Los gritos y los escándalos aumentan a medida que pasan los segundos en las calles de Dublín. A lo lejos se puede apreciar el sonido de la ambulancia que se va acercando a medida que poco a poco pierdo el conocimiento. Lo último que logro escuchar es la voz de un desconocido el cual me dice algo parecido a: "Ahora está en tus manos". Tras ello, el inmenso silencio invade mi mente y yo me olvido que existo.
Sin ser conocedora del tiempo en el que vivo un dolor de cabeza me invade. Todo sigue oscuro, no hay movimiento, ni siquiera tengo la mas mínima intención por saber que ocurre, por lo menos ahora, necesito descansar un poco más.
¿Qué a pasado? Intento recordar, pero sin embargo, no logro encontrar nada, ni siquiera quien soy. ¿Habré muerto? O todo esto es solo un sueño? Sea lo que sea necesito un poco mas de tiempo.
Entre esa opaca oscuridad empiezo a observar formas geométricas de diversos colores. Con poca claridad intento seguir alguna de ellas con el movimiento de mis ojos, los cuales no son capaces de ello. Pesadez y dolor me recuerdan que necesito un poco más de descanso. Tengo la certeza de que pronto podré averiguar que es lo que ocurre.
A lo lejos, de nuevo la voz: "Ahora está en tus manos ", susurra y hace eco en el más vació espacio. ¿Quien eres? -Pienso. A lo que me responde el silencio.
Segundos después de nuevo, más formas geométricas, pero esta vez mis ojos comienzan a responder, ahora si soy capaz de seguir su movimiento. De formas a espiral crean una inmensa flecha brillante la que me indica el camino donde dirigir la mirada. Un foco de luz que apunta a un escenario sombrío donde puedo apreciar la sombra de un arpa. Alzo la mirada y ahí está. Las cuerdas se mueven pero no logro escuchar nada. Ojalá pudiera acercarme un poco más. -Pienso. Como si de una película se tratará me encuentro sentada, y entre mis manos puedo apreciar el tacto frío e irregular que tiene la madera. Da la impresión de que hace mucho tiempo que no es usada, eso me lo confirma el polvo grisáceo que envuelve mis dedos al acariciar su cobertura. Entre polvo, 7 cuerdas finas y a la vez suaves que al tocarlas desprenden una melodía que me eriza la piel.
Mis sentidos cada vez van despertando aunque mi memoria aún sigue dormida. Lo que aún se mantiene en mi, es el dolor de cabeza que sube y baja igual que el sonido de la música.
Un suspiro acompaña al pensamiento y observo que en una de las esquinas del arpa viene inscrito el nombre de Eileen. ¿Quien será? No será de la persona que escucho hablar? Y ahí es donde comienzo a caer en cuenta de que ya hace días que no se nada de nadie, ni siquiera de mi familia. O es que todavía estoy soñando? Nunca el hecho de dormir se me estaba haciendo tan largo como ahora. “Deja de hacerte preguntas y encuentra respuestas, debes salir de aquí”-Se escucha a lo lejos. Y de repente mi cuerpo empieza a caer y caer hacia al vacío a una velocidad inmediata mientras las cuerdas siguen sonando.
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