El buscador de tesoros por Alba Lagunas 10 años. Seguir história

Había una vez un anciano que se dedicaba a buscar tesoros de gran valor y después a venderlos. Vivía en una casita en un bosque muy grande, no estaba solo, tenía a su perro que le hacía compañía. El buscador hacía tiempo que no encontraba nada, así que un día se comprometió a salir en busca de algún tesoro para vender.

El anciano dejó a su perro en la casa y se fue, iba andando poco a poco, hasta que llegó la hora de comer. Delante tenía un árbol rodeado de grandes, medianas y pequeñas setas. El anciano arrancó una de aquellas setas, entonces antes de comérsela, la seta le empezó a hablar.

'No me comas, por favor .' Dijo la seta que el anciano había arrancado.

El buscador se sorprendió al saber que la seta podía hablar, así que le contestó:

'¿Y por que no debería hacerlo?'

'Yo soy un ser vivo como tú.' Dijo la seta.

Al anciano no le importó se comió la seta enseguida.

Entonces se fue alejando del árbol donde había conocido aquella seta. Pero él no sabía que se había perdido. A la noche, aún no había vuelto a su casa. Se sentó delante de un árbol, estaba cansado y hambriento. Unas horas después notó como una voz que le hablaba:

'¿Te acuerdas de mi? Soy aquella seta, yo te podía haber ayudado, pero no me dejaste ayudar. Ahora pagarás tu merecido.' Dijo la voz que el anciano escuchaba. Poco a poco se fue convirtiendo en piedra, el buscador se arrepentía de lo que había hecho así que dijo sus últimas palabras:

'Lo siento.'

Tres días después, unas turistas llegaron a la casa del buscador. Y unos años más tarde, los turistas se mudaron allí. No se sabe nada más sobre el anciano, ahora su perro vive con un señor que lo cuida muy bien.

Ten cuidado en el bosque, sobre todo si es de noche. Cuento contado, cuento acabado.