bingus420 Enrique Bejarano

Un conglomerado de historias de múltiples tópicos cuya finalidad es una cosa: El horror está en todas las formas imaginables, o quizás, en lo inimaginable.


Horror Literatura monstro Para maiores de 18 apenas.

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La tumba de cobre

Nave espacial tripulada de las Naciones Unidas UNTSS “Noah”

Tripulación: 7

Cargamento: 2,000 toneladas de alimentos preservados. 400 kg de medicamentos básicos, 200,000 toneladas de O2 almacenados. 900 kg de materia vegetal destinada a la fertilización y cultivo. 44,000 toneladas de maquinaria pesada destinada al manejo de infraestructura. 7 robots controlados a distancia para el apoyo logístico.

Destino: Planeta Marte.

El sistema computarizado de la nave, entre sonidos electrónicos y voces computarizadas, avisan que el tiempo estimado de llegada es de 4 horas con 9 minutos y 18 segundos. Mis compañeros y yo nos encontrábamos en nuestro descanso, las cámaras de sueño inducido, o como me gustan decirles -la droga espacial- fueron una gran adición para soportar la extensa fatiga de todos esos meses de viaje en el oscuro y silencioso espacio exterior. Las salas de gimnasio nos ayudaban a mantener en forma, y la extensa biblioteca de películas y videojuegos nos permitía pasar el rato mientras dialogábamos sobre nuestras familias, expectativas, o algún secreto oscuro, todo gracias a la energía proporcionada por nuestros 4 reactores de fusión que nunca nos privó de la energía y nos alejó de la locura.

Tras más de 30 años desde el fallecimiento de aquel poderoso magnate que soñaba con rasgar los límites del cielo para alcanzar el cosmos, finalmente se logró concretar la creación de una nave capaz de viajar hacia el hermano menor de la Tierra, Marte, el señor de la guerra. Aquel pálido punto rojo que a millones de kilómetros de distancia se perdía entre los incontables luceros estelares de fantasmas interestelares, es ahora una gigantesca esfera anaranjada que a medida que pasaban los minutos, aumentaba su diámetro, estoy viendo al planeta rojo, quien durante más de un siglo fascinó a los científicos, y junto a mis camaradas, pondremos nuestros pies en las arenas del árido desierto carmesí que en antaño únicamente fue perturbado por rústicos robots que hace ya mucho tiempo dejaron de existir.

Imaginar presenciar las infinitas dunas cobrizas, las imponentes montañas y volcanes extintos, los vastos valles y colinas y cañones que en algún momento de la prehistoria marciana acumularon agua líquida como el frágil punto azul en que vivimos me llena de asombro, pues desde niña mí familia prefería contarme las hermosas reflexiones de Carl Sagan en lugar de cuentos tradicionales.

Hace una hora, Diego, oficial en ingeniería computacional, envió una señal que informaba nuestra cercanía al planeta rojo, todo seguía según lo planeado. Nuestros 2 co-pilotos, Isaac y María ya estaban preparando los cálculos para maniobrar el aterrizaje, la delgada atmósfera del planeta impediría que el armazón de la nave se erosione demasiado por el ingreso, lo que definitivamente reducirá el tiempo de mantención una vez que empecemos a construir nuestra primera colonia, Nueva Jericó.

2 horas para el aterrizaje, el sistema operativo ADAM ya había arrojado todos los datos que nuestros globos meteorológicos habían recolectado, la humedad estaba muy cercana al 0%, la radiación superficial sería suficiente para quemarnos sin nuestros trajes, los vientos por ahora no son tan fuertes como se pronosticaban los modelos estadísticos, cosa buena, no quiero perder mí tiempo sacando el polvo en los pliegues del traje, pudiendo hacer algo más útil. ADAM informa que la zona de aterrizaje se encuentra en pleno día, por lo que recomienda que, al caer la noche, enviemos estos trajes a descontaminar, ya me imagino lo tardado que será establecer los cimientos de Nueva Jericó.

20 minutos para el aterrizaje, la nave desplegó sus alerones para oponer la suficiente resistencia como para que el ingreso sea lo más seguro y pausado posible, y para cuando faltaban 10 minutos, los propulsores de combustible se encendieron y comenzaron a amortiguar el descenso, hasta que el momento había llegado, los pies de aterrizaje palparon la superficie marciana, levantando una nube de polvo anaranjado que salió disparado centenares de metros a la redonda, oficialmente la humanidad puede considerarse una especie trans-planetaria, un hito que quedará marcado en la historia, y yo formo parte de eso.

La rampa descendió y los 5 de los 7 robots fueron activados para que pasearan por la zona, agarrando toda información que sus antenas, paneles y brazos puedan recopilar, y luego de 25 minutos de reconocimiento, los robots Colón, Vasco, Cook, Darwin y Battuta hicieron el consenso de que todo estaba en orden. Y así, 4 de nosotros descendió, incluyéndome, si Neil Armstrong y Yuri Gagarin vieran esto, definitivamente las lágrimas brotarían de sus ojos y se abrazarían al ver que todo este avance se pudo lograr sin la necesidad de una amenaza nuclear.

Los siguientes minutos, hablamos con nuestra ingeniera Jennifer sobre los espacios que usaríamos para levantar los primeros pilares de la base de hospedaje, en donde habrá dormitorios, sala de computadoras, comedores, y lo más importante, un huerto para el cultivo de papas, zanahorias, remolachas, sandías, calabazas y trigo, el suelo marciano es muy rico en nutrientes y minerales que, con el riego adecuado, nos servirá para nuestro sustento.

Pasaron las semanas, y la infraestructura ya estaba tomando forma, nuestro agrónomo Kevin ya hizo las primeras pruebas de cultivos en suelo marciano, y se espera que, en unas pocas semanas, los primeros vegetales marcianos ya estarán en un plato. Mientras Diego recibía el informe de que dentro de 4 meses se lanzará una nave no tripulada con suministros extras de alimento, agua y medicamentos, una de nuestras antenas dejó de recibir contacto de uno de nuestros robots que enviamos a explorar, el Cook había desaparecido en una caverna a 144 km al este, por lo que yo, junto a Isaac y Roberto, nuestro segundo ingeniero y especialista en robótica nos aventuramos en vehículo hasta la posición del robot. Ese día ADAM había pronosticado una tormenta de arena, y así fue, y aunque no era tan destructiva, sí resultaba bastante molesta, el llano valle cubierto de piedras erosionadas no impedía el avance, y en 32 minutos, nos acercamos a la ubicación de la última señal. Los datos que nos mostró ADAM indicaron que existe una disminución importante de la temperatura, pero la humedad se encontraba en un valor mayor, casi parecida al de la Tierra, podría tratarse de una caverna con agua líquida subterránea.

Esperamos a que la tormenta de arena se disipara, hasta que sea lo suficiente como para caminar con relativa normalidad, pues la gravedad menor ya dificultaba el desplazarse como en la Tierra. Isaac, Roberto y yo, en compañía del robot Burton comenzamos a andar en la arena desértica del valle, observados por el implacable sol que irradiaba la zona, y espiados por el seseo silbido del viento, esa soledad que solamente se puede conseguir en pocos rincones de la Tierra ahora acompaña nuestros oídos. La tensión nos hacía apretar nuestros cuellos y a desplazarnos con cautela, hasta llegar a un monte de no más de 50 metros de altura, con una abertura de 4 metros de alto por 5 de ancho, de bordes ásperos y rugosos. Por el estridente silbido del viento, era claro que esa entrada conecta con un túnel, un túnel del que desconocemos su longitud, por lo que Burton fue enviado a revisar. Con linternas y cámaras infrarrojas pudo mapear decentemente la zona, y aparentemente existe una cierta concentración de vapor de agua y nitrógeno que va en aumento, lo que sospecha de que posiblemente Cook haya ingresado y por accidente haya caído en algún estanque subterráneo. En mí mente imaginé muchas bromas para intentar aliviar la tensión, pero la densidad de la atmósfera hizo que mis labios se mantuvieran cerrados y mis pies me guiaran hacía el interior de la caverna junto a mis compañeros, donde sólo Isaac tuvo un entrenamiento en las fuerzas armadas, y como capitán se mantuvo por delante de nosotros todo el tiempo. Por cada paso que dábamos, la luz decrecía, y el aire se volvía cada vez más y más frío, el contador de humedad aumentaba y la piedra se volvía más lisa. Noté rápido que íbamos caminando en espiral, o eso parece, pues siempre íbamos caminando hacia la derecha y hacia abajo. Mí mente intentaba entender la naturaleza de esta cueva, qué clase de accidente geológico provocó que una caverna tenga esa forma serpentina y descendiente, no me molestaría que los geólogos y mineros aliviaran mi jaqueca ocupándose mientras comprenden la naturaleza alienígena de la caverna.

Caminamos en penumbra durante 17 minutos, y llegamos al punto en donde Cook dejó de transmitir, pero no lo encontramos por ninguna parte, y el túnel continuaba, por lo que decidimos descansar un poco y a sacar fotografías del alrededor, por lo que decidimos volver a la base de Nueva Jericó para retornar al día siguiente con baterías extras, más tanques de oxígeno y suministro de alimento intravenoso, no queremos perdernos y caer muertos por hambre o asfixia.

Una vez que llegamos a la base y comimos hasta que nuestros estómagos estuvieron llenos, iniciamos una reunión general para explicar nuestra búsqueda. Fueron como 1 hora y media de pura cháchara en donde lo más relevante se dio cuando analizamos las fotografías que sacamos, descubrimos que las piedras que conformaban el túnel no se encontraban picudas o con bordes sobresalientes, todo lo contrario, estaban limadas, casi de manera uniforme, dando la sensación de que podrían ser suaves al tacto, o por lo menos lo suficientemente lisa como para no encontrar ninguna proyección ni borde afilado. Nuestra primera idea es que se podría tratar de un antiguo pasaje de algún río, y la razón del por qué el contorno de la cueva se ve esa manera, por la erosión primigenia de agua extraterrestre, escuchar la idea de agua en otros planetas me provoca una sensación extraña en el estómago, aunque el agua es tan común como muchas sustancias, pero pensar que nuestro planeta madre tenga características tan generales me llega a quitar el sueño.

Al día subsiguiente, ya habiendo mandado el informe correspondiente y llenándonos de suministros básicos, baterías extras, herramientas de recolección de sustratos y cámaras, volvimos a las coordenadas del extraviado robot, a la caverna enigmática que podría haber vivido mucha más historia de la que nuestros cerebros podrían procesar.

Isaac, Roberto y yo, nuevamente, junto al robot Burton ingresamos a la cueva, y fuimos mucho más profundo, no sin antes instalar un pequeño poste luminoso enlazado inalámbricamente a Burton, sirviendo como una especie de cinta métrica, midiendo la distancia del túnel, y por la cantidad de tiempo que llevamos caminando hasta que retornamos al último lugar donde se detectó a Cook, los datos mostraron que recorrimos 230 metros, y según más datos recopilados por los sensores de presión atmosférico y radiación infrarroja, aún faltaba mucho por caminar, por lo que instalamos un segundo poste en caso de que la profundidad sea tal que la conexión con el robot se rompa.

Caminamos otros 10 minutos más, escuchando nuestras pisadas y el andar de las ruedas del robot, junto a los pitidos y chasquidos electrónicos de la computadora interna de Burton funcionando, algo de lo que me reconforta bastante, pues estar en total silencio en ese túnel oscuro y desconocido me provoca un nudo en la garganta, más aún cuando ya llevamos más de 15 minutos sin recibir la ya tenue luz solar, pues los muros consecuentes de la ondulación laberíntica del túnel ya habían bloqueado la boca donde entramos.

Una vez que alcanzamos los 209 metros desde el segundo poste, nos detuvimos en seco luego de percatarnos de una pendiente, la cual no estaba tan pronunciada, y el desnivel no es lo suficientemente brusco como para que nadie salga lastimado, pero nos sorprendió de todas formas porque es a partir de este punto donde las paredes del túnel empezaron a mostrar cosas extrañas, impresiones de figuras vagamente semejantes, de cuerpos espirales y proyecciones invertebradas. Fósiles, se tratan de verdaderos fósiles, vestigios de vida alienígena, vagamente similares a moluscos primigenios, pero cuya simetría no parecía ser semejante a ningún caracol ni nautilos. Igualmente vimos impresiones fósiles de siluetas que parecían ser esponjas, babosas, hierba marina y pepinos de mar. Aparentemente este túnel fue un antiguo ecosistema subterráneo dominado por pequeños invertebrados, organismos que solamente la caprichosa roca marciana aún recuerda y resguarda sus memorias con recelo. Aunque la emoción me carcomía las entrañas, a tal punto de derramar lágrimas de verdadera pasión, la verdadera caja de Pandora se encontraba debajo de esa pendiente, pues Burton arrojó datos de un incremento en la humedad, y pese a tratarse de una cueva subterránea, la presión atmosférica es mucho más similar a la de nuestro planeta que la superficie del planeta rojo, aunque aún seguía siendo demasiado riesgoso sacar nuestros cascos porque aún no se había terminado de concluir los análisis de gases y materia orgánica disuelta en el aire.

A medida que descendimos y seguimos adelante, notamos el ruido de un fluido precipitándose tranquilamente, era agua, sin lugar a duda se trata de agua, un pequeño río marciano, una muestra de que el planeta rojo se negaba a morir. Pero nuestra sorpresa se convirtió rápidamente en un temor que nos congeló la sangre y nos quitó el aliento de súbito. Se trata de una cueva ovalada de no más de 5 metros de alto, con las paredes perfectamente limadas y con impresiones extrañas talladas, y en el centro, ese maldito centro de la habitación. Apuntamos nuestras linternas casi de manera sincronizada para encontrar un gigantesco monolito de piedra oscura cuya forma parecía estar a medio camino entre una esfera y un pilar, y a un extremo la figura de una gigantesca criatura abrazando el monolito, cuya mitad de su cuerpo está cubierta de polvo naranja y algunas piedras. Nuestros quejidos de asombro inundaron la sala ovalada en un eco castigador que no podía quitarnos del transe.

El gigante también muestra rastros de haber sido fosilizado, pues no se trataba más que un esqueleto gris empolvado y aferrado al monolito. Lo analizamos de pies a cabeza, y a simple vista daba la sensación de tratarse algún tipo de humano, pero con algunas cosas que estaban mal, como la presencia de 17 costillas, en lugar de 12, unidas a un hueso que no se parecía en nada a un esternón. Carece totalmente omóplatos y clavícula, y sus extremidades, parecidas a brazos, se extendían hasta llegar a una mano con 7 falanges, cada una en posiciones demasiado extrañas, pues ni siquiera posee huesos carpianos como nosotros, se asemejaba más a un bloque semicircular irregular del que aún cuelgan esos 7 dedos.

El cráneo recordaba parcialmente al de un primate, con una cresta semejante al de un gorila en la bóveda craneal. Pudimos discernir múltiples aberturas en la que no pudimos identificar si se trataban de cuencas oculares o fosas nasales. Su mandíbula continúa sujeta al cráneo, pero los dientes no se parecían en nada a la dentadura humana, o de algún mamífero en especial, aunque la mayoría son planos y afilados. Esto que me hace imaginar que, en vida, este ser podría haberse tratado de algún tipo de homínido fornido que halló la muerte en esta caverna desolada. Caminamos un poco por la habitación y no encontramos rastros de otros fósiles similares, por lo que podemos determinar que este gigante falleció en amarga soledad. Mientras mis otros compañeros analizaban el fósil, yo apunté mi linterna hacia las paredes, encontrando extraños gravados que a mí parecer, no eran más que garabatos ignotos, tal vez algún tipo de lenguaje, muy alejado de los kanjis, del latín antiguo, de los jeroglíficos o del cuneiforme, quizás ningún lingüista sea capaz de comprender el mensaje real de estas manchas de picos aleatorios, pero algo que me daba algo de sentido, eran ciertos grabados como pinturas rupestres que se encontraban adornando las series de manchas cuyo mensaje no puedo descifrar. A medida que caminaba de izquierda a derecha, encontré que los dibujos estaban de hecho, contando una historia, quizás algún tipo de registro paleolítico del estilo de vida de estos homínidos. Al parecer ellos se congregaban en antiguas estructuras a medio camino entre cubos y pirámides. Cazaban y leían. Vi muchas impresiones de un homínido más alto que el resto, tal vez se trataba de algún líder o autoridad.

Isaac y Roberto me avisaron que encontraron algo extraño en el fósil. Al acércame y apuntar con mí linterna, pude ver por mí misma que los huesos que deberían ser las vértebras del cuello se encontraban rotas, Isaac piensa que no podría tratarse de un golpe por caída, las fracturas más recuerdan a perforaciones de alguna estructura afilada, misma que también se encuentran en gran parte del cráneo, algunas costillas, y huesos que no pudimos identificar, pero que ayudaban a mantener unidas a las costillas. Fue así como los 3 continuamos viendo los dibujos en las paredes y vimos la figura de una especie de línea alargada con una proyección espiral ascendente, parecía ser una lanza. Lo siguiente es muy confuso, pues la pared se encontraba rota, como si algo pesado hubiese impactado, lo poco que pudimos identificar es el garabato de un homínido siendo atravesado múltiples veces por los pseudópodos de una criatura cuya mitad del cuerpo se perdió por ese golpe en la pared, pero cuya forma no me recordaba a nada en el reino animal, y a juzgar por la naturaleza de esas proyecciones del cuerpo del monstruo, las posiciones de las heridas coinciden en cierta medida con los agujeros del fósil del gigante, lo que me hace pensar que ese gigante fue asesinado por un horror desconocido.

Nuestras sorpresas no fueron menores cuando nuestras linternas apuntaron hacia un orificio donde el pequeño río entraba, pero nuestro temor se incrementó aún más cuando vimos al Cook, el robot desaparecido, totalmente destrozado, a 3 metros sobre el suelo, pegado a ese orificio por una sustancia pegajosa y translúcida que no se parecía a nada terrestre, ni al alquitrán, ni al plástico, nada. No teníamos nada a mano para salvar a robot de esa altura, pero pudimos llevarnos una muestra de esa baba transparente. Era espesa, elástica, y repleta de extraños puntos dorados que resplandecen al contacto con la luz. Mi mirada cambió entonces al dibujo del homínido asesinado. Mí temor no era solamente que algo desconocido exterminó a una raza inteligente cuando nosotros apenas éramos unos monos arborícolas, me atemoriza aún más que en cualquier momento, sea mañana, o cuando llegue la siguiente nave con colonos, un antiguo horror hasta entonces olvidado haga del planeta Marte, un pequeño planeta entre millones más en la galaxia, un prometedor sustituto de la Tierra, en una auténtica tumba de cobre.

24 de Julho de 2022 às 21:27 3 Denunciar Insira Seguir história
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Gerardo Gallardo Gerardo Gallardo
Es cine
July 24, 2022, 23:59
Gerardo Gallardo Gerardo Gallardo
Es cine
July 24, 2022, 23:59
Alex Santiago Reyes Alex Santiago Reyes
saludos a bananapapus
July 24, 2022, 21:46
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