Por milagro de dios, Barbara consigue que alisten el avión para volar a Canadá de inmediato. Alexz se reserva sus pensamientos y palabras desde que abordamos y durante el viaje entero. Es difícil anticipar lo que pasará apenas lleguemos al cementerio. Mi esposa mantiene tantas facetas en secreto que no termino por conocer. Pero el hecho de que esté yo aquí con ella en este momento es una garantía de que nada malo le sucederá.
—¿Finalmente me dirás que sucedió cuando lo viste? —enfoca sus ojos perdidos en mí. —Sé que viniste a Winnipeg. Es obvio que hablaste con él.
Estamos en el auto rentado que conduce Iain saliendo del hotel donde nos hospedamos. Lleva un vestido negro apenas debajo de la rodilla, simple pero engrandeciendo su belleza y la frialdad de la situación.
—Todo y nada. —dice con la mirada enfocada a través del cristal de la ventana.
—Bien. —Si no quiere hablar del tema, no hablaremos de ello. Toma mi mano apoyada en mi muslo y antes de responder como debe, la sujeta con fuerza.
—Fue la razón que me hizo ver lo equivocada que estaba respecto al matrimonio, a lo que creí que podía pasar contigo. Pensé que los malos momentos eran culpa de mi padre, de su abandono, pero en el momento en que liberé las palabras todo tuvo sentido. Si quería seguir culpándolo por mi miedo a afrontar mis inseguridades o finalmente cerrar el ciclo y avanzar con la hermosa vida que tengo a tu lado. Soy una chica con mucha, mucha suerte, Chris. Cualquiera en mi situación no tendría ni la mitad de lo que tengo, y lo más importante ¿Cuántas personas tienen la fortuna de encontrar a su compañero de vida y vivir con él? Cuando he perdido toda la fe en mí, la traes de regreso. Cuando no estoy segura de mis prioridades, haces o dices algo para aclarar mi mente. Cuando mi cabeza es necia, y estoy llena de arrogancia e incertidumbre, le enseñas a mi corazón a hablar. Cuando todos hablan con palabras que no entiendo, eres el único que sabe quien soy. Incluso mejor que yo. Y creo que aún hay más de lo que tengo que aprender, pero si estás aquí conmigo sé de que manera continuar. Siempre me darás un lugar, algún lugar dónde puedo aprender, porque no te vi venir y eso es lo que te hace tan real. Lo que me hace temblar de miedo porque no sé que es lo que sucederá, lo que no puedo controlar y lo que me hizo recuperar mi vida.
Sus palabras han tocado cada fibra de mi interior. Jamás existirán las palabras exactas para describir lo mucho que la amo, lo importante y necesaria que se ha convertido. Mi vida entera. Y hacerme saber que finalmente lo ha entendido significa el mundo entero para mí. Recarga su cabeza en mi hombro encontrando la paz que ambos necesitábamos.
—Por eso estoy aquí. Para darle mi último adiós a manera de agradecimiento por haberte encontrado y haberme hecho la mujer que soy pese a sus acciones y a las mías. De otra manera me hubiera convertido en una de las tantas modelos con las que saliste antes de conocerme. —Aunque mantiene la cabeza baja sé que su sonrisa ha hecho acto de presencia.
—Jamás, Alexz. Te lo dije, estás muy lejos de ser una mujer promedio. Y lo usual no va conmigo.
Silye Filan
