En mi etapa de humano fui un hombre desdichado y ahora después de la muerte creo que lo soy aún más. Condenado a vagar por el mundo sin descanso, tratando de encontrarle algún propósito a esta eterna existencia. Solo, siempre solo, mi mundo era oscuridad... Hasta que te vi a ti.
Eras sólo una niñita y sin embargo desde ese momento te amé, tu cabello cobrizo danzando de un lado a otro mientras jugabas, tus mejillas sonrojadas, tus ojos grises tan llenos de vida y tu risa. ¡Oh bendita sea tu sonrisa Amelia! Ese sonido tan cantarín y feliz pero sobretodo vivo. Tu lograste cautivarme; desde ese día encontré aquello que tanto buscaba.
Eras tú Amelia, siempre has sido tú. La luz en mi oscuridad, la brisa fresca en mi camino. Llenaste ese vacío que me hacía sufrir y fuiste tú mi dulce, dulce niña y el sonido de tu risa las que lograron darle un significado a mi existencia. Ya no tenía que vagar más porque te pertenecía a ti.
Obrigado pela leitura!
Podemos manter o Inkspired gratuitamente exibindo anúncios para nossos visitantes. Por favor, apoie-nos colocando na lista de permissões ou desativando o AdBlocker (bloqueador de publicidade).
Depois de fazer isso, recarregue o site para continuar usando o Inkspired normalmente.