Angie Grca
Cuando era pequeña amaba dormir hasta tarde, era la única manera de escapar de mi realidad. No sentía nada, no sentía dolor, solo paz. Podía imaginar y estar en cualquier lugar que yo quería.
Podía ser feliz.
Los problemas que tenia me hacían querer dormir hasta tarde.
¿Cómo con tan corta edad tenia tantos problemas como para no querer estar en mi realidad?
A los cinco años fui abandonada por mis padres, me dejaron en la puerta de un orfanato. La encargada de este me acogió como si fuera su hija, pero las demás encargadas no; ellas me trataban muy mal, igual que a los otros niños.
Y no me salvaba del bullyng por parte de los niños más grandes, por ser tan pequeña y no tener una familia que me quisiera.
Algunos de ellos fueron abandonados a corta edad como yo, otros, están ahí por que sus padres murieron y otros, por que estos no los aguantaron.
Pasé de familia en familia con el pasar de los años, a los seis una pareja de mujeres me acogieron, eran muy buenas conmigo, me trataron muy bien.
Pero una noche, soñé con ellas, se veía tan real, bebés llorando, sangre, mujeres llorando, peleas, acusaciones. Luego el llanto del bebé seso, vi una tumba pequeña y flores en esta, ellas estaban ahí llorando. Yo me acerque y llame su atención, les dije que todo estaría bien, que no pasaría nada, que yo estaba ahí.
A la mañana siguiente me acusaron de ser una bruja, de controlar sus mentes y hacerlas recordar cosas que no querían recordar. No fue mi culpa proyectarme en sus sueños, pero, para ellas yo era la culpable.
Y así pasó el tiempo, me acogía una familia, luego me proyectaba en sus sueño más desgarradores, terminaban llamándome bruja y de volviéndome al orfanato donde todo comenzó.
Pero a los diecisiete años, un hombre me adopto.
Era de tez blanca, tenia el pelo negro liso, y bien peinado hacía atrás, era alto, y muy elegante. Andaba vestido de traje y usaba anteojos azules, que resaltaban con sus ojos, tenía una sonrisa muy amigable.
Él se convirtió en mi padre, al fin tenía uno, al fin tengo un padre.
Pero desde que estoy con él, mi vida tomo un rumbo diferente.
Alejandro Aquino
Quizá un consejo que pueda brindarte consiste en dedicar un mayor empeño a la ambientación de tus narrativas, así como a cultivar un lenguaje más refinado. Sin embargo, más allá de tales consideraciones, tus relatos resultan intrigantes, manteniendo a la audiencia inmersa y proporcionando deleite, que es, en última instancia, la razón de ser de quienes nos entregamos a la pluma. Te felicito y te insto a perseverar en este noble camino.
Permíteme ofrecerte un ejemplo más preciso que pudiera ilustrarte. Cuando decides enmarcar un escenario, como un jardín, ¿Qué elementos lo componen? No insistiré en la necesidad de describir el verde del césped, mas tal vez se deba prestar atención a ciertos detalles, como una maceta de tonalidad terrosa, un pino añejo o el césped sin segar, donde uno podría tropezar. Los aromas, ya sea la tierra húmeda o reseca, y las sensaciones, aunque triviales, enriquecen nuestra facultad de imaginar. Asimismo, no subestimes la importancia de los olores. Son estas minucias las que, aunque insignificantes en apariencia, enriquecen nuestro mundo imaginario. Continúa así; tu estilo me agrada de sobremanera.
Dentro de mi obra principal, quizá halles algún ejemplo que pudiere servirte de guía, siempre y cuando decidas incorporarlos, por supuesto. Es una obra de densa envergadura, no me aventuraré a solicitarte que la leas, jajaja, pero tal vez puedas echar un vistazo ocasional, pues mi pericia se centra en este aspecto. Te envío un cordial saludo, de dimensiones considerables.
Obrigado pela leitura!
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