“Mira como han sido tus acciones en el pasado y pregúntate el porqué de los sucesos de hoy” es un lema que siempre tengo presente y cada día me retumban en la cabeza, es como si me dijeran que en algún momento de mi vida hice algo y lo estoy pagando ahora. Tal vez sea cierto, pues no le encuentro otra explicación a los sucesos que me han pasado a lo largo de la vida y por ellos a lo que me he tenido que enfrentar. Tal vez piensan que exagero, que no todo lo malo me ha llegado a mí y que simplemente como adolescente al fin piensa que el mundo se le viene abajo solo porque una uña se le rompió. Créanme si fuera solo por eso, lloraría de felicidad, pero lamentablemente mis lágrimas son de pura tristeza y melancolía. Quizás tengan razón al decir que todo tiene solución y que lo mío no es la excepción, no obstante debemos saber que no todos percibimos las cosas de la misma manera y yo pienso que mi vida es un tremendo caos y no lograre salir de donde estoy metida nunca.
Soy una muchacha maleducada, no me he presentado, mi nombre es Mariana, una joven de 18 años que en vez de estar escribiendo estas líneas tan deprimentes, que de paso no sé porque rayos las leen, debería estar en una fiesta disfrutando de la vida, de la plena juventud. Pero, no es así, vivo en Lajas, Puerto Rico donde en esta isla todo es fiesta y jolgorio. Muchos botes navegando por la “Parguera” que dentro de la misma se siente una alegría tremenda cada vez que se está allí. Pues se escucha la salsa y el merengue que caracteriza a nuestra gente, ese vaivén de caderas que nos hacen sentir libres y triunfantes por el tiempo que estés dándole sansón a tu cuerpo. Otros comprando artesanías hechas con mucho amor de la mano de nuestros viejos y jóvenes que buscan salir de la mala racha que nos ha tocado en estos tiempos. Sin embargo, a pesar de que acá se vive como si el día fuera el último que se fuera vivir, en mi casa todo es un torbellino, desastre, un aire tenso y con una energía negativa.
Todo comenzó un 3 de Junio del 2003 cuando mis padres Julia e Ignacio decidieron que deberían dar un viaje en familia, si porque no solo soy yo ¡ni lo inventen! Tengo dos hermanos más, Roberto (para ese entonces tenía dieciocho años) y mi gemela Ángela, las cuales teníamos alrededor de cinco años. Éramos muy felices para aquella época, siempre hacíamos maldades, entiéndase Ángela y esta servidora, nuestro lazo era tan fuerte que ya la otra sabía la nueva hazaña que se tenía en mente. No había retos que no pudiéramos rebasar, para nosotras todo era pan comido, sin embargo esa tarde estropeo todo, fue el día que comenzó todo.
Obrigado pela leitura!
Podemos manter o Inkspired gratuitamente exibindo anúncios para nossos visitantes. Por favor, apoie-nos colocando na lista de permissões ou desativando o AdBlocker (bloqueador de publicidade).
Depois de fazer isso, recarregue o site para continuar usando o Inkspired normalmente.