Me hallo tirada en el suelo, no siento mi cuerpo y mi cabeza está dando vueltas tratando de recordar los últimos minutos antes de que ocurriera ese brillo, por qué tuvo que pasarme esto a mí, a mi familia, sin duda no lo entiendo, pero lo que sí sé es que debo salir de la casa si no quiero morir calcinada.
-¡¡¡¡¡Ahhh!!!!- Grito mientras trato de sacar el pedazo de cristal que yace incrustada en mi pierna, sé que no es lo más inteligente pero de alguna forma mi cerebro se reconforta el haber resuelto ya uno de los muchos problemas en los que me encuentro.
Una vez de pie me logro apoyar en la pared más cercana, o bueno lo que queda de ella, poco a poco voz dando pasos con mi pierna derecha, ya que es la única que puede soportar mi peso al juzgar la herida hecha por el vidrio en mi pierna izquierda.
-¡MAMÁ!- Es lo único que pude soltar de mi boca una vez estuve en la cocina, se supone que estábamos comiendo y hubo un brillo enceguecedor que salió de la ventana.
-¡MaMáa! Replico pero ahora sin mucha fuerza, esperando en todo momento recibir alguna respuesta.
Lo más probable es que ya haya muerto y su cuerpo se encuentre bajo uno de los muchos escombros de nuestra casa.
-¡¡¿por quéééé?!!- Escucho decir a una persona en la dirección donde ocurrió esa extraña luz.
-¡¡¿POR QUÉ?!!!- Repite nuevamente y al juzgar por el tono de su voz es un hombre que trata de contener el llanto.
Decido dirigirme a él, puede que también haya perdido a un familiar y juntos podamos escapar de este lugar y pedir ayuda.
Lentamente me dirijo hacia donde proviene la voz de aquel hombre y tras lo quedaba de la puerta delantera lo vi, estaba sosteniendo un montón de huesos, llorando, pero al mismo tiempo enfurecido, sus ojos veían a la nada.
Inmediatamente me sentí anonadada, al parecer toda mi ciudad se encontraba destruida, lo único que indicaba que este lugar antes hubiera sido habitado por humanos eran los restos de cuerpos junto con las pocas casas que en parte seguían en pie.
De la nada y sin ningún aviso ese hombre se levantó, miro hacia mi casa, levantó su mano con su palma abierta y secándose sus lágrimas tensó sus dedos de los cuales surgió esa misma luz cegadora que había observado antes de que todo esto ocurriera, no sabía nada de lo que ocurría pero de algo tenía la certeza, este era mi fin ya que desde su cuerpo surgió la misma explosión que momentos antes explotó mi casa.
