de un extenso canal de tubos que nos transportó al otro lado de la cuidad. Nos expulsó al Parque Barbosa localizado en Santurce frente al residencial Luis Llorens Torres.”


El escenario se abrió y los actores desaparecieron entre el humo. La cortina se cerró y se anunció que era el fin del primer acto. El segundo acto comenzaría en breve. Dayana, quien estaba sentada en primera fila, fue una de las personas que más aplaudió. En su mirada se podía apreciar que estaba emocionada. La obra continuó por cuatro actos más llenos de aplausos y gritos de emoción del público. Al culminar la obra y retirarse al camerino, recibió un mensaje de texto de Dayana felicitándolo por su grandiosa actuación. Le indicó que no podía quedarse a felicitarlo de frente y que no olvide que ella lo quiere mucho. José sonrió y soltó un profundo suspiro. Su compañera de teatro, quien interpretó a la chica del caballo, le preguntó que le pasaba. El volvió a responder con su respuesta ambigua anterior:


"¿Por qué debe pasarme algo?"


El profesor Torres entró al camerino y les ordenó a los estudiantes a darse prisa. Tienen que entregar el teatro en orden y limpio en veinte minutos. Al día siguiente, José Julián se levantó más tranquilo y decidió dejar ir esos sentimientos que le pesaban. De hoy en adelante se dedicó en cuerpo y alma al teatro. De la noche a la mañana, se convirtió en el estudiante más destacado de la facultad de teatro. Su rostro estaba en los pasquines de cada obra estudiantil estrenándose en los próximos 3 meses. Su desayuno, almuerzo, y comida diaria eran el teatro. Había olvidado cuando fue la última vez que vio o habló con su «amor secreto.» ella estaba permanentemente fuera de sus pensamientos. Los aplausos, los halagos, las altas calificaciones y evaluaciones alimentaban su corazón. también tenía varias ofertas de trabajo esperando por cuando se graduara próximamente.

Un lunes del mes de junio, al medio día, se encontraba en el teatro ensayando la intervención artística de la graduación cual se llevará a cabo dentro de un mes. El director les ordenó a todos los estudiantes a tomar un receso de almuerzo de una hora. Mientras José Julián salía del teatro, ahí estaba Dayana esperándolo en la entrada del teatro. Ella corrió a saludarlo y abrazarlo. Julián sintió que el corazón se le subió a la garganta y después cayó a toda velocidad a su estómago.


"Esto es una trampa de la vida" decía José Julián en su mente. ¿A qué viene después de 3 meses sin verla? ¿Quizás le anunciará la cancelación de su boda? ¿Quizás sabe lo que el siente por ella y quiere que le hable claro? Son muchos quizás en su mente. Lo único que pudo decirle fue:


"Tanto tiempo."


"Así es..."


"¿Cómo estás? Me han dicho que has estado bien."- Preguntó Dayana. "Ya pareces una estrella de Broadway. El más aplaudido en cada función."


"Estoy bien, muchas gracias por preguntar." – Respondió José Julián a Dayanara. Sonreía tímidamente tratando de disimular su emoción.


"¡Hace mucho tiempo que no se de ti! pensé que la mejor manera de verte seria buscarte en el teatro. "- Dijo Dayana mientras sonreía. "Me haces falta, pero no quiero ponerte nostálgico."


"Dayana, tú sabes que por más ocupao' que esté yo siempre tendré tiempo para ti."

Dayana confesó que la otra razón por la cual lo estaba buscando era para invitarlo a su boda. La misma se celebrará el domingo 20 de junio en la Playa del Escambrón en San Juan. Originalmente la iban a celebrar en la iglesia católica de Cataño, pero la iglesia se está utilizando como morgue improvisada tras la explosión en el Barrio Amelia.


"Uno de mis mejores amigos murió en la explosión junto a sus padres." – Dijo Dayana mientras se abrazaba de José Julián. "Fue horrible. Su hermana, me contó que tuvo que ir a identificar el cadáver..."


José Julián le dio el pésame por la pérdida de su mejor amigo y le dijo que podía contar con el sí necesitaba desahogarse. Ella se secó las lágrimas y le dijo que obligatoriamente debe asistir a su boda. Le ordenó cancelar cualquier compromiso que tuviese en esa fecha. Ella quería que su gran amigo estuviera ahí en el momento más importante de su vida. José Julián respiró profundo y no tuvo más remedio que aceptar la invitación. Había seguido con su vida, sanando las heridas emocionales, triunfando en su carrera, y en un instante todo se fue a la mierda. Dayana le entregó la invitación, le dio un beso y un abrazo, y le dijo que lo vería después. Leyó la invitación y no sabía si asistir y disimular o mentir para no asistir. Necesitaba un consejo de alguien que le hablara con la verdad, aunque le doliera. Su familia no lo entendería así que decidió pedirle consejo a su profesor de teatro. El mismo profesor que hace tres meses le dijo que dejara ir todo lo que le agobia. Sentados en el borde del escenario del Teatro Universitario, José Julián confesó que a pesar de dedicarse 24/7 a su carrera como actor, no podía sacar a su amiga de su mente. Ella vivía en su mente sin pagar renta. ¿Qué más puede hacer para olvidarla y que cada vez que la vea su corazón no se le vaya al culo? El profesor simplemente le respondió que la vida es como una obra de teatro y la función no puede continuar hasta que elimine todo lo que lo distraiga. El profesor se puso de pies y le ordenó a limpiarse la cara, respirar profundo, y prepararse para ensayar. El consejo breve que le dio el profesor no le ofreció una solución a su dilema. Cada vez que se acercaba más la fecha de la ceremonia, pensaba más seguido en ella, sentía dolores de cabeza, y se le hacía difícil poder dormir más de 4 horas. La espera para el día de la boda parecía como si estuviese en prisión esperando el día de su libertad.

La tarde del domingo 20 de junio estaba soleada. El cielo azul sin nubes, el oleaje calmado, y el viento soplando a su máximo esplendor. Todos los invitados estaban sentados conversando entre unos a los otros. El novio estaba frente al altar construido en madera en el lomo de la playa. Vestía un gabán negro, camisa blanca, y corbata negra. Junto a él, estaba su hermano (quien sería el padrino de la boda), su padre, y el padre Aguilera. Una boda católica en la playa.

En la primera fila de asientos de izquierda a derecha estaba la mamá de Dayana, la tía, tres primos, la hermana, los dos hermanos del novio, la mamá del novio, y José Julián. José Julián se encontraba en silencio esperando que el momento más incómodo de su vida llegase a su fin. Su rostro lo delataba, pero nadie se daba cuenta. Él era invisible en la ceremonia tropical repleta de invitados. Una hora después, a las 3:55 de la tarde, llegó la novia. Ella desfilaba lentamente, sonriente, vestida de blanco, mientras el DJ tocaba la música ceremonial. Las damas, (dos de sus primas pequeñas) lanzaban pétalos de rosa a su alrededor. El viento se llevaba cada pétalo lanzado. La ceremonia comenzó con la mamá de Dayana entregándola a su pareja. La pareja se miró a los ojos con ternura y sonrieron mientras el sacerdote comenzaba los actos matrimoniales. Después de la oración, la colocación de las sortijas, y los distintos discursos, finalmente vinieron las preguntas.


"Thomas, ¿aceptas a Dayana como tu esposa? ¿Para amarla y respetarla, estar con ella en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?"

Thomas tomó la mano de su amada, la besó, y dijo:


"Si, acepto."


"¿Y tú, Dayana? ¿Aceptas ser la esposa de Thomas? ¿Amarlo y respetarlo, Estar con él en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?"


José Julián tenía esperanza de que ella dijera que no y corriera a sus brazos. Le dijera a el que se fueran juntos a hacer teatro por el mundo. Lamentablemente, eso solo era su mente fabricando fantasías. En el mundo real, Dayana, con una enorme sonrisa en su rostro y sus ojos brillando como diamantes, dijo que sí. En ese instante, el cura procedió a preguntar si alguien se oponía a la unión de estas dos almas. Este era el momento de hablar o callarse para siempre. José Julián tenía el pecho apretado, el corazón latiéndole como martillo, y la cabeza a punto de explotar. Uno de los hermanos del novio notó que José Julián no se veía bien y le preguntó que le sucedía. En vez de picharle al asunto y seguir con su vida, José Julián respiró profundo, se levantó de su silla, y exclamó a viva voz que se oponía. Todos los invitados se quedaron con la boca abierta mientras Dayana se preguntaba por qué. José Julián corrió hasta el improvisado altar, le pidió disculpas al cura, y le arrebató el micrófono ante la mirada estupefacta de Dayana. José Julián se disculpó con Dayana por interrumpirle el día más feliz de su vida, pero había algo que él debía hacer para que al fin pudiera seguir con su vida.


"Yo no sé pa' que te sigo mintiendo." – Dijo José Julián mientras miraba a Dayana a los ojos. "Me siento cada vez peor desde que nos alejamos. A partir de hoy, yo tengo que confesar que te extraño y no puedo estar sin ti porque yo estoy enamorado de ti. Me enamoré de ti desde que te conocí. Me enamoré de tu bella sonrisa, tus ojos marrones que brillan como diamantes. Me enamoré de ti porque me envolviste con tu carisma y sentido del humor. Cada día que compartía contigo en la universidad mi corazón se acercaba más a ti..." Dijo antes de ser interrumpido por el prometido de Dayana quien intentaba quitarle el micrófono. José logró sacárselo de encima y continuar con su discurso. "Eras tu a quien siempre amé con sus virtudes y sus errores más allá de una simple cara bonita. Con nuestros problemas matemáticos, con la valentía en que ibas tras tus sueños. Eras tu a quien se supone que yo debía olvidar, pero nunca pude. Te veía a ti en cada amanecer, atardecer, en cada sueño y pesadilla."


En ese instante se acercó lentamente a Dayana quien estaba paralizada y con la boca abierta. José Julián colocó su mano en el rostro de su «amor secreto» y culminó el resto del discurso.


"Yo no quise a nadie más que tú y no quiero querer a nadie más que a ti, Dayana. Yo sé que tu no me amas ni nunca me amaste, y que quizás debí decírtelo antes y no arruinar tu día más hermoso, pero siempre que tenía la oportunidad me volvía en un cobarde. El amor es así, nos convierte en cobardes, egoístas, y locos..." Dijo mientras tiraba el micrófono al suelo y corría sin rumbo.


Dayana quedó paralizada con la boca abierta y los ojos bien abiertos como si fuese un pescado congelado en el supermercado. Solo se le escuchaba susurrar un «no puede ser» Mientras Julián continuaba alejándose del área. Uno de los primos de Dayana dijo que el transmitió toda la confesión en vivo a través de las redes sociales. El video se hará viral y revivirá su fallida carrera como Youtuber. El cura le dijo a la pareja que esas «charlatanerías» no pueden contra esta sagrada unión. Lo que Dios unió el hombre jamás podrá separarlo. Aguilera estaba por declararlos marido y mujer cuando el novio de Dayana lo interrumpió exigiendo explicaciones. Agarró al primo de Dayana por el cuello preguntándole si esto fue su idea. El joven le juró por su madre que el no tuvo nada que ver con lo que pasó. Decidió grabar al ver que el «tipo» corrió pa' encima del micrófono. Era uno de esos momentos virales perfectos pa' transmitirlos por Internet. El prometido de Dayana comenzó a golpearlo y a sacudirlo preguntándole si valió la pena arruinarle la boda a su prima por «pal de likes». Dayana y los demás invitados lograron sacarlo de encima del joven mientras el resto de la multitud, incluyendo unos turistas que observaron todo, murmullaban. Dayana, comenzó a llorar y le juró a su prometido que ni ella ni nadie de su familia tenían idea que esto sucedería. Él novio no le creyó y le preguntó cómo era posible que nunca se dio cuenta. El corazón de su "amigo" parecía que quería estallar cuando dijo todo ese sermón. Dayana lo agarró por su corbata y lo jamaqueo preguntándole cómo era posible que dudara de ella. ¿Qué ganaría ella con montar todo este show? Su prometido estaba confundido y pidió tiempo para pensar. Mientras Dayana lloraba a lagrima viva intentando salvar su boda y matrimonio, José Julián se encontraba solo. sentado debajo de un árbol en el Parque Luis Muñoz Rivera localizado frente al balneario. Miraba hacia el cielo mientras sonreía y se dijo a sí mismo:


"Finalmente, la función puede continuar..."

8 de Novembro de 2019 às 04:41 0 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

Conheça o autor

Gabriel Rodriguez Fotógrafo y escritor. Resido en Puerto Rico.

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