aucuack Ana Beth

Esta es una historia que nos servirá en un futuro, sobre dos chicos, amantes, donde el poder y la ambición los hará enemigos.


Fanfiction Seriados/Doramas/Novelas Todo o público.

#Taekook #kookv #magia #amor #drama #desamor #almas #gemelas
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La leyenda

"Había una vez una manada de lobos que se encontraba perdida en una montaña desde hace ya muchos años, la supervivencia en ella era cada día más difícil pues muchos lobos morían por tratar de subir la montaña en busca de alimento o un nuevo lugar para vivir, pues la grava del lugar los hacía resbalar y caer golpeándose fuertemente con la dura superficie de la roca, para otros el hambre y la deshidratación se volvían insoportables que solo no se levantaban más al día siguiente.

El Alfa, un lobo ya mayor que, cegado por las mentiras del espíritu en la montaña que solo él escuchaba y que le había dicho que en ese lugar encontrarían el paraíso, ignoraba por completo lo mucho que su manada sufría, pues su confianza estaba puesta en ese ser desconocido. Muchos lobos confiaban en su Alfa y si él les decía que ahí el paraíso se encontraba, lo seguirían hasta el final.

Fue cuando uno de los hijos menores del Alfa falleció que el primogénito del Alfa se dio cuenta de todas las mentiras que esa montaña decía pues la misma noche de la muerte del menor el lobo tuvo un sueño donde el sol y la luna le mostraban lo que sucedía con sus hermanos, la montaña le quitaba toda pizca de esperanza a los lobos hasta que estos, sumidos en una desesperación y miedo, decidían quedarse quietos en su lugar para que con la noche la montaña los volviera rocas identificables, todas parte de la montaña. Fue entonces que empezó a tratar de hablar con su padre y madre, con sus hermanos y hermanas, pero nadie lo escuchó..."

—¿Por qué?

—Digamos que el lobo era diferente, todos le tenían envidia por ser el favorito del Alfa, además destacaba mucho del resto por ser blanco como la nieve y tener mechitas doradas en su pelaje, decían que había sido un regalo del sol y la luna hacia el Alfa.

—Ohhh y ¿qué pasó después mami? ¿qué pasó con el lobo?

—El lobo tuvo que pedirle ayuda a la luna y al sol para que abrieran los ojos y vieran lo que pasaba, hicieron un trato con su alma y así lograron hacerles ver a su manada los cuerpos de sus hermanos y hermanas convertidos en roca, lo seguían siendo pero esta vez se habían vuelto solo estatuas. Para el Alfa fue doloroso ver a su pequeño cachorro convertido en piedra por su culpa y aunque el Alfa le pidió a la luna y al sol que ayudaran a su familia a salir de esa maldición, no pudieron hacer nada. El Alfa entró en una gran tristeza que hizo que lo volvieran piedra junto con los demás de la manada y los que quedaron siguieron al primogénito del Alfa fuera de la montaña, donde los guio con sabiduría y valor a un lugar mejor. Es por eso que estas estatuas están aquí, nos recuerdan que no debemos dejarnos engañar por los tramposos, que tenemos que confiar en nosotros, darle una oportunidad a cada lobito en la manada de alzar la voz cuando sea necesario. También debes darle alma a tu pueblo, no dejes que se muevan a tu favor, que tengan la confianza de hablar, de actuar por su cuenta, que no sean solo marionetas del sistema. ¿Entiendes Kook? Tú algún día serás el líder el Aquelarre, debes escuchar a tu gente, no debes dejarte engañar por los tramposos que quieran dañar a tu gente y sobre todo debes ser valiente y muy fuerte.

—Sí mami, no dejaré que una montaña fea me engañe como al Alfa. Voy a ser el mejor líder del Aquelarre y cuidaré con mi alma a los míos, así como hizo el lobo de mechitas doradas.




Para un niño era fácil hacer promesas, pues en esa edad no se es consciente de lo que estás poniendo en juego, del valor de las cosas, de tu propia alma, o de los peligros que pueden venir en un abrir y cerrar de ojos.


Ya tenía 210 años, había pasado toda mi vida manteniendo mi palabra sobre la promesa que le hice ese día a mi madre, todos los días veía por mi Aquelarre, por sus necesidades, por su seguridad, aún sin tener el mandato. Pero ahora, teniendo a mi alma gemela apuntándose con un arma, no sabía si podría cumplir con esa promesa.

No esperaba que el "los cuidaré con mi alma" fuera a ser tan literal.

Jungkook había crecido como el único hijo primogénito y el milagro del Aquelarre Norte, pues después de que la esposa del líder pasara por un tormentoso y sumamente peligroso embarazo, había sido realmente un milagro que ambos se salvaran a la hora del parto.

El pequeño heredero había nacido siendo un prodigio de la magia, podía memorizar rápidamente los antiguos libros de sus ancestros y aprender todas las técnicas de magia necesarias para asumir el trono a los 150 años cuando normalmente se estaba listo a los 210 (21 años) años de edad. Sin embargo, carecía de la confianza y la sabiduría necesaria para tomar las decisiones del Aquelarre tan pronto y su padre se encontraba aún con una perfecta salud para continuar en el poder por varios años más.

A pesar de eso, Jungkook ya era tomado en cuenta por su padre para actividades importantes de la familia, era consultado por estudiosos de la magia para recibir sus consejos acerca de nuevas técnicas que se podrían implementar y a veces era invitado a dar demostraciones a alumnos de la academia de magia.

Todo por mandato del rey porque realmente no lo disfrutaba.

Muchos del aquelarre decían que Jeon Jungkook era un milagro bendecido por el sol y la luna; que ser él era la cosa más espectacular pues con todo el poder que emanaba de su cuerpo podía hacer cualquier cosa, sentirte completamente invencible. Decían que ser hijo de los líderes del Aquelarre y el futuro de tu gente te arreglaba la vida, solo debías tomar decisiones por y para tu pueblo y lo demás lo conseguías en un chasquear de dedos.

Estaban totalmente equivocados.


Jungkook no odiaba su vida, pero cada día deseaba no ser esa persona que todos pensaban.


No tenía amigos. Al haber estudiado en casa no había tenido la oportunidad de tratar con los niños de su edad hasta los 150 (15) años que le pidieron que hiciera unas demostraciones de magia básica a estudiantes de su edad y más grandes, pudo leer en las miradas de los alumnos el odio y la envidia que le tenían pues al parecer todo padre deseaba tener un Jeon Jungkook de hijo. Cuando trato de entablar una plática con alguno de ellos, solo lo ignoraron y lo rechazaron.

—Es un presumido.

—Ni crea que lo aceptaremos.

—Es muy rarito.

—Yo puedo ser mejor que ese narizón con dientes de conejo.

Lo más cercano a una amistad sincera que tenía era su mascota Mechita, un lobo blanco de 2 metros con alas y garras de águila, regalo de su padre cuando cumplió los 80 años de edad (8 años).

Otra cosa de la cual todo el mundo estaba completamente equivocado era de su poder, pues éste no venía solo de nacimiento, Jungkook era de los seres más estudiosos y disciplinados que había en ese Aquelarre -omitiendo las pequeñas exigencias de su padre que recibía de vez en cuando-. Además de eso, su poder fluía en su cuerpo de una manera dolorosa, eran tantas las ganas de que lo usara que dolía en el cuerpo, como una tubería cerrada de agua a presión que necesitaba salir con toda su fuerza. A los 105 aprendió a vivir con eso.

Constantemente Jungkook se preguntaba qué sería de su futuro, si sería un gran líder como lo era ahora su padre, si podría manejar todas las responsabilidades de ser la cabeza del Aquelarre más poderoso del país. Yo te puedo decir que no, conozco esta historia y sé lo que pasará, y para Jungkook, se acercan tiempos difíciles.


—¿Qué sucede papá? ¿Por qué no hay nadie en la punta? —Jungkook se acababa de despertar por todo el alboroto que escuchaba afuera, esperaba poder encontrar a alguien en los pasillos de la punta (la torre más alta del Aquelarre donde vivían los líderes) para preguntar de lo sucedido pero gran sorpresa se llevó al ver que el lugar estaba vacío cuando normalmente lo llenaban los sirvientes yendo y viniendo, cumpliendo con sus tareas.

El padre de Jungkook, al escuchar a su hijo, dejó los papeles que tenía con los planos de la nueva área para los refugiados del Sur, para prestar atención al que sería su sucesor en un par de años.

—Ha habido otro ataque en el Aquelarre Sur, están llegando los supervivientes por lo que tuvimos que apresurarnos en la construcción de las nuevas torres que los resguardarán. He pedido a todos los trabajadores que cooperen con la construcción y la atención de los llegados, varios se encuentran en estado crítico. —El hombre 488 años de edad (aparentemente 48 años), se veía realmente preocupado y estresado.

Desde hace unos años, un grupo de no magos se había levantado en armas en contra de las criaturas místicas, atacando pequeños aquelarres y tribus de criaturas místicas en diferentes áreas del mundo. El consejo de criaturas místicas había decidido no darle importancia a ello pensando que su raza no representaba una verdadera amenaza a los suyos por lo débiles que eran, por lo que no hicieron nada realmente. Eso dio resultado a una molestia grande en diferentes grupos pequeños de razas que eligieron unirse a los no-magos para luchar en contra de sus líderes, lo cuales al parecer, no se preocupaban por las personas fuera de sus territorios.

Para ese día ya habían logrado tomar gran parte del territorio Sur siendo solo el Aquelarre del Sur los únicos que se mantenían firmes, hasta ese día.

—¿Por qué no me has despertado? Pude haberme levantado para ayudar en algo... —Jungkook caminó con prisa a la salida de la oficina de su padre, con la intención de ir a su habitación para cambiarse de ropa e ir en ayuda de su gente, mas fue detenido por la voz de su padre.

—Kook, sabes qué día es hoy, el señor Cho te está esperando en la biblioteca para que empieces con los ensayos para el día de tu toma.

—¿Qué? Pero si hay personas heridas y dijiste que es necesario terminar de construir las torres, los ensayos pueden esperar.

—Claro que no hijo, es prioridad la preparación del heredero que actividades comunitarias, tienes un deber como-

—¿Me estás diciendo que importa más llevarme a estudiar entre libros y pergaminos que salir a ayudar a mi pueblo? —Jungkook parecía sorprendido, pero realmente ya se esperaba algo así, había notado que algunas de las reglas que sus antepasados habían puesto con los años, eran realmente inútiles, como ésta por ejemplo.

—La gente del Sur no es aún parte de tu pueblo, no hasta que hagan el juramento de lealtad y no solo es estudiar entre libros y pergaminos, se trata de la promesa oficial a tu Aquelarre, la ceremonia más importante de la torre, no puedes tomarla a la ligera, es importante que salga bien pues vas a jurar ante nuestras deidades, el sol y la luna, que darás tu alma por tu gente.

—Yo ya hice esa promesa padre, y por esa razón es mi deber ir a ayudar a mi gente en la construcción y la atención de los heridos del Sur, sean de mi Aquelarre o no, y tú lo dijiste, cuando hagan su juramento lo serán, es cuestión de tiempo-

—¿Otra vez peleando Kook? —Por la puerta, una hermosa mujer caminó con elegancia al lado de su esposo al cual le dejó un pequeño beso en su mejilla.

—Hola mamá.

—¿Ahora qué sucede?

—Tu hijo prefiere irse a ayudar a las personas del Sur que a tomar su primera sesión para la ceremonia de toma. —Hablo el líder sabiendo que su esposa era el punto débil de su hijo.

—Tu esposo dice que una sesión de estudio es más importante que ayudar a nuestros aliados. —La situación le parecía realmente cómica a la mujer pues ver a sus dos tesoros reclamando como niños pequeños le saco una carcajada.

—¡Ey! —Reclamaron ambos al mismo tiempo pues la familia real era famosa por poseer el don de la Lectura, un don dado a pocos que consistía en leer mentes inconscientemente, ya sea por la conexión de miradas, el toque de los cuerpos, entre otras cosas.

—No somos niños pequeños.

—Qué ofensa a tu líder y esposo. —Reclamó con fingida molestia cruzándose de brazos el temible líder del Norte.

—Lo lamento mi berrinchudo líder e hijo. Pero tu padre tiene razón cariño, en la jerarquía de prioridades, los líderes están primero, después los niños, enfermos, mujeres y hombres, en ese orden, y siendo que eres el heredero al liderazgo, con más razón tienes prioridad. Además, las cosas allá abajo van muy bien, te lo aseguro, de hecho vengo de allá.

—Pero mamá, no creo que suceda algo malo si se posterga mi sesión un día o unas horas...

—¡Qué dices! El líder Kim DoHye dijo lo mismo y su mandato se sumió en el caos al primer año de su toma. —Mencionó exageradamente el líder. —Es una maldición no empezar con las sesiones el día acordado, es tradición.

—Pues hay muchas tradiciones que ya tengo planeado cambiar... —Pensó inconscientemente el chico, lo que provocó que su madre le diera un golpe en la cabeza.

—Te escuchamos. —Dijo esta vez ya un poco irritada. —Jungkook, no te estamos pidiendo nada difícil, solo que cumplas con tu deber. Además, seguramente con tu mente brillante lograrás memorizar lo del día de hoy muy rápido como para que tengas tiempo de bajar a apoyar a las personas. Esto no está en discusión así que si quieres alcanzar a ayudar a alguien, te recomiendo que vayas a la biblioteca a empezar a memorizar.

Jungkook sabía que no podía hacer nada en contra de su madre enojada, así que con molestia salió del estudio de su padre para encontrarse con su profesor en la biblioteca.

Su madre tenía razón cuando se trataba de su hijo, pues para las 2 de la tarde, Jungkook había terminado la sesión de ese día y ya se encontraba volando en Mechita hacia las torres bajas, donde se estaba llevando la construcción de las torres para la gente del Sur. Podía notar como las torres se encontraban a la mitad del camino de ser completadas por lo que desde arriba de su compañero, empezó a cargar con los ladrillos y la arcilla para colocarla en su lugar, todo usando su poder. Los habitantes del Aquelarre Norte (y algunos del Sur que se encontraban ayudando) observaban con asombro cómo Jungkook movía una gran cantidad de materiales con tanta facilidad, siendo que los magos promedio podían con una cuarta parte de lo que él. A ese ritmo, fue cuestión de una hora para que las torres se terminaran de construir.

Jungkook estaba satisfecho con su trabajo y con el de su gente, seguramente se habían esforzado mucho por lo que decidió bajar a agradecer su arduo trabajo.

—¿Por qué no ha venido antes?

—Seguramente estaba disfrutando de su torre personal como para venir a ayudar en la construcción.

—Si tiene tanto poder, debería él venir a construir todo esto solo.

—¿Por qué teniéndolo a él, me hacen venir en mi día de descanso?

Las personas sabían del don de Jungkook, de hecho era una falta de educación no comentar si poseías el don de la Lectura, y el aquelarre tenía un registro estricto de todos los habitantes con el don. A pesar de eso, Jungkook escuchaba ese tipo de comentarios todos los días, por eso decidió simplemente ponerse sus gafas que servían tanto para el sol como para evitar leer la mente de las personas y continuar.

—Muchas gracias a todos por su arduo trabajo, disculpen mi demora. —Con una reverencia y una sonrisa Jungkook descendió en el balcón principal donde se encontraba la mayoría de las personas que habían ayudado en la construcción, sin embargo todos le respondieron la reverencia por educación y salieron del lugar con prisa de llegar a sus casas a descansar, lo cual le decepcionó en sobremanera.

Después de preguntar a un guardia el paradero de los sobrevivientes del Sur, Jungkook voló arriba de Mechita para dirigirse a la segunda torre común, una que podía pasar como un parque abierto por su amplio balcón al aire libre. Pudo notar que la torre había sido llenada con carpas médicas, donde estaban atendiendo a los heridos mientras las torres en las que serían alojados los sobrevivientes, eran terminadas.

Cuando Jungkook puso en pie en el balcón, muchos de los recién llegados no pudieron evitar no mirarlo, se podía sentir su poder a metros de distancia.

—Doctora Min, ¿en qué puedo ayudar? —Preguntó inmediatamente a la doctora de la familia quien al parecer se encontraba a cargo de la situación. La mujer de 295 años, y con apariencia de una mujer de 30, al verlo sintió un alivio, pues habían unos casos serios que no tenían mucho remedio en el hospital “exprés” que habían montado ahí y debían ser tratados con un poder que los doctores presentes no poseían.

—Joven Jeon, no sabe cuánto me alegra verlo aquí, tengo unos casos que me han causado problemas y yo no puedo hacer mucho sin las herramientas del hospital.

—No se preocupe, solo dígame qué hacer.

La medicina mágica no era una sacada de otro mundo pues los magos no se regeneraban a sí mismos o a otros como muchas razas pensaban. Su cuerpo trabajaba más rápido que otras razas a la hora de curarse, es verdad, pero también requería de un reposo y cuidado adecuado. Al ser seres que requerían de un control completo de su cuerpo para manejar la magia dentro de ellos, podían concentrarse para que sus células se regeneran más rápido que un no-mago, pero la diferencia no era tan grande. Un médico mago podía ayudar a que las células de un cuerpo herido se curarán más rápido, pero ésta tarea requería de una buena concentración y de una técnica perfecta, además de que debilitaba mucho al médico. Por esta razón éste método solo se usaba en casos críticos donde el paciente se encontraba al borde de la muerte, con esto solo se le sacaba del peligro para que el cuerpo terminara de hacer el proceso con los cuidados y las medicinas adecuadas.

—Hemos mantenido a estos tres chicos con vida desde que llegaron, sus heridas son muy graves y nuestra magia solo ha logrado mantenerlos con vida unas horas para después recaer de nuevo, al parecer su cuerpo está tan débiles que no pueden empezar con su proceso de sanación, ya han recibido apoyo de tres médicos cada uno incluyéndome, y aun así vuelven a recaer. Creo que con tú poder podrás sacarlos de la zona de la muerte para que empiecen a curarse solos.

—Entiendo, haré lo que pueda, doctora Min.

—Bien, confío en ti Kook. Ya que conozco tus habilidades, no debo de preocuparme en tu técnica por lo que iré a ver a otros pacientes, por favor no te excedas y cualquier cosa, estaré en la carpa de enfrente.

Le agradaba la doctora Min, era una mujer amable que confiaba en sus habilidades, podía considerar su segunda amiga después de Mechita, pues siempre que tenía problemas aprovechaba los chequeos médicos para platicar y desahogarse con ella. Daba buenos consejos y elogiaba su forma de pensar diciendo que estaba segura de que sería un gran líder, pues notaba algo diferente en él que no había visto en otros líderes.

Después de una hora de trabajo, Jungkook logró darle el tratamiento adecuado a los dos primeros pacientes los cuales notó no tan críticos como el tercero (al cual dejó al último por esa razón). Estaba realmente sorprendido por las heridas que esos chicos traían, realmente todo el conflicto con el grupo de no-magos era un caso muy serio que tenía planeado hablar con su padre más tarde, tal vez podría aconsejar algunas cosas, podrían mandar un pequeño grupo de ataque a defender territorio aliado o recuperar el territorio del Sur.

Sus pensamientos fueron detenidos por el tercer paciente, el cual estaba teniendo un colapso. Sin pensarlo colocó sus manos en el abdomen del chico y empezó a usar su magia médica. Extrañamente, la magia actuó diferente esta vez.

En vez de que ayudara a guiar a las células heridas para que se regeneraran más rápido, éstas empezaron a sanar rápidamente, dejando a la piel sin ninguna cicatriz, cosa que normalmente no sucedía. Fue tanto su asombro, que no se dio cuenta que realmente lo que estaba sucediendo, era que estaba absorbiendo las heridas del chico, las cuales estaban pasando a su cuerpo y mientras más absorbía, más profundas se hacían.

Fue hasta que el chico abrió los ojos de golpe que sintió cómo las fuerzas se le iban del cuerpo aunado a un dolor punzante en el abdomen que lo mareo en seguida.

—¿Qué sucede? —Preguntó el chico asustado al verse en un lugar desconocido.

—Tú... tus heridas... —No pudo decir nada más pues cayó en la inconsciencia inmediatamente sobre el cuerpo del chico que yacía recostado en la cama.

Para cuando Jungkook despertó, se encontraba en una de las camillas de la carpa con unos profundos ojos cafés observándolo desde la cama de al lado y a la Doctora Min preocupada al borde de la cama del otro lado.

—Jungkook, te dije que no te excedieras, no entiendo qué has hecho... —la doctora Min estaba realmente sorprendida pues, ni con el poder de Jungkook debía de ser posible curar hasta el punto que él lo hizo al chico, además ¿cómo se había hecho esas heridas?

—Doctora Min, el chico, sus heridas, se curaron y yo- ¡Agh!

—Despacio Jungkook, tienes un gran corte en el abdomen justo como... —La doctora Min se quedó viendo al chico el cual se encontraba solo observando la escena, fue cuestión de segundos para que entendiera lo que pasaba. —Jungkook... ¿Cómo has pasado sus heridas a tu cuerpo?

—¿Qué?

—Observa. —La doctora Min alzo con cuidado las vendas de ambas heridas dejando ver cómo eran totalmente idénticas, solo menos profundas que como estaban originalmente. —Tienes la misma herida que él, además de unos pequeños golpes y cortadas en todo el cuerpo, todo igual que este chico. —Después de tocar unas partes del cuerpo del chico, pudo notar otra cosa que comprobó tocando las mismas partes del cuerpo de Jungkook el cuál le dio la misma reacción que el chico, un pequeño quejido de dolor. —Este chico había llegado con múltiples fracturas en todo el cuerpo, por lo que puedo notar superficialmente ya no están, sino no se podría mover, en cambio creo que tiene solo una ligera fisura, al igual que tú... Haz distribuido las heridas entre ambos, haciendo que no sean tan graves al estar divididas, de esa forma lo has sacado de la zona roja y se han colocado en el área de heridas de gravedad moderada... ¿Cómo has hecho eso?

—Yo... No sé, hice el mismo procedimiento que con los otros dos chicos...

—Me temo que debo informar de esto a tu padre y ahora deberás pasar reposo lo antes posible hasta que tus heridas mejoren, lo mismo para ti chico. Volveré en un momento, por favor no hagas nada Jungkook y manténganse recostados los dos, en un momento regresaré con unas hiervas medicinales para bajar el dolor.

Jugnkook se encontraba incómodo y adolorido, el chico de al lado no dejaba de verlo, como si estuviera analizandolo.

—Eres Jeon Jungkook, el hijo del líder del Aquelarre Norte.

—Así es... Tú eres un sobreviviente del Sur. —Al decir eso, el chico desvió la mirada de inmediato, recordando lo sucedido hace unas horas, donde sus hermanos y hermanas del Sur eran masacrados por los no-magos y sus seguidores, derribando su torre hasta dejarla en las ruinas. —Lo siento, no debí decirlo así, lamento lo que pasó... ¿Cómo te llamas? —Preguntó al notar que el chico no respondería.

—Me llamo Kim Taehyung, alteza.

—¿Alteza? No me llames así, aquí no tenemos ese tipo de trato a los líderes, somos familia casi casi, nos tratamos con respeto pero sin llegar a tanta formalidad.

—Yo no soy de aquí.

—Emm, lo sé. Pero por favor, llámame Jungkook o Kook, todos me dicen así. —Taehyung se mantuvo en silencio después de eso, algo que incomodó más a Jungkook pues no le gustaba el silencio. —Soy un Lector, mi medio de lectura son los ojos, la conexión de mirad- —No pudo continuar en cuanto Taehyung regresó su vista a él. Justo te estoy diciendo que leo la mente viéndonos a los ojos, y tú te volteas… —P-pense que sería correcto mencionarlo...

A pesar del segundo de conexión que tuvieron sus miradas, Jungkook solo pudo leer en sí mismo una cosa:

Tiene unos ojos bonitos.

Las mejillas de Jungkook se pusieron rojas de la vergüenza ¿por qué estaba pensando en esas cosas?

—Gracias por curar mis heridas Jungkook, por lo que he entendido, haz salvado mi vida.

—No es nada, es mi deber como heredero ayudar a las personas. —Taehyung alzó una ceja sorprendido por su comentario, gesto que Kook no notó por querer evitar a toda costa su mirada.

—¿Lo es?

—Así es, ¿acaso en tu aquelarre tu líder no hace lo que puede por su pueblo?

—Mi líder murió hace unas horas tratando de escapar de los no-magos, dejó a su pueblo como carnada para que él lograra escapar pero como lo que más buscaban eran a los líderes, no le salió como debía. —Fue tras escuchar eso que Jungkook regresó la mirada a Taehyung, el cual en ese momento la desvió al no tener atención del chico.

—¿Los trató de abandonar?

—Así es, las cosas son muy diferentes en cada aquelarre.

—Eso veo...

Taehyung podía recordar cómo esa gente había llegado a su Aquelarre a destrozar todo. Después de que los líderes literalmente usarán a su pueblo como carnada o un boleto de intercambio para salvar sus asquerosas vidas, Taehyumg estaba realmente aliviado de que a esa familia buena para nada haya sido capturada y asesinada. Sin embargo, después de ellos fueron los hospitales, las casas, las escuelas, todo, hasta que hicieron caer la última torre en su querido Aquelarre. Muchos niños y mujeres murieron, así como muchos otros hombres y mujeres fallecieron en combate por pelear por su hogar, él afortunadamente había sido salvado de una muerte inminente, muerte que buscó y no le importaba si pasaba si de esa forma salvaba a su familia. Realmente le parecía despreciable cómo las personas podían ser tan crueles como para matar a personas inocentes, no entendía como ese grupo se hacía llamar Justiciero si hacían lo mismo por lo que ellos pasaban. Él sabía que los líderes eran una mierda, pues solo veían por ellos sin importar a quién lastimaran en el camino a sus objetivos, los odiaba.

—Yo daría mi alma por mi pueblo.


Tal vez no todos eran iguales...






21 de Abril de 2022 às 19:07 0 Denunciar Insira Seguir história
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