Aquel apartamento fue testigo de nuestras noches de amor donde ambas nos entregamos tantas veces que es difícil de olvidar, donde me juraste tu amor y a la vez tu despedida indefinida.
¿Aquel hombre te manipuló?, era demasiado obvio que una unión cómo la nuestra no era de mayor agrado para tu familia, debías dar descendencia a todo costo y con una vampira cómo yo lo único que encontrarías era infertilidad para la eternidad.
Me dejaste con el corazón roto al oír tus gemidos de dolor al estar con aquel tipo, en tus ojos se notaba que hacías todo esto solo para probar el punto de aquellos hijos de...
Te fuiste.
Tuviste una tierna niña.
Formaste un hogar.
¿Donde habia quedado la locura de la bella Harin que aullaba en la oscuridad?
Podrás irte de mi lado, despedirte mil veces, romper aquellos vasos de caricaturas que tantos amabas, ignorarme y borrar cada rastro de mi olor en ti.
Pero cariño, seamos sinceras.
Los besos nunca podrás sacarlos de tu piel, aquellas noches apasionadas nunca podrás olvidarlas y el pacto que hicimos en aquella madrugada jamás serás capaz de olvidarla.
—Que miseria es el amor, no es así—Me reía de su estúpida cara observando cómo la sangre se derramaba en el suelo—Si creías que me había olvidado de ti, no pude conterme mas años más.
—Déjame ir Hana, ellas me necesitan...—Con sus últimos alientos el tipo trataba de mantener su último hilo de vida pero este si era un adiós definitivo para el.
—Ellas no te necesitan hijo de puta, piensa en tus últimos momentos de vida cómo que fuiste una roca en mi camino que necesitaba eliminar, créeme aquel lugar siempre fue mío y tu lo usurpaste—Rei de manera nerviosa observando la cantidad de sangre que desparramaba aquel idiota.
Ojalá lo pudiera dejar seco sin sangre pero eso me causaría problema con Harin, no quería hacerla enojar por jugar un rato con su juguete dañado, ella se enteraría pronto al salir de aquel edificio.
Finalmente con sus últimos suspiros padeció aquel idiota de mi irá inevitable, ya me había aguantado muchos años en el exterior tratando de olvidarlos, pero muy bien le dije que volvería.
El olor a sangre fresca me inundaba de ganas de masticar aquellos huesos y tragar aquella sangre espesa de sabor agrio, me estaba conteniendo pero ya había cumplido con mi cometido y al ver la expresión de muerte en su cara fue de total felicidad para mí.
La sangre en mi ropa se pegaba a mi piel pálida, mis colmillos salían con ansiedad al sentir el aroma dulce de su sangre llegando al lugar de los hechos, aquella expresión de sorpresa no pasó desapercibida por mis ojos.
Era mi hora de actuar mi amor.
—Esto no será un adiós simple donde el mundo seguirá y tú te irás, estábamos destinadas a estar juntas hasta la eternidad pero aquel hombre tuvo que llegar, ¿tú crees que este será un adiós?, ¿que este será el final de nuestra relación?—Le hablé con firmeza mientras la veía temblar de terror—Es interesante saber que esto definitivamente no es una despedida y aunque estés lejos de mi, haré lo posible por estar a tu lado Harin.
A Harinie se le nublaron los ojos y se desmayó probablemente de la impresión, la dejé en una esquina mientras me deshacía de aquel cuerpo tosco en algún rincón. Regresé para tomar su pulso que me recibía con emoción, la tomé en mis brazos y le canté con devoción.
Amada mía, sabes tanto que te amo y te odio por dejarme sola.
Ahora la oscuridad caerá sobre nuestros sucios cuerpos y serás mía hasta la eternidad, nadie nunca nos separara de nuevo, así que ámame mucho y olvida aquellos amargos recuerdos, porqué tu alma siempre fue mía y la mía siempre será tuya, éste nunca fue un adiós amada mía, solo fue un hasta nunca.
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