saturniswatching Valenchina Galaez

Dos hermanos confundidos exploran sus sentimientos el uno por el otro. ¿Será un simple amor de hermanos? ¿O algo más?


Romance Impróprio para crianças menores de 13 anos. © Todos los derechos reservados

##incesto
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Miedos

−Escorpio −llamó Cáncer a su hermano−. Escorpio −intentó otra vez, viendo que no respondía.

Era de noche. La luz de la luna entraba por la ventana, pero eso no era suficiente. Y la lamparita que siempre estaba prendida por la noche se había averiado. ¿Quién, si no era su hermano, iba a calmar su miedo? Claro está que no era un temor con fundamento. Pero estaba, y eso no cambiaría a no ser que Escorpio levantara su maldito trasero.

Aguantando las lágrimas, Cáncer estiró su brazo hasta dar con la espalda del mayor. Él no se movió, desesperando al pobre y temeroso castaño.

−Por favor… −dijo Cáncer, rompiendo a llorar.

Luego de unos minutos, en los que Cáncer se alarmaba por el más mínimo ruido o movimiento y suplicaba ayuda, Escorpio despertó.

−¿Qué pasa? −preguntó, entre dormido, enojado y preocupado.

−Tengo miedo −habló Cáncer.

Sin decir nada, el mayor se levantó de su cama y caminó hasta la de su hermano, recostándose y abrazándolo.

«Qué dramático», pensaba Escorpio, mientras acariciaba el suave cabello castaño de Cáncer, rodeando con el otro brazo su hombro.

El castaño, en un acto de osadía, levantó la cabeza y le dio un casto beso a su hermano, en los labios. Luego, se durmió, un poco avergonzado.

Quien no pegó un ojo el resto de la noche fue Escorpio. Pensaba y pensaba, pero no lograba obtener una respuesta. ¿Eso estuvo mal? ¿Debería haberlo detenido? Sin importar las veces que lo negara, le había gustado. Algo en su interior se había removido, como esas cursis mariposas que dicen tener los enamorados. Pero no podía gustarle su hermano. Eso era para enfermos ‒o así lo creía‒…pero él no era uno.

Llegaron las nueve de la mañana, y Cáncer se despertó. Con la cara roja de vergüenza, se separó de su hermano, cuyas ojeras se podrían ver desde muy lejos. Soltó una risa nerviosa y se sentó.

−B-buenos días −dijo el menor.

‒Buenos días

Cáncer se rascó la nuca, más nervioso que nunca, ya que su hermano había fijado su mirada en sus labios.

−¡Cáncer, Escorpio! ¡El desayuno está listo! −gritó su madre desde la cocina.

El castaño intentó levantarse de la cama, pero con un rápido movimiento del mayor estuvo acostado de nuevo.

Escorpio puso las rodillas a los lados de Cáncer, y llevó su mano derecha a la mejilla de este, sosteniendo su cuerpo con el antebrazo izquierdo. Acercó su rostro al de su hermano, tan cerca que podía sentir su respiración agitada. Pero nada más pasó. Se separaron, uno con una gran confusión y el otro con la respuesta que necesitaba.

Le gustaba Cáncer.

7 de Janeiro de 2018 às 03:29 0 Denunciar Insira Seguir história
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