filmawake_ fuyu u

La vida de Kim Taehyung no era para nada fascinante, ésta era monótona. Es por ello que nunca esperó conocer un bonito omega de divinos ojos aquella noche de trabajo. Fanfiction Omegaverse Taekook.


Fanfiction Bandas/Cantores Para maiores de 18 apenas.

#jungkook #taehyung #bts #boyband #taekook
Conto
1
217 VISUALIZAÇÕES
Completa
tempo de leitura
AA Compartilhar

1

—Procura ponerte un poco más de cuidado, Taehyung-ah. No todos los clientes son amables. —La voz de su jefe, Kim Seokjin, parecía igual de tranquila que siempre, mas Taehyung sabía que no estaba del todo tranquilo debido a su recurrente torpeza—.

Soltó un suspiro y asintió, disculpándose.

—Puedes tomarte un descanso, daré aviso a alguien más para que entregue los siguientes pedidos por enviar, ¿sí? —esta vez Taehyung le sonrió al alfa y reverenció—.

Pensó que su jefe era demasiado amable y paciente con él, desde que había ingresado hace sólo dos meses.

—Sí, Seokjin-nim. Muchas gracias. —agradeció el alfa menor, quién recibió un chasqueo de lengua y dos golpecitos en el hombro, como modo de indicarle que ya era hora de tomar su tiempo.

Entonces Taehyung halló la llana tranquilidad que tanto buscó al sentir el agua fría mojando su rostro, como tanto había anhelado.

Suspiró y rió de frustración.

Joder, ¿cuándo haría bien su trabajo?

Su paciencia ya estaba colapsando y si aquello había llegado hasta ese punto, no se imaginaría lo que pensaría Kim Seokjin de su desarrollo como trabajador. Pero se obligó a dejar de poseer esos pensamientos mientras mojaba dos de sus dedos para peinar esos cabellos desordenados de su frente y reubicarlos tal como lucía al llegar hace un par de horas al hotel.

De todas formas, si quería permanecer un buen tiempo allí, debía lograr dominar su torpeza lo antes posible. Es más, ¿qué le diría a su madre de nuevo? Y es que a Kim Taehyung se le caería la cara de vergüenza si lo despidieran por quinta vez en la mitad del año.

Se recordó a sí mismo hace un par de meses atrás en su primer día de trabajo como reponedor del viejo almacén a una cuadra de su casa, ahí en donde había sido su primer despido del año. Y joder, desde ese instante creyó que ese sería el primer y último despido que enfrentaría. Lamentablemente no había sido así.

Qué grandísima mierda.

Entretanto salía del baño con su cabeza doliendo, vio a Hyunsik, su compañero, cambiar su atuendo rápidamente en frente del espejo.

—¿Hyunsik hyung? —lo mencionó sin vacilar, con una extraña duda en su voz al verlo cambiar su ropa de civil a la del trabajo, provocando que el más alto dejara de dar su musculosa espalda hacia el menor.

Su rostro pacífico cambió rotundamente. Dejó salir una larga queja, frunciendo el ceño y llorando en falso, mientras observaba al alfa.

—Kim, ¡me has descontado media hora de siesta! —gruñó, mas al ver el rostro de Taehyung perdiendo la gracia, este dejó de jugar y procedió a reír—. No es nada, Tae. —le sonrió y el otro alfa de inmediato descansó el rostro, aliviado—. Pero, ¿qué ocurrió? Seokjin-nim me llamó para preguntarme si podía reemplazarte por un momento antes de comenzar mi turno oficial. Iba a mandarlo a la mierda, pero recordé que el dinero del mes pasado lo había gastado en las apuestas, así que acepté por el pago doble—. rió.

—Lo siento mucho hyung...Yo...yo volqué el jugo de mango de una cliente mientras llevaba su pedido a la habitación. Ella amenazó contra mi y el hotel. —dijo, removiendo sus manos—. Sabes que no es la primera vez que ocurre, hyung. Esta mierda se está volviendo una rutina. —añadió, recriminándose con molestia.

—Tres años llevo trabajando aquí, tú sólo dos meses. Es por eso que puedo decirte que era igual a ti, bueno, tal vez no tanto. —hincó una broma de por medio, en busca de una sonrisa en el rostro de Taehyung—. Era recurrente en mí olvidar cosas fundamentales, o caerme en el suelo repetidas veces al no recordar que este lo acababa de trapear, o incluso recibir quejas de mis mismos compañeros de trabajo por lo parlanchín. Era muy torpe. —rió al recordarse en esos escenarios tan vergonzosos.

Entonces algo en Taehyung se encendió y se volvió cálido. Era un alivio saber que su misma torpeza fue común en un trabajador así de correcto como Park Hyunsik. Por supuesto, no sintiéndose contento, pero sí reconfortándose y dándose la esperanza que había parecido llegar a su ser.

—No hubiera aceptado la propuesta de Seokjin-nim si hubiera sabido que aún no llegabas. Creí que ya estabas aquí, hyung. —susurró en queja—.

—Te dije que no había problema en ello, Tae. —le recalcó, abrochándose los botones del uniforme y reubicando su insignia junto a su nombre—. El deber me llama. Mh, tómate tu tiempo, luego hablas con el jefe." le sonrió y revolvió su cabello, este quejándose ante la desordenada caricia, pues nuevamente tendría que peinarse el cabello.

Luego de quedar solo nuevamente en el lugar, los minutos pasaron, hasta volverse cuarenta y ocho minutos. Y es que sus manos sudaban por ir en busca de su jefe e informarle que ya había tomado un respiro y podía seguir con sus actividades, mas se reprimió a sí mismo al pensar repetidas veces lo ocupado que se encontraría Kim Seokjin ahora mismo, y Taehyung no quería ser más una molestia de la que tendría que aguantar.

Y era por el simple hecho de que sí, Taehyung incontables veces se había mandado cagadas en la hora del labor, pero nunca en aquellos dos pocos meses, había recibido un descanso en medio del trabajo.

Ugh.

Más no se quedaría de brazos cruzados, por supuesto que no. Estaba en su trabajo y es obvio que tenía que trabajar, sudar y desear que su turno ya pasase.

Nuevamente se dirigió al baño con tal de revisar su rostro y su atuendo, en busca de alguna pestaña caída en sus pómulos o alguna que otra basurilla en su esmoquin negro, porque sabía que cualquier informalidad en él, haría que el hotel tachado y evaluado con esas magnificas cinco estrellas, se iría a la mierda. Tal vez si no se fue al momento de verter el juego de pomelo en la cincuentona que había parado todos sus pelos. Aunque lo dudaba si Kim Seokjin lograba conversar con ella poniendo por encima sus encantos de príncipe azul.

Y en cuanto salió del lugar, se mantuvo alerta del suelo, por si en él se encontraba derramado algún que otro líquido que lo podría hacer caer y perder la gravedad que tanto odiaba Kim Taehyung. También se mantuvo alerta de su postura y de su instinto para reconocer a las personas si llegasen a estar delante, atrás o al lado suyo, para evitar cualquier tipo de accidente, porque mierda, si cometía otro, de seguro quedaría traumado.

Se dirigió hacia la sección de cocina del hotel, en donde ya las bandejas con diversos platos, refrescos y postres se encontraban en una pila ordenada junto a la boleta y el número de habitación al costado, sin tocar los platos.

Y aunque estuviera dos meses, un año o veinte años, nunca dejaría de sorprenderse del tipo de comida que consumía la gente rica, porque sí, el hotel era más que nada casi exclusivamente para ricos. No iba a mentir, por más que evitaba no comprobar el precio dentro de la boleta mientras iba en camino a la habitación correspondiente a entregar los pedidos, siempre terminaba tomando cuidadosamente el papelito blanco y terminando con la boca semi abierta debido al alto costo.

—¡Kim Taehyung! ¿Dónde te habías metido? Hace más de media hora te vi por última vez por aquí. —Yujin, la cocinera principal, recibía al alfa contenta, sin quitar la curiosidad y confusión en ella, mas se detuvo y frunció el ceño—. Hyunsik-ah ha estado recogiendo los pedidos por ti porque desapareciste todo este rato, ¿no? No me quiso explicar qué había pasado contigo. Es un hijo de-

—Yujin, mh, ocurrió un accidente con la cliente de la habitación 604. La mujer que hace un rato se fue indignada. —medio sonrió con sorna, los ojos de la cocinera de inmediato agrandándose y entreabriendo sus labios—.

—Oh, Tae-

Yujin dejó de decir en cuanto la voz de su jefe llamando el nombre de Taehyung retumbó en la cocina amplia.

—¡Jefe! —vociferó Taehyung, eufórico al verlo para volver a comenzar su jornada laboral.

—Jefe. — repitió Yujin, de inmediato saludándolo y reverenciando hacia este, quien le correspondió con una linda sonrisa que hizo del rostro de Yujin una pletora de color rosa.

Porque simplemente era Kim Seokjin.

—Le pagaré un sueldo extra a Hyunsik por reemplazarte por media hora. —dijo, desviando la mirada a su reloj en la muñeca, frunciendo levemente el ceño al confirmar la hora y volver al rostro del alfa—. Son ya las nueve y veinticinco, es decir, ya ha acabado el trabajo doble. Es tiempo de que te reincorpores.

—Sí, jefe. Por supuesto. —asintió hacia él, quien lo vio inhalar por la nariz y botar el aire contenido por la boca.

De pronto vio a Seokjin sentarse en la mesa de madera, en donde Yujin parecía seguir trabajando, cortando unas zanahorias de forma vertical y vertiendo éstas en una cacerola. Mas al percibir el aroma de Kim Seokjin cerca de ella, levantó la vista hacia donde ella creía estar ese alfa. Y entreabrió sus labios al ver a su jefe cerca de ella, olfateando las comidas, para luego arremangar su camisa blanca hasta sus codos y finalmente tomar una de las cebollas no cortadas para proceder a cortarlas en corte de pluma.

—Je-jefe. N-no haga eso, por favor. —Yujin tartamudeó, albergándose de una ansiedad descomunal al ver a Seokjin ayudándola con su trabajo. Y por supuesto que el jefe no debía trabajar. No—.

—Yah, Yujin-ah, esto es relajante. Oh, joder que ayuda con distraerme un momento. —dijo, manteniendo la mirada fija en el movimiento del cuchillo—.

Y Taehyung no hizo más que reír sonoramente, mirando embelesado a Seokjin y a Yujin, quien no sabía qué hacer en tal situación.

—Nuestro jefe Kim Seokjin-nim posee múltiples cualidades, por lo que veo y compruebo." dijo Taehyung, riendo y relajándose ante la imagen que tenía adelante.

—Por supuesto que sí, Taehyung-ah, soy Kim Seokjin. Ve al trabajo. Buena suerte. —deseó hacia el alfa, dejando el cuchillo y sonriéndole bonito.

—En la mesa dejé los pedidos listos, Tae. Buenas suerte, ¡tú puedes! —se incorporó la cocinera a darles los buenos deseos, con esa energía y positivismo que tanto adoraba Taehyung, apuntando con el índice las bandejas que yacían en la columna de pedidos.

Taehyung reaccionó de inmediato.

—Está bien. Está bien. Iré de inmediato. — le sonrió a Yujin—.

No esperó más y con el carro de transporte, depositó las dos bandejas en él, emprendiendo camino hacia el ascensor.

Pulsó el botón y en cuanto el ascensor llegaba por él, suspiró de alivio. Las puertas se abrieron y con sumo cuidado se adentró junto al carro. Revisó en el papel el número de habitación y piso correspondiente. Y tal vez debería estar feliz de que sea la única persona dentro del ascensor, porque cuando normalmente él llevaba los pedidos junto a ese molesto carro -y que ocupaba todo el maldito espacio-, siempre solía ser empujado.

Y fue por eso que agitó la cabeza y dibujó una sonrisa en su rostro. Aunque un desprevenido bostezo salió de su boca, y cuando iba a dejar salir ese aire molesto, justo ambas puertas se abrieron.

Piso 6, habitación 114.

Entonces, tras salir del ascensor, se dirigió hacia el pasillo izquierdo.

Luego de pocos segundos, suspiró complacido al estar delante de la puerta con unos grandes números que representaban el número correspondiente.

Tocó tres veces, usando el puño y recordando no golpear ni tan bajo ni tan fuerte, tal como le aconsejó Seokjin tras mencionarle que este tipo de gente solía molestarse más de lo normal con el ruido indebido.

Y en cuanto escuchó el ruido de unas llaves dando vuelta la cerradura de la puerta, Taehyung en un rápido accionar acomodó su corbatín.

—¿Sí? —escuchó la voz de una mujer, aún detrás de la puerta que no se había abierto todavía.

—Vengo a la entrega de su pedido.

Y al rato, la mujer de mediana edad salió a recibir su orden.

—Pasa, por favor. Puedes dejarlo por aquí. —señaló la mesita caoba al lado de la cama de dos plazas.

Ah, ¿y por qué la habitación olía tanto a ese perfume de flores?

Dejó ir sus pensamientos y se apuró en arrastrar el carrito a donde le indicó aquella mujer de ojos un tanto...intimidantes. Con cuidado -especialmente con el contenido líquido para ahorrar futuras lágrimas-, dejó la bandeja de madera en la mesilla, dentro de ella conteniendo la cena encargada junto a un postre que el alfa no podía identificar y un jugo de...¿naranja, podría ser?

—Cualquier cosa que usted necesite, por favor informe mediante el teléfono. —dijo, expectante con la respuesta.

—Gracias, muchacho. —agradeció.

Taehyung abandonó el lugar luego de eso, con el propósito de ir hacia la próxima habitación, que correspondía en el piso 5, habitación 79

¡Vamos, Taehyung! Se mentalizó el mismo.

Lo mismo de siempre: el ascensor, apretar los botones, extra cuidado con el carro y el contenido líquido, abriendo puertas y procurando avanzar sin tropezarse.

Y esta vez se dirigió al lado derecho, en donde los numero de las habitaciones decrecían desde el ochenta y tres.

Ah, y estaba sudando. Pero agradecía no acompañar a su amigo Namjoon al gimnasio, tal como él le aconsejaba para verse como un alfa más varonil, pues el subir, bajar y caminar rápido constantemente, de seguro estaban dando efecto a sus pantorrillas sin necesidad de ir al gimnasio.

79...79...79

¡Ah, 79!

Y si más, golpeó. Sin embargo, luego de varios segundos sin escuchar pasos acercándose o respuestas lejanas, comenzó a preocuparse.

—¿Hola? —Taehyung preguntó, procurando no caer en la desesperación, junto a tres golpes más—. Vengo a la entrega de su pedido.

Y pudo creer que escuchó unos ruidos dentro de la habitación, mas quizá esto fue parte de su imaginación, porque después de tres minutos seguían sin abrir la habitación.

Optó por irse de allí y comentarle aquello a Seokjin, pero una parte de él le aterraba por alguna razón lo que dentro pasara.

Sacó su teléfono de su bolsillo y marcó el número de su jefe.

—Taehyung, ¿ha ocurrido algo? —Seokjin contestó luego de dos tonos que mantuvo a Taehyung esperando a por él.

—Jefe, aquí en la habitación 79 nadie abre. Creo que-

Y la puerta fue abierta al fin.

—Acaba de abrir. —rió con sorna debido a la vergüenza que le ocasionó llamar a su jefe y no haber sido paciente.

Vio a un chico de estatura similar a la suya, mirarlo con ojos grandes, a la espera de las palabras del alfa.

Y Taehyung suspiro tranquilo, cortándole la llamada a su jefe, que más tarde tendría que aclarar el tema junto a él, y guardó su teléfono rápidamente en donde yacía desde un principio.

—Disculpe la demora. Yo estaba tomando un baño. —dijo al fin el omega de la habitación, riendo poquito.

—O-oh, no se preocupe. Si me permite, debo dejar su pedido dentro. —dijo, tras quedarse viendo al omega más de lo que debiese, y éste no amagando quitarse de la puerta.

—Por supuesto. Adelante. —le sonrió bonito, dejando a Taehyung desconcertado.

Y no pudo evitar inhalar más profundo el aroma del ambiente de la habitación al cruzar y pisar el suelo alfombrado. Por cierta parte fue gracioso comparar el aroma de ambas habitaciones, porque este aroma olía delicioso a comparación de ese perfume probablemente carísimo.

Con sumo cuidado, dejó la bandeja encima de la similar mesilla color crema junto a un batido que parecía ser cappuccino.

En cuanto giró, vio al omega mirarlo sin parpadear.

—Aquí le dejo su pedido. Si tiene un problema, comuníquese a través del teléfono. —reverenció hacia él, sin sostener la mirada—. Buen provecho. —añadió, despidiéndose.

En cuanto amagó cruzar la puerta, el omega lo detuvo, afirmando su muñeca.

—N-no, espera. Tu propina. —vio al omega caminar apurado hacia su bolso que estaba arriba de la encimera de la habitación.

Su propina. Sonrió hacia adentro.

—Muchas gracias…—le sonrió cuando estaba delante de él extendiendo dos billetes rosas, y su vista se dirigió hacia la placa de identificación del alfa. "Gracias, Taehyung".

—No hay de qué. —le sonrió de vuelta. Y no debía decirlo, ni mucho menos acostumbrarse a ese trato, pero sus ojos brillaron al ser llamado por su nombre—. Aunque no es necesario lo de la propina.

Y el omega mentiría si dijera que el tal alfa delante de él no lo consideraba malamente guapo. Es más, por supuesto que había visto miles de personas lindas, pero francamente, ellos no se comparaban en lo más mínimo a este alfa...Y a ese olor que aún no podía identificar, y si llegara a agudizar su olfato y aspirar más fuerte, moriría de vergüenza si la escultura delante de él lo notase.

Y se dio cuenta que había caído en sus propios pensamientos al ver al alfa cruzar la puerta dolorosamente calmado junto al carro de las bandejas.

—¡Espera! —exclamó, luego pareciendo sorprendido de sí mismo ante el alza de su voz. Pero mierda, ni siquiera él tenía claro el por qué estaba deteniendo a ese hombre, quien al segundo dio media vuelta a la espera de la voz del omega—. Mh, ¿Eres nuevo aquí? Nunca te había visto. —y aunque le preguntó como si sonase seguro de ello, su corazón latía como un loco. Y esto empeoró al ver cómo el alfa alzaba las cejas, confundido.

—Nuevo nuevo, no. Comencé a trabajar aquí hace dos meses. —rió sorprendido ante lo que creyó que ningún cliente le preguntaría a él.

Y Jeon Jungkook quedó embobado.

—Siempre vengo aquí a menudo, cada vez que deseo, no, cada vez que necesito tomar un respiro. O lo que sea con tal de alejarme de mi madre. —se sinceró. Y a ese punto no tenía idea de por qué le estaba contando esto a un desconocido. A un alfa—.

—Debe tener bastante dinero si de verdad viene constantemente. —rió Taehyung, aunque tenía temor de sobrepasarse. Más frotó sus manos fuertemente y decidió finalizar la conversación. Porque estaba en su horario de trabajo y no era correcto tener este tipo de conversaciones con clientes

—Bueno-

—Me sorprende ver a un alfa tan encantador en sitios como este. —le interrumpió, porque sabía que diría lo que cualquier trabajador diría. Y estaba consciente de que estaba arruinando e interrumpiendo su tiempo. Pero lo dijo, lo dijo porque era guapísimo.

Taehyung de inmediato cambió las expresiones. Oh joder, ¿estaba siendo...alagado?

Mas sólo optó por sonreír incómodo y bajar la mirada a sus zapatos, en donde los ojos grandes del omega no entorpeciese su visión.

—Me retiraré. Espero que disfrute su pedido. —sonrió como pudo y reverencio ante él, esperando a que el omega dijera algo.

—¿No puedes engañar a tu jefe y quedarte aquí?—preguntó sin vergüenza alguna, no pareciendo vacilar en sus palabras. Y aquello estaba teniendo al alfa tragando repetidas veces saliva—. Juro que no seré mala compañía, Taehyung-ssi.

Y el nombre del alfa salía tan suave de sus labios que a Taehyung le dieron leves espasmos en el estómago.

—¿Ocurre algo? ¿Qué necesita? —preguntó provisionalmente, tal como un trabajador debía actuar. Es que de verdad no tenía ni la menor idea de por qué el omega estaba diciéndole aquello a un alfa como él.

—Mh, por supuesto que ocurre algo, Taehyung-ssi. —rió, achinando sus ojos—. ¿Por qué no me ocurriría nada con alguien tan...tan de tu porte?"

Y casi se derrite.

Entreabrió los labios porque el oxígeno que inhalaba por la nariz no le era suficiente.

—D-disculpe, estoy en mi hora de trabajo." dijo, mas no pretendió en dar un paso hacia atrás.

No hubo palabras de por medio. Jeon Jungkook se quedó mirando los ojos castaños del alfa, quién hacía lo mismo.

Tal vez vio mal Taehyung, pero creyó notar una sonrisa ladina de ese omega, quien parecía no querer dejar ir al alfa.

—Jeon Jungkook. Mi nombre es Jeon Jungkook. — le sonrió, coqueto.

—Oh. Bien. Yo-

Kim Taehyung no supo cuándo labios ajenos estaban tocando los suyos suavemente. Sólo podía ver el cabello castaño del omega cerca de su cara.

Iba a morir.

Jeon Jungkook parecía un omega decidido y Kim Taehyung un alfa tan tonto.

Y el alfa no pude más ante el momento -¿incómodo?-. Y todo era efecto del omega, aquel llamado Jeon Jungkook, quien nunca planeó habérselo encontrado.

Y aunque sólo era un toque sutil de labios contra labios, todo en el alfa tembló, sin poder evitar los leves espasmos que se acumularon en su estómago cuando el omega pasó su lengua poquito en el labio superior.

Oh. Joder. Estaba en shock.

En cuanto Jungkook se separó de él y lo miró con esos lindos ojos grandes, chupando sus labios en un tonto intento de probar más a fondo la esencia del alfa.

—S-señor, yo-yo no puedo corresponder a este tipo de contacto en medio de mi trabajo. —y se odió cuando su voz tembló sin poder controlarla.

—Yo sé. Sólo… ¿puedes darme tu número de teléfono? Si quieres. —y el omega mentiría si dijera que no se había emocionado y quería estar con el alfa ahora. Porque amaba lo prohibido.

—No suelo utilizar demasiado mi teléfono. Y… —oh, y sentía una gota de sudor caer de su sien hacia su mejilla—. Y… yo no sirvo para esto. N-no soy ese tipo de alfa que usted cree.

—¿No? —y Taehyung creyó escuchar un tono burlesco de Jungkook—.

—No. Usted… —y su mirada se desvió hacia un lado de la pared—. Jeon Jungkook-ssi, usted merece a alguien de su altura.

—Alguien de mi altura..." repitió en voz baja. Y tal vez Taehyung vio una atisbo de una sonrisilla.

Y joder. El omega delante de él se veía tan apetitoso. Tan..tan omega para él.

Jeon Jungkook llevaba puesta una camisa negra con sólo algunos botones abrochados, su cuello y parte de su pecho estaban totalmente expuestos y eso hacía que la baba del alfa supiera al dulce olor a canela del omega.

—O tal vez tú necesitas a alguien de mi altura, Taehyung-ssi.

—También creo lo mismo, Jungkook-ssi.

Entonces no tuvieron que esperar más.

Esta vez Taehyung chocó su boca contra la del omega. De inmediato, el omega comía la boca del alfa en el impulso que causó la adrenalina que corría por sus venas. Tomó ambas manos de Taehyung y las situó sobre su cintura.

El alfa y el omega sintieron algo en ellos encenderse.

Jungkook lanzó un jadeo complacido al sentir un cosquilleo en la carne de su cintura, en donde las manos grandes lo sujetaban ahora con más fuerza.

—T-Taehyung-ssi. — jadeó casi en silencio al alejarse de su boca. Y dicho Taehyung-ssi fijó su mirada en los labios del contrario, notándolos hinchados y rosados—. Alfa… —lo nombró, desesperado, juntando sus frentes.

Y eso del alfa punzó terriblemente.

—¿Por qué yo, Jungkook-ssi? preguntó, pesándole la voz.

Y aquello hizo reír al omega que anteriormente suspiraba y pedía por más.

—Por el simple hecho de que eres el alfa más guapo que he conocido. Joder" dijo, sin interés y ansiando lo que hacían—. Quiero esto, Taehyung-ssi. —presionó su mano en el cierre del pantalón oscuro del alfa—.

—Jungkook-ssi. —respiró pesado en su oreja, derritiendo al omega.

Ambos estaban desesperados y no sabían lo que pasaba realmente.

Pero...no podían seguir besándose así si querían lo demás. No perderían tiempo y eso estaba más que claro para ambos.

Jungkook comenzó guiando su mano al cierre del pantalón del alfa, el mismo que había tocado segundos atrás. Tiró de él hasta su límite y sacó el botón, junto al cinturón.

Un calor brotó en Taehyung cuando vio al omega hacer todo aquello saboreando repetidas veces sus labios con la lengua. Y no pudo evitar sonrojarse al notar que sus pantalones yacían en el suelo y su pene erecto debajo de la tela de sus bóxers quedó a vista plena de Jungkook, quien rió ante el sonrojo.

—¿Siempre eres así de tímido? —preguntó con el aliento a tope, mas estaba realmente interesado en su pregunta y en la respuesta que daría Taehyung.

—...Uh.

Y no pudo decir más porque el omega de ojos divinos se acercó a su boca y lo volvió a besar profundo, mientras desabotonaba los botones de su chaqueta negra, hasta quedarse con el torso desnudo.

Su rostro fue directo al cuello del alfa, de ahí, en donde el olor era exquisito.

Y a Taehyung se le cortó la respiración.

La lengua del omega recorría toda la piel del alfa, suspirando de vez en cuando para dejar salir el aire que lo ahogaba por dentro.

Este alfa...

Pero Taehyung no quedaría como un estupido. Es por eso que alejó lo más amablemente a Jungkook de él, este mirándolo a sus ojos con el ansía que lo mataba por dentro.

—Tus ojos son divinos. —susurró solo a él. Y no supo si aquello fue simple coincidencia o no, porque los ojos del omega se tornaron aún más brillantes.

Taehyung tomó la iniciativa y pegó el cuerpo del omega a su pecho y este mismo se le quedó mirando impresionado. Sus manos bajaron lentamente hacia sus glúteos, en donde ahí masajeó con sus palmas, recibiendo un jadeo de Jungkook.

Y supo que el omega estaba en su tope porque de forma desesperada tomó su muñeca y lo invitó a la cama, tomando asiento y subiéndose encima del regazo del alfa, quedando más alto mientras lo miraba con los ojos hambrientos. Se movió encima de su entrepierna cerrando los ojos.

Y el único que quedaba con ropa era el omega, entonces no esperó más y por su cuenta, alejándose del alfa por un momento, se quitó la camiseta negra y se puso de pie por un corto minuto para despojarse de sus pantalones y ropa interior, volviendo a dónde el alfa de inmediato, quien lo observaba con hambre.

—Levántate. —ordenó el omega ya de pie, con el propósito de despojar del alfa su ropa interior.

De inmediato Taehyung obedeció, de un tirón sacándose sus bóxers y volviendo a sentarse en la cama y Jungkook sentándose sobre él nuevamente.

Y joder, estar así completamente desnudos sí que era otra cosa.

—Lo haré. —decía el omega, jadeando y ya tomando entre sus manos el pene erecto del alfa, quién asintió contra él, regalándole un mordisco en su clavícula. Levantó su cuerpo para ubicar la punta del pene en su ano, suspirando pesado en cuanto éste tuvo contacto. Esperó unos segundos y se dejó caer sobre él.

El alfa lo observaba con la mandíbula tensa y los ojos tan fijos.

El omega dirigió su rostro al cuello del alfa mientras levantaba sus caderas y se dejaba caer despacio, jadeando en su oreja.

Taehyung estaba encantado, terriblemente encantado con este omega. Y mientras éste encima de él se proporcionaba pequeños embistes, el alfa acarició su espalda con toques firmes pero delicados.

Jungkook gimió fuerte cuando el entrar y salir del pene se sintió tan rico.

Jodida mierda.

Pero Jeon Jungkook sabía lo que quería y deseaba: quería al alfa y deseaba saber de qué podía ser capaz Taehyung para entregarle.

Joder. El contacto era fantástico.

—Dé-déjame… déjame a mi. —susurró desesperado el alfa, en busca de él mantener el control y justamente eso era lo que el omega deseaba.

—S-sí.

De pronto el omega quedó debajo del alfa, a la espera de lo que le hiciese.

Comenzó repartiendo besos en su mandíbula y en su cuello, inhalando el olor tan exquisito de Jungkook. Jugó repetidas veces con el lóbulo de la oreja del omega y eso ocasionó agudos gemidos por parte de él. Y pese a que quería seguir sacándole gemidos al omega de esta manera, él mismo le recordó que estaba realmente hambriento por su polla al tocarla con parsimonia.

—A-Alfa~. Dame, dame.

Entonces se lo dio.

Adentró su pene en la cavidad anal del omega, este suspirando mientras la extensión se adentraba en él.

Taehyung comenzó dando pequeños embistes, embistes que ocasionaron bonitos gemidos del omega, quién yacía preparado para comenzar. Es por eso que de inmediato dejó salir su pene, no del todo, pero sí considerablemente, y se hundió en él tan exquisito, y así repetidas veces.

—Ta-Taehyung… A-ah~ Alfa. Ohg.

Los gemidos agudos de Jungkook de pronto se volvieron muy fuertes, lo suficientemente como para que sus vecinos se molestaran,

—O-oh, Jungkook. Tan precioso. —lo halagó, ahogado.

Levantó una de las piernas de Jungkook hacia arriba y se volvió a hundir profundamente, recibiendo sonidos de la garganta del omega.

—Me jodes tan- tan bien. —susurró, gimiendo y abriendo más sus muslos para darle espacio al alfa—. ¡Alfa!

Entonces así pasaron toda la noche.

A Jeon Jungkook no le importó nada.

Y Kim Taehyung se resignó al perder otro trabajo.



22 de Dezembro de 2021 às 22:39 0 Denunciar Insira Seguir história
0
Fim

Conheça o autor

fuyu u amo al taekook y la mayo

Comente algo

Publique!
Nenhum comentário ainda. Seja o primeiro a dizer alguma coisa!
~