mr_nahual Israel Salazar

Deyan y su hijo, Dimitar, salen de caza al bosque. Luego de que una tormenta los haga extraviar el rumbo, se toparán con un depredador desconocido. Ahora los cazadores se convertirán en la presa.


Fantasia Medieval Todo o público.

#hombres-lobo #licantropos #aventura
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Primero

La nieve cubría los pinos y abetos del bosque como un frío y suave manto. Una delicada brisa invernal desviaba el humo que emanaba de la chimenea de una solitaria casa en medio de ese albo Edén. La puerta se abrió dejando escapar un crujido que se perdió en la inmensidad de las montañas. Deyan, hombre de unos treinta y cinco años, salía a cazar junto a su hijo mayor, Dimitar. Iban vestidos con pantalones de cuero y abrigos de piel de lobo. Cada uno llevaba un arco, una aljaba con ocho flechas y una cuchilla atada al cinto. El viento comenzaba a arreciar, obligando a los hombres a colocarse la capucha para protegerse del frío que les penetraba la piel como agujas afiladas. Pronto los pinos y abetos se torcieron en dirección del soplido del viento. Las aves se escondían y no se veía rastro de ningún animal. Deyan y Dimitar continuaron su camino sin hacer caso del mal augurio del clima. Al cabo de una hora comenzó a nevar y el viento azotaba con violencia tal que parecían estar sumergidos en un mar blanquecino. No podían ver más allá de sus propias narices, y el frío les comenzaba a calar hasta los huesos.

—Volvamos a casa, padre —dijo con angustia el joven Dimitar.

—De eso ni hablar. Hoy cazarás y te convertirás en hombre. Ni mañana, ni pasado. Hoy.

El joven acababa de cumplir los quince años y, como dictaba la tradición, debía adentrarse en el bosque y no regresar hasta tener carne para alimentar a su familia. En ese momento sería tratado y reconocido como un hombre adulto entre sus pares. A pesar de su edad, Dimitar ya tenía la estatura y complexión de un adulto. Con una estatura de seis pies era el segundo hombre más alto de la zona, siendo superado solamente por su padre, que lo sobrepasaba por dos pulgadas. Para Deyan, su hijo estaba más que preparado para convertirse en un hombre, y no veía razón para seguir postergando el rito de madurez. Una simple tormenta no los detendría. A medida que pasaban los minutos, la tormenta no hacía más que empeorar. Pronto la nieve les cubrió hasta por encima de los tobillos, dificultándoles el paso.

—Padre, tengo miedo. Cuando la tormenta pase cazaré un ciervo.

—¿A qué le temes, muchacho? —dijo el hombre, notoriamente cabreado por la inseguridad de su hijo-. Cientos de veces hemos caminado por este bosque y nunca te vi tan aterrado.

—Hace tiempo que estamos perdidos. Podríamos haber entrado en el territorio de un oso —respondió el joven, con notorias ganas de regresar a la comodidad del hogar.

—¡Pues si se aparece un oso le damos caza! ¡Nada podrá detener...

—¡Aúúú!

Un terrible aullido interrumpió la conversación. Padre e hijo pusieron espalda contra espalda, sacando cada uno su cuchilla del cinto. Olvidaron el frío por completo y su vista pareció agudizarse. No podía oírse nada más que el ulular del viento entre las ramas de los pinos y abetos. Permanecieron callados un buen rato.

—Escucha Dimitar —dijo Deyan, rompiendo el silencio—, si ese lobo está solo no hay de qué preocuparse. Por desgracia, los lobos raramente andan solos.

Con cuchilla en mano estuvieron expectantes quién sabe cuánto tiempo.

1 de Setembro de 2020 às 06:15 1 Denunciar Insira Seguir história
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Sun Shine Sun Shine
Me gustó este primer pues considero que manejas una narración muy buena y que se adapta perfectamente a la historia. Me atrae la relación entre los personajes y sus propósitos en la trama. Estaré expectante. PD: Se agradece leer de vez en cuando una novela ligera y creo que es un puntazo para la historia.
December 28, 2020, 00:24
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