Incluso el animal más indefenso sabe usar sus armaduras cuando es cuestión de vida o muerte, saben usar esa apariencia que los hace ver cómo enemigos realmente mortales; todo aquello es tan solo una farsa, una máscara que se atreven a utilizar para sobrevivir ante lo que más temen. Estas criaturas son totalmente astutas, pero sin embargo, son firmemente inocuas.
Min Yoongi y Min Jimin, mellizos inseparables, el uno no es nada sin el otro, son dos piezas de un rompecabezas que encajan a la perfección, son dos niños que se dejan llevar por los impulsos carnales, son dos criaturas que llaman amor a aquello que cuelga entre sus corazones, a aquello que en realidad se lo conoce como pecado; pecado sucio e incestuoso.
Min Yoongi, una faceta falsa tallada para proteger a lo que más ama, a lo que más anhela, a lo que más ansía devorar y probar hasta el último rastro de piel; una faceta para proteger a su mellizo, Min Jimin.
"Tu cuerpo y corazón me pertenecen"
mirada adormecida, perdida en la penumbra del amor.
"Mi cuerpo y corazón te pertenecen" la promesa más real en boca de un inocente.
"Tú eres mío" afirmar lo obvio.
"Yo soy tuyo" afirmar lo obvio nuevamente.
"¿En cuerpo y alma?" el ágape y el eros.
"En cuerpo y alma" hasta lo celestial del alma.
"¿Juntos para siempre?" No existe un siempre.
"Para siempre, hasta el final" el final no es el mismo para todos.
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𝙴𝚕 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚞𝚖𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚒𝚗𝚌𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚗𝚘 𝚕𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚘𝚝𝚛𝚘 𝚊𝚖𝚘𝚛.
𝙼𝚊𝚛í𝚊 𝙵é𝚕𝚒𝚡.
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