– Oigan deberíamos volver quizás nos podemos meter en problemas – Dice Elies.
– Deja de molestar Elies – le reprocha Alizee.
– Y si fue una bomba lo que explotó – vuelve a hablar Elies – o si hay más o peor aún si hay un loco suelto con bombas.
– Deja de ser gallina llevas 10 minutos diciendo lo mismo – esta vez es Gwen – además no creo que haya un loco.
– Insisto, debimos quedarnos en casa y no hacer caso al absurdo plan de Devin.
– Oye no es absurdo – lo volteo a mirar frunciendo el ceño – además nosotras íbamos a venir solas tú fuiste el que dijo que podría ser peligroso y otras cosas que no recuerdo – le digo volviendo a caminar hacia el bosque.
– Que estaban locas por querer venir al bosque después de una explosión – nos recuerda – lo normal de todos los días.
– Dios Elies cierra un poco la boca me tienes estresada con tanto reproche ya estamos aquí no podemos echarnos para atrás – Alizee lo observa enojada.
– Si oye, si nos matan, nos matan y ya – le sigue Gwen.
– Si ustedes no aprecian su vida yo sí, soy muy perfecto para morir en manos de un loco.
– Nadie va a morir – ruedo los ojos – ¿están listos para saber que fue la explosión? – pregunto mirándolos.
– Si – responden al unísono Alizee y Gwen.
– No – dice Elies cruzándose de brazos.
– Elies – lo llamo entrecerrando los ojos - ¿nos dejarás ir solas dentro de un bosque sabiendo el peligro que puede haber?
– Me caen mal – suspira empezando a caminar – andando antes de que me arrepienta.
Sonreímos y chocamos las manos, nos adentramos al bosque e iluminamos a los lados, a lo lejos logramos ver algo y nos miramos para acercarnos lentamente, cuando estamos a una distancia prudente vemos como especie de una nave y alrededor hay partes de esta, pero lo más sorprendente de todo esto qué es se logra ver una sombra. Empiezo a acercarme para ver mejor cuando Elies me agarra el brazo para detenerme.
– No creo que sea buena idea acercarte.
– Por primera vez estoy de acuerdo con él – dice Alizee.
– No me acercaré mucho solo quiero ver qué es lo que hay dentro.
– Ten cuidado – veo a Gwen y asiento mientras me suelto de agarre de Elies. Cuando estoy más cerca puedo ver mejor la sombra – creo que es una persona – vuelvo la vista a los chicos.
– ¿Segura que es una persona? – cuestiona Gwen.
– Sí, creo.
– No creo que una persona o alguien normal llegue en una nave y se estrelle casualmente en un bosque – dice con sarcasmo Elies.
– Parece que está inconsciente – ignoro el comentario de Elies – deberíamos sacarlo de ahí.
Daniela Serna
