10 de enero del 20xx
Esta mañana ha desaparecido otro calcetín.
Sí, sí, te parecerá divertido pero no te reirías tanto si desde que vinieron los Reyes se te hubieran perdido siete calcetines, cuatro cromos (sin repetir), muchos rotuladores (ya no llevo la cuenta), el rascador de la vitrocerámica (tendrías que oír a mi madre, no hace más que protestar porque tiene que limpiar la vitro con las uñas), varios peines, unos cuantos pañuelos, montones de servilletas de papel… Bueno se nos ha perdido casi todo lo que se te ocurra.
Mi hermana pequeña, Elena, esta cagada porque piensa que hay ladrones. Mi hermana mayor, Mavi, no se interesa por saber qué pasa. Mi madre va de un lado para otro acusándonos de ser unas desordenadas y quejándose porque ella tiene que buscar lo que perdemos; yo, que me considero la segunda más lista, creo que lo mejor es investigar.
Por cierto, aún no me he presentado. Por si alguien aún no se ha dado cuenta, que sepas que quien escribe esta historia es Ada.
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11 de enero del 20xx
He hecho un mapa de mi casa. Me ha quedado fenomenal, aunque en el dibujo no me caben todas las sillas del comedor y me parece que se me ha olvidado poner alguna puerta.
Empezaré a buscar en la cocina. Nada en la nevera, ni en la mesa, en las sillas tampoco. ¡Jo! Lo he hecho fatal. Si es un ladrón ¿cómo se iba a esconder en una silla?, aunque... ¿y si no era un ladrón? Si no era un ladrón, ¿qué sería? Hay muchas dudas y ni una sola pista. ¿Pistas? Buscaré algo. Ahora vuelvo.
Nada de nada, solo este pelo marrón que debía ser mío porque era corto y soy la única de la casa que tiene el pelo corto, aunque mi pelo no pincha y este que me he encontrado es bastante duro y tieso… Lo guardaré por si acaso. Hasta mañana, que seguiré buscando.
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12 de enero del 20xx
Mi mamá empieza ha pensar que no soy yo la que se lleva las cosas porque hoy ha desaparecido el mocho de la fregona y yo solo cojo la fregona los días de limpieza, bajo amenaza de colleja contundente y porque si no, no me da paga ¡En ningún otro caso! Pese a lo cual, mamá nos ha hecho ordenar la casa entera.
¡Qué pérdida de tiempo!
Hemos vaciado los cajones uno a uno. ¿Para qué? ¡Para luego volver a guardar lo que habíamos sacado! Lo que decía antes, una tontería para hacernos perder el tiempo. Pero ella se ha quedado a gusto. Mientras nosotras currábamos sacando y guardando ropa y cosas, mamá ha hecho una lista de todo lo que se ha perdido, incluso ha tenido en cuenta los tazos que me faltan, las gomas del pelo y la plantilla de un zapato de Mavi.
Se me ocurre que podría ser un pájaro. Un pájaro que entrase por la ventana de la terraza, que siempre está abierta, y se llevase algo para hacer su nido. Si es así, se ha llevado ya tantas cosas que su nido debe ser enorme como un castillo. Voy a mirar por la ventana a ver que encuentro.
Sí, hay un nido en el árbol que tenemos delante de casa, pero está hecho de palitos, no de calcetines y no se ven más nidos. Será un ratón, pero... ¿a los ratones les gustan los calcetines? No sé, no sé, anotaré el dato y seguiré investigando.
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13 de enero del 20xx
Los mayores son poco lógicos. Mi madre ha rociado toda la casa de mata-polillas. Ha gastado un bote entero de una sola vez. Ha echado tanto que yo, que no tengo nada que ver con las polillas, casi me ahogo. Aparte de eso, solo se dedica a mirar su lista de cosas perdidas y nada más. Debe pensar que la lista le va a decir qué es lo que está pasando.
Está claro que si quiero descubrir la causa de las desapariciones voy a tener que investigar yo sola. Hoy he mirado en el baño y también en el aseo. Había muuuuuuchos pelos largos y oscuros, me parece que alguien se está quedando calva y esa no soy yo ¡Qué alivio! También había pelos cortitos de esos que pinchan… Parecen pelos de bigote, pero estoy casi segura de que mi madre solo se afeita las piernas y no tiene bigote, así que esos no son suyos.
La idea de que alguien se pasee por mi casa y además se afeite en mi baño no me hace ninguna gracia. Se va a enterar quien sea.
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14 de enero del 20xx
Hoy ha desaparecido un guante y una funda de gafas.
He decidido pasar a la acción, así que he sembrado mi habitación de trampas. Le pedí a mamá queso de agujeros, con muchos agujeros y poco queso. Lo he partido en trozos y he atado cascabeles a cada agujero. La cuerda que une el cascabel al queso está también atada a la pata de mi cama. Si se trata de ratones, cuando se coman el queso sonarán los cascabeles y yo me despertaré. Y como no se pueden llevar el queso porque está atado a la cama, los atraparé.
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15 de enero del 20xx
¡Se han comido hasta la cuerda!
Cuando me he despertado solo quedaban restos de cuerda atados a la pata de la cama. Bueno, tampoco es tan malo, porque si se han comido los cascabeles ahora van a hacer ruido cuando se muevan… He oído algo, iré a ver.
Ya estoy aquí. ¡Lo he visto! No tengo ni idea de qué es, pero lo he visto. A ver como te lo cuento: pequeño, marrón, tan despeinado como mi hermana Elena… Bueno, todavía más despeinado que mi hermana Elena, y con un rabito acabado en un plumero o algo que se le parecía. Lo he visto trepando por los tubos de la calefacción y ha desaparecido por el agujero del techo.
Por cierto, se han comido la varilla de limpiar la flauta.
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16 de enero del 20xx
Hoy se ha perdido una esponja, pero esto no se va a quedar así.
He tenido una idea brillante. Esta trampa no puede fallar y conseguiré que mi madre me crea. He puesto la trampa cerca de los tubos de la calefacción. Es muy sencilla: en el centro hay un calcetín de Mavi, no un calcetín limpio, sino uno usado y sudado que son los que más les gustan a esos bichos; alrededor del calcetín he cubierto el suelo de arena, digo, de harina.
Cuando bajen a por el calcetín sus huellas quedarán marcadas en la harina y mi madre tendrá que reconocer que no éramos nosotras las que perdíamos las cosas, incluido su rascador de vitrocerámica, que lo echa tanto de menos que parece que lo quería más que a nosotras.
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17 de enero del 20xx
¡Alucina, vecina!
Mi trampa ha tenido éxito (por supuesto). Lo alucinante no es que mi trampa haya funcionado, sino que mi madre tiene libros interesantes… Bueno, tiene UN libro interesante. Cuando ha visto las huellas en la harina (el calcetín no lo ha podido ver porque ya no estaba), se ha ido a su cuarto y ha vuelto con un libro viejo, de tapas como de corteza de árbol, que se llama Moderna y mordida guía de ogros.
Creo que no es tan moderno como dice el título porque en todo el libro no hay ningún ogro como Shrek, pero tiene montones de dibujos, de ogros y de otras cosas alucinantes. Muchos de los dibujos tienen solapas o palancas que al moverlas cambian la imagen. Por ejemplo, ves un ogro por fuera, pero si subes la solapa, le ves las tripas y hasta el contenido del estómago (había cenado neumáticos de tractor). Pero lo mejor son las imágenes de máquinas, unas máquinas rarísimas diseñadas para cazar y atrapar ogros. Y no solo para eso. Te aseguro que vi una máquina que además de disparar dardos paralizantes por delante, cocina flanes de vainilla por detrás (en el libro viene la receta y todo) y otra de ellas da cachiporrazos por un lado, corta hierba por otro y teje a ganchillo por arriba.
A mí me gusta una que lanza piedras y toca el bombo, pero mamá pasó de las máquinas de guerra y se fue a ver las imágenes de ogros, había ogros de casi todos los colores y tamaños: ogros silvestres, ogros sabandijas, ogros polares, ogros montaraces, ogros de colmena… Mamá ha pasado las hojas (algunas de las cuales estaban mordidas, como avisaba el título) hasta llegar a los ogros cajoneros… Y allí estaba. Había un dibujo del bicho que yo vi y también había dibujos de sus huellas y eran iguales a las que teníamos en la harina.
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18 de enero del 20xx
Mi madre pertenece a la SSAM.
¿No sabes lo que es la SSAM? ¡Claro que no! Es una sociedad secreta, por eso nadie la conoce, pero hace tiempo que yo sospechaba de mi madre y ahora estoy segura, es de la Sociedad Secreta Anti-Mascotas.
¿Que cual es el objetivo de esa sociedad? Bueno, sus socios no buscan conquistar el mundo ni destruir el planeta, como cualquier sociedad secreta seria. Esta es mucho peor, su objetivo es que ningún niño tenga una mascota.
Verás lo que ha pasado.
Estábamos pensando cómo hacer bajar al ogro de su escondite cuando Elena ha estornudado. No tengo pruebas científicas (todavía), pero los mocos de Elena deben ser radiactivos o, por lo menos, deben conectar con otra dimensión. De otra manera no se explica que de su nariz (que es bastante normal) salgan mocos hiper-mega-supergrandes y ultra-extra-macro-pringosos. El de hoy ha sido de los buenos, se ha “empringoroteado” hasta el ombligo y también las manos y también el suelo.
Mamá, tan poco original ella, ha empezado a refunfuñar, pero se ha callado en cuando ha oído el cascabel. Encima de nuestras cabezas, en el agujero del techo, asomaba una nariz roja. Y detrás de la nariz salió el ogro entero, bajó corriendo por el tubo del radiador y se puso a lamer el moco desparramado por el suelo.
En un instante el suelo quedó limpio. Y si no limpió también a Elena fue porque la tonta de mi hermana se fue tan veloz como un cohete y se subió a la litera más alta.
Entonces Mavi tuvo un gesto inesperado. Se metió el dedo en la nariz y se sacó un moco. Era una birria de moco, pero se lo tendió al ogro y este se lo comió directamente del dedo.
Cuando volvió mi madre (porque se me ha pasado decirte que mi madre también se había ido por pies), nos habíamos hecho amigas del ogro y lo habíamos adoptado. Lo llamamos Tom.
Pero resulta que mi madre había ido en busca de veneno, porque se quería cargar a nuestro ogro. Menos mal que solo encontró matamoscas. Roció al pobre Tom con el matamoscas de arriba abajo y Tom, que no tenía ganas de ducharse, se escapó corriendo (y cascabeleando, también).
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19 de enero del 20xx
Soy la presidenta fundadora de la LSOC, la Liga de Salvamento de Ogros Cajoneros. Por el momento nuestra liga solo la formamos Ada, Mavi (que es la segunda presidenta, porque no quiso ser la vicepresidenta) y Elena (que dejamos que sea la secretaria). Pero ya tenemos nombre y también un lema: «Los ogros son nuestros amigos». ¿Quieres unirte a nosotras?
Nuestro objetivo es librar a Tom y a todos los ogros cajoneros de las garras de la SSAM. Mamá se piensa que acabó con el ogro, pero Tom está vivito y coleando, porque el matamoscas no afecta a los ogros. Para que mamá no sospeche, hemos de evitar que Tom siga llevándose cosas, así que lo alimentamos con sopa de mocos (menos mal que Elena produce mocos en abundancia).
Pero Tom es un tragón. Por eso, si tienes algún calcetín viejo y roto o que no te guste, no lo tires, tráemelo y se lo daremos a Tom.
¡AY! Creo que ya tiene hambre y me está mordiendo el bolsillo.
¡Qué alguien lo agarre fuerte!
Obrigado pela leitura!
¿Quién me roba los calcetines?
Una historia contada desde una perspectiva infantil e inocente que te llegará al alma por la ternura que te da. El desarrollo de la misma está bien logrado y tiene una historia que engancha a su medida. Excelente narración, todo muy cuidado. No te esperas el desenlace. 100% Recomendado.
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