La mayoría de las personas viven pensando en el amor, piensan que en algún momento milagrosamente lo van a encontrar, ese tipo de cosas nunca las creí, no creo el amor ayude a una persona en la vida, si ese hubiera sido el caso mi papa nunca se hubiera suicidado y no nos habría dejado con un mar de deudas, desde ese día jure nunca mas creer en el amor, hasta que la conocí.
Me llamo Kitamura Hikaru tengo 17 años y voy en la preparatoria, tengo 3 hermanos menores de 3, 4 y 5 años, es un poco difícil cuidarlos a los 3 y más aun mantener las mejores notas en el instituto, pero cuando veo como es que mi mamá se esfuerza tanto en pagar las deudas de mi difunto padre, eso hace que me dé más motivación para seguir adelante
-Oye Hikaru! ¿Otra vez sacaste las mejores notas del instituto? – lo dice con cara sarcástica
lo mire con una sonrisa
-Si, después de todo tengo que ser el mejor si quiero llegar a ser doctor
Tadashi sabia la razón por la que me esforzaba tanto en sacar buenas calificaciones, así que me apoyaba
- Hikaru sé que quieres hacer lo mejor por tu familia, pero trata de no exigirte demasiado- lo dice con cara de preocupado
- Si no te preocupes, al menos duermo unas 4 horas al día
Ese día Sali un poco mas tarde de lo habitual ya que me quedé en la biblioteca estudiando para los exámenes, cuando Sali del instituto fue cuando la vi en la azotea. Vi a una chica con lagrimas en los ojos a punto de suicidarse, fue ahí cuando recordé como es que el suicidio de mi padre nos destrozo la vida, no podía quedarme de brazos cruzados cuando yo ya conocía las desgracias que venían con esa decisión, así que corrí lo más rápido que pude hacia la azotea.
- ¡ESPERA! ¡¿Qué es lo que crees que haces?!- con cara de preocupado
- No tengo motivos para seguir viviendo en esta vida- me lo dijo con lágrimas en los ojos
- ¡Piensa en tus padres como se sentirán al respecto!
- ¡A ELLOS YO YA NO LES IMPORTO!, ADEMAS MI MADRE ESTA MUERTA!
Fue ahí cuando comprendí que todo el mundo tiene problemas y de que algunas personas sufren mas que otras, yo vivía cada día de mi vida pensando que mi vida era mas agotadora que los demás, pero resulta que existen personas que la pasan igual o peor que yo.
-Mira no sé lo que habrá pasado en tu vida, pero sé que tarde o temprano las cosas van a mejorar, si no tienes un motivo para seguir viviendo pues sigue viviendo tu vida con más fuerza hasta que seas capaz de encontrarle un camino, suicidarse la opción más fácil y no resolverá nada
-Yo ya no tengo una razón para vivir- con lágrimas en los ojos
- ¡Si necesitas una razón para vivir, yo seré esa razón, seré tu luz que ilumine tu camino!
- Harías eso por mi- con lágrimas en los ojos
- Si, así que por favor baja de ahí y ven conmigo
Luego después de eso se tiro encima de mis brazos, en ese momento sentí que pasaba en cámara lenta, talvez ella podía curar el dolor que yo tenía, talvez en vez de yo ser su luz ella podía ser la mía, cuando callo en mis brazos empezó a llorar tanto que se quedó dormida, como pensé que estaba cansada decidí llevarla a mi casa para que descansara, Quería lograr que ella no cometa el mismo error que mi padre, de alguna forma evitar que ella se suicidara iba a calmar el dolor que tengo de haber permitido que mi padre se suicidara, no sé si la razón por la que evite que ella se suicidara era por confortamiento propio o porque quería ayudarla, lo importante es que tenia que evitar que ella no cometiera una mala decisión.
Cuando llegue a mi casa mis hermanos pequeños me recibieron con una sonrisa y me preguntaron quién era ella.
- es una amiga que ha tenido un largo día y quiere descansar por hoy, así que no la molesten- le dije con una sonrisa en la cara
Luego de eso la lleve a mi cama, sorpresivamente cuando me estaba yendo me agarro la mano con fuerza, como si tuviera miedo de que me fuera de su lado, yo planeaba irme a dormir en la sala, pero ella agarraba mi mano con fuerza, así que tuve que quedarme durmiendo a su lado.
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