La niña de apenas 7 años ya estaba sufriendo problemas de amor, con un niño que la había reemplazado por otra chica mas guapa que ella. Muchos hemos tenido "amores" de pequeños, pero lo que a esta niña su corazón le hacia sentir era especial. Ella se había enamorado de verdad. La chica de cabellos rubios como el oro lloraba y lloraba, no podía parar de llorar. Apenas termino la última hora, la muchacha fue corriendo a su casa para contarles a sus padres lo que le había pasado.
-Ma- ma- mami.- Dijo la muchacha sollozando.
-¿Qué paso mi vida?- Preguntó la mujer preocupada.
-Me dejo.- Respondió con un suspiro como si de su boca se escapara su alma.
-¿Quién?, ¿Fabian? Hay hija no llores por esas cosas que me asustas.- Le dijo aliviada.
-Mami me duele-
-No llores por eso, si ni siquiera sabes que duele el amor, además Diana, estas muy pequeña para pensar en eso.-
Diana hizo caso a su madre y se fue a su habitación para dejar de pensar en ello. "¿Por qué duele tanto?" se decía a si misma.
Al día siguiente volvió a la escuela, intentando no ver a Fabian, lo cual lastimosamente no pudo ya que van a la misma clase. Cuando Diana ya se empezaba a calmar, el destino quiso jugar con ella haciéndole que Fabian hablara con ella.
-¿Tienes un boli de sobra?-Preguntó.
-No- Dijo distante.
-Vale, gracias- Dijo un poco molesto.
Cuando terminaron esa conversación tan incomoda, se le asomaron a la niña unas lagrimas en los ojos...
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