diegogv Diego Gómez Villaseñor

Los hijos arreglaron todo para que la casa fuera lo más cómoda posible, no solo para su padre que en ese punto era incapaz de moverse ya de su cama. No para ellos mismos que se tenían que turnar los días para cuidarlo por el tiempo que le restaba (el médico había ya dictaminado su "sentencia") sino para la familia que iba a visitar al viejo Alan en sus horas finales. "Fue una buena vida" era el pensamiento constante de Alan, acostado en su lecho, esperando que llegase su momento "Fue una buena vida, sí" pensaba, mientras lo que ara él eran sombras entraban en su habitación; él sabía que esas manchas, debidas a la perdida de la vista, eran su familia reuniéndose para escuchar sus últimas palabras...


Suspense/Mistério Todo o público.

#life #vida #miedo #378 #245 #301 #deaht #347 #259
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Viví una buena vida

Miro a mi alrededor, lo poco que puedo observar desde mi lugar, acostado en la cama sin poder moverme demasiado, son algunas sombras borrosas a lo lejos que se mueven por aquí y por allá detrás de unas sombras un poco más nítidas que se encuentran de pie al, valga la redundancia, pie de la cama. A mi lado, conforme las figuras están más cerca de mí puedo ver a mis hijos con los rostros descompuestos. Tratan de aguantar el llanto de la mejor manera, pero las lágrimas logran escabullirse una a una de sus ojos enrojecidos y húmedos trazando surcos en sus pálidos y un poco rosados rostros. Los nietos, aquellos de los que pude disfrutar una mayor compañía, se encuentran al lado de mi cabeza, la más pequeña de ellos tiene una mano en mi hombro como si tratase de conciliarme en estos momentos de tragedia familiar.

El resto de la familia deambula por aquí y por allá en la habitación, un tanto exasperados por tener que venir a la que, en esencia, es mi última noche en esta vida. Son aquellos con los que hable poco, familia más alejada de mi persona que en algún momento de la vida se volvieron más unos desconocidos de los que no puedo recordar los nombres ni identificar sus rostros, pero en este punto ya tanto da una cosa que la otra, han venido a mostrar apoyo a pesar del tiempo que tarda uno irse y dejar el cascarón a la deriva para que los nuestros hagan sus ritos de despedida. Todos han venido, ya sea por mí o por mis hijos, por mis nietos, por un hermano o un primo, por quién haya sido, están aquí.

—Hijos…

—Padre, por favor, guarde sus fuerzas…

—Tranquilo, mi tiempo se acerca y será mejor usarlo de esta manera, dando mis últimas palabras a mi familia, que esperar sin hacer nada…

Mi hijo, el mayor de ellos, asiente y los demás guardan silencio para escucharme.

—He vivido una buena vida. Desde pequeño tuve unos padres, con los que espero reunirme en el cielo una vez más; que me quisieron mucho y que me daban mis gustos de vez en cuando nunca sin descuidar la enseñanza de valores, valores que espero haber podido inculcar en ustedes: respeto, bondad, sinceridad, fraternidad… amor —. Mi voz se quiebra y toso con fuerza, mi hija, la mediana de la familia, se acerca a mi mesa de noche y, tomando el vaso de agua que hay encima, me lo pone en los labios para que beba. El liquido me raspa la garganta como una lija, pero igualmente agradezco poder beber, aunque sea, un poco de agua.

—Espero haberlos educado de la manera más adecuada —, prosigo con mi discurso.

» Y no dudo de ello pues aquí están frente a mí, reunidos, para despedir a su padre que tanto los ha amado y no dejará de hacerlo aun en la otra vida. Viví una buena vida, que llego a mejor después de conocer a su madre, una mujer bellísima no solo en o físico, sino también aquí dentro, en el corazón… No… Yo… Me ha sentado de muy mala manera que nos dejará antes de tiempo, pero así lo ha querido Dios y espero poder encontrarla, igualmente, en el cielo. Quisiera pedirles perdón pues fueron tiempos en los que estuve causándoles preocupaciones a ustedes, mis hijos, mis hermanos que todavía sigue aquí en pie conmigo y al resto de la familia aquí presente.

—No diga eso, padre —. Explota el mayor de mis hijos.

—Sí padre, que para nosotros no fue ninguna molestia —. A las palabras de mi hijo menor le siguen varios asentimientos de cabeza de parte del resto, incluso de los manchones borrosos que veo a la distancia.

—Gracias… los amo mucho, hijos… hermanos y hermanas… a todos, los amo mucho…

—¿Padre? —, pregunta mi hija, asustada.

—Viví una buena vida y espero que… mi partida… no sea causa negativa… para que ustedes sigan viviendo… una buena vida… los amo…

Lo último que escucho son sus llantos. Poco a poco dejo de sentir el peso de la mano de mi nieta sobre mi hombro. Las manchas se van acrecentando hasta que pierdo la visión por completo. Mi respirar va disminuyendo lentamente hasta que, simplemente dejo de hacerlo y es en ese momento que mi corazón, mi viejo corazón que me ha dado la fortaleza de seguir adelante hasta este día, deja de latir.


.


.


.

La oscuridad… silencio… miedo…

¿No hay nada?

¿Mis padres?

¿Mis hermanos que partieron antes?

¿Mi esposa, dónde está?


.


.


.

¿Qué es… eso?

2 de Abril de 2022 às 23:22 2 Denunciar Insira Seguir história
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Leia o próximo capítulo SIMULACIÓN COMPLETADA.

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Fabi Coronel Fabi Coronel
La escena está relatada de manera excelente. Me tiene atento a cómo continuará.
September 28, 2022, 15:02

~

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