Sus pies. desnudos, salpicaban los charcos que se encontraba por el camino, rellenados por las lágrimas de aquellos que lo habían acompañado hasta entonces. Su mirada, perdida, se clavaba en la enorme puerta que tenía delante suya, sabiendo que iba a dejar atrás todo lo que había vivido. Muchas veces, en otro tiempo no muy lejano la había visualizado, pero nunca la había visto tan cercana como hasta el día de hoy.
Echó una mirada rápida hacia atrás. Allí estaban ellos: su familia, amigos, compañeros, conocidos, e incluso enemigos. No entendía el por qué tenía que alejarse de ese mundo, nadie lo comprendía. Era lo que llamaban ley de vida.
Pero había llegado el momento de dar un paso adelante. Subió el penúltimo peldaño, situándose enfrente de la puerta cerrada que lo llevaría a otro mundo. En el último, aparecieron todos los seres queridos que había dejado de ver años atrás. Entre ellos, conmovido, vio a su madre, en cuya mano sostenía la llave de la cerradura de la puerta. Sin tener que decir nada, sabía que solamente tenía que cogerla y abrirla.
Alzó su mano para hacerlo. Pero antes de agarrarla, sintió algo en el pecho. Era una sensación cálida, diferente a la del mundo frío que lo rodeaba. Poco a poco sintió que no debía coger esa llave, y todo aquello empezó a evaporarse...
Abrió los ojos. Estaba tirado en el suelo, acompañado por un hombre y una mujer vestidos con bata blanca. Esta vez, se había salvado.
Obrigado pela leitura!
Podemos manter o Inkspired gratuitamente exibindo anúncios para nossos visitantes. Por favor, apoie-nos colocando na lista de permissões ou desativando o AdBlocker (bloqueador de publicidade).
Depois de fazer isso, recarregue o site para continuar usando o Inkspired normalmente.