Año 2050:
Muerte, sangre, dolor.
Eso era todo lo que se podía ver en las calles de Japón.
Gaara iba caminando entre los cadaveres, sin importarle nada, al fin y al cabo a la aún corta edad de 7 años había sido abandonado en medio de la guerra por su propia familia.
Pero, el, a diferencia de los otros niños de su edad, si entendia lo que pasaba.
Puede que ni siquiera sus padres se dieran cuenta, púes para ellos la inteligencia en ese tipo de cosas no era importante.
Gaara no sabía cuanto era la raíz cuadrada de menos uno, pero en menos de un minuto, podría pensar en una estrategia perfecta para aniquilar a 100 hombres.
Él era consciente de ello.
Y lo usaría, lo usaría para vengarse de su familia y, para liberar al que, desde hacía mucho tiempo había empezado a considerar como su país, su hogar.
Hogar el cuál acababa de ser invadido y sometido por el ejercito de el Imperio de Immbube.
Aquel día de hace ya dos semana había comenzado como un día totalmente corriente para el, estaba con su familia de vacaciones en el país, pero al despertar aquella mañana encontro una nota "Hijo, no eres útil para mi imperio, adios"
Fue en el momento de asomarse por la ventana y ver los cuerpos tirados, la sangre en el suelo y aquellos robots humanoides pertenecientes a su país natal, que supo que vengaría a todos los muertos que aquella conquista ocasiono y liberaría a todos lo vivo de la tiranía del Imperio de Immbube.
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