karen-pan Karen Pan

Parecia que nunca volvería a ser lo mismo, hasta que los recordó.


Conto Todo o público.

#familia #navidad #cuento #amor
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Vivos en mi corazón



24 de diciembre y en las calles todos iban de un lado para otro con un montón de regalos y bolsas llenas de comida, el tráfico era terrible, pero eso no era lo peor, lo peor de todo era que desde las 7 de la mañana, ya no era posible dormir pues se les ocurría cantar villancicos a todo pulmón y en cada esquina había un santa pidiendo dinero mientras tocaba su campana.


- ¿Qué tenemos por aquí? – dije mientras abría el refrigerador. – Tengo... leche y... leche, es todo lo que necesito. - Apunto de disfrutar mi desayuno, escucho que alguien toca a la puerta. – No, por favor, que no sea ella... - camino con lentitud, esperando a que se cansen de tocar, pero obviamente no sucederá, esa mujer toca con mas fuerza cada vez. Al fin abro la puerta y la veo parada ahí, con una gran sonrisa en el rostro y una bolsa gigante que seguro contiene todo lo necesario para su cena. - ¡Buenos días!


- ¡Oh! – me mira con preocupación – Querido ¿Te desperté con mis toquidos?


- No, hace como 20 minutos que me despertó un "ho ho ho" en medio de un villancico.


- Bien, pues ya sabes que a quien madruga... - me quedo viéndola sin ánimo alguno, sabiendo que ella espera a que termine el dicho – ¡Dios lo ayuda! Vamos ¿Que son esos ánimos? Cualquiera diría que eres un gruñón de 40 años atrapado en el cuerpo de un chico de 19.


- Yo creo que si ese fuera el caso, ese gruñón no sería gruñón pues disfrutaría la vida como cualquier chico de 19... oh.


- ¡Exacto! Por eso tienes que disfrutar tu vida, me alegra que lo sepas – dice mientras saca una paleta de su bolsa y me la extiende – Hablando de disfrutar ¿ya pensaste en la invitación que te he hecho? – me mira con sus enormes ojos de corderito a punto de ser decapitado.


- Si señora Collins y le agradezco que desde... - me es difícil continuar - desde hace 2 años me invite a cenar con usted y toda su familia, pero prefiero quedarme aquí solo, no tengo nada que celebrar.


- Anthony – deja su gran bolsa en el piso y toma mis manos – No quiero sonar ruda, al contrario, como hijo de una gran amiga mía, quiero ayudarte, por eso te digo esto, es hora de continuar tu vida, no puedes seguir como hasta ahora, cerrándote en tus malos recuerdos.


- Lo se señora, pero como le dije, no tengo nada que celebrar – libero mis manos de las suyas –la señora Collins pone una expresión alarmada y seguro estaba a punto de decir algo, pero no le di oportunidad – estoy bien, solo.


- Esta bien, pero... recuerda que mi familia era muy cercana a la tuya, estimábamos a todos, incluyéndote a ti. Así que si cambias de parecer, sabes que la invitación sigue en pie. – toma su bolsa y se da la vuelta, no sin antes recordarme que la cena será a las 10 p.m.


Cierro la puerta y ya no tengo hambre. Es demasiado pesado, recorriendo la casa con la mirada no puedo olvidarme de lo sucedido hace 2 años. Mi hermanita sentada en el sillón, cortando muñecos de nieve que ella había hecho de papel. Mi madre terminando de decorar galletas con forma de renos y nochebuenas, mientras que mi padre terminaba de decorar el árbol gigante que habíamos salido a cortar nosotros mismos. Todo era tan hermoso, colorido, lleno de vida.


Y ahora la casa esta llena de escombros, carbón, con los muebles quemados de varias partes, todo es tan gris, igual que en mi corazón, desde que las luces fallaron, provocando un incendio y el único que se salvo fui yo, mientras que el resto de mi familia falleció... 3 días antes de navidad. Desde entonces la señora Collins y su familia me han estado invitando a su cena navideña, incluso me han invitado a mudarme con ellos, son muy buenas personas, pero no puedo irme de aquí.



Eran las 9 de la noche y ya estaba acostado en la cama, intentando conciliar el sueño. Cerré mis ojos y no sé si era sueño o no, pero al abrirlos de nuevo escuche música navideña, pero no venía de la calle, parecía venir del primer piso. Me quede quieto mirando el techo, cuando de pronto voltee a la ventana y me di cuenta de que toda mi habitación estaba decorada con guirnaldas en la pared y esferas que colgaban de ellas. Me levante, me metí los zapatos y baje al primer piso, pensando que esta vez la señora Collins había forzado la puerta para entrar y decorar todo, pero cuando llegue al primer piso me quede paralizado por completo, pues si había una mujer en mi casa, pero no había duda alguna, aquella mujer de largo cabello, rizado y castaño, era mi madre, quien tan solo estaba sentada, mirando la decoración de sus uñas, hasta que me vio y me dedico una enorme sonrisa, como siempre lo hacía.


- Hijo ¿Acaso así es como te presentaras en la cena navideña? Mira esas fachas, hasta parece que ya te fueras a dormir – dice entre risas.


- Pues... de hecho, estaba... estoy dormido. – apenas y puedo hablar.


- ¡Ah! Esa si no me la esperaba, no sabía que mi hijo era sonámbulo y encima habla mientras duerme. Seguro lo heredo de tu familia ¿O no, cielo? – seguí la mirada de mi madre, quien estaba mirando en la esquina de la sala, ahí donde siempre poníamos el árbol y al igual que antes, ahora mi padre se encontraba decorándolo.


- ¡Pero claro que si! ¿Es que no sabías que las personas inteligentes sufrimos de sonambulismo severo? – afirmo triunfante para después guiñarme el ojo.


- Yo creo que mas bien se golpeo la cabeza – al escuchar esa suave voz ya no pude detener las lágrimas.


- ¿Lily? – la vi sentada en el sillón, jugando con sus pies que aun no alcanzaban a tocar el piso. – pero, es que no entiendo. Ustedes estaban...


- Si, hijo. – dijo mi padre en tono serio, poro aun sonriendo. – lo estamos. Muertos, porque físicamente ya no estamos en este mundo.


- Y también estamos muertos, porque tu ya no nos llevas en tu corazón. – continuo mi madre, con expresión preocupada. – ¿Por qué ya no celebras la navidad? Creí que te encantaba.


- No puedo, ya no los tengo y esta fecha solo me recuerda eso, que los perd... - mi hermana interrumpió.


- ¿Ves? Lo que dijo mamá es cierto, ya no nos tienes en tu corazón, de lo contrario seguirías festejando como cuando estábamos aquí, no solo por ti, también por nos otros y porque te queremos ver feliz y no deprimido como lo has estado todo este tiempo.


Se que lo que dijo era en serio, pero no pude evitar sonreír, porque me pareció gracioso que una niña de 7 años fuera mas inteligente que yo. – Tienes razón, pero...


- Pero nada, lo que paso fue una tragedia por la cual debiste llorar, pero ya paso, tu te salvaste y deberías vivir, vivir por nosotros 3 que ahora solo podemos vivir en tu interior. ¿Qué dices?


Me quede pensando por un momento, meditando lo que me decía mi familia, dándome cuenta de que tenían razón en todo y que mi actitud desde aquel accidente fue la equivocada. – Digo... que tengo que darme prisa o los Collins no me dejaran nada de comida. – respondo sonriente y mi familia sonríe conmigo.


Me doy un baño rápido, me pongo el traje que hace años no me ponía y sin importarme que los pantalones me queden un poco cortos, al igual que las mangas del saco, me siento feliz, lleno de vida y emoción.

Bajo al primer piso, donde mi familia me espera.


- Un último abrazo familiar ¿si? – extiendo mis brazos, cierro mis ojos y por un momentos recuerdo los perfumes de mi madre y mi hermana y la loción de mi padre, la misma que ahora uso yo – perdonen por haberme encerrado en lo malo y no seguir viviendo como me enseñaron, siempre los tendré presentes y su alegría contagiosa.


Abrí los ojos, estaba solo o al menos lo estaba físicamente.

Salí de la casa y camine 2 calles arriba, hasta al fin ver la casa de los Collins. Me acerque y me quede parado frente a la puerta, sintiéndome nervioso y asustado, intente relajarme, hasta que escuche la campanilla del timbre que yo aun no tocaba, mire a ambos lados, no había nada, luego mira hacia atrás y ahí estaba mi familia, despidiéndose de mi con una gran sonrisa. Entonces la puerta se abrió, mire a la señora Collins, claramente sorprendida.


- ¡Feliz Navidad!


3 de Julho de 2021 às 17:25 0 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

Conheça o autor

Karen Pan 29 años, recién casada. Quiero compartir mis escritos y leer las creaciones de otros, de chica lo hacia y me daba mucha felicidad.

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