Mientras caminaba de noche con mi papá en la playa con el objetivo de ver a una tortuga baula desovando, se me ocurrió poner mis dotes de humorista a prueba.
Yo sabía que las tortugas al cavar eliminan la arena que cae en sus ojos mediante el lagrimeo, pero ante un intento de sobreponerme a lo evidente grité a todo pulmón:
—Mira papá, la tortuga está llorando.
Enseguida todos se rieron a carcajadas; más tarde me di cuenta que no se reían por el aparente chiste; sino, porque era solo un niño.
Obrigado pela leitura!
Podemos manter o Inkspired gratuitamente exibindo anúncios para nossos visitantes. Por favor, apoie-nos colocando na lista de permissões ou desativando o AdBlocker (bloqueador de publicidade).
Depois de fazer isso, recarregue o site para continuar usando o Inkspired normalmente.