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Renee Phantomhive


El peor de los enemigos ha regresado.


Ficção adolescente Impróprio para crianças menores de 13 anos. © Sueños frágiles más allá del laberinto dualidad prohibida © 2023 by Renee Phantomhive is licensed under Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International

#Suspenso
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Afinidad I

¡Saludos, queridos lectores! Soy Akao Chan, el narrador interactivo y maestro del cambio. ¿Listos para sumergirse en una nueva odisea? ¡Espero que sí, porque aquí vamos de nuevo con otra historia emocionante! *risas misteriosas de fondo*


Ah, sé que están pensando: "¿Otra vez este tipo?" ¡Pero claro! No hay descanso para el narrador más versátil del multiverso. ¿Qué puedo decir? Soy como esa sombra que siempre está lista para sorprenderlos. *sonido de viento sutil*


Ah, pero antes de que se sumerjan en este mundo, déjenme contarles un chiste malo para aligerar el ambiente. ¿Cuál es el colmo de un narrador? No tener finalidades *risas forzadas de fondo*


Ahora, hablemos de esta nueva aventura. No se preocupen, no es una secuela... aún. Pero quién sabe, las historias son como el universo, siempre expandiéndose y sorprendiéndonos. *carraspeo de voz dramático*


Así que, sin más preámbulos, dejemos atrás la charla y adentrémonos en el desconocido. ¡Que empiece el espectáculo! *risas que se desvanecen en el viento*


En lo profundo del bosque, donde las sombras bailaban con la inquietante niebla, Thais Laplace, de 15 años, con cabello castaño claro que ondeaba con la helada brisa, recordaba un momento de su infancia. Jugaba a las vencidas con su primo Renee, riendo bajo la luz del sol que filtraba entre las hojas.


Thais, con su actitud activa pero seria, mostraba destellos de su talento único: la precognición. Era comprensiva con el entorno, pero cuando el tema se volvía amoroso o demasiado cercano a Ren, su primo, su rostro se pintaba de rojo y reaccionaba con golpes o intentos de cambiar malentendidos.


Ahora, en la oscura maleza, la misma Thais se encontraba envuelta en un manto de miedo y angustia. Las sombras, más densas, jugaban con su percepción, la niebla la abrazaba como un espectro gélido, y la brisa llevaba consigo un murmullo inquietante.


"¿Dónde está Ren?", se preguntó Thais, sintiendo el corazón latir con desesperación. Cada palabra que se decía a sí misma resonaba con miedo, como un eco en la penumbra. El bosque, una vez lleno de risas y juegos, ahora se volvía un laberinto tenebroso.


De repente, un escalofrío recorrió su espalda. Thais se detuvo, como si el tiempo se suspendiera, y sus ojos se abrieron con temor. Un susurro invisible le decía que no estaba sola. Miró a su alrededor, y entre la maleza, una figura masculina la observaba con ojos enigmáticos. Un misterio se deslizaba en el aire, y el bosque retuvo su aliento.


De repente, el oscuro bosque se desvaneció, y Thais se encontró bajo un cielo soleado, con la ligera brisa acariciando su rostro. El canto de aves se mezclaba con risas alegres. Thais recordó un día radiante, donde el sol pintaba de oro el prado y las risas resonaban como música.


En ese día especial, Thais y Renee jugaban a las vencidas en un claro. Renee, de 14 años, con su falda negra y botas que no eran tan altas como las de Thais, lucía una playera naranja. Cabello castaño oscuro y ojos cafés, Renee irradiaba amabilidad y una actitud afeminada, aunque ocultaba sus luchas internas.


Andrea Eisen, la mejor amiga de Thais, de 16 años, con el talento de proyección astral, estaba presente. Su risa juguetona y ojos centelleantes añadían magia al día. "¡Vamos, Thais! ¡Dale una lección a Renee!", animó Andrea mientras soplaba besos al viento.


Thais, con determinación, se enfrentó a Renee en el juego. Risas llenaron el aire mientras sus manos se entrelazaban en la competencia amistosa. "¡No te dejes vencer, Thais!", exclamó Andrea, su proyección astral danzando alrededor.


En un giro inesperado, Thais logró vencer a Renee, quien aceptó la derrota con una sonrisa. "¡Bien hecho, Thais!", exclamó Andrea, aplaudiendo. Renee, a pesar de su actitud introvertida, se unió a las risas, disipando cualquier sombra de incomodidad.


En ese día de sol y risas, no había espacio para temores ocultos ni misterios. Pero ahora, en el bosque oscuro, Thais se encontraba de nuevo bajo la mirada de la figura masculina misteriosa, mientras el recuerdo brillaba en su mente como un faro de nostalgia y amistad.


En una tarde muy tranquila, con un atardecer que pintaba el cielo de colores cálidos, Thais y Andrea salieron de la escuela en el pintoresco pueblo de Höllental, Oregon. La Elementary School VI era un lugar conocido por sus risas infantiles y la promesa de un futuro brillante.


Eran las 17:30 PM, noviembre de 2016, cuando el viento susurraba secretos y las hojas crujían bajo sus pies. Thais, con el rostro enrojecido por las lágrimas, se volvió hacia Andrea. "No me engañas, ¿verdad? ¿Tú también tienes miedo?", sollozó Thais, sus ojos reflejando el temor a lo desconocido, el miedo irracional de enfrentar las responsabilidades de un mundo que se volvía cada vez más hostil.


Andrea, con sus ojos llenos de comprensión, respondió suavemente: "Thais, el miedo a crecer es algo que todos enfrentamos en algún momento. Desesperarse puede parecer normal, pero no estás sola en esto". Con una sonrisa reconfortante, Andrea colocó una mano en el hombro de Thais.


Las palabras de consuelo de Andrea eran un bálsamo para Thais, y en ese atardecer lleno de colores, sintió que, aunque el futuro pareciera incierto, tenía a una amiga a su lado. El pueblo de Höllental se sumía en la calma de la tarde, pero en el corazón de Thais, se gestaba la fortaleza para enfrentar lo que vendría. Mientras el sol se despedía en el horizonte, la amistad entre Thais y Andrea brillaba con una luz especial, iluminando el camino hacia un mañana lleno de posibilidades.


Mientras la noche caía sobre Höllental, Thais y Andrea continuaron su conversación sobre el miedo y el crecimiento, sumergiéndose en la fascinación de la fama. "Imagínate, Thais, ser tan famosa como Leidra, la idol, o Maxine Heelry, la modelo. Ser la sensación en todas las redes sociales", sugirió Andrea con un brillo de entusiasmo en sus ojos.


Thais sonrió ante la idea. "¡Ser viral en la red sería increíble! Podríamos ser las próximas estrellas del pueblo", respondió con carisma, visualizando el camino hacia la fama en su mente.


Mientras la emoción crecía, Thais y Andrea llegaron al Bar "Why". La entrada, con su letrero llamativo, escondía secretos inesperados. Edwin Laplace, director en jefe de la Policía Federal, y Charles Laplace, vicealmirante reconocido, eran los propietarios del lugar.


Heather Higgs, la empleada de 15 años con cabello pelirrojo y ojos marrón claro, estaba detrás de la barra. Al ver a Thais y Andrea entrar, sus nervios la traicionaron y se tropezó, haciendo que algunos platos sucios se estrellaran al suelo.


La campanilla sonó, y Heather se levantó rápidamente, sonrojada por la situación. "¡Vaya bienvenida!", bromeó Thais, tratando de aligerar el ambiente. Andrea rió, y Heather, aunque avergonzada, se unió con una risa contagiosa. La noche en el Bar "Why" prometía revelar no solo secretos del pueblo sino también momentos divertidos entre risas y caídas inesperadas.


Andrea, con una curiosidad chispeante en sus ojos, preguntó a Heather: "¿Dónde está Renee?". Heather respondió con una sonrisa discreta: "Oh, está arriba, haciendo lo que mejor sabe hacer". Andrea arqueó una ceja intrigada, y Heather añadió con un toque de misterio, "Poniéndose la ropa de Thais".


La noticia dejó a Andrea y Thais entre risas nerviosas, imaginando las travesuras de Renee. Sin embargo, la alegría se desvaneció cuando Thais preguntó a Heather sobre las invitaciones para su cumpleaños.


Heather, con una expresión apenada, explicó: "Hubo un percance, Thais. No pude enviar todas las invitaciones a tiempo. Y respecto a rentar el gimnasio, también hubo un problema. No será posible".


La desilusión se reflejó en los ojos de Thais. Andrea, tratando de consolarla, dijo: "A veces, las cosas no salen como planeamos, pero aún podemos hacer que tu cumpleaños sea especial, ¿verdad?"


Thais asintió, pero su ánimo seguía bajo. "Pensé que este año sería diferente", murmuró.


Andrea le puso una mano en el hombro. "A veces, las mejores sorpresas vienen de donde menos lo esperas. Vamos a subir a tu habitación y ver qué está haciendo Renee. Tal vez pueda animarte".


Thais sonrió débilmente, agradecida por la compañía de Andrea. Juntas, subieron las escaleras hacia la habitación de Thais, sin saber que lo que encontrarían allí cambiaría por completo la atmósfera de desánimo.


Al entrar en la habitación de Thais, se encontraron con una sorpresa que iluminó la atmósfera. Renee, ataviado con una blusa vinotinto de manga larga y una falda redonda negra, medias negras y unas botas de tacón medio negras, giró hacia ellas con una expresión nerviosa.


Thais y Andrea se quedaron boquiabiertas, sorprendidas por la elección de ropa de Renee. Después de un momento de silencio, Andrea rompió en risas y Thais, con una sonrisa, exclamó: "¡Renee, te ves increíble!"


Renee, temiendo una reacción negativa, miró a Thais con inseguridad. "Pensé que podrías enojarte", murmuró.


Thais se acercó y le dio un abrazo reconfortante. "¡Nunca te enojaría por expresarte, Renee! Además, luces genial. ¿Cómo te sientes con este look?"


Renee sonrió tímidamente, "Es solo que, ya sabes, me siento más yo misma así, pero no sé si..."


Andrea intervino, "¡Es tu estilo y es fantástico! Pero, ¿qué tal si le damos un toque extra de glamour? Thais, ¿tienes algo de maquillaje por aquí?"


Thais asintió y sacó algunos productos de su tocador. Juntas, las tres se sumergieron en la diversión de maquillar a Renee, realzando aún más su belleza única. Ríos de risas resonaron en la habitación, y las preocupaciones se disolvieron en el brillo de la amistad y la autenticidad.


Mientras la noche avanzaba, Andrea notó a Heather trabajando detrás de la barra y decidió bajar para charlar un poco. Mientras conversaban, la tensión en el aire revelaba secretos no dichos, mostrando que Andrea estaba enamorada de Heather en secreto. Palabras tiernas y miradas significativas se compartieron, pero nada se dijo en voz alta.


Arriba, en la habitación, Thais compartió emocionada su idea de celebrar su cumpleaños en un gimnasio. Sin embargo, Renee, en su actitud sarcástica, se burló de la idea. "¿Un gimnasio, en serio? Hay cosas mucho más importantes de las que deberías preocuparte", provocó Renee.


La expresión de Thais cambió de emoción a frustración. "¡No lo entiendes, Renee! Quiero algo diferente, algo que recuerde", respondió Thais con intensidad.


Renee, sin contenerse, continuó burlándose, y en un momento de furia, Thais le propinó una cachetada. Renee, sorprendido por la reacción, se frotó la mejilla y soltó una risa irónica.


"¡Pensé que eras mi amiga, pero solo te burlas de mí!", exclamó Thais, con lágrimas en los ojos. Abandonó la habitación corriendo y descendió las escaleras. Sin mirar atrás, se adentró en el oscuro bosque que rodeaba el Bar "Why".


Mientras tanto, Andrea, al regresar de su conversación con Heather, percibió la tensión en el aire y notó la ausencia de Thais. Al enterarse de la pelea, se apresuró a buscarla, preocupada por su amiga. La noche se volvía más oscura, reflejando la tormenta emocional que envolvía a Thais y sus amigos.


Mientras Thais lloraba al pie de un viejo árbol en lo profundo del oscuro bosque, su mente revivió una conversación memorable con Andrea.


Thais, con ojos llenos de inocencia y determinación, se dirigió a Andrea: "Yo solo quería preguntarte algo muy importante que no me ha dejado dormir tranquila".


Andrea, con su tono directo y un poco cortante, respondió: "Así ¿cómo que? Dilo de una buena vez, enana insoportable".


Entre risas contagiosas, Andrea insistió con amabilidad: "Mmmmm-mmmmm. ¡Dime, mi ciela!"


Thais, nerviosa y tímida, cerró los ojos y gritó con firmeza: "¿Qué se siente ir a la preparatoria? ¿Es divertido? ¿Eres popular? ¿Eres cool?"


Andrea, mirándola seriamente, le respondió: "¡Oye, niña! ¿De dónde sacas esas ideas tan locas? La preparatoria es un lugar donde solo sobrevive el más fuerte. Deja de creer en las películas y series de Laflix."


Con un carraspeo de garganta, Andrea añadió indiferente: "Ajaaam. Ya quisiera ser popular y tener fama como la Idol Leidra o como Maxine Heellry, pero desgraciadamente la vida es muy dura y solo se queda en una ilusión fantasiosa".


En ese momento, el celular de Andrea sonó, causando incomodidad en la situación. Andrea, nerviosa, dijo: "¡Mi nena! En verdad quisiera seguir charlando contigo, pero tengo que irme. Cuídate mucho, adiosito", mientras sonreía levemente a Thais.


Cuando Andrea se alejaba, Thais estornudó fuertemente y gritó: "¡Salúdame a tu novia de mi parte!". Luego, Thais, mirando al cielo, volvió a gritar: "¡Quisiera ser una niña para siempre!"


Después, Thais se dijo a sí misma mientras agitaba su cabeza bruscamente: "¡Yo no quiero este futuro! No quiero este sufrimiento". Cada palabra resonaba con intensidad, expresando la angustia y el temor que la envolvían en ese momento de soledad en el oscuro bosque.


Al volver a la realidad, Thais se encontraba en un bosque sumido en una oscuridad aterradora. Eran las ocho y media de la noche, y la atmósfera estaba impregnada de una tensión palpable. El viento soplaba fuertemente, agitando las ramas que creaban sombras inquietantes en cada rincón.


Con la voz entrecortada, Thais se preguntó a sí misma: "¿Por qué tengo miedo? ¿Hacia dónde voy?" El sol ya se había puesto, haciendo difícil discernir el entorno.


De repente, una sombra misteriosa emergió de entre los arbustos. Era Roger Malkovich, compañero de clases de Thais, de 16 años, con un don peculiar: la capacidad de crear ondas sonoras como un látigo y captar sonidos leves. Algo no andaba bien; parecía como si estuviera poseído.


"Oye tú, ¿qué te ocurre, amiga?" preguntó Roger, mostrando preocupación, pero su actitud inquietante no pasó desapercibida.


Thais continuaba llorando amargamente, ignorando sus palabras. Roger, considerado, insistió: "¿Qué haces a estas horas? Sabes, eres mi amiga, y no me gusta ver tu cara empapada de lágrimas".


Thais, sin dejar de llorar, escuchó las palabras de Roger. Este, tosiendo levemente, le dijo con tranquilidad: "¡Maje, quiero devolverte el favor! Una vez tú me salvaste de la ira de Yuka Satanarya, así que voy a obsequiarte un bucle infinito de tiempo. Siento que eres una buena persona que no merece sufrir".


Thais estornudó fuertemente, y Roger, con una sonrisa inquietante, le propuso: "Solo necesito algo que tu tío, el vicealmirante Edwin, tiene. Es un objeto pequeño que ni siquiera notará que falta. Si me lo traes, te daré mi burbuja dimensional".


Thais, indignada, expresó: "Mmmmmmmm, creo que he visto algo similar. Espera y déjame que revise mi mochila". Sin embargo, al abrir su mochila, descubrió el objeto en cuestión, la fisura dimensional, que irradiaba un ligero brillo resplandeciente y una extraña sustancia negra en su interior.


Indignada, Thais exclamó: "¡Oye, Roger! ¿Es esto lo que buscas?" La fisura mostraba un misterioso resplandor y una sustancia oscura en su interior.


Roger, con una sonrisa de satisfacción, respondió: "¡Sí, sí! Es justo lo que yo quería. Solo dámelo, y yo voy a hacer mi parte. ¿Realmente estás segura de que no deseas algo más? Salvo que quieras abandonar este maldito pueblo". Roger se reía de forma minuciosa, revelando un deje de malicia en sus palabras.


En la oscura y perturbadora atmósfera del bosque, Thais expresó con un tono deprimente mientras las ramas de los árboles creaban sombras inquietantes y el viento soplaba fuertemente: "Solo deseo el mejor cumpleaños de mi vida". La mirada perturbadora de Roger hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de Thais.


Ante la perturbadora mirada de Roger, Thais se afligió. Entonces, con un temblor en las manos, Thais entregó el objeto, el contenedor de la fisura dimensional, a Roger. Sin embargo, en lugar de cuidarlo, Roger tomó la fisura en sus manos, la observó por unos instantes y luego la arrojó bruscamente al suelo, dándole un pisotón quebrando el contenedor en mil pedazos.


La fisura dimensional se expandió en el cielo, y una extraña grieta negra acompañada de rayos surgió. Roger comenzó a reír de forma desquiciada, sus ojos tornándose amarillos. Thais, asustada, gritó: "¿Qué te ocurre?"


Roger, con una voz gruesa, le respondió al instante: "Oye, querida niña, creí que iba a ser más difícil. Pero tengo que agradecerte por haberme otorgado lo que estaba buscando. ¿Acaso no me recuerdas? Soy Lu-cypher."


Thais sintió el miedo apoderándose de ella mientras Roger continuaba: "No he dejado de pensar en la humillación que ustedes causaron cuando me metí en la mente de Gaby. Gracias a ti, podré abrir la puerta entre tu mundo y mi reino, la Zona N."


Roger se rió frenéticamente, y su rostro empezó a fusionarse con la esencia de Lu. La figura que emergió tenía una personalidad psicótica y malvada. Lu Cypher, un demonio vago, poderoso, loco, obsesivo, mentiroso y malvado.


Luego, Lu expresó a través de Roger con una voz gruesa y tenebrosa: "Al fin, ¡está pasando! El evento profetizado por Amir y Megumi ahora se ha convertido en realidad. Este mundo ahora me pertenece, y muy pronto seré su nuevo gobernante para toda la eternidad."


La oscuridad del bosque se volvió aún más inquietante, dejando a Thais sumida en el horror de lo que acababa de desencadenar.



En la tétrica atmósfera del bosque, la enorme grieta rasgaba el cielo nocturno, emanando una luz ominosa que iluminaba los árboles retorcidos. Los rayos parpadeaban de manera irregular, creando sombras danzantes en el suelo. Fuertes ráfagas de viento aullaban, llevándose consigo hojas secas y el desesperado chillido de animales que corrían despavoridos.


Thais, sorprendida y temblorosa, balbuceó: "Pe... Pero... ¿cómo? Se supone que Renee y yo te dejamos encerrado en la Zona N. Es imposible que hayas logrado salir." El miedo y la desesperación se reflejaban en sus ojos mientras observaba el caos desatado.


En respuesta, Lu, ahora en el cuerpo de Roger, chasqueó sus dedos, y de repente, Thais se vio atrapada dentro de una burbuja de tiempo, un confinamiento inescapable que planeaba imponerle.


Entre risas sádicas, Lu expresó mientras se elevaba a los cielos, la enorme grieta desgarrando el firmamento nocturno: "El tiempo ya no existe y nada tiene sentido. Desde ahora, yo soy su rey supremo, la encarnación de la maldad y el origen del mal. Ahora contemplarán mi verdadero poder; el día cero ha llegado."


Mientras Lu se reía en el cielo, una enorme grieta apareció, y de ella emergieron legiones de demonios, seres oscuros y retorcidos que cruzaban la fisura con una malévola determinación. El aire se llenó con sus guturales rugidos, y la tierra tembló ante la llegada de estas criaturas infernales, dando vida a una pesadilla que sumergió el bosque en un horror indesc

riptible. Thais, atrapada en la burbuja de tiempo, solo podía observar impotente el desencadenamiento de la pesadilla que Lu había desatado sobre el mundo.

11 de Maio de 2021 às 02:23 0 Denunciar Insira Seguir história
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