Quizá hacía falta el agua en mis ojos y hacer un viaje nocturno al cuál no quería ir, para darme cuenta de que aún hay lugares donde se ven las estrellas.
En terrenos baldíos, cerca de cementerios, en caminos rurales; en lugares después de un desastre… en esas excepciones, si miras hacia arriba, arriba del todo y fijas los ojos más allá de tu cabeza, allí brillan las estrellas. Algunas son planetas, setélites, basura espacial; algunas más lejanas que cercanas, muchas de ellas muertas ya, y sin embargo, si logras ver bien, sin luces humanas cerca, allá todavía brillan las estrellas.
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