Déjame contarte un secreto, siempre existió una dimensión alejada de la nuestra en donde el caos mundial nunca se detuvo, al contrario solo fue empeorando hasta el punto en que la civilización tuvo que reorganizarse y comenzar desde abajo.
Todo comenzó en enero de 2030, cuando en México se suscitaron las desapariciones de diversas figuras públicas relacionadas con el partido ganador invicto desde el 2018, el Frente de Abundancia Humana Resistente (FAHR).
La gente especulaba que era obra de la Comunidad de Acción Incluyente Nacional (CAIN), ya que este partido y sus allegados no compaginaban con las propuestas de su oponente; sin embargo, no se recopilaron las pruebas suficientes para hacer una acusación.
Ante este hecho, el siguiente sospechoso era EUA, pero era imposible. ¡Ambas naciones saldaron sus deudas!, y pese a ello, el pueblo mexicano creía fielmente que Estados Unidos era el culpable porque en algunas pertenencias de los desaparecidos había ADN de norteamericanos.
Fue entonces que al concluir las elecciones realizadas el 1° de abril, un miembro nuevo del Consulado de Portugal, quien admiraba a un dictador francés de los 80’s, colaboró con el CAIN para evitar que el actual postulante del FAHR llegara a la presidencia.
Las noticias salieron como recién horneadas, y varios medios de comunicación tanto tradicionales como contemporáneos anunciaron que hubo un Golpe de Estado, el cual no tenía que ver con el rival del FAHR ni con aquel miembro del Consulado. Más bien, todo provenía de la estructura interna del FAHR.
Tras múltiples exhaustivas investigaciones se reveló que lo anterior era una verdad a medias, pues si bien tanto el Consulado como el CAIN no eran responsables de lo sucedido, sí tuvieron que ver. Ellos coaccionaron con los mexicanos que ya no estaban siendo beneficiados como antes.
Más aún, se esperaba que esta información se difundiera a través de todos los medios, pero solo apareció en algunos libros. La versión que prevaleció durante mucho tiempo fue la ofrecida por los altos mandos, donde declaraban que el Golpe de Estado se dio por una mala gestión al contar los votos.
Dicho acontecimiento dejó tan mal sabor de boca a la mayoría de los habitantes del territorio y también de otros países que, el 05 de junio de 2030 estalló la primera guerra, en la cual participaron México y Portugal. Luego, les siguieron Francia y Jerusalén, y así se sumaron más países hasta que lo único que veían los humanos era sangre por doquier.
Por fortuna, el 14 de diciembre de 2042 fue la última guerra, aunque para ese punto, la sociedad ya era un desastre. Los recursos se estaban agotando, la población se redujo en un 65%, había terror en las calles, entre otros males.
Así fue los continentes se destruyeron casi en su totalidad, resultando la creación de islas, las cuales se cubrieron con domos de cristal para proteger la salud humana de la “contaminación”, y procurar que las personas se sintieran aisladas. Cada isla se nombró con las primeras palabras de los primeros rescatados en cada zona.
Después de tantos desastres, el 05 de febrero de 2043 surgió la Era de Sangre, una nueva era en la que la vida humana probaría que todavía había esperanza de recuperarse. Mas, solo era un anhelo, a partir de entonces, la sociedad sufrió daños constantes.
Los avances tecnológicos decayeron ya que los teléfonos eran casi cachivaches porque prevalecieron modelos antiguos, y dejaron de existir las tarjetas de crédito. Asimismo, las únicas formas de comunicarse era a través de comunicadores portátiles o cartas, radios y periódicos.
Por otro lado, las personas se discriminaron conforme a sus habilidades de supervivencia y poder. De esta forma, quienes sabían defenderse, eran violentos, venían de familias adineradas se consideraban Cazadores, los cuales a su vez se dividían en cuatro clanes: Leones, Elefantes, Jirafas y Ballenas.
Cada uno de estos clanes se caracterizaba por su forma de asesinar y su nivel de agresividad con sus víctimas, siendo los menos peligrosos las Ballenas y los peores, los Leones. Por el contrario, los “débiles” adquirieron el apodo de Presas, quienes habitaban en madrigueras (colonias) y no tenían distintivos oficiales.
Encima, eran los medios de comunicación tradicionales quienes decidían el destino de cada persona. Ni siquiera las mismas familias conocían sus categorías, esto lo averiguaban hasta sus primeras salidas a la calle debido a que así sabían si eran respetados o serían lastimados por algún grupo.
Pero toda la tormenta histórica recayó en Anet Bowie, una adolescente con disforia de género, quien tenía mala salud emocional tras perder a sus padres y hermanos a corta edad. Desde entonces, ella vivió entre oscuridad, decepciones y traumas que nunca fueron tratados ni hablados con alguien.
Siendo una jovencita con serios problemas psicológicos, desarrolló TID (trastorno de identidad disociativo), lo cual la hizo ser excluida de su isla, Trésse. Entonces, se movió a la zona más recóndita de allí, Hesitate o H-55, mudándose al edificio Good State.
Allí conoció a Camile, casera del Good State. Ella apenas notó lo joven que era Ann, decidió hacerse cargo de ella como si fuera su hermana menor debido a que le llevaba varios años. A pesar de sus buenas intenciones, algo que no consideró era el largo historial de arranques violentos de la nueva inquilina.
Menos, esperaba que sin importar qué hiciera, cualquiera que decidiera ser roomie de Anet, muriera cruelmente sin ser una casualidad. En vista de la irritabilidad de Bowie y los asesinatos, creó un plan de contingencia efectivo pero nada relacionado con la ética.
Fue así como durante muchos años, Camile utilizó cócteles mágicos para calmar a Anet, y advirtió a quienes querían acompañarla acerca de lo que solía pasar. Aun así, nada de ello funcionaba y solo podía rezar para que la deplorable situación terminara.
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