1566617928 Francisco Rivera

“Señor Computum se ha robado las palabras de todos los niños del mundo, mientras las niñas duermen la siesta…” ¿Tu, puedes ayudarnos…?


Fantasia Fantasia urbana Impróprio para crianças menores de 13 anos.

#cuentos
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Señor Computum y otros cuentos...

Presentación


Señor Computum se ha robado las palabras de todos los niños del mundo, mientras las niñas duermen la siesta… ¿Tu, puedes ayudarnos…?


Primera parte


Ha llegado hasta la casa de los niños en forma de cuento para infantes.

Su estancia es breve y persigue un fin: robar las mejores palabras de todos los chicos, sin detenerse a averiguar si se trata de ellos o de ellas.

Quiere dejar a todos sumidos en oscuridades permanentes.


Y, que no tengan iluminación en su imaginación.

Sabe muy bien que, sin bellas palabras no tendrán la más mínima oportunidad para expresar sus sentimientos y emociones.

De esa manera podrá endurecer los corazones y así, según sus cálculos, las peleas por nada y por todo serán frecuentes.


Segunda parte


Todo esto lo pone feliz porque siempre le ha disgustado las muestras de afecto infantil.

Así, quienes ya se conocen no tendrán que saludarse, ni darse los buenos días, las tardes o las mejores noches.

Si logra ese cometido sabe que también ha de escasear todo motivo para brindarse buena compañía y de paso, enfriar el amor humano.


En el caso de las chicas, se ampliarán las reservas entre ellas y los niños.

Aplicado a las personas de mayores edades, cada manera de ser, pensar y hablar, sin duda alguna ha de resultar problemática.

Y todo esto, sin contar con el color de la piel o de la manera de verse u observarse entre hombres y mujeres.


En su plan, la semana que corre le basta y le sobra para que todos dejen de presentar visitas a casas conocidas o realizar reuniones de cualquier tipo, en cualquier horario y lugar determinado.


Tercera parte


También calcula, que cada momento de vida van a quedar sometidos a un estado de aburrimiento y a ciclos cada vez más recurrentes de repetición de asuntos sin sentido alguno.

Además, no ignora que cada niño despierto va a sentir unas terribles ganas de hacer algo, pero sin saber qué, cómo, para qué o por qué debe llevarlo a cabo.

Esta vez cuenta con un anti-juego, donde cualquier chico o chica niegue o rechace que está o se sienta aburrido o desinteresada, sin explicación alguna.


Para esto, sabe modificar el rostro de todos y todas y así, sus caras van a revelar que lo están, pero sin poder impedirlo, y entonces se apresta para introducir una mentira ciento por ciento tan falsa, como no menos original, y así, simplemente los hará decir... que para nada lo están.

Logrado esto, cada niño ha de pasar, en automático, a ser contaminado con un aburrimiento estándar.

Es decir, que ya se ha de encontrar con aburrición de diez, y sólo le ha de restar ánimo para quedar aburrido constante y dentro de ese modo fofo llegar al grado cien, el de enajenación de la aburrición celebrada, que da notoriedad de hastío a cómo ocurre por encima del promedio mundial.


A partir de entonces, tal chico o niña ya se deberá encuentra en su momento gris excelencia bañado de tedio absoluto.

Así, se debe mostrar proclive para aburrir a una u otro, pero también al resto de amistades infantes con independencia de su género.

De esta manera sabe que puede cundir ejemplo multiplicador y crecimiento exponencial, pues ambos o por separado, pueden pasar a ser dos, luego, cuatro y de ahí en adelante, ocho y así, en incremento de listas tanto individuales como grupales, un vivo ejemplo creciente, progresivo y de un estado infeliz al cuadrado o a la quinta potencia, entre lo menos inesperado.


Cuarta parte


¿Quién es este personaje?

Bueno, el trae sobre sus hombros un gran saco de yute.

En su interior siempre coloca palabras favoritas de los niños, pero ahora, también de las de las niñas y, ese juego, además, es revulsivo en versa y viceversa.


Para esto, aprovecha que ellas duermen más de la cuenta, gracias al sopor del verano y lo hace de esa manera porque sabe lo intrépidas que son.

Ese pesado sueño sobre las chicas es también obra de este personaje, pues para ello ya ha hecho solicitud anticipada ante la Mal Hada Aburrición Larga.

Ésta le concede su nefasto real permiso para extender sus dominios sobre las voluntades de todos los infantes del mundo, sin discriminar sexo y por ahora, entre los tres a doce años de edad.


También comparte la preocupación de Señor Computum: ellas siempre son más despiertas que los chavitos de todas esas edades, y siempre son excepciones notorias ante su real desgano por estar activas, despiertas, curiosas e intrépidas.

Por lo general, la manera de ser de las niñas y, sobre todo, de sus avezados pensamientos sobre el mundo, siempre le ocasionan notorios contratiempos que le desdibujan sus malas acciones y reducen a mínima expresión su mal hado, como ya le ocurre ante la presente temporada escolar, una razón entre otras que la lleva a convenir estrategias malas con este personaje, pues por separado reaccionan con altivo coraje cuando se dan cuenta lo temerosas y despabiladas, sonrientes, inquietas, curiosas que son las chicas, pues nunca de los nunca parecen encontrarse satisfechas de saber lo que saben.


Quinta parte


Algunas malas lenguas dicen por ahí, que esto es así, porque es mejor mal prevenir que peor lamentar.

Sea esto dicho en el sentido de que todas ellas, sin excepciones horrorosas y/o deshonrosas, impidan ante esa pareja de malos asociados tan perverso propósito, aplicable en esos casos en que se muestran como un dueto dispuesto a cambiar el mundo infantil, porque si y nada más porque sí.

Al respecto, ambos comparten una duda mordedora de sus conciencias: ¿Qué cosas más habrán de suceder, si no se evita todo esto desde ello y en contra de ellas?


Sexta parte

Señor Computum


¡Bueno! ¡Bueno!

Regresamos con Señor Computum, entre otras palabras irritantes, observa la de diversión tamaño familiar que tienen los chavitos de ambos sexos, y éste mira, re-mira y vuelve a mirar su, para éste, insana diversión donde fluyen risas, caras alegres, raudas carreras y persecuciones sin fin, donde alarga su pensamiento molesto:

"¿Por qué no introducir algo de malestar entre unas y unos, y viceversa?"


"¡MMM!

"Bueno, sí, ante los brotes y rebrotes de recreo, pasatiempo, esparcimiento, entretenimiento, juego y ese mal hábito de proporcionarse sano solaz, ¿qué debe ocurrir si lo convertimos en ... insano solaz?

"¡MMM, exacto, no resultar lo que es ... ¡Si no todo lo contrario, y con eso basta y, quizá hasta sobre!"


Y, en efecto, suelta unos polvos invisibles del frasco: "De no detenerse para que cause tirria inmediata", con tan sólo pronunciar sinónimos de todo lo que sea, resulte o nombre lo opuesto.

Dejar pasar ese lenguaje de ellos y entre ellas provoca una reacción inmediata, muy gravosa que asciende la temperatura hacia un grado de lo que llama: "lo peor", cuando existen ganas locas de buscar significados de burla que cada cual de la chicas aplica a sus amigos de rondas, pues se salen de contexto al comprometer la estabilidad del juego por el juego, y, además, se invoca por consecuencia a otra mal hada: Ignora Ansias, hermana de aquella, por lo que resulta más perjudicial, peligroso, engorroso y horripilante para desatar un traspié a lo que, si bien empieza, ahora, ahorita mismo no termina bien, pues se da lugar a un mal empiezo de burlas y adjetivos nada recomendables, que sólo alimentan a esa segunda hermana y se siente extasiada de modo amplio al observar cómo todo tiende a empeorar lo que ya, de por sí, da inicio a un mal divertirse entre todos.


Séptima parte


En otras palabras, los infantes tienen zona libre y pasan del desinterés pleno al de las peores intenciones donde afloran un juego de palabras altisonantes, rabadas con incipiente doble sentido, las cuales resuenan cual claves del lenguaje cotidiano al que están acostumbrados a escuchar, pero no a repetir porque de inmediato los padres llaman la atención sobre su peor resultado dentro de las tempranas relaciones humanas que intercambian niños y niñas entre sí.

De manera sospechosa, unos y otras saben que se encuentran en el rebase del sentido común de la ignorancia displicente que deja su lugar a un mal atreverse a descalificar con burlas al que se dirijan los malos pensamientos por lo que cada personita muestra en lo físico y en lo emocional.

También saben bien que en ese conocer el uso de malos calificativos por su cuenta, es algo que siempre ha estado ahí: en la Serendipia del saber con lúdico querer conocer y saber explorar sin medida, pero nunca, para lo opuesto y negativo.


Sin tener que pagar para mal aprender y refinarlo en peor aprender, ellas saben que siempre es mejor alcanzar el secreto de asimilar correctamente las oportunidades que el destino dispone para todos, sin excepción.

Así, mientras vivan, crezcan, se desarrollen y, en algún punto de su existencia no posterguen lo nunca mal experimentado de manera recurrente, pueden y deben vivir su etapa infantil con la mejor de las felicidades intermitentes que se ciernen sobre todos.

Es decir, lo que todavía no alcanzan a vivir, porque deben dejar lugar necesario para ocupar su sitio con nombre propio en el espacio y en el tiempo, donde, por ahora, existen como niñas y niños, y eso basta porque es fabuloso, pues ha de llegar el tiempo futuro inmediato para transitar de la adolescencia al de la dorada juventud imbatible.


Entonces, una Bien Hada Bien Habida descubre ese extraño sentido de correspondencia alterada para ampliar el mal lenguaje y expresar para peor, sus ideas no acertadas que ellos aplican bajo ese negativo aprender donde abundan tales sinónimos que devasta el amor propio, sano e inocente que la niñez del mundo posee dentro del alma noble y lo mejor del corazón humano que bulle en sus maravillosas mentes de aventura.

Por lo contrario, la mala pareja trabaja y empeña su mal propósito para tratar de sujetar las voluntades tiernas de los amigos en común.

En una acción nefasta ese tío del saco empobrece el enriquecedor lenguaje personal para expresar con peores e inútiles y feas palabras las acciones negativas entre los chicos, ante lo cual se ocupa lugar y tiempo dedicado a desbaratar el maravilloso juego infantil, hasta ese momento, bien llevado en santa paz.


He ahí, una de tantas mal razones para encerrar toda palabra bella en su enorme bulto oscuro.

Así que, a quiénes ya logra aburrir, introduce en sus ánimos sus espesos contra juegos de soez burla.

A partir de ese momento, los pasa a fastidiar, molestar o hartar y así, de paso, aumenta con creces el real gusto adverso de esa Mal Hada, pero no se da cuenta que no todo lo malo en abundancia debe ser solo para ella, pues ya recela hermana, quien no ve parte alguna para su propio descontento y atroz envidia.


Como también se pasa de un mero hastiar hasta ese largo cansar con disgusto e importunar sin descanso a Señor Computum, quien resopla con enfado y sentir mal humorado, por no permitirse reposar en ningún lado.

Y por igual suerte, entre ellos tres, surge de pronto un chinchar, jeringar, abrumar, incomodar, estomagar, aborrecer y abandonar sus ganas de diversión en privado, pero no en común pese a sólo estar dos de aliados y dejar en aquella otra, sola y a su suerte y mal contento y enfado.

En tal propósito negativo sabe que, si ellos se encuentran así, no tendrán más ánimos para intentar, siquiera hacer algo más de nada, pues considera que ahora de dos se pasa a tres y las malas opciones no se postergan, y eso ya es algo pese a lo que opine un calvo, pues ninguno de éstos desea ser sobremesa de segundo plato: ¡Faltaba más, cuando faltaba menos!


Octava parte


Señor Computum en otra mala oportunidad se acerca a cada criatura que se queda sin habla.

O que lo parece.

O que así lo cree él o aquella Mal Hada, sin importar si su hermana queda en ascuas.


Ignora por qué ha caído en un sopor extraño, pues desde siempre la considera con reserva y habla arada porque nunca la toma en cuenta así sea para nada y nunca darle nada que lo parezca.

Entonces, esa otra Hada Mal Hada siente caer y hacer trizas sus vanas esperanzas, porque ni llegan a ser vanas de mal jugar, quedando de pie para sólo ver sin participar de cuanto se prefiere de peor intervenir en el momento del mejor dormir de las chicas, sus mascotas y con resguardo seguro de hacer pasar tan buena disposición de los padres para renovar con el alimento del reposo todas las energías dispuestas a desempeñar en los siguientes juegos, donde ellas vuelvan a demostrar lo intrépidas que son tanto entre ellas, como ante sus pares, los varoncitos en común...

Más, en tan sólo dormitar, ese simple coyotito de veinte minutos de sueño... bien aprovechado se alarga en un sin fin de tiempo, si bien, no muerto, sí durmiente y sumido en sopor tan hondo que a todas hace sudar sin mejor resultado de lo que apoyan los ventiladores en el cuarto grande del reposo y alborozo donde pasadas noches recientes es escenario febril de la pijamada y los golpes de almohadas sin cesar.


La pareja mal habida sabe que las niñas, por ejemplo, que, en contrario a sus propósitos nefastos, duermen la siesta, se aprovechan para dejarlas sin cantar en las tardes, cuando el sol decline, y, además, saltan de contento por no dejar de calentar sus cuerpos, anegados en sudor incómodo.

Así, resta ese donaire que sólo el astro rey sabe dispensar tanto a las chicas y a sus hermanos, como a sus mascotas y aún, hasta las flores mismas.

¿Qué fatal asunto este de lo que sabe hacer tal personaje, sumado con esa Mal Hada, pero descuidado de una tercera, que supone que nada debe haber, ni tener entre aquellos dos y se disgusta de incluirla como a una tercera?


Novena parte


Este gran envidioso no se contenta con sólo tomar esta o aquella otra palabra.

Y, sin recelo alguno la extrae desde las mentes ajenas de los menores de edad a través de un mal sueño, dizque reparador, como es el caso de cambiar un falso reír por todo un más falso buen bostezar.

Aprovecha todo de todas partes y hasta de los mismos infantes, para convertir todo buen momento de aprender a reír y trasponer un agrio colmo de olmos para reiterar ese molesto nunca hacerlo seguido y a su estricto modo, cuando la tercera sin invitación alguna se atreve a sugerir hacerlo como sólo ella sabe cómo, sin exponer el procedimiento porque envidia que su hermana y éste tomen nota respecto de su invención, pues sabe que en una y en otro no existe mayor peligro que ser y aceptar ser auto críticos.


Entonces, sobrepasa con estoicismo la burla propia de su hermanita, pero no, de quien no tiene ninguna liga de parentesco y los lleva a coaligar un absurdo arriesgar la partida de dos, nunca de tres porque les resulta ajena e inapropiada.

Es decir, un filón inesperado que les parece una burbuja de burla malsana que demanda partirse en res y no, en esa unión de dos que sirve para presentar una, por así convenir a sus particulares intereses.

Ésta tercera en discordia no se encuentra dispuesta a dejar de enfrentar los mejores ánimos del mal jugar desde ellos y, donde ninguno lo sabe, pasan de aquello hecho peor secreto donde se avivan dos fuerzas para ganar la partida, en una lucha de dos sin pelea de tres, pues aquella pareja de mala ocasión teme quedarse con poco, si se comparte con esa advenediza que mal puede resultar también obtener nada donde no hay más para golpear y golpear, sin menos qué recuperar...


Décima parte


En su lugar, y mientras mal acuerdan lo nefasto a repartir, cunde una siembra de mucha tristeza y peor llanto.

Eso le resulta mejor a una e indisposición al hombrecito del saco, pero nada, ni ápice siquiera a la Mal Hada hermana de la Hermana Mala Hada, inconforme en más por no considerar su mala y tercera causa.

Y esto es así porque siempre es y ha sido una aguafiestas en cualquier parte del mundo donde suele aparecer así nada más, de rebote pronto y sin previa invitación.


En este mal saber, ya tripartito a fuerzas, respecto de lo que dos sólo creían ser capaces de ocasionar, la alteración de su mentalidad inconforme deja tristeza hipócrita en la advenediza, quien n señal de desquite extiende una aparente tersura que acumula en la superficie de su trato mágico una atadura especial que se cierne dentro de las más hondas emociones de los niños, sin más, dejando de lado la de las chicas.

Pero en el caso de ellas, esa primera mala pareja sabe bien cómo desechar tal encantamiento y potenciar el aumento de las ansiedades infantiles, para mejor incomodarlas siempre de más, y no, de otra manera.

Nunca de menos, nunca, nunca, pero desde dos, no, para nada, desde tres.


Influye desde la Mala Hada un influjo amarillo que se filtra en calidad de aire para respirar y dirigirse sobre los estados emocionales de los chicos, pero para ellas, en especial, espolvorea nocivos granos de aflicción, tribulación, pesadumbre y desconsuelo,

Todo esto, en primera intención, por supuesto.

No obstante, sabe que muchas chicas también son guerreras y se sobreponen ante esos momentos.


En consecuencia, agita un pomo secreto y vierte cual salero un segundo intento hidratado y potenciado en penas y abatimientos rudos para dejarlas amurriadas, apesaradas, mal humoradas, hipocondríacas, melancólicas y descontentas.

Pero, si vuelven a demostrar que también una que otra se sobrepone a todo esto, entonces les envía una tercera dispensa de recarga de granos absorbentes del más temprano contento en cualquiera de todas.

Segura de su proceder tiene en reserva una mezcla de sentimientos no menos confusos y nocivos para hacerlas sentir insignificantes, insuficientes e ineficaces.


Y sólo, cuando de plano se le contra resisten de manera extraordinaria, entonces él rabia a más de rabiar lo necesario y estricto a su primera rabieta.

Y decide aumentar la dosis especial de una infusión de contra reflujo que abate los estados de ánimo rico en sub nutrientes donde se conjuntan lo deplorable y lamentable.

Y, por si fuera el caso inusual, no se olvida de la sazón de lo enojoso y lo doloroso progresivo...


Pero, para su sorpresa de rabieta de rabietas, nunca faltan esas impertinencias de la tercera en discordia, quien se burla de esas antiguas imposiciones que empleaba la arcaica maga de la época de María Castaña, siempre aparatosa y grandilocuente para asustar a los bobos en lugar de remediarlos de su bobera, pues se olvidan de que en los tiempos que corren, ese tipo de artilugios son de poca monta y los malestares no duran ni media hora exacta.

Dada esa muestra de farfullo de esta tercera, irritan al personaje a grado tal que sobrepasa sus límites y lo hacen pensar en considerar con su característico apretar de mandíbulas para escoger otra manera más actual de un mejor actuar, más extremo, movilizado al parejo de quienes desea afectar de manera oscura y sombría, olvidando, además, que en ese proceder sólo muestra su pobre cachaza porque va en contra de las más recias oponentes consagradas en la tradición de Mal Hadas y Tíos del Saco habidos a lo largo de las eras, los milenios y los siglos del remoto pasado.

Ante esas chicas valientes, tratar de dominarlas con momentos infaustos, funestos y desventurados es sólo burla y pasarse de listo.


Contra ellas hace recomienda capturar las horas de tomarlas desprevenidas en franca desgracia al incorporar otras malas experiencias que busquen hacer inestable el equilibrio de sus iniciales vidas...

Si no logra avanzar un ápice en ello, recomienda desoír a su hermana y atenderla en su lugar, por lo que pide que su ayuda deje de lado la de aquella, y se fíe mejor de quien se reputa como Hada y Señora de Males Eficaces.

Sólo así lograrán restituir la aparente pose de ser él. el don señor que se precia de ser, pese a que está en medio de una consecuencia de trastocar los intereses de Mal Hada, próxima a ganar un grado de señora, a no dudarlo por ningún motivo.


Undécima parte


Al suspenderse en el aire tal propuesta, se transforma ésta en una mota de polvo.

Se aproxima a las chicas y les roba las ganas de correr.

Festeja en todo lo alto tal hurto, porque sabe bien que un mal propósito hecho y peor obtenido las deja siempre atadas no, a sus sanos juicios, sino a sus prejuicios: esos riscos mariscos que les impiden convivir en la mejor armonía y contento, no sólo entre ellas, sino entre ellos también.


Décima segunda parte


En otro movimiento más, extrae de manera miserable, mucho más que egoísta todavía, el cese del sentido del aplauso de las chicas, y deja en su lugar las bromas malsanas para criticarse unas ante otras, sin remedio y sin parar mediante mal talante.

Pero antes de retirarse del escenario donde sabe que de un momento en otro ha de haber rondas infantiles, este fanfarrón de la mala pasada roba silencio propio para no comulgarlo con aquella otra Mal Hada, y se limita a seguir corriente de: "no pasa nada y sigamos adelante", por lo que trata de llevar la fiesta en paz, dispuesto a hacer saltar la confianza de todo mal peor siempre es posible quedar revolviendo la más insana depresión donde se acumulan las más negras e infecciosas calorías.

Así, en pocos años, antes de dejar la etapa infantil, todos, sin duda alguna, se han de convertir en obesos y enfermos crónicos, y, sobre todo, acríticos adolescentes y prematuros viejos juveniles.


Además, de incapacitarlos para practicar deportes.

Hacerlos preferir vivir sus vidas sin casi moverse.

Y, en caso necio, sólo permitir aquello que represente lo mínimo necesario, que ya es y sea, necio agitarse y resulte mucho mejor quedar inmóvil en sillón, cama, mecedora, hamaca o lo que mullido fatal resulte.


Una vez que colme su enorme saco, sabe que pronto ha de desplegar unas extrañas alas de pésima imaginación para elevarse con facilidad pasmosa.

Por supuesto, no menos asombrosa a cómo cuando va entre los techos de las casas o de las recámaras.

Y desde cierta altura deja a las niñas en medio de un consiguiente mal sueño: como el que desea verter para acabar de narrar cuánto sueña cada una, de acuerdo a su manera de recrearse en su mente y pasar de manera inesperada a sufrir en su propio cerebro las angustias en cardo de pinchadas contumaces en sus tiernos corazones particulares.


Décima tercera parte


Convertida en pesadilla de la noche por transcurrir, se prepara la emergente pareja para alterar la tarde siguiente en donde él decide volver a presentarse ante más chicos que aún no lo conocen ni tratan.

Lo ha de hacer convertido en atractiva bolsa de dulces, chocolatines, gomas de mascar, paletas enchiladas y gajos de picor acostumbrados al consumo de esas golosinas que pronto rispan en una preferencia inusitada en lugar de considerar los alimentos más benéficos prefiriendo en su lugar tal chatarra a la salida de escuelas o tiendas de conveniencia y aún en abarrotes de las esquinas de los barrios donde viven…

Pero, ahora surge otro problema...


¿Cómo salir de esto?

Ese sueño es demasiado pesado para las chicas, por lo que no logran despertar de manera normal.

Y se hace necesario abrir el cofre de la antigüedad para tomar la pócima del arte de contar o narrar los primeros cuentos orales que existen en el recuerdo de los abuelos y uno que otro par de padres avispados.


Y que se fueron transmitiendo de voz en voz, como de generación en generación.

Dada las manías de Señor Computum, extrae de su bolso de yute un reloj de arena de los tiempos de María Castaña o acaso, de cuando Job calzaba sandalias nuevas.

Lo voltea de primera vez e inicia así su cuenta tramposa, donde encubre vivencias de niñas y niños.


Y los convierte en una mala ficción.

Deja la realidad de sus días de infancia a la deriva.

Sin rumbo aleccionador y sin conocimiento de a dónde van a parar sus ilusiones y esperanzas.


Décima cuarta parte


Sin embargo, este personaje de mal carácter no está acostumbrado a la brevedad de las cosas, ni a rescatar las vivencias o experiencias mejores de los infantes.

Siempre se mueve en una realidad diferente en la cual altera cada momento, por ejemplo, si se trata de alegría y juego, decide volverlos no real y los truca en algo de lo que en verdad nunca ocurre a chicas y a chicos, quienes gustan de soñar y ensoñar sobre todo para creer que la vida diaria es, si no un bello cuento de hadas, sí un lugar que merece vivirse, pese a todo.

Promotor de la maldad del corazón este personaje toma el riesgo de mostrarse con entera envidia tan sólo para transformar a las personas de manera inexplicada y caprichosa.


En ese caso, sabe cómo pasar de muy buenas a casi buenas conductas.

De algo regular a malas actitudes.

De no dejar de promover desgracias humanas, pues gusta de transformar los mejores momentos para sumarlos con otros nunca dejados por ahí, y que más recuerdan ser piedras en el calzado de los niños, hiriendo continuamente talones de héroes y heroínas en ese juego de molestias propias entre los dedos de los pies de ellas y de ellos.


De seguro tú has de conocer algunos casos así:

¿Verdad?

¿Pero, lo callas...?


Décima quinta parte


Algo que poco se conoce o se menciona es su pronta intolerancia a los gatos.

Su pelaje se adhiere a su cabeza.

Se pega a todo su cuerpo.


En circunstancias especiales, se introducen en nariz y boca y eso le ocasiona rabietas sin cuento.

Sobre todo, cuando estornuda sin fin.

Le es irritante, bastante ruidoso en extremo.


Ante ese estado, mal sabe que corre el riesgo de que lo descubran antes de cometer todo lo que hasta aquí se ha dicho.

Él no sabe que lo que guarda cierto cofre de antigüedades de la tradición infantil, pero sospecha que son historias pasadas por milenios de años.

En ese sentido, siempre existe una manera de intentar hallarlo, desenterrarlo y abrirlo.


Para él es un asunto de vencer un secreto sabiamente conservado.

O bien, una condición extrema donde sólo si las niñas y los niños reciben las dádivas del encantamiento de historias de maravilla, pero le irrita el exceso de la fantasía que siempre se encuentra dispuesta a ser mostrada y compartida entre cada uno de los menores de edad del mundo.

Lo admite como patada en el hígado: donde brilla la imaginación y la aurora de la confianza, mal encuentra una seguridad para extender la ternura, la bondad y esa fatídica, para éste, claro, iluminación en la mente de cualquier muchacho cara dura, así como ellas, siempre prontas a dejarse calentar el corazón, cuya circunstancia, al parecer se va extendiendo cada vez más entre quienes son jóvenes, sosos adultos y dificultosos adultos mayores.


Esta oportunidad representa la mejor opción para despertar el mal sueño del modo más terrible y poder hundir en la abulia a mucha más gente en todo el planeta.

Pero él nunca desiste para que eso ocurra, como tampoco se da por vencido para que deje de ocurrir.

También las hadas hermanas, pero por separado, piensan igual y nunca lo confiesan por considerar una ante la otra, más tonta que ésta o aquella.


Décima sexta parte


Pero, toca en suerte, de manera insospechada que todos los que se encuentran dentro de este cuento pueden dejar de hacer y participar nuevas ideas desde este narrador, ajeno al sentido de la historia, pues su selección de contador de sucesos es una primicia que otorgan los lectores que van siguiendo esta narración.

Es decir, la sola facultad de narrarlo se encuentra atesorada por la niñez afectada que da cuenta de tales circunstancias en voz de este escritor aficionado.

Así, también existe un personaje invisible que encarna lo malo y su maldad puesta al servicio de las propias maldades de los tres personajes que se mueven por donde se les pega la gana.


Es decir, poseen la facultad de invocar, solicitar o pedir un mal deseo las veces que sea, necesario, o cómo ellos expresan en lenguaje oculto: "necedario", un derivado de la necedad, madre de los infortunios ajenos colocado dentro de los infortunios propios de quienes no sea ninguno de esa tripleta del cuento.

Ante ese asunto, siempre tratan de emprender su mal trato que es, a su vez, un mal hacer de peor esfuerzo individual para romper el terrible hecho positivo donde yace la sosa buena voluntad de quienes duermen en la vida, recreando sólo buenos sueños sin nada qué ver con el temor y la angustia exaltada por esa triple asociación, no digerida por cada uno, porque eso va en contra del cuento feliz y ninguno desea dar su brazo a torcer para que los identifiquen como tres ristres malo que aman la maldad para mal provecho de ajenos y desconocidos infantes de todo el orbe.

Y, para dejar en claro esta absurda explicación que ya los tiene hasta sus malas coronillas, prefieren dar un giro al discurso para mal concebir esa idea charlatana de que todo mal debe ser rápidamente malo y sin parar el efecto de la maldad misma.


De abandonar la sana diversión y el recreo infantil en todo momento de la existencia.

De hacer lazos lúdicos en cada colectividad infantil en el mundo, pues esto hace la diferencia, siempre la diferencia ante el absurdo preferible de guerras o de intereses aún peores de dominación de unos ante otros.

De sólo ganar dinero y no bobos momentos felices con que departir, como también de sosos mejores deseos humanos donde el juego infantil es fuego irritante de esperanza y cordialidad ñoña.


Décima séptima parte


Así, cada cual enlista las posibilidades buenas atrapadas en esa ocasión de cada personaje, las cuales revolotean en el interior de ese gran bolso de yute, sin tan siquiera ver la luz de un día mejor.

Ante esa resistencia por salir de ahí, la esperanza infantil aprieta los dientes y las graba en su mente, sin importar que en ese encierro no se guarden todas las palabras del alfabeto dentro de su debida compostura.

Ni el orden de aparición que provoque escapar un hilo de esperanza para alertar al resto de los chicos y las chicas cuánto trae oculto esa nefasta sociedad de personajes que ahora quieren evitar a toda costa que todo el mundo infantil terrestre se entere de lo atrapado, compuesto, entre otras cosas, de lo que a continuación se alcanza a enlistar, no sin sospecha de que sea, todo y nada por el quede por encerrar:


1. Amar y amor por el hecho de ser niña y niño.

2. Felicidad para expresarla en momentos necesarios.

3. Amistar por el hecho de hacer amigos sinceros.

4. Divertir cada instante y compartir en común.

5. Gritar y extraer la mala energía acumulada.

6. Correr por necesidad de hacerlo bien, y, además, contentos.

7. Cantar sin importar desafinar.

8. Saltar cual cabra o dar brincos de rana.

9. Aplaudir hasta multiplicar sonidos alegres,

10. Reír sin cuento ni aspaviento, pero sin burla ni crítica alguna.


Décima octava parte


Ahora, dichos personajes, sin nombre propio, excepto el corregido por sugerencia de Grammarly, lleva el papel de personaje central de este cuento y va experimentando los celos individuales de cada Mal Hada, que consideran a éste un contra narrador sujeto que no va más allá de la mera acción de reto mínimo necesario pero que siempre quiere presentarse con aires de gran provocador de tormentas de lo malo aguado, en lo malo consistente.

Para lo cual, esas Mal Hadas requieren que pase peor desapercibido en el sitio donde vive Señor Computum: un polvoso desván alejado de las demás habitaciones que antes solía estar bien iluminado por el astro rey.

Y, a diferencia de los seres humanos que cuentan con un espacio de mejores características, aquella otra, situada en cierta parte alta de sus casas propias, lo han dejado deteriorarse para convertir su lugar en un ambiente oscuro, húmedo y sin entrada de rayos vivificantes que abatan lo que acumula esa atmósfera asfixiante para la imaginación infantil de todo el mundo.


Dicho espacio en verdad que quita las ganas de permanecer en ese sitio, pues no hace lugar para hacer esparcimiento lúdico o divertimento como área favorita de diversión y confianza.

De mejor ambiente y espacio de innegable imaginación.

De muchas ganas para realizar actividades de recreación y volver a recuperarlo como viejo amigo y consejero de bienestar personal.


Entonces, negado ante lo que se acaba de mencionar, los desplazamientos sigilosos de tan grisáceo personaje lo llevan ahí para introducirse en un tiempo alejado del presente, pues en tal sitial se encuentran otros desconocidos menores de edad en acto de aparente sueño reparador y necesario para el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente de las personas infantes.

En esa circunstancia, acostumbrado a valerse sólo, este señor, que alguna vez fue niño, sólo sabe preparar su anti-tema de defensa para ir en contra de la imaginación de los chicos.

Pues éstos últimos no se atan a ningún tiempo de las conjugaciones que saben usar, las cuales se agrupan en un intervalo que deja de ser mágico de manera extraña y que impide desarrollar sus propias vivencias infantiles porque desconocen de alguna forma las ilimitadas posibilidades de lo que se enumera en la lista y cuya magia interrumpida se encierra por un trabado revuelo de todas esas acciones enlistadas a las que se oponen, una a una, las contra acciones malas o negativas de que dispone para cada momento.


Décima novena parte


Esto lo entiende éste, pero no ellas, pues cada Mal Hada desea cambiar ese proceder por considerarlo antiguo y fuera de lugar y hacen rabieta aparte, pero por separado, cuidando sus apariencias para no dar su entendimiento propio, pues cada cual se juzga como ridícula, lisonjera y viperina, y adjetivos por el estilo que exponen o fastidio e indisposición a hacer area en equipo, pues cada una considera ser mejor que la otra y ser indispensable para llevar a peor esa tarea: espiar la niñez en calidad de personaje sin nombre propio.

Su sino o mala suerte las sigue a todas partes y borran con peor intención uno a uno de esos numerales, dejando engañados a los chicos con esa escritura colocada como una esquela permanente en cualquier sitio donde concurren chicas y chicos.

Esa zapa contra los intentos para devolver la imaginación libre que él y ellas no poseen resulta razón suficiente para eliminarla con rabia sulfurosa que luego trasladan a cierto lugar lejanísimo, mal oliente y sin retorno.


Es decir, ese sitio a dónde se mandan entre broma y broma los chicos de ambos sexos.

En esa idea torpe y serpentina, no despertarlos de ese mal sueño evitar recuperar la memoria de los hechos reales ocurridos en las tardes luminosas del verano, como parte de la calamidad que promueven esos tres envidiosos, sólo unidos por conveniencia para que eso mal ocurra.


No obstante, y para contrarrestar al Tío del saco, una niña narra en voz alta otras historias imaginadas de manera propia.

Las extrae de la imaginación que se corresponde con las de otras chicas dormidas y de chicos desbarrancados hasta el fondo de un profundo sueño.

También de los momentos de juego y diversiones libres.


A su vez, de muchas otras experiencias pasadas y aún de aquellas escritas con ese propósito.

No cancela por supuesto, el modelo tradicional en la versión oral arcaica.

Y valora ese aporte humano trasmitido dentro de historias, anécdotas, fábulas y cuentos.


Los adultos los reconocen como valores de bien intangible de la humanidad, porque no se tocan, pero se asientan en mente, alma y corazón de niñez alegre.

Universalmente reconocidos, existen en todas y cada una de las culturas y civilizaciones que han existido a lo largo de la marcha de la historia de los pueblos.

Hoy, en posibilidad de que los abuelos del mundo los transmitan a sus nietos y nietas, continúa siendo ese gran tesoro humano que está presente en todas las latitudes del mundo actual, pues es un ejemplo vivo, capaz de unir a las generaciones más viejas con las más recientes.


Vigésima parte


En este esfuerzo dedicado, se espera que de este cuento broten frutos de género narrativo, donde, en los casos que Sea posible, dé lugar para escribir y contar nuevas historias, y estas vayan de voz en voz.

Que permita multiplicar ejemplos y modos de preservar las más inmediatas líneas de expresión dedicadas a niñas y a niños.

Que no exceptúe a los adolescentes quienes aún se emocionan mientras duermen, dejando a sus sentidos envolverse de la magia del mundo, pese a la amenaza de guerras, como ocurre en este momento.


Pues bien, una vez que se pueda consumar una reciente victoria sobre el Señor Computum, las fibras infantiles deben volver a mostrar sus intereses diversos.

En este instante, por ejemplo, algunas chicas, despiertas ya, se apasionan con la ciencia ficción.

Otros, en cambio, eliminados sus bostezos, lo hacen con las aventuras intergalácticas.


Y, aún otros más, se encuentran a punto de despertar, y muestran su favor para inclinarse hacia qué escribir con respecto de qué intereses más genuinos de fantasía o terror, pueden abordar.

O bien, de horror y aún de épica.

De romanticismo o de fábulas, pero sin dejar de escribir en todo momento.


Ante ese panorama, el escenario se cubre de tantos subgéneros como niñas y niños se van despabilando de ese terrible mal sueño y él personero anómalo desorbita sus ojos, sin ser el único, por cierto.

Escucha y con sorpresa contraria, cómo esta vez, de nuevo se derriban sus propósitos que ya censuran las palabras atrapadas y deciden escapar como intenciones positivas para impedir que lo antes capturado en ese gran bolso de yute evite volverse residuos o sobras que niegan posibilidades siempre frescas a las nuevas creaciones.

Y, a nuevas recreaciones también de mentes creadoras salidas desde los millones de infantes de ambos sexos que se derraman sobre todos los pueblos del mundo.


Pues se sabe que muchos de ellos recuperan cada número de esa lista.

Que recuerdan con efusión cada tema de su cuento favorito.

Que atesoran ese listado para Siempre Jamás.


Vigésima primera parte


Una vez que han recuperado cada asunto de lo que tratan en su imaginación, vuelven a componer sus narraciones y agradecen al narrador la manera en cómo cada quien cuenta cada parte de esta historia.

En agradecimiento de lo antes señalado, se impone el orden correspondiente y se hace una miscelánea de narraciones de niñas y de niños, sin importar el sentido cronológico, pues se toca cualquier año, edad o etapa de la humanidad.

A veces, sin este aporte es posible incluso, escuchar con atención la solicitud de las niñas para poner punto final al inicio de este conflicto: por primera vez han encerrado al Señor Cumputum en su propio saco de yute, sin nada más por dentro que la negrura de su alma, su descortesía y ese afán de fanfarrón tóxico que, en más de una vez han tenido que tolerar dejar sin imaginación a los niños de todo el mundo.


Epílogo:


Toda siguiente presentación del lugar en donde suceda lo que suceda a las niñas y a los niños, de esta, como de otra historia, cambiará su tiempo y personajes, por así convenir a los intereses de toda niñez del planeta.

Todo momento de narraciones habidas y por haber donde se presenten situaciones problemáticas, estarán sujetas a su instante mismo o suceder.

No necesariamente deberán ajustarse a las reglas de lo que ocurre en un día normal de sólo veinticuatro horas.


Por último, todo momento donde los personajes logren resolver sus situaciones problemáticas, será el final convenido a sucederse dentro de los momentos que hay para ello.

Pero no para los cuentos, que seguirán ofreciendo su gama de nunca menos de lo inagotable jamás.

Como esta historia hecha para ustedes, niñas y niños del mundo: el futuro y esperanza de toda la humanidad de Nuestro Adusto Mundo


En consecuencia, deja un reto a los adultos maduros y mayores.

Para intentar explicar en lo posible, ante nietos, sobrinos o vecinos menores de edad, lo que suscita el quizá que este narrador deja en el aire, pues se sabe que es duro para ser más sencillo de roer...

Gracias por su atenta lectura…


CONTINUACIÓN

OTROS RELATOS:

HURTOS Y HARTAZGOS

25 de Agosto de 2021 às 21:43 7 Denunciar Insira Seguir história
6
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❤️ 🔥 ❤️ 🔥
🤍
July 31, 2023, 16:05
Francisco Rivera Francisco Rivera
Agradeciendo los comentarios, voy a intentar hacer una pequeña zaga con este personaje. En cuanto al nivel, procuraré enlazar las etapas de niñez a pubertad, para así, mostrar una referencia en esa rápida transición de edades. Debido a problemas de salud recientes, reanudo los trabajos de escritura, correcciones generales y adecuaciones pertinentes. Si me tienen un poco de paciencia, iré incorporando otros relatos, tanto en esta historia, como en otras, que ya voy publicando. ¡Agradezco sus comentarios!
April 27, 2022, 14:01
! ¡ ! ¡
Me ha gustado su cuento. Veo que le ha salido competencia al Grinch. No sé qué tanto teman los chicos de ahora a quedarse sin palabras poderosas, porque muchos casi ni hablan por estar sumergido en pantallas y videojuegos.
August 30, 2021, 12:47

  • ! ¡ ! ¡
    Hay que señalar que tiene varios errores que con una revisión se pueden corregir, tiene palabras que le faltan algunas letras (a no ser que estén en el saco del personaje)... August 30, 2021, 12:53
  • Francisco Rivera Francisco Rivera
    Errores de dedo y problema con letras faltantes al no revisar de manera sosegada, se agradece el comentario y celebro está comunicación, tan poco frecuente en muchos noveles escritores que, espero, también se animen a ello September 02, 2021, 03:07
Bruno Dzib Bruno Dzib
Me gustó el inicio, y consideré que podría ser una buena forma de entretener a mi niño o a mi sobrina, pero desde el principio se incluyen palabras un poco complicadas a una historia simple... pero que se va acomplejando cada vez mas. Por cierto hay un pequeño error en las palabras de la lista. Me parece que se podría elevar el nivel a toda la historia y crear un mundo mas para adolescentes como lo planteas al final, o le adaptas un poquito a las palabras complejas. Bueno, esa es mi opinión. Buen día.
August 27, 2021, 01:11

  • Francisco Rivera Francisco Rivera
    Agradece el comentario y revisaré el lenguaje para mejor comprensión. Un saludo cordial. August 27, 2021, 01:47
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