lemirhell Lee Mirtee

¿Sientes eso...? Impaciencia y deseo. Una mala combinación.


Erótico Para maiores de 18 apenas.

#hellsaga
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Tómame

- Así fue como logré salvar a Jesucristo de una muerte segura.

- Oh Increíble.

No podía ser más hipócrita ni estar más aburrida.

Que noche más decepcionante, Daniel es tan mono... pero es demasiado inocente y aburrido.

Salí de casa ansiosa y emocionada pensando en la maravillosa noche que tenía por delante, después de todo Daniel está buenísimo y sin duda es todo un hombre, pero en el transcurso de la noche no ha hecho más que hablar de su gato Jesucristo, su pez María y su perro José.

ESTOY CANSADA.

Estamos en el club más concurrido en la ciudad, nunca pensé que sería capaz de aburrirme en un lugar así, pero Daniel ha superado todas mis expectativas y no en el buen sentido de la palabra.

- Iré a pedir un trago, ¿quieres algo?

- Puedo ir yo.

- Oh no te preocupes Dani, ahora me toca a mí.

Sonrío lo más que puedo, feliz de poder alejarme unos cuantos segundos de él, así podré dar una mirada, como van las cosas terminaré sola y esta noche estoy decidida a obtener sexo, no importa si no es Daniel quien termina entre mis sábanas.

- Entonces una coca cola...

- Con vodka?

- Sola.

Asiento y me pierdo entre la multitud con dirección a la barra.

- Una coca cola y un mojito por favor...

El bartender se aleja y yo me apoyo contra la barra para ver al gentío que se mueve en la pista de baile, las opciones son pobres y no me animan a nada.

En estos momentos desearía poder ir a casa y pedir sexo a domicilio.

- No sé quién da más pena entre él y tú.

Me sorprendo momentáneamente con esas palabras, al lado de mi se para un hombre de pelo castaño y ojos oscuros, me sonríe con algo de burla y me recorre el cuerpo con la mirada sin ningún pudor.

- ¿Me hablas a mí?

- ¿Me hablas a mi preciosa?

Le miro con desgana, pero debo admitir que está buenísimo. A diferencia de mí, él está de frente a la barra y puedo ver a la perfección el redondo trasero que se le marca en el pantalón fino, su camisa con las mangas recogidas deja ver los fuertes brazos que posee. Intento distraerme para no mirar el bulto que se marca en el frente...

- Mi nombre es Jesse y el tuyo?

- Puro nombre de chica ¿no crees? ¿Acaso tus padres querían a una fulana y le salió fulano?

Él se ríe...

Mmm que tono de voz más sexy.

- Algo he escuchado sobre eso - Me sonríe con picardía - aún no me has dicho tu nombre.

- Ni pienso decírtelo.

Él asiente con una sonrisa en el rostro.

- No pareces muy complacida con el guaperas.

- No es de tu incumbencia, ¿acaso trabajas de acosador?

- Contigo hasta de plomero.

Labia barata. Suspiro y tomo las bebidas que el bartender me pasa, cuando doy media vuelta él me toma del brazo.

- Cuando te canses llámame, tal vez yo sí puedo ayudarte.

Me guiña un ojo y me suelta el brazo. Sigo mi camino sin poder evitar rodar los ojos y vuelvo a cruzar la pista de baile, esta vez haciendo malabares y contoneando las caderas para no derramar las bebidas.

- Aquí tienes.

Coloco la bebida frente a Dani y me siento con la mía, le sonrío de la forma más provocativa que puedo, pero como las veces anteriores, no recibo ninguna respuesta.

ME ESTOY HARTANDO.

- Como te seguía diciendo yo...

¡¡Salvada por la campana!! Mi teléfono empieza a sonar, me disculpo con Daniel, éste se ofrece a acompañarme fuera del local para que yo pueda a hablar tranquila.

La llamada es insistente, al salir contesto, del otro lado escucho la voz de mi hermano Ethan.

- Camaroncita!

- Deja de llamarme así.

- Ya ya, nena necesito una ayudita.

- ¿Qué pasa?

- ¿Recuerdas a Fer?

- ¿Qué pasa con Fernando?

- Salió de viaje a último minuto y no me dejó las llaves.

- Y...

- ¿Me dejas dormir en tu apartamento? solo por esta noche.

- Sabes que no vivo sola.

- A esta hora tu amiga debe estar durmiendo, no se percatará de mi presencia.

Lo pienso un rato, que joder de noche.

Miro a Dani que me observa expectante sin perderse un segundo de conversación.

- Marte llamando a Tierra!

- Está bien, estoy en el club Amnesia, pasa a buscar las llaves te esperaré afuera.

- Dame un tanto para cruzar la calle y, por cierto, ese vestido te queda muy corto.

- Que diabl...

Observo a mi hermano cruzar la calle y acercarse a mí, ya me tenía ubicada. Me besa en la mejilla, saluda a Daniel con un apretón de manos, saco la llave de mi sostén y se la entrego.

Así mismo como vino se va.

Estoy cansada y frustrada, hoy fue un día de perros y parece que continuará así.

- Daniel...

- Dime.

- ¿Piensas tener sexo conmigo sí o no?

Se queda callado, parece que no sabe que responder, por un rato permanece sorprendido por mi comentario tan directo, pero luego recobra la compostura.

- Yo...

Bendita la mujer que parió a Daniel.

Se voltea a verme por última vez con cara apenada, se monta en su vehículo y se va. Mis sospechan se han disipado, ese hombre debe ser Gay, sí o sí.

¿Quién rechaza el sexo sin compromiso? Yo no por supuesto.

- Que noche...

Suspiro desganada y vuelvo a entrar al establecimiento, esta vez sola. Miró a la barra esperando ver al castaño de antes, pero ya no está. Recorro toda la pista buscando una camisa lavanda y sonrío feliz al ver su silueta en una esquina dándome la espalda.

No está solo.

No me importa.

Me ato el pelo en una coleta alta y me abro paso entre la multitud, mientras me acerco puedo ver que habla con una morena bastante hermosa, pero me vale madre.

Cuando estoy detrás de él le toco el hombro y él se voltea con una sonrisa despreocupada, sin darle tiempo a pensar le agarro el cuello de la camisa y le beso, con pasión, con lujuria, con necesidad.

Que bien besa el jodío.

Sin pensar en la tercera que debe tener la cara desencajada, él me toma de la cintura y con posesión me acerca más a su cuerpo, desliza una de sus manos por mi espalda hasta tomarme por la nuca, acaricia mis labios con su lengua y deja un pequeño mordisco que me hace delirar, como puedo le empujo para separarlo de mí.

Nos miramos con un deseo palpable.

Doy media vuelta y me voy, consciente de los pasos que me siguen salgo del establecimiento.

Cuando el aire frío de la noche me golpea soy consciente del calor de mi cuerpo y como se eriza mi piel al sentir su figura a mis espaldas.

Doy media vuelta y alzo un poco la mirada para verle a los ojos hasta que el habla.

- ¿Tu casa o la mía?

- Ninguna.

Desvió la mirada a un callejón oscuro que hay junto al establecimiento, en sus ojos se enciende una chispa de lujuria y diversión, me toma de la mano y a paso rápido nos perdemos en la oscuridad del estrecho callejón.

Me apoya contra la pared y me besa con exigencia, presiona su cuerpo contra el mío y jadeo.

¡Joder! Que bien se siente.

Me aprieta los senos por encima del sostén y me mordisquea el cuello, mis manos juegan por su torso, rodean su cintura y aprietan su trasero... Mmm durito (Bendita pervertida).

- Adentro ahora.

Me mira sopesando mis exigencias le empujo para que retroceda dos pasos y me hinco ante él, tocando su pecho, su torso, su cintura hasta llegar al cinturón que no tardé en soltar y el botón que no tardé en quitar con prisa, ansiosa liberé el aparatito que tanto deseaba disfrutar.

Pero antes de poder acercar mi boca a su pene, el me alza con agresividad y me voltea, mis senos chocan contra la fría pared mientras él me alza el vestido y con un rápido movimiento me rompe las bragas. Pega su cuerpo al mío y de una sola estocada me penetra sin piedad.

- Joder!

Grito, mi espalda se arquea involuntariamente y él gruñe, se mantiene dentro de mí por un segundo sin hacer ningún movimiento...

Con una mano sujeta mis dos brazos en mi espalda baja y con la otra me toma fuertemente del pelo, me tiene inmovilizada contra la pared.

- Así, te ves...

Sale y entra en mi nuevamente con fuerza y profundo, esta vez sin detenerse. Me penetra mientras yo grito y jadeo, mi vagina se contrae cada vez que su pene entra en mí, y cuando mueve sus caderas en círculos mis piernas tiemblan, él tiene que sostenerme con más fuerza.

Lame mi cuello, lo chupa y lo muerde mientras dice cosas calientes y morbosas en mi oído.

Me encanta.

Suspiro encantado, recibo todo lo que quiere darme hasta que él se tensa, siento como su pene tiembla dentro de mí y lo saca, me da la vuelta, me besa y vuelve a meterlo con la misma fuerza, me alza las piernas, pero en vez de enredarlas en su cintura las abro más para sentirlo completo mientras me apoya contra la pared.

El brama y jadea en mi oído, mis manos se aferran a su cuello para luego arañar su espalda. Pero no aguanto más, no quiero que acabe, se siente tan bien que no quiero que acabe... pero el orgasmo viene, lo siento, todo se acumula, mis jadeos son más fuertes y me tiembla el cuerpo, estoy tan mojada que se escucha el sonido obsceno de los fluidos de mi cuerpo.

- Sí!!

Muerdo su hombro con fuerza mientras él entra dos veces más en mí y tras la última penetración exploto.

Antes de enredar mis piernas en su cintura para mantener su pene en mi vagina, él lo saca y con un sensual gemido se corre en mi vientre.

Jadeo cansada intentando recuperar la respiración mientras siento el caliente chorro de semen sobre mi cuerpo.

- Ni te atrevas a soltarme.

- Ni siquiera lo consideré preciosa.

Al recuperar el aliento y estar segura de que al pisar el suelo no me iba a derrumbar, me alejé de él, limpié mi vientre con mis dedos y puse mi vestido en su lugar, me dio una tarjeta que tomé con gusto y sin despedirme ni mirar atrás salí del callejón como si nada hubiera pasado, es hora de tomar un taxi.

El trayecto en taxi se me hizo eterno, estaba ansiosa por llegar a casa y darme un baño caliente. Me sentía animada, aunque estar sentada con un vestido tan corto y sin bragas era algo incómodo, más aún con la persistente mirada del conductor intentando visualizar algo desde el retrovisor.

- En la esquina por favor.

Aún faltaban algunas cuadras para llegar al edificio, pero se me hizo imposible aguantar un segundo más la mirada acosadora del hombre tras el volante.

Caminé de prisa, la calle desierta solo estaba iluminada por unas cuantas farolas y hacía frío. En el camino no podía parar de revivir los momentos en el callejón, hacía tiempo que no tenía un polvo así, aunque por un momento me sentí incómoda, su forma de dominarme y sujetarme me hacía sentir sometida bajo su control, y eso... aunque con él me gustó... con otro no habría sido así.

Al fin frente a la puerta del edificio tiento mis senos en busca de la llave, pero luego recuerdo que ya no la tengo.

- Maldición Ethan!

- ¿Joulie?

Doy un respingo; detrás de mí escucho la voz de Daniel... joder.

¿Qué rayos hace aquí?

Doy media vuelta y en efecto Daniel se acerca a mí, no me había percatado de que su auto estaba aparcado en la acera de enfrente.

- Daniel ¿qué haces aquí?

- Quería verte, yo... no debí irme.

- ¿Qué quieres decir?

- Quiero tener sexo contigo.

Nos quedamos mirando unos segundos... Diablos acabo de tener sexo con un desconocido en un callejón y ahora este pan de Dios quiere algo conmigo; ¡el Karma existe Joulie no caigas!

- Yo emm bueno... dame un segundo.

Le doy la espalda sacó mi móvil del sostén (Sí, sí, mis sostenes son mi bolso) y llamo desesperadamente a Norah, mi mejor amiga, pero me canso de llamar y no me contesta.

Idiota traidora.

Mi única salvación es Ethan, pero llamo y llamo y tampoco contesta... ¿Qué más puedo hacer?

El tiempo se me acaba, ¿cómo hago para rechazar a Daniel? En otra circunstancia sería de lo más directa, pero después de haberle preguntado aquello sería más que cruel de mi parte, aunque también el falló al irse, ¡aunque nadie me mandó a meterme con un desconocido por estar de calenturienta... Mierda!

- Joulie ¿pasa algo?

Daniel se había acercado mientras estaba distraída y ahora se encontraba a solo unos centímetros de mi espalda, me tensé por la cercanía y tuve que luchar contra mi mente pervertida para no caer ante su propuesta.

Pero para ser sincera por mucho que luchara, mi apetito insaciable no me estaba ayudando en nada.

Podía sentir el calor de su cuerpo, la tela de su pantalón rozando levemente el borde de mi vestido y el tibio aliento de su respiración que chocaba con mi cabeza.

No te acerques tanto idiota.

- ¿Acaso te has arrepentido Joulie? o ¿estás enojada porque te he rechazado antes?

No pude responder por que ninguna de las dos opciones era correcta, era solo que acababa de tener sexo con una persona, aunque en otras circunstancias eso no me importaría.

Su mano acarició mi cintura, una caricia apenas perceptible, suave e íntima.

No pude evitar jadear.

-No te enojes conmigo Joulie por favor... yo solo, estaba nervioso... me gustas mucho y no sabía que hacer o que decirte, pero te deseo, te deseo bastante. -Me toma por los hombros y me obliga a dar media vuelta mirándolo a los ojos- quiero que seas mía, no solo quiero tu cuerpo, quiero algo más que un revolcón.

Le miro perdiendo mi último vestigio de voluntad.

- Bien, no vas a hablar.

Sin esperar más me carga al estilo princesa y camina hasta su auto, me deja en el asiento del copiloto, me pone el cinturón de seguridad y cierra la puerta antes de rodear el auto y sentarse a mi lado para ponerse en marcha.

En todo el camino no cruzamos palabras, yo estaba impaciente por el encuentro y el miraba fijamente la carretera algo nervioso.

Me dediqué solamente a mirarlo, no estuve pendiente al camino ni adonde íbamos, solo aparté la mirada cuando llegamos a nuestro destino y salimos del auto.

Nos encontrábamos en un parqueo soterrado donde había un deportivo, un todoterreno y dos motocicletas aparte del vehículo en donde habíamos venido.

- Ven conmigo...

Le seguí en silencio en dirección a una escalera y entramos por la puerta de caoba al final de ésta.

- Bienvenida a mi hogar.

En otro momento me habría detenido a observar todo y a explorar, pero ahora él me tenía entre sus manos y me había besado sin previo aviso. Sus besos eran suaves y tiernos, acariciaba mis labios y exploraba mi boca con una calma increíble.

Con sus manos recorría mi espalda sin prisas descendiendo hacia mi cintura y luego tocando mi trasero.

En un estado de semiinconsciencia yo respondí a sus besos, y con mis manos acariciaba su torso y su pecho hasta tomarlo por el cuello.

Hacíamos una combinación extraña, yo tan salvaje y el tan tierno.

Jadeó al meter las manos bajo mi vestido y darse cuenta de que no tenía bragas.

Tras chupones y lamidas, repartidas por aquí y por allá, el me cargó apretándome el trasero desnudo y yo abrí las piernas para enredarlas en sus caderas, haciendo que mi vestido subiera a mi estómago y mi vagina húmeda mojara la gruesa tela de sus pantalones.

Caminó, aún mordisqueando mis labios, hasta una habitación y me colocó con suavidad sobre la cama, como si fuera de cristal y con cualquier golpe fuera romperme. Le dejé hacer, le dejé ser dulce y tierno, me permití ser mimada por una noche... hacer algo que no fuera el sexo duro e intenso que me encantaba.

En unos minutos la ropa había volado por la habitación y nuestros cuerpos desnudos y calientes se rozaban mutuamente.

Me besó los labios, la frente, el cuello, los montes de mis senos, mis pezones, mi vientre, mi ombligo, mis muslos internos.

Recorrió con su lengua cada retazo de mi piel sensible, me sacó gemidos y jadeos.

- Daniel...

Disfruté su suavidad, su ternura, su delicadeza...

- Eres hermosa...

Me tocó con devoción y cuando ninguno de los dos pudo aguantar más, se hundió en mí con lentitud, con una mano apoyada en la cama y otra tomándome de la cintura fue entrando poco a poco, en su frente brillaban unas pocas gotas de sudor y con los ojos cerrados jadeó mi nombre.

Me entregué por completo a sus penetraciones constantes y lentas, pero profundas, mi vagina se contraía con fuerza y él gruñía.

Con los roces de su piel en mi clítoris me sentí delirando; cuando con una fuerte estocada se corrió dentro de mí, sentí sus tensiones y tras dos penetraciones más yo también le seguí con la respiración agitada y mi cuerpo sudando, gimiendo sin vergüenza.

Sin salir de mí, nos dio la vuelta, quedando yo sobre su pecho y entre suspiros y jadeos quedamos dormidos.

17 de Dezembro de 2018 às 18:20 7 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

Conheça o autor

Lee Mirtee Si me pidieran describir mi vida, mi historia, mi "yo" en una sola palabra, solo podría decir...imposible. Soy un alma que sufre, que llora, que ríe, que disfruta, que vuela entre letras y nada entre versos. Soy un ente morboso, pero sentimental. Soy un humano. Soy un extraño... Soy "yo"

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Hiromi  Yamada Hiromi Yamada
No puedo evitar imaginarme cosas 💦💦
May 10, 2022, 12:34
Vaness Galindo Vaness Galindo
Me encantó, me sentí identificada por la mente sucia de la protagonista, además esas dos perspectivas de encuentros, ambas igual de audaces, capaces de enganchar a cualquiera que guste de este género, me fascinó la historia y el volumen anterior igual. Felicitaciones
January 28, 2020, 02:50

  • Lee Mirtee Lee Mirtee
    Muchisimas gracias, es un placer para mi el hecho de que hayas disfrutados mis historias! January 30, 2020, 04:13
Juan Pablo Ortiz Castro Juan Pablo Ortiz Castro
Wow!!! Fuerte, me encantó, me enganchó de tal manera que no desvié la vista un segundo hasta terminar. Felicidades.
December 17, 2018, 21:32

  • Lee Mirtee Lee Mirtee
    Muchísimas gracias!! Pronto vendrá algo nuevo te invito a pasar 😉 December 17, 2018, 21:39
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