La fría nieve caía sobre el pequeño poblado que se encontraba rodeado por los enormes y nevados montes cuya piedra parecía ser de color azul, el nublado cielo oscurecía las cuatro casas junto a la iglesia de madera donde residía un objeto que todos creían que era sagrado: la lanza del Centurión. Acostada sobre un altar que se encontraba en el centro de la iglesia, aquella vieja y oxidada lanza era, en teoría, el arma que el soldado romano usó para abrir el costado de Jesucristo cuando él estaba en la cruz. Los pobladores pensaban que aquella reliquia podía concederle, a quienes le oraban, todos los deseos que ellos tuviesen. Aunque aquella reliquia poseía una gran fama debido a sus grandes milagros, lo cierto era que nadie conocía a los supuestos afectados y muy pocos sabían que ese pueblo siquiera existiese, siendo más un fallido atractivo turístico de un pueblito sin nombre a antes algo verídico y comprobable. Por desgracia para ellos, su pequeña e inexistente fama si llegaría a los oídos de alguien poderoso y peligroso.
La nieve apenas caía cuando él llegó al pueblo, de enorme tamaño, casi llegando a los dos metros y medio, portando una negra armadura junto a una capa del mismo color que cubría todo su cuerpo y una enorme mascara que ocultaba su rostro dejando sus ojos verdes junto a su larga cabellera gris visibles, Jack el líder del Ejercito Oscuro se adentró al pueblo en búsqueda de la Lanza del Centurión.
Mientras caminaba por la única calle que había en el pequeño pueblo, todos miraban con horror su máscara, el único modo de describirla era como si una gárgola, un demonio y un murciélago hubiesen tenido un hijo. Negra como su armadura, con tres cuernos y dos alas de murciélago en la parte trasera que realzaba su imponente aspecto, el verdoso brillo de la mirada de Jack hacía dudar a los que lo veían que eso fuesen ojos. El tercer cuerno se alzaba erecto en el medio de la cabeza como si fuese la parte central de una corona y los otros dos cuernos sus costados. Desenvainando su enorme espada, Jack hizo un ademan para que su ejército comenzase el ataque a la ciudad, los ciudadanos al ver como varios soldados de negra armadura con cascos que tapaban sus rostros dejando visibles sus ojos rojos iniciaban el ataque al pequeño poblado mientras Jack se adentraba a la iglesia siendo acompañado por dos horridos sacerdotes que llevaban túnicas rojas.
- ¡Este es un lugar sagrado!- exclamó el Padre Ramón al ver a Jack entrar junto a una enorme Rata de ojos amarillos que llevaba una túnica roja y otra cosa que escondía su rostro en la enorme capucha, siendo sus enormes ojos amarillos lo único que podía verse junto a una espectral sonrisa- ¡¿Cómo osan entrar aquí?!
Por medio de un gesto con la cabeza, Jack le ordenó a su Sacerdote Carmesí que fuese en búsqueda de la Lanza, el joven padre de cabello negro con una enorme calva en la parte superior de la cabeza trató de detener a la enorme Rata de ojos amarillos cuando Jack lo tomó del cuello con una sola mano y lo levantó como si fuese un simple almohadón. Tratando de defenderse, Ramón le puso la cruz de su rosario en la frente haciendo que Jack riese.
- Hombre de poco conocimiento- rió Jack al ver aquel intento fallido del sacerdote- ¿Crees que tus chucherías te van a salvar? ¿Qué sabe un cristiano del verdadero conocimiento, de la creación y de los Dioses? Para ustedes solo hay un Dios y todo tiene que girar en torno a él limitando sus mentes y sus conocimientos a solo una verdad más no la verdad como tal
Lanzándolo a donde se encontraba una enorme estatua de un Cristo crucificado, Jack exclamó:
- ¡No idolatraras imagen alguna! Ustedes son tan patéticos que ni siquiera saben cuando están faltando a sus propios mandamientos
- Mi señor, esta Reliquia es un fraude- le informó aquella Rata de ojos amarillos y túnicas escarlatas mientras le entregaba la lanza
- Como imaginaba- le respondió Jack sosteniendo la lanza y rompiéndola con la sola fuerza de su mano derecha. Sus ojos verdes largaron un fuerte resplandor mientras añadía- la verdadera lanza nunca perteneció a un Centurión sino a un simple soldado que se encontraba asustado cuando el cielo se oscureció y el Dios de color Violeta destruyó el velo del templo como represaría por la muerte de su hijo amado
Observando al Padre Ramón quien se encontraba asustado y anonadado ante el poder de Jack, aquel líder del ejército oscuro añadió:
- Del mismo modo que yo destruiré este
Retirándose con lento e imponente paso, Jack abandonó la iglesia mientras sus soldados lanzaban varias antorchas encendidas al interior de la iglesia y los Sacerdotes Escarlata cerraban las puertas dejando al Padre Ramón a merced de las llamas que se extendían por aquel enorme templo de madera.
Mirando desde la distancia como el pequeño pueblo ardía hasta los cimientos, Jack se lamentaba de haber perdido el tiempo y se disponía a buscar la próxima reliquia sagrada, no pararía hasta encontrar a la verdadera, a la que realmente podía cumplir todos sus deseos y realizar auténticos milagros, la verdadera: RELIQUIA SAGRADA.
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