Marco es un chico como cualquier otro en un mundo diferente al resto. Este mundo es, a diferencia de los demás, muy aburrido; no hay monstruos ni magia ni animales fantásticos, no hay alienígenas ni guerras interestelares ni formas de viajar a otras dimensiones, no hay guerras por el bien del reino ni cruzadas ni una época eterna, este es el mundo donde se crean los mundos por el simple hecho de que en este no se puede hacer las mil maravillas que en los otros. A Marco no le gusta saber sobre esos otros mundos porque sabe que jamás podrá ir a ellos, mientras que a muchos que conoce les gusta estar al pendiente de lo que pasa allá lejos, soñando con la posibilidad y deprimiéndose cada vez que se dan cuenta que no es posible. Marco no hace la gran cosa para este mundo aburrido. Sabe de la profesión de crear mundos y que es muy aclamada pero no le interesa, Marco prefiere quedarse en lo seguro yendo a trabajar como cajero en una droguería después de la escuela. Lo que Marco no entiende aún es que en su mundo aburrido se puede interactuar con múltiples mundos, mundos que habitan en el mismo, mundos que van a comprar medicinas en la tienda en la que trabaja, mundos jóvenes con puntos alterados que van a por condones para poder desahogarse sin peligrar; Marco no sabe que cada persona de este mundo aburrido es un mundo más, por lo que al interesarse por esas personas comunes, por gustarle tanto verlas vivir, al mismo tiempo está disfrutando de otros mundos a los que no podrá entrar, por lo que está haciendo, sin saberlo, lo que más odia. Marco es un chico de 16 años al cual no le gustan otros mundos pero que al mismo tiempo le encantan.
Los creadores de mundos en este mundo aburrido tienen poderes, conocidos popularmente como talentos, y de esa manera logran hacer dichos mundos maravillosos que los demás solo pueden desear y disfrutar de su desarrollo; pero Marco jamás será un creador de mundos, porque Marco no vive al igual que las otras personas, Marco se limita a existir, a gozar de las experiencias de los demás, y no se anima a vivir su propio mundo. Por extraño que parezca, pocos en este mundo aburrido existen de forma tan precariamente limitada a la existencia de los demás como lo hace Marco, porque han entendido que lo importante es vivir por sí mismos. Más sin embargo Marco no quiere vivir, se niega a hacerlo, se niega a construir su propio mundo personal, pero tal como prevé la madre de Marco, en un mundo como este, por más aburrido que sea, tienes que vivir, porque si no vives mueres. Así que Marco tiene que vivir, aunque no quiera hacerlo. Marco solo quiere existir, Marco no quiere morir. ¿Qué hará Marco entonces? Marco tiene que vivir.
Telle Zagnie
