thvpoem ✩⡱

━ para jungkook, el mundo siempre fue de color gris, él padece de acromatopsia, una enfermedad que hace que sólo pueda vislumbrar todo a su alrededor en un tono monocromático, su condición no tiene cura, más, ¿qué pasaría si un día pudiera ver un color desconocido para él en el cabello de un chico con una linda sonrisa cuadrada? - contenido homosexual. - fluff, romance, fantasía. - one shot (1 solo capítulo) - se prohíbe cualquier tipo de adaptación o traducción. © thvpoem 2021


Fanfiction Bandas/Cantores Todo o público.

#taekook #kooktae #jungkook #taehyung #bts #homosexual #oneshot #amor #fantasía #fluff #romance #vkook #kookv
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Único.

Jeon Jungkook, 17 años, podría decirse que era un chico totalmente común y corriente a simple vista, pero no era así; el pelinegro padecía de Acromatopsia, —También conocida como Monocromatismo— ésta condición hacía que Jungkook sólo pudiera ver todo a su alrededor en tonos que iban desde blanco y gris, hasta el negro. Desde que tiene memoria, las cosas siempre han sido así, su enfermedad no tiene cura, por lo tanto, se ha acostumbrado a vivir la vida de esa manera, aunque mentiría si dijera que no siente envidia por los que sí pueden ver a color.

— ¡Koo! — Exclamó un rubio, sacándolo de repente de sus pensamientos, su nombre era Jimin, su mejor y único amigo — ¿Quieres venir hoy conmigo y otros chicos de la clase al parque de atracciones? — Preguntó haciendo un puchero para convencerlo.

— Ahm, no estoy muy seguro... — Sí, una de las características más sobresalientes de Jungkook era su timidez, no solía convivir mucho con las personas y no era bueno para entablar conversaciones, lo que lo ponía un poco nervioso.

— Por favor, será divertido, lo prometo. Mis amigos son buenos, no dirán nada malo o que te haga sentir incómodo, me encargaré de eso — Jimin abrazó por detrás a el pelinegro, tratando de hacer que se sintiera más seguro.

— Está bien — Aceptó después de pensarlo por un rato, el rubio chilló emocionado, diciéndole que se la pasarían bien.

"Esperemos que así sea" Jungkook pensó para sí mismo, suspirando.

(...)

El día era bastante agradable, perfecto para pasar una tarde al aire libre, pero eso no lograba disminuir la incomodidad de Jungkook, que rogaba a quién fuera que estuviera allá arriba, que un contratiempo impidiera el encuentro que tendría con los amigos de Jimin.

Y es que no era por ser malo y querer arruinar la tarde de su amigo rubio con los demás chicos, pero los nervios lo estaban carcomiendo por dentro, lo que temía realmente era que él fuera el causante de arruinar esa tarde en el parque de diversiones, no quería quedar mal con los amigos del mayor, al contrario, quería dejar una buena impresión, pero sabía que si simplemente abría la boca, la iba a cagar.

Estaba junto a su amigo en la entrada del parque de atracciones, cuando tres chicos que no eran tan desconocidos para él llegaron, saludando a Jimin e ignorando totalmente su presencia.

— Ahm — Carraspeó el rubio — Cierto, olvidé decirles que hoy mi amigo Jungkook viene con nosotros, no hay problema, ¿Verdad?

— No, no, claro — Un pelirrojo sonrió algo incómodo al ver a el tímido pelinegro mirando a todas partes menos hacia ellos.

Parecía ser Jung Hoseok, un chico de grado mayor que se hizo amigo de Jimin gracias a el club de baile de la escuela, que ambos lideraban, siendo los mejores bailarines que Jungkook había visto en su corta vida. A veces envidiaba un poco al chico de perfil perfecto y sonrisa de corazón, aunque no era envidia mala, sino que quería llegar a bailar tan bien y como lo hacía él.

— Esperen... ¿Y Taehyung? — Preguntó un moreno de hoyuelos bonitos, al que reconoció como Kim Namjoon, un Sunbae al que admiraba demasiado y era su ejemplo a seguir, simplemente porque era un chico demasiado inteligente, amable y un buen líder en todos los aspectos.

Y bueno, Kim Taehyung, claro, Jungkook lo conocía perfectamente, era un chico de su clase muy popular, el pelinegro lo admiraba en secreto, era un asombroso cantante y también tocaba muy bien el piano; a diferencia de sus otros hyungs a los cuales también admiraba, Taehyung provocaba muchas cosas indescriptibles en él. Estaba totalmente seguro de saber que era lo que sentía, pero tenía miedo también de sus propios sentimientos.

— Me mandó mensaje diciendo que nos alcanzaría más tarde, le surgió un problema con su papá, ya saben, lo de siempre. — El mismo pelirrojo de antes contestó rodando los ojos, Jimin asintió para después jalar a Jungkook del brazo, entrando todos juntos al parque de atracciones.

— ¿A cuál deberíamos subirnos primero?

— ¡A la montaña rusa! — Sugirió un chico de cabello color plata y tez blanquecina como la nieve, Min Yoongi, otro hyung que el pelinegro admiraba demasiado; todos menos Jungkook asintieron.

— Hum, Minnie Hyung— El pelinegro, de manera insegura, jaló la sudadera del contrario para llamar su atención.

— ¿Qué pasa bubba?— El rubio volteó hacia él, sonriéndole con ese característico eye smile y acariciando suavemente sus cabellos azabaches, en busca de darle consuelo al ver su tan afligida expresión.

— Yo no quiero... yo no quiero subir — Jungkook soltó con una mueca de miedo, el mayor sonrió apenado, sabía que a su amigo no le agradaban mucho las alturas.

Sabía desde un principio el hecho de que su dongsaeng no iba a querer pasar tanto tiempo con "desconocidos" como sus hyungs, pero aún así quiso intentarlo una vez más, ayudar al pelinegro a salir de esa burbuja de plástico en la que se encerraba porque tenía miedo del mundo y lo que las personas que habitaban en el pudieran hacerle.

No podía culparlo en lo absoluto, la gente había sido muy mala con él hasta la fecha y ni siquiera podía comprender el porqué, nadie se daba el tiempo de tratar de conocer al menor más allá de su extraña discapacidad visual; pero para Jimin, Jungkook sin duda era muchísimo más que una persona diferente, por así decirlo, jamás se hizo amigo de él por su enfermedad, sino porque le agradó la forma de ser del más alto.

Y el ver que su pequeño amigo aún no podía librarse de todas esas inseguridades que lo mantenían atado le dolía, pero ya no sabía que más hacer para ayudarlo, no estaba tratando de hacer que fuera "normal" sino que quería que el pelinegro se sintiera cómodo con sí mismo por primera vez en su vida.

— Está bien, lo comprendo pero... ¿Qué harás entonces?

— P-puedo esperarlos aquí, no pasa nada — Sonrió de manera triste, aunque por dentro estaba aliviado de no tener que pasar tiempo con demasiada gente, hubiera preferido estar encerrado en su cuarto, leyendo un libro o simplemente haciendo sus deberes escolares, ese no era su tipo de ambiente.

Jimin se lo pensó mucho, no quería dejarlo solo, pero conocía al menor demasiado bien y sabía que en algunas ocasiones, lo mejor para él era estar unos momentos a solas.

— Bueno... — El mayor suspiró, para después darle una sonrisa cálida a el contrario — Probablemente Taehyung-ah no tarda en venir, puedes quedarte con él por el momento — El más alto asintió, diciéndole que no se preocupara.

Cuando el rubio se fue con los demás, Jungkook se sentó en una banca de madera, suspiró y miró todo a su alrededor; todos reían felices, disfrutando el momento, pero para el azabache todo se veía tan vacío, carente de sentimientos, monocromático.

A veces fantaseaba con el hecho de que algún día, al abrir sus ojos por la mañana, todo estaría repleto de colores. Pero era sólo eso, una simple fantasía que sabía que jamás se cumpliría.

Porque, ¿Los deseos no se hacen realidad, verdad?

"Deseo, deseo ser como los demás, ¿Por qué no puedo ser igual a todos ellos? Yo también quiero saber que se siente ver los colores, solamente quiero verlo a él en tonos más brillantes..." Jungkook cerró fuertemente sus ojos y apretó sus puños, soltando un pequeño suspiro al final, para después abrirlos y mirar hacia el cielo.

— ¡Hey coquito! — Una voz profunda lo sacó de su burbuja de pensamientos, giró su torso hacia atrás para ver al dueño de aquella, pero de inmediato sus ojos y boca se abrieron en demasía.

Era Kim Taehyung, el chico que siempre había parecido tan brillante en su mundo monótono y grisáceo y que ahora, literalmente, lo era, porque su cabello destacaba notoriamente entre todo el paisaje blanco y negro. Jungkook no podía creerlo, ese era un color nuevo para él, jamás en su vida lo había visto.

— ¿Coquito? — Sólo atinó a preguntar eso, aún estaba sorprendido, su mirada posada todo el tiempo en los cabellos del mayor.

— Sí, con ese peinado pareces un coco — Rio Taehyung. A el pelinegro le pareció un poco extraño que se tomara la confianza de llamarlo con esos apodos puesto que no eran muy cercanos, pero lo dejó pasar.

— T-tú cabello...

— ¿Hmm? Oh, cierto, ayer teñí mi cabello de un nuevo color, ¿Te gusta? — Preguntó acomodando sus cabellos azules, pero después su sonrisa se transformó en una mueca — Espera, tú... ¿Puedes ver mi color de cabello?

— Sí...

— P-pero, ¿Cómo es posible? Es decir, tú no... tú no puedes ver los colores — El rostro de Taehyung era un poema total, incluso parecía más sorprendido que el menor.

— Lo sé... es extraño — Jungkook miró todo a su alrededor, buscando algo más que se viera de un color distinto, pero todo seguía igual, excepto el cabello del peliazul.

— ¿Te sientes mal? ¿Deberíamos ir con el doctor ahora? ¿¡Qué pasa si te quedas ciego!? — Lloriqueó dramáticamente, el pelinegro rodó los ojos por las ocurrencias del contrario. — ¡No, no! No pongas los ojos en blanco, ¡Se te quedarán de esa forma!

— Hyung, estoy bien, sólo... necesito volver a casa — Se levantó, dispuesto a irse, pero la mano de el peliazul se unió con la suya, impidiéndole que se alejara. Jungkook se sonrojó, sintiendo una calidez agradable a la sensación que sus manos entrelazadas le brindaba, parpadeó patidifuso y por un milisegundo, juró que todo a su alrededor estaba a colores.

— No te vayas — Susurró, el pelinegro miró el rostro del mayor y notó que había un ápice de tristeza en él — No te alejes de mi, por favor — Suplicó, Jungkook estaba seguro de que no podía resistirse a esos ojitos marrones y carita de perro regañado.

— Está bien — Tímidamente, se sentó de nuevo junto al peliazul.

Ninguno de los dos decía nada, el ambiente era algo incómodo y el menor se estaba arrepintiendo de quedarse en ese lugar, quería volver a casa lo más pronto posible.

— ¡Algodón de azúcar! — Exclamó Taehyung de repente, sobresaltándolo.

— ¿Ah?

— Allí — Señaló un carrito colorido con varios algodones de azúcar de todos los tamaños y colores — ¿Quieres uno,coquito?

— C-Claro, por favor — Jungkook seguía sin poder acostumbrarse a ese bobo apodo, que sólo hacía que sus mejillas se tiñeran de carmesí.

— Ya vengo, espérame — Le dio una bonita sonrisa cuadrada, para después acercarse con el señor que estaba vendiendo en aquel puesto móvil de tonos pasteles.

El pelinegro vio como su compañero mayor platicaba empáticamente con el hombre de mediana edad, con esa carisma que tenía y que le facilitaba hablar con las demás personas a su alrededor, sin duda el peliazul y él eran polos totalmente opuestos, a Taehyung le gustaba la atención, mientras que Jungkook prefería no ser alguien sobresaliente, ¿Era posible que dos personas tan distintas pudieran tener una relación? Porque sí, Jungkook realmente quería ser más cercano a ese peculiar chico de cabellos azules y personalidad brillante, le atraía la manera en la que, de cierta manera rompía las reglas y esquemas impuestos por la sociedad.

— No sabía de qué sabor querías el algodón de azúcar, así que te traje uno de uva, ¿Estás bien con eso? Puedo cambiarlo si quieres o...

— No te preocupes, de hecho, es mi favorito — Jungkook le sonrió tímido, le pareció muy lindo por parte del contrario el que se preocupara de esa manera por él.

— ¡Mira! — El peliazul señaló una atracción que estaba al fondo — ¡Vamos!

— Pero-

Taehyung no dejó al menor terminar su protesta porque ya lo había tomado de la mano, arrastrándolo por todo el parque y provocando que sus algodones de azúcar cayeran al suelo. La gente a su alrededor los miraba, algunos sonriendo, otros con una expresión de disgusto o decepción, pero al fin y al cabo nada más importaba, sólo eran dos adolescentes divirtiéndose sin importarles el mundo de por medio.

Cuando se formaron en la fila para poder subirse, Jungkook pudo observar más detalladamente, era un juego conocido como Tazas Locas, una atracción giratoria, sin duda eso parecía menos aterrador que la montaña rusa, por lo tanto, los nervios del menor se esfumaron.

— Yo... — Taehyung captó la atención del pelinegro, quién miraba como la atracción en movimiento funcionaba — Yo sé que tienes miedo a las alturas, por eso te traje a un juego que pensé que disfrutarías, sabes, no quiero sólo ser el único que se divierte y dejarte de lado, como lo hicieron los demás hace rato — Habló refiriéndose a como lo habían dejado solo minutos antes.

— Woah, eso es... — Jungkook se quedó sin habla, sintiéndose conmocionado — Gracias, nunca se habían preocupado por mi tanto antes — Le sonrió mostrando sus dientes frontales, dándole aspecto de un tierno conejo, el mayor suspiró embobado.

El pelinegro desvió la mirada avergonzado, pronto se dio cuenta de que había una niña pequeña mirándolos a ambos, pero más específicamente a sus manos entrelazadas, esperen, ¿¡Manos entrelazadas!?

— Ahm, Hyung — El contrario lo miró, sonriéndole — Sigues t-tomando mi mano — Susurró bajito con las mejillas calientes.

— ¿Qué dijiste? Perdón no te- — El hombre encargado de la atracción les indicó que seguían, interrumpiéndolos — Ah, ya es nuestro turno, vamos — El peliazul lo jaló para subirse juntos, sin soltar el agarre de sus manos.

Jungkook sintió como su pulso se aceleraba al ver al mayor acercarse más a él, rompiendo todo tipo de espacio personal existente entre ellos, pero para su sorpresa, esto no le incomodaba o molestaba en lo absoluto, la calidez en su pecho era tan agradable y reconfortante cuando estaba cerca de él, todo parecía desvanecerse y su monótono lienzo en blanco parecía ser pintado de todos los colores existentes.

El tiempo parecía ir en cámara lenta, ambos chicos reían y se divertían juntos, Jungkook jamás había escuchado una risa tan melodiosa como la del peliazul, cada que la escuchaba, su estómago se retorcía de manera agresiva, todos hablaban sobre las típicas mariposas pero para él se sentía como tener un zoológico entero en su interior.

Cuando el tiempo en la atracción terminó, Taehyung lo arrastró rápidamente hacia otro juego, Jungkook simplemente se limitó a sonreír y dejarse llevar, el mayor tenía personalidad de un niño pequeño y eso le parecía adorable, el ver como sus ojos oscuros brillaban de la emoción al pasear por todo el lugar, era sin duda lo más bonito que había visto en toda su corta existencia.

Aunque de lo que Jungkook no se daba cuenta, era que los ojos del mayor brillaban incluso más al verlo a él, porque para Taehyung, el lindo azabache era lo más etéreo y precioso que haya visto nunca antes, jamás se cansaría de verlo; su pequeño seguía siendo igual o incluso más bonito que en sus vidas pasadas.

Pero todo lo bueno dura poco.

— ¿Estás bien Taehyungie hyung?— Jungkook miró preocupado al mayor, cuando notó que estaba comiendo su helado de chocolate y al ver algo en su celular, su ánimo decayó rápidamente.

Casi eran las 8 de la noche, le quedaba poco tiempo. Era hora.

— Sí...— Sonó inseguro y el pelinegro curvó sus labios en una mueca de tristeza, pero de inmediato rio al ver como las mejillas del peliazul estaban manchadas de helado de chocolate.— ¿Ah? ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en el rostro?

— De hecho...— Jungkook tomó una servilleta y limpió todo rastro de chocolate del rostro del mayor, sonriendo inconscientemente en el proceso.— Sí, tenías un poco de helado en las mejillas— Bajó su mirada al sentir su rostro ardiendo como el sol en verano y acomodó uno de sus cortos mechones azabaches detrás de su oído, cosa que hacía cuando estaba nervioso.

— Jungkookie, ¿Puedes acompañarme a un lugar?— El azabache asintió tímido y tomó la iniciativa de entrelazar sus manos con el peliazul, sorprendiéndolo, más este no protestó nada y simplemente se dejó envolver en esa sensación que tanto amaba.

Lo guío hasta un pequeño jardín que había en el mismo parque de atracciones, en este estaban varias personas simplemente charlando tumbados en el pasto, familias que organizaron un día de campo y se estaban preparando para irse ya a casa y un árbol gigante, Jungkook jamás había visto en toda su vida un árbol tan enorme como ese.

Taehyung lo llevó hasta ese árbol y ambos se sentaron en el pie de éste, el pelinegro quiso apartar un poco sus manos de las de el mayor, más él las sujetó fuertemente sin hacerle daño, no quería dejar de tener sus manos entrelazadas, podría sonar egoísta pero le quedaba muy poco tiempo a su lado y quería aprovechar lo más que pudiera.

— ¿Taehyung...?

El peliazul envolvió al más pequeño entre sus brazos, acariciando suavemente sus cabellos oscuros, siseó callando al menor y recargó su cabeza en el hombro contrario; Jungkook posó sus manos sobre su espalda, hundió su nariz en el cuello de su hyung y cerró sus ojos por un momento.

Cuando los abrió, sus ojos no daban crédito a lo que estaba pasando, todo a su alrededor no estaba en blanco y negro como de costumbre, sino que estaba en unos colores brillantes que el pelinegro jamás había visto en toda su vida; el sol se estaba ocultando, dejando en el cielo un precioso tono entre anaranjado y rojizo.

— Hyung y-yo p-puedo... v-ver

— Lo sé amor— Interrumpió al contrario, separándose un poco del abrazo, sólo lo suficiente para poder mirar el rostro conmocionado del menor.— Estoy tan feliz por ti, por fin nuestro deseo más grande se hizo realidad— Le sonrió y acarició sus mejillas, limpiando algunas lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos.

— ¿N-nuestro deseo?— Jungkook lo miró con esos ojitos de bambi y algo en el pecho del mayor dolió, no estaba listo, no quería abandonarlo aún, pero tenía que hacerlo.

— Sabes, llevamos demasiado tiempo de conocernos, pero rara vez hablábamos, no porque me cayeras mal o algo por el estilo, sino porque desde la primer momento que te conocí, algo en ti me llamó la atención. Siempre me has gustado mucho Jungkookie, me gustas tanto que incluso mi corazón duele porque te amo demasiado.— Las mejillas del contrario se pintaron de carmesí y su corazón comenzó a latir rápidamente, realmente sus mayores deseos se estaban cumpliendo.— Hace algunos días, descubrí que esta no es la primera vez que nos conocemos, por eso es que yo sentía que te conocía de toda la vida e incluso más.

— Perdón por interrumpir hyungie, pero, ¿A qué te refieres?

— Somos destinados a estar juntos en todas nuestras vidas en esta tierra— Taehyung miró directamente a los ojos al azabache y entonces todos sus recuerdos de sus vidas anteriores llegaron, pasando rápidamente frente a sus ojos, pero vio lo suficiente para ver que el peliazul y él siempre estaban juntos.

Excepto en una.

Y de sus ojos comenzaron a brotar las lágrimas al ver que esa vida era la que estaba viviendo actualmente.

— No, no, no llores bonito, me rompe el corazón verte así— Jungkook se aferró fuertemente al cuello del peliazul, negándose a soltarlo, no quería separarse de él.

— E-entonces— Hipó debido a las lágrimas— ¿P-por qué... no podemos e-estar juntos en esta v-vida?— Lo miró con sus ojitos brillando, pero no de felicidad como de costumbre, sino que esta vez había un sentimiento diferente en ellos.

— ¿Recuerdas que te hablé de nuestro deseo? Pues yo sé que tu deseo más grande en esta vida era el poder ver a colores como todos los demás, ese también era mi deseo, cualquier cosa que a ti te hiciera feliz, a mi también me hará feliz.— Sonrió ocultando sus ganas de llorar— Logré pedir un deseo al universo, pero todo tiene un precio en esta vida y... ofrecí mi vida a cambio de que tu vivieras feliz la tuya.

Jungkook se quedó sin palabras, abrió su boca para decir algo, más nada salía de ella. En cambio, las lágrimas seguían brotando sin control de sus orbes marrones; se aferró a Taehyung, abrazándolo tan fuerte como sus brazos le permitían y él le correspondió el abrazo, sintiendo como sus ojos comenzaban a picar también.

¿Por qué? ¿Por qué la vida tenía que ser así de injusta?

— ¿C-cuánto tiempo?— Pudo preguntar eso solamente, sintiendo su voz quebrada y sin fuerzas.

— Me quedan 10 minutos.

— TaeTae hyung, q-quiero que sepas que yo s-siempre correspondí tus sentimientos, siempre me has gustado m-mucho m-muchísimo también, y-yo-

— Shh...— El peliazul levantó los mechones que cubrían la frente del menor y dejó un beso suavemente en ella, luego, acarició su barbilla, mirándolo como si estuviera presenciando a un ángel en la vida real.— Lo sé todo, no hay necesidad de tener que usar las palabras para saber que tú también me amas como yo lo hago.

Las mejillas del pequeño pelinegro se sonrojaron rápidamente y con un poco de timidez, se armó de valor para juntar su frente con la del mayor, cerrando los ojos, deseando nuevamente que el peliazul jamás se fuera de su lado y todo resultara ser un sueño, un sueño amargo del que despertaría y cuando lo hiciera, él estaría a su lado para siempre.

Taehyung tomó suavemente el rostro de Jungkook entre sus manos, acariciando sus mejillas con ternura y sin esperárselo, el azabache tomó la iniciativa y posó rápidamente sus labios sobre los ajenos, sólo fue un pequeño roce, así que el pequeño, con ganas de más, besó de nuevo los dulces labios de su hyung, alargando y profundizando más el contacto entre sus belfos.

Se separaron por falta de oxígeno y ahora fue el turno de Taehyung de besar esos labios que tanto amaba, daba cortos y rápidos besos, también a veces lo besaba de manera lenta y disfrutando el momento, por último, llenó todo su rostro de tiernos y pequeños besos, para concluir besando el lunar que poseía debajo de sus labios.

— Hyungie— Susurró Jungkook bajito, él y Taehyung terminaron recostados bajo el pie del árbol, disfrutando del calor de sus cuerpos juntos y el hermoso atardecer, que pintaba el cielo de una mezcla de colores irreal.

— ¿Sí?

— Te amo— El mayor miró rápidamente el rostro del contrario, sintiendo como su corazón latía de manera desenfrenada.

— Yo también te amo mi niño ojitos de estrella— Respondió inmediatamente, besando la coronilla del menor y mirándolo por última vez a los ojos, esos ojos marrones y brillantes que tanto amaba.

Jungkook abrazó fuertemente a Taehyung, cerrando sus ojitos, mientras sollozaba en su pecho y repetía numerosas veces la frase "No te vayas" como si de un mantra se tratara; entonces, una brisa fresca pasó por el lugar, el sol se metió por el horizonte y el pelinegro abrió sus ojos, de repente sintiéndose vacío e incompleto.

— ¿Hyung? ¿T-Taehyung?— Observaba a su alrededor, encontrándose con que estaba totalmente solo y no había nadie junto a él.— S-sal ahora, no es g-gracioso, sé que estás ahí...— Recibió un abrumador silencio de respuesta, lo único que se escuchaba era como caían las hojas de otoño.

"¿Realmente... se ha ido?"

Los ojitos del menor se aguaron y sintió como su corazón se rompía en pedacitos. ¿De qué le servía el poder ver a colores como tanto lo había deseado, si no podía estar junto al amor de su vida que era realmente su verdadero deseo desde el principio?

Hundió su rostro entre sus rodillas, sollozando inconsolablemente, cuando sintió como un calor agradable recorría su cuerpo, como si alguien lo estuviera abrazando; luego, la sangre se le fue del cuerpo cuando sintió una ligera respiración en su oído y una voz conocida.

— Volveré coquito— La grave voz de Taehyung susurró, para soltar una risita melodiosa después.

Después de sentir como su mejilla era besada ligeramente, el menor volteó hacia todas direcciones para encontrarse con que no había nadie en el lugar, de nuevo.

Pero sabía que no estaba solo y no lo iba a estar en todo ese tiempo.

— Te esperaré el tiempo que sea necesario— Soltó en voz bajita, acariciando la mejilla que antes fue besada por el peliazul.

Algún día, se reencontrarían de nuevo, de eso estaba más que seguro.

Y mientras observaba el oscuro paisaje que lo rodeaba miró hacia las estrellas, brillando más que de costumbre.

Nos vemos en nuestra próxima vida, mi luz de luna.

(...)

hola, sinceramente no sé que fue lo que escribí kkk, se supone que esto era para un concurso de escritura de hace varios meses pero jamás lo terminé, me encontré esto en borradores y me dieron ganas de continuarlo, no me pude resistir de poner un final triste ?) aunque para mi realmente no lo es, me pareció bonito, creo ^_^


no sé que más decir así que me despido, espero les haya gustado esta cosa <3

perdón si hay errores de ortografía kdjdkds

4 de Outubro de 2022 às 01:45 3 Denunciar Insira Seguir história
4
Fim

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✩⡱ ella · lesbiana ✩ me gusta escribir kooktae <3

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Joss Jf Joss Jf
No puedo que bonitooo. Terminé llorando :(
Vivi Tk Vivi Tk
Me dolió TT, gracias por tan bella historia
June 11, 2021, 00:36

  • ✩⡱ ✩⡱
    oh dios, que pena TT jamás me llegó la notificación de tu comentario, pero muchísimas gracias <33 December 12, 2021, 21:49
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