rafael-villafuerte1583025906 Rafael Villafuerte

Milave es un planeta donde se organizan torneos con hombres para divertir a hordas babeantes de sangre, violencia y muerte.


Ação Todo o público.

#batallas #arena #peleas #vida #armas #monstruos #miedo-valor #furia #novela #corta #entretenimiento
0
3.0mil VISUALIZAÇÕES
Em progresso - Novo capítulo A cada 10 dias
tempo de leitura
AA Compartilhar

.

1.

Esta historia transcurre en el año 2020 en un planeta muy lejano casi idéntico a la tierra en todos los aspectos, de hecho la gente luce igual y tienen: las mismas costumbres, la misma ropa, los mismos edificios. También nacen, crecen, viven, sueñan y mueren. Hay quienes son virtuosos y también quienes estan dispuestos a derramar sangre.

Pero a diferencia de nuestro planeta tierra, en este otro mundo llamado “Milave”la diversión nunca llegó a separarse de la brutalidad. Las corridas de toros, las peleas de perros y otras fueron reemplazadas por luchas más violentas aún, donde el hombre era el protagonista.

Los fines de semana la gente cansada del tedio del trabajo se dirigían a los Edificios Azules, para disfrutar los más imprescionantes combates que el hombre haya concebido, en la arena circular se podían observar hombres armados con antiguas y variadas armas, pertenecientes a las culturas del pasado como sables, dagas, redes, garrotes, resorteras, hachas, clavos, fuego, etc. Únicamente estaban prohibidas las armas de fuego por acabar estas demasiado rápido con la “diversión”, además de que representaría un peligro para los espectadores. Los combatientes eran criminales que tenían sentencias de cadena perpetua o muerte, a los cuales se les daba la oportunidad de disfrutar de una vida con comodidades o incluso conseguir la libertad, si es que conseguían resistir la temporada de dos meses.

Excepcionalmente admitían a gente externa deseosa de ganar fama y fortuna, mujeres y dinero eran la tentación de muchos jóvenes incautos, cuyas cabezas terminaban adornando el suelo manchado de sangre de la arena.

2.

El señor azul era un poderoso empresario de “Ostrar” una de las naciones más ricas del planeta Milave. Ahora mismo se encontraba de pie en su oficina personal, la cual estaba ubicada en un lujoso palco de uno de los edificios azules más importantes. Tenía puesta una camisa, pantalón y corbata que equivalían al salario de varios años de cualquier trabajador promedio.

A sus pies y boca abajo yacía un hombre robusto, sin pelo y vestido con un traje naranja opaco. Este estaba inmobilizado con indestructibles grilletes de acero, a ambos lados y de pie se encontraban dos fornidos guardias que casi hacían ver enclenque al hombre del suelo, puesto que median casi dos metros.

El señor Azul lo miraba con desprecio como si estuviera viendo un charco de agua sucia que interrumpe su camino, le dice que si no pelea mañana, lo echará atado a las fieras para que lo despedazen.

Si no haces que que me den la libertad no pelearé, espetó con furía y con un gesto de desafio el hombre del suelo. Mataste a seis hombres, dos de los cuales eran influyentes dijo el señor Azul. Gracias a mí no te freirán en la silla eléctrica y así es como me das las gracias escoria, agregó el señor azul.

A continuación el poderoso hombre de negocios lo pateó en la cara, arrancándole dos dientes. ¡si no peleas mañana mataré a toda tu familia!¿ me oíste ?, ¡llévenselo, y que el doctor Mortel lo curé!, no pienso candelar la pelea y perder dinero.

A la noche siguiente, aquel desdichado de traje naranja se batía con todas sus fuerzas en la arena, sus adversarios eran tres monstruosos osos que erguidos superaban los dos metros de altura. Pero a estos se les habian colocado vendas especiales, las cuales los animales no podían quitarse, imposibilitándoles la visión, sin embargo estas criaturas seguían poseyendo una fuerza descomunal y un olfato sobrehumano.

El infortunado únicamente estaba armado con una larga daga, una gran red y una hacha de mano. Había descidido acabar rápidamente con las fieras, puesto que deseaba inflingirles el menor dolor posible.

Los osos se paraban en sus patas traseras agitando sus hocicos hacia uno y otro lado, tratando de captar el olor humano.

Uno de los animales captó su olor y lo embistió en cuatro patas guiado por su olfato, por fortuna el hombre era muy habil y lo esquivó saltando a un costado, sin embargo, el oso llegó a rozarlo tan violentamente que le causo rasmillones en el abdomen.

El hombre naranja contemplo aquella barbarie, miró al público que estaba delirante disfrutando de la barbarie, apostando, haciendo predicciones y riendo ¿en serio disfrutaban esto?.

No lo pensó más y descidió actuar, hecho su red con todas sus fuerzas atrapando al oso que intentó embestirlo, este trató liberarse, pero solo logró enredarse más mientras lo hacía. Ya solo quedaban los otros dos, estos al sentir el estremecimiento y gemidos del animal capturado se inquietaron también y se pusieron más agresivos.

Inesperádamente se abrieron unas pequeñas compuestas, por las cuales fueron arrojadas por los guardias un hombre y una mujer, ambos rondando los cuareta años. Estos estaban aterrados y no sabían que hacer, no tenían la destreza ni habilidad del guerrero naranja. Se quedaron quietos por el terror, los osos no tardarían en dar con ellos, y de hecho así fué. El hombre no tuvo tiempo de correr y fué atrapado por uno de los osos, el otro al oír los gritos se unió al espantoso festín, con potentes mandíbulas uno y otro animal tiraban tanto de el hombro como de las piernas, por lo que el la persona terminó partida en dos cesando así sus gritos y su vida.

El guerrero tomó a la mujer que se había desmayado por la impresión y la arrastró hasta una de las paredes de la arena, allí la dejó, a continuación empuño su daga con sus dos manos, observó a uno de los osos que se acercaba lentamente mostrando enormes y filudos dientes y corrió hací él.

Instantes después el oso caminaba lenta y torpemente hasta que se cayó y se desangró hasta morir, pues el guerrero naranja le había producido un certero y preciso corte en la garganta. El público no quedó atónico durante unos instantes, pero pasados los mismos estalló en un júbilo y aplausos, la gente levantaba las dos manos con gran energía. Aunque el hombre de naranja no sintió una pizca de orgullo por ello.

Después tomo el hacha de mano y repitió la misma operación con el oso restante, acabándolo también, esta vez el gozo de la gente no tenía límites. El combate cesó y el guerrero naranja pudo retirarse de la arena exhausto y herido, mientras retiraba muchas mujeres del público le arrojaron flores.

Varios guradias entraron y retiraron al oso que yacía atrapado por las redes, así como también a la mujer que aún seguía desmayada, las entrañas . Aunque aquel combate había concluido faltaban otros igual de sangrientos, y es que la noche aún era larga.

El hombre de traje naranja se llamaba Armayry tenía treinta años, a pesar de su edad era un veterano en la arena.

3.

Una bella joven de veinte años yace en su lecho de muerte, numerosos médicos contemplan con impotencia el no poder haber hecho nada por ella. En medio de ellos esta su padre, nada menos que el señor Azul, este le sostiene la mano en un intento por ganarle a la muerte unos instantes, hija no te mueras dice aquel poderoso hombre. La joven que apenas puede oír a su padre le dice que no sufra, que fué un gran padre a pesar de todo y que pronto ella verá a mamá, la cual había muerto al darla a luz.

Antes de que muera necesito que me jures que lo salvarás padre, necesito que me lo jures, ahora que está en la cárcel y planéan ejecutarlo tu puedes mover tus influencias para que aquello no suceda.

Te lo juro hija mía, are hasta lo imposible para que él viva, dijo el atribulado padre.

Acto seguido la hija murió.

Por la tarde el señor Azul tuvo una tensa reunión con Armayry, le garantizaría la libertad si es que entrenaba a un joven, con la finalidad de que este soportara los duros combates a los que sería sometido.

4.

Un joven de veinte años llamado Hicajo hacía barras en el área de ejercicios en una prisión de la capital de Ostrar, esta en la cárcel por haber herido gravemente al hijo del presidente, puesto que este intentó propasarse con su hermana. El joven pensaba en su familia con nostalgia, de imprevisto apareció a sus espaldas un grupo de cinco reclusos con las manos en los bolsillos y con un gesto desafiante. Uno que parecía ser el líder tomó la palabra y dijó: tenemos un regalo para tí muchacho, es de parte de álguien que pago mucho dinero por este trabajo y no le decepcionaremos.

Hicajo escuchó con desconfianza aquellas palabras y miró atentamente las manos metidas en los bolsillos de aquellos hombres, sabía que planeaban apuñalarlo con huesos afilados, algún punzón obtenido en el taller o algo parecido.

No quiero problemas, dijo el muchacho serenamente. Dijo que no quiere problemas, dijo el líder del grupo de maleantes, estos asintieron con sonoras carcajadas.

Tres de ellos cogieron sacaron unos afilados punzones de sus bolsillos trataron de incárselos a Hicajo, este los esquivó con la rapidez de un liebre, quitó al primero de sus atacantes uno de los punzones y con el mismo perforó al segundo una pierna. Al tercero le rompio la nariz con un certero golpe con la palma de su mano, el primero que ahora estaba desarmado intentó ahorcarlo, pero Hicajo se se hecho para adelante bruscamente, con este movimiento logro azotar contra el suelo a su atacante, este último quedo tendido con algunos huesos fracturados.

El joven que ahora iba a encargarse del líder de la gavilla y el bribón restante, quedó extrañado al ver que estos yacían tumbados en el suelo golpeados e inconscientes.

Cerca suyo había otro hombre vestido con un pantalón y un polo de color naranja, este era musculoso, no tenía cabello y parecía tener alrededor de treinta años.

¿quien eres tú preguntó Hicajo?, dijo esto intuyendo que aquel misterioso hombre no tenía malas intenciones.

Mi nombre es Armayry, dijo el extraño, he venido como amigo a ayudarte. Aunque veo que te defendiste muy bien, sin embargo necesitaras entrenar muy duro si quieres sobrevivir a la próxima temporada de luchas en la Arena. ¿y quién te dijo a tí que yo quiero pelear para entretener a una multitud sedienta de sangre?, te doy las gracias por haberme ayudado, pero no te metas en mis asuntos quedó claro, dijo el muchacho enérgicamente.

Si es que acaso sobrevives la temporada se te concederá la libertad, y podrás ver a Rossiana tu novia, se que no la has visto desde que te internaron en esta prisión hace dos meses, refirió Armayry. El muchacho perdió su calma y se arrojó contra su informante, agarrándolo fuertemente de la ropa le amenazó diciendo que acabría con él a menos que le dijese todo lo que sabía sobre su amada Rossiana.

Armayry tomó bruscamente el brazo del muchacho y se lo retorció, suéltame espetó Hicajo rojo de la rabía. No eres rival para mí, nunca lo serías, he peleado contra guerreros más preparados que tú en el combate y los he aniquilado, aunque por esta vez perdonaré tu insolencia. De Rossiana solo se que esta muy enferma y quiere verte, y la única forma de que tú puedas hacerlo es consiguiendo tu libertad, y eso solo será posible si sobrevives a la temporada de luchas.

¿Quién te contrató?,¿acaso su padre el señor azul? ¿y porque me ayudas?, dijo el muchacho un poco más calmado. Efectivamente fue el señor Azul, ahora deja de hacer preguntas y descansa, que mañana comenzaremos el entrenamiento, recuerda que faltan dos meses para que se inice la temporada.

El muchacho iba a replicar algo, pero descidió no hacerlo, la idea de ver a su amada una vez más fue suficiente para confiar en aquel desconocido. Este estaba yéndose cuando de pronto Hicajo le preguntó como se llamaba, Armayry se oyo decir a aquel misterioso sujeto antes de perderse entre las celdas y el sol del atardecer.

Durante las semanas siguientes, el entrenamiento se desarrollo en un área especial de la prisión, este fue realmente intenso y difícil, el muchacho debía cargar enormes fardos de papas de más de cien kilos, levantar del suelo los mismos era una tarea titánica, pero cada vez que su espíritu flaqueaba, pensaba en su familia y sobre todo en su novia. Entonces sacaba fuerzas de donde no tenía hasta que lograba completar la tarea, Armayry lo entrenó en las artes del boxeo, le enseño los mejores momentos para golpear y donde golpear, le enseñó también como endurecer los puños mediante planchas, endurecer el abdómen y como aumentar el dolor.

Durante todo el día entrenaron con espadas de madera y escudos, con lanzas, con mazos y hachas, el trabajo era enorme, pero debido a que Hicajo estaba motivado por su novia era un alumno aplicado y asimilaba rápido.

Sufrió muchas lesiones, pero en cambio cada vez se volvía más diestro, cometía menos errores, corría muy velozmente, atajaba los golpes con determinación, con seguridad, los entrenamientos estaban dando frutos.

En el desayuno se le brindaban alimentos frescos, solo verduras, nada de frituras o embutidos, y como bebida se le daba agua y naranjas.

En el almuerzo Hicajo tenía que comer carno de pollo o de cerdo hervida en su propia sangre, aquel pollto era inmundo y horrible, pero muy nutritivo según los Armayry. Para la cena tenía que comer avena, trigo y cosas semejantes.

Tenía que acostarse temprano, aunque para esto último no necesitaba ayuda, ya que el entrenamiento era tan intenso, que lo dejaba realmente agotado y sin ganas de hacer nada más.

Mientras tanto en una remóta isla rocosa, ubicada cerca de la costa de Ostrar. Entrenaba un criminal especial, este estaba custodiado por diez guardias armados que no le quitaban los ojos de encima, el oficial superior les había advertido que no se confiaran en su número, que el hombre al que iban a vigilar era sumamente inteligente, pero sobre todo agresivo. Era de esos sujetos que no le temían literalmente a nada.

Este hombre tenía el cabello rojo y la piel pálida, empujababa filudas y enormes rocas con las manos desnudas, por lo que estas estaban endurecidas y llenas de callos, cuando se cansaba de aquello cogía un enorme mazo y empezaba a partirlas . En uno de sus tobillos tenía atado un grillete con unas cadenas aferradas a una gran bola de acero de 120 kilos, a pesar del enorme peso del metal, le era relativamente fácil moverse.

Ese hombre solía decir que si hubiera querido todos estarian muertos, él habría escapado roto las cadenas con uno de los fusiles de los guardias y habría escapado en una de las dos lanchas que habían en la isla. Todo esto en apenas dos horas, y lograría estar en casa para cenar.

Pero los guardias habían seguido muy bien las instrucciones de sus superiores, y no se hacercaban a él si no había por lo menos una distancia de cinco metros. Sabían que no podían hacerle daño, pues era el luchador especial del presidente y se preparaba para la temporada de luchas, por lo que debían más bien resguardarlo.

Un día se ato él mismo las manos y reto a luchar a uno de los guardias, este le ténía mucho rencor por las burlas que constantemente profería aquel peleador. Por lo que aceptó gustoso, unos minutos después el veterano guardia mordía el polvo con la cara hinchada por los cabesazos recibidos, y con el cuerpo magullado también por poderosas patadas.

Aquel peleador no presentaba un rasguño siquiera, nisiquiera parecía estar agitado, era realmente un fenómeno.

5.

El la temporada de combates y luchas esta por llevarse acabo en el edicicio Azul más imponente de todo Ostrar. Los preparativos costaban grandes fortunas, el edificio en si debía de tener unos quinientos metros de altura por cuatrocientos de ancho, en su interior era hueco y se encontraba una enorme estadio con capacidad para doscientos mil espectadores, los asientos de las graderías de color azul estaban compuestas por finas sillas acolchadas, las cuales habían sido adheridas al piso mediante tuercas, tanto en el lado norte como en el lado sur se habían colocado dos gigantescas pantallas destinadas para aquellos que querían ver los combates con más detalle.

La arena a diferencia de las graderías era tosca y de tierra, era circular y estaba en el centro de las graderías, en ela habían muerto todo tipo de fieras y de hombres, tanta sangre se había derramado en aquel lugar que el suelo había adquirido cierta tonalidad rojiza que los empleados desrinados para la limpieza no podían hacer desaparecer.

Todo tipo de encuentros violentos habian tenido lugar en aquella arena, hugo guereros con pesadas armaduras e acero que empuñaban hachas, espadas o garrotes, luchando a muerte con hombres que podían o no tener armaduras y tener las mismas armas.

De hecho habían guerreros que preferían pelear desnudos, armados nada más con un sable o una sierra eléctrica, como si aquello fuera una muestra de valor, las peleas de humanos con animales salvajes también eran comunes, los animales preferidos para las batallas eran: los osos, las hienas y los hipopótamos. Pero usualmente solo se ponían a pelear contra estas fieras a hombres en grupos de cinco, salvo que fuesen luchadores especionales, estos eran calificados por unos guardias llamados los Halcones que siempre observaban atentamente las peleas.

Los edificio Azules funcionaban todo el año, pero los mejores combates podían apreciarse en la gran temporada anual de dos meses que comenzaba en marzo, para este evento venían luchadores de todas las prisiones de Ostrar, así como de otras partes del mundo, también venía muchos hombres libres, la mayoría chiclados puesto que la mayoría yacía en un ataud al terminar la temporada.

Los combates de la temporada eran ocho en total,( aunque nadie lograba nunca completarlos con éxito, de hecho muchos morían), una vez por semana los peleadores debían poner a prueba su valor o su insensatez. A veces había hombres que ante la presencia de una hiena, rogaban llorando por que los dejaran salir, sin embargo los Halcones y los demás guardias nunca habían hecho caso a tales pedidos, la gente miraba divertida al infeliz, se burlaban y se reían, incluso algunos llegaban a tomar fotos desde lejos como si se tratara de una postal.

Ya cómete al cobarde, decían algunos, devuélvanme mi dinero decían otros que habían apostado por el humano.

Enfermizas y sonoras carcajadas estallaban cuando la hiena arrancaba un brazo o una pierna a su víctima, algunos se tapaban los oídos mientras miraban el espectáculo, no necesariamente porque tuvieran compasión, sino más bien porque el grito era sumamente molesto.

Muchos aprovechaban aquellos instantes para probar los bocadillos que gratuitamente repartían los organizadores al público.

Los combates en los cuales participaban hipopótamos eran verdaderas carnicerías, estas criaturas eran gigantescas y casi hacían vibrar el suelo, ningún guerrero luchaba contra estas fuieras sin contar con una armaduras y armas largas como redes y lanzas, el problema es que los hipopótamos mismos habían sido acorazados con una armadura especíal que le cubría todo el lomo y parte de la cabeza, quedando en el muy pocas zonas débiles.

Pero también habían peleas más o menos justas entre hombres, y estas eran las que más gustaban cuando los combatientes peleaban con todas sus fuerzas y habilidades. Aquel extraño público sediento de sangre también sabía reconocer y aclamar cuando un guerrero lograba demostrar gran valor en el combate.

Habían ciertos rumores intensionalmente difundidos por la organización, los cuales hablaban de una nueva clase de guerreros que pelearían con los humanos, estos eran mutantes. Estos rumores hicieron que las batallas sean aún más esperadas y elevaron el precio de las entradas, así como el nivel de las apuestas.

Ostrar estaba por inaugurar una nueva clase de espectáculo en todo Milave.

6.

La noche de la inauguración de los la temporada de combates fue un éxto total, las butacas estaban a reventar, el bullicio y el jolgorio no tenía prescedentes, los invitados más importantes llegaron en enormes limosinas, dispuestos a gastar ingentes cantidades de dinero en apuestas, en general se percibía un ambiente de fiesta y alegría.

Una vez que se cerraron las puertas y después de una espera de tres horas, un presentador de traje a rayas y de finos rasgos caminó a hasta el centro de la arena, acercó a su boca un micro que traía en su mano, y entonces dijo: ¡damas y caballeros estamos aquí para presentarles el espectáculo más grande que el planeta Milave haya conocido, son todos ustedes muy afortunados y unos privilegiados!.

¡El día de hoy veran a verdaderos hombres luchando por honor, por gloria y fortuna, pero sobre todo por su vida y libertad!, hagámos que entren en calor con un sonoro aplauso!.

La gente aplaudió con todas sus fuerzas e incluso jicieron olas humanas, las risas estridentes continuaron hasta que el presentador volvió a hablar. Ahora comenzaremos con la primera pelea.

La arena tenía dos compuertas tanto en el lado sur como en el lado norte, de esta última un joven caminaba lentamente, era Hicajo, estaba armado con una gran lanza, un escudo de madera forrado con cuero una bolsa conteniendo muchas canicas y una potente resortera capaz de lanzar piedras a una distancia de cien metros, lo suficiente como para ser mortal, estaba vestido con una gruesa camisa de seda y papel, esta era sumamente resistente a ataques de armas blancas.

Mientras se colocaba a un lado del presentador una voz robótica empezó a señalar las características físicas del joven: mide un metro setenta de estatura, pesa setenta y cinco kilo, su nombre es Hicajo, esta en un cárcel por lesiones graves y esta deseoso de luchar.

Hicajo se colocó sin mostrar temor y empuñando sus armas, mirando fíjamente la puerta sur de la arena.

De pronto álguien monstruoso que hacía vibrar el suelo con pasos rápidos y pesados se asomó por aquella puerta, a medida que se acercaba sus rasgos monstrusoso comenzaron definirse bien. Aquella cosa no era un humano, era una especie de minotauro con un torso, miembros superiores y cabezas humanas, sin embargo el resto de su cuerpo que debería de corresponder con el de un caballo también tenía rasgos humanoides. En vez de patas tenía velludos y gruesos brazos humanos, los dedos de estos brazos apretaban la tierra con gran furia, tanto asi que cada pisada generaba pequeñas nubes de polvo en torno a los brazos.

La voz robótica volvió a hablar, esta vez los datos eran aterradores, aquella cosa pesaba trescientos cincuenta kilos, tenia gran agilidad y era una mezcla de materia orgánica e inorgánica, el cuerpo había sido cultivado y generado en un laboratorio, el cerebro en cambio estaba compuesto por complejos mecanismos electrónicos. El mostruo había sido bautizado como devorador, puesto que había sido programado para ingerir trozos de carne aunque no tuviese necesidad de ello, solo tenía como objeto el impresionar a los espectadores.

Aquel monstruo entró en la arena lanzando bufidos como una bestia, se había plantado a escazos cinco metros de Hicajo, para entonces el presentador se habí retirado prudentemente a uno de los palcos mas cercanos a la arena, junto a la docena de jueces que calificarían al los contrincantes para definir al vencedor.

El estadio estab repleto de guardias armados y especialmente entrenados para atender cualquier contingencia, igual que un pequeño ejercito de médicos dispuestos a intervenir si era necesario.

súbitamente se escuchó un disparo de revolver seguido de la voz robótica de dijo: ¡Comienzen a pelear valerosos guerreros!.

Ambos contricantes comenzaron a caminar en círculos, estudiándose mutuamente antes de realizar cualquier movimiento, aquel monstruo tenía toda la ventaja, superaba a su adversario en casi todos los sentidos. Pero aún asi se tomaba su tiempo, era precavido.

Hicajo por su parte tenía miedo, pero Armayry le enseño que exteriorizar aquel miedo solo lo haría más vulnerable y por consiguiente un hombre muerto. Le dió un sabio consejo, y este era el fingir ser valiente, a la larga el sentimiento iría aflorando aunque no se hubiera contado con el mismo en un principio.

Notó que el monstruo no tenía armas y se dió cuenta que no las necesitaba, estaba seguro que si aquellas enormes manos lo atrapaban, no lo soltarían sino hasta que él estuviese totalmente inerte y sin vida.

Tomó su Lanza y con un potente movimiento la arrojó a aquella criatura, pero esta saltó para evitar aquel golpe con una agilidad que habria sorprendido a un atleta, al caer hubiera aplastado a Hicajo de no haber rodado este por el suelo.

La bestia tomó a Hicajo de la camisa y lo lanzó bruscamente a una distncia de diez metros, el muchacho cayó pesadamente a polvoriento suelo, apenas tuvo tiempo para poner las manos de forma apropiada para no lastimarse la cabeza. Estaba muy adolorido pero una sonrisa comenzo a esbozarse en su boca, aunque el monstruo era un contrincante prácticamente invencible, su cuerpo era tan blando como el suyo, por lo que tenía una oportunidad, a duras penas se levantó y corrió hacia su lanza que yacía cerca de la bestia, esta al darse cuenta de las intenciones de Hicajo tomó la lanza y la partió como sibse tratara de un fósforo, una voz gutural brotó de aquella cosa: eres mío espetó con gran estruendo, acto seguifo saltó intentando volver a aplastar al muchacho, este nuevamente esquivó al monstruo, pero en cambio recibió una serie de golpes que casi lo matan.

La bestia mecánica comenzo a reír horriblemente, tanto que muchos en el público se inquietaron, pero el monstruo se había descuidado, momento que fue aprovechado por Hicajo para alcanzar la punta de la lanza que todavía servía y que tenía un gran filo, con ella inco a la bstia con todas sus fuerzas de manera repetida.una y otra vez, era imparable, cuando cesó le había ocasionado almenos treinta agujeros al monstruo, tiró la punta de lanza y se arastró lo más lejos que oudo, pues ya no tenía energías ni para caminar. El monstruo dió un alarido extrañamente humano y se desmoronó como un castillo de naipes, era evidente que la batalla había concluido con Hicajo como vencedor, el público lo aclamo estruendósamente, pero el solo queria que se callaran y que lo llevaran a donde estaba los médicos para que trataran sus heridas.

Los siguientes combates fueron igual o más espectaculares todavía, Hicajo podía escuchar mientras estaba en el minihospital del estadio los fritos de júbilo, los gritos, la gloria de algunos y la perdición de otros.

Estaba recostado en una cama con blancas sábanas, alguien tocó la puerta, la enfermera que estaba en la habitación habrió la puerta, era nada menos que Armayry custodiado por dos guardias, este dijo que lo había visto luchar valientemente. Ahora estaba por tocarle su turno, el herido le deseó la mejor de las suertes y se desvaneció, es por el sedante dijo la enfermera cuando noto la intención de Armayry de asistir a su discipulo.

Como era de esperar Armayry ganó a su contrincante, el cual era un obeso leñador que poseía una fuerza descomunal, este manejaba dos enormes machetes pero no contó con la agilidad del hombre naranja, el cual hizo precisos cortes en las venas principales de su atacante. La pelea terminó tan deprisa que algunas personas del público comenzaron a abuchear y lanzar objetos como botellas a la arena.

Asi eran los combates en la arena, aleatorios y muchas veces desiguales, así era en todos los edificios azules de todo Ostrar. En situaciones normales el señor Azul habría podido facilitarle a Hicajo los contrincantes menos difíciles, pero en esta ocasión aquello no fue posible, puesto que alguien más malvado y poderoso movía los hilos esta vez, ese hombre era el presidente que buscaba a toda costa eliminar a Hicajo por haber lastimado a su hijo, ganando de paso montones de dinero mediante las apuestas.

El sábado concluyó y en todo Ostrar se habló de ello, periodistas de todas las naciones del planeta Milave fueton a entrevistar a los peleadores, preguntándoles todo tipo de cosas, desde qye tan dificiles fueron las peleas y que harían de ganar los fabulosos premios que se ofrecian a aquellos que sobrevivieran y ganaran más combates.

pero entre todos los contrincantes había alguien que se distinguía por su brutalidad y eficacacia a la hora de acabar con sus oponentes, era aquel pelirrojo de pálida piel que entrenaba en una isla. Este sujeto era un peleador sin igual, era tan veloz como Armayry e Hicajo, pero mucho más fuerte y agresivo, raía a sus espaldas una gran cantidad de armas y objetos permitidos por la organización, un machete, cuchillos, hojas de afeitar y una espada eran sus armas preferidas. Además poseía en las manos unos guantes especialmente acolchados y endurecidos que incrementaban la letalidad de sus golpes.

No le importaban los ruegos de sus infortunados adversarios, les fracturaba los huesos y les destripaba, al hacer esto pretendía actuar como los antiguos adivinos que predecían el futuro mediante el exámen de las entrañas de los animales.

el público gritaba sin cesar en sus actuaciones: ¡pelirrojo,pelirrojo,pelirrojo vencerá Y nadie lo vencerá!...

Los días que siguieron aquel sangriento sábado sirvieron para que los luchadores que habían sobrevivido se recuperaran, y volvieran listos para volver a luchar, si alguno de los peleadores se negaba a luchar si estar gravemente enfermo o herido , no era llevado a la cárcel, sino más bien era tratado de la peor forma, si es que acaso cabe.

La organización disponia de ellos de la forma en la que les viniera en gana, muchas veces los ataban a estacas que se plantaban en la arena para la ocasión, y luego soltaban a las fieras para que los despedazaran e hicieran enloquecer al público de morbo. Eso fué lo que había pasado con aquella pareja que apareció en la arena cuando Armayry se enfrentaba a los osos.

7.

En un lugar muy lejano un hombre deposita un surtido ramo de flores en una tumba, es el señor azul que la contempla sin lágrimas pero con un infinito dolor. La tumba esta dentro de un magnífico mausoleo digno de un rey.

Después de reflexionar largamente, recibió una llamada en su molecular, que era un pequeño aparato que servía para conversar a distancia, era la voz del presidente, este le había informado que estaba al tanto de su protegido, y que de nada le valdrían las excusas, él, el presidente había descidido tomar la vida de Hicajo. Para asegurarse de ello había enviado a su mejor peleador, el hombre que entrenaba en aquella isla custodiado por diez guardias.

Ambos hombres discutieron, pero el presidente era un hombre más cruel y más poderoso, y estaba descidido a tomar la vida de Hicajo.

El señor Azul se retiró del cementerio pensando en la mejor manera de salvar al muchacho, y cumplir con el jurameto que le había hecho a su hija en el lecho de su muerte.

Contrató detectives privados para investigar todo sobre el pelirrojo, y los datos eran asombrosos y espeluznantes, vivió en un hogar cálido y amoroso, hasta que sus padres murieron cuando él tenía cinco años, debido a ello su mundo se desmoronó pues fue llevado a un orfanato. En el orfanato se volvió sumamente agresivo y rebelde, tanto que llegó a apuñalar a un compañero mucho mayor con unas tijeras,

y así anduvo gran parte de su infancia, siendo trasladado de un orfanato a otro, pues nadie lo toleraba. A donde quiera que iba rompía cosas y agredía a todo el mundo. A los diez años fue internado en una institución mental donde fué tratado con fármacos, debido a esto se controló parcialmente su terrible temperamento.

a los dieciséis años cometió su primer asesinato, este lo llevó a cabo contra uno de los médicos que antendían la institución mental. El pelirrojo había sido citado auna amplia sala para que unos medicos examinaran su salud mental, determinando con ello si estaba o no resocializado, aquel adolescente habia entrado muy sonriente y había estrechado con efusividad las manos de cada uno de los doctores. Respondió de buena gana todas las preguntas que estos le hacían, la evaluación estaba por concluir con la inmediata autorización para la salida del adolescente, pero justo en esos instantes un médico hizo una pregunta sobre su madre, le pregunto si creía que ella era responsable de desencadenar sus problemas mentales.

El pelirrojo que hasta ese entonces se había mostrado calmado frunció el ceño y se arrojó contra el galeno en cuestiòn, apretándole la garganta con todas sus fuerzas, tanto que las venas sobresalían de sus brazos. Los demás médicos no tuvieron tiempo de socorrer a su compañero, se necesitó la intervención de tres galenos y dos agentes de seguridad para separar al asesino de su víctima, esta última presentaba en su cuelo enormes surcos echos en la carne con los dedos, y su grosor casi se había reducido a la mitad.

Fué trasladado a una cárce de máxima seguridad de Ostrar, pero allí acabó con la vida de muchos reclusos y algunos guardias, para aquellos crímenes se valía casi siempre de sus manos.

era posible que aquel peligroso sujeto nunca llegara a enfrentarse a Hicajo, pero no quería correr riesgos innecesarios, así que llamó a su séquito de especialistas ka mejor manera de sabotear a un guerrero.

Los combates que siguieron a las semanas siguientes solo pueden describirse con una palabra: horror, muchos hombres murieron, tanto del grupo de aquellos que eran libres como de los condenados.

algunos murieron atravesados por lanzas, otros degollados por espadas, otros tantos aplastados y devorados por los hipopótamos, en cuanto a los centauros humanos estos habían aiquilados a casi todos sus contrincantes. Sin embargo Pelirrojo había dsstrozado a muchos de ellos, con una gran garrote de acero les había reventado toda la carne, he incluso llegó a abrirle a uno el craneo con el fin de ver aquel cerebro mecánico, este era grasoso y viscojo, pero en el se podían apreciar delicados engranajes y cables.

Por su parte Hicajo y Armayry también habian peleado ferozmente contra todo tipo de contrincantes. Hicajo luchó contra dos hienas, un pequeño y hábil guerrero de los mares del sur que casi lo decapita, contra dos experimentados guerreros armados con hachas y martillos. Pero había logrado sobrevivir, la única herida relativamente grave que había sufrido, había sido la pérdida de la punta del dedo meñique de la mano izquierda, una de las había sido la responsable.

Armayry por su parte se había enfrentado a numerosos pordioseros que empuñaban picas y látigos, a estos se les habian prometido dinero y comida, por lo que estaban sumamente motivados para cumplir con la tarea asignada.

También se enfrentó un gigante de más de dos metros que golpeaba incesantemente con un enorme mazo de acero. Esta era tan pesado que hacían retumbar el suelo, pero era lento, hecho que fué aprocechado por Armayry para romperle las rodillas con una barra de acero, derrotándole y perdonándole la vida.

Discontinuas, brutales, desiguales y violentas eran las peleas, las cuales tenían como origen las arbitrariedades de los organizadores. Había mucha gente que se oponía a estas peleas y la calificaban como barbarie, tanto en Ostrar como en otras partes del planeta Milave. Muchos jóvenes activistas portaban polos blancos con lemas en contra de las peleas que se realizaban en los edificios azules.

Pero las protestas eran un problema menor para los organizadores y personas como el señor Azul, casi la totalidad de gente que acudía a los estadios dentro de los edificios azules, terminaba encantada con el espectáculo. Aunque existía la sospecha de que los bocadillos que tan amablemente se brindaba en los edificios azules, tenían algún tipo de droga alucinógena, esta anulaba o menguaba temporalmente la capacidad de juicio moral de los hombres y mujeres que acudían a ver el espectáculo.

estas empanadas, alfajores y refrescos fueron examinados minuciosamente por cientificos independientes, sin embargo los resultados no eran concluyentes, pues por más que analizaban los alimentos no lograban desentrañar el misterio.

Historiadores, intelectuales, clérigos, psicólogos, etnólogos, antropólogos y muchas personas más opinaban que la sociedad sufría una degradación y una deshumanización, pues las personas que peleaban eran tratadas como meros objetos desechables, usar y tirar.

Opinaban también que en los tiempos anteriores, cuando ellos eran jóvenes las cosas era mucho mejores, y se respetaba la dignidad del hombre, decían esto olvidando que los combates en la Arena tenían miles de años realizandose, ni la caida de los reyes, ni la transformación de las monarquías en repúblicas, ni la revolución industrial, ni las guerras pudieron mellar en esta ancestral costumbre.

8.

Ya solo faltaban dos sábados para que que la temporada terminse, tanto Hicajo como Armayry habían logrado llegar invictos hasta el momento, por fortuna a ninguno de ellos le había tocado pelear contra el hombre pelirrojo todavía,

Los días que antecedieron al penúltimo combate, alumno y maetro estrecharon lazos de amistad y hablaron de las cosas que harían si lograban ganar la temporada, habían hecho un pacto, el cual consistía en que si por descición de los organizadores les tocaba pelear juntos, fingirían tener una pelea seria, y al final el que estuviese más cansado de aquella coreofrafía se echaría al suelo como si estuviese herido gravemente. Ya en la enfermería este se autoinflingiría algún corte lo suficientemente profundo como para no despertar tantas sospechas en los recelosos médicos.

La mayor parte de aquellis días la pasaron meditando, comiendo sano y descansando en las instalaciones del edificio Azul, custodiados al igual que los otros peleadores por una multitud de guardias armados.

En tanto que en una gran habitación, de las más apartadas de los edificios azules, el Pelirrojo entrenaba con unos sacos de arena para boxear, sus golpes eran tan potentes que dejaban marcas duraderas en los sacos. Pero había algo mal en él, tenía fiebres y cada día se sentía peor, de seguir así no podría pelear el siguiente sábado.

El presidente se enteró de aquel asunto y descidió actuar, se enteró que el señor Azul había estadk envenenando secretamente la comida del Pelirrojo. Hecho una furía mandó a secuestrar secretamente al señor Azul, lo torturó para hacerlo confesar, sin embargo este no le dió esa satisfacción y finalmente lo mató con un tiro de su revólver en la nuca. El seco golpe del arma y el charco de sangre eran indiferentes para el presidente, el cual era un admirador de las peleas en la aremna, el evento continuó a cargo de los demás accionistas y compañeros del señor Azul. Gracias a las influencias del presidente el asunto se mantuvo con bajo perfil.

Los días se sucedieron lenta pero inevitablemente, y al fin llegó el penúltimo sabado, el joven Hicajo se enfrentaría con el pelirrojo sin nombre, por deseo expreso y capricho de los jueces y organizadores, esta iba a ser una pelea a muerte, dos iban a ingresar a la arena, pero solo uno iba a salir vivo.

Faltaban algunas horas para el ansiado combate, en tanto Hicajo estaba sentado en unas gradas escuchando atentamente a su mentor Armayry, cuando estes en la arena no dudes de tí mismo, le había dicho. Da lo mejor de tí como lo has venido haciendo hasta ahora y ganarás, sentenció.

Hicajo aceptaba con humildad los consejos, puesto que su mayor deseó era obtener la libertad para ver a su familia, pero sobre todo a su amada Rossiana. Por otra parte su conrrincante, el pelirrojo se había recuperado completamente y estaba sediento de sangre una vez más.

La gente apostó cnatidades mayores de dinero que las veces, la mayoría eran a favor del pelirrojo de la piel pálida incluyendo al presidente, unas pocas personas, de esas que les gusta dar la contraria apostaron por Hicajo.

Ambos contrincantes salieron de las puertas norte y sur, se plantaron frente a frente, el pelirrojo se veía como un aninal depredador que contempla a su víctima antes de devorarla, casi podía relamerse los labios.

Hicajo estaba armado con un casco reglamentario de soldado muy ligero y resistente, había pensado colocarse una armadura, pero la habia desechado por impedirle esta realizar rápidos movimientos, en su lugar llevaba ropa muy ligera que le daba total libertad de acción, a excepción del brazo derecho, el cual había equipado con una larga manga de placas movibles de Kevlar reforzado.

Para esta pelea habia elegido una espada de samurai, una gran maza de acero en cuyo extremo se encontraba un punta de metal pesada, también tenía una cuerda.

Por su parte su rival estaba armado con un mangual, que era un grueso trozo de madera unida a una cadena, en cuyo extremo tenía una bola de fierro con puntas, esta era un arma verdaderamente temible. Asi mismo tenía en sus manos unos guantes gruesos y asperos al contacto, por último contaba con una tosca hacha de carnicero.

Cuando la voz robótico autorizo el combate el sujeto Pelirrojo lanzó con gran fuerza su mangual contra la cabeza de Hicajo, este trató de esquivar el golpe pero le fue imposible, su enemigo era más rápido. El casco del muchacho recibió el impacto de lleno, el sonido fue secto y compacto, Hicajo cayó pesadamente al suelo, y la nariz le empezó a sangrar un poco, se quitó el casco y vió con espanto que estaba perforado en una extensa área, aquel objeto ya no servía por lo que lo hecho a un lado y tomando la maza trató de golpear al Pelirrojo, este no solo esquivó la maza haciéndose para atras hábilmente, sino que sujetó el arma de Hicajo con una mano y se la arrebató, arrojándola a sus pies, lo mismo hizo con su mangual.

Pelearemos sin armas y veremos quien es el más hábil, refirió el Peljrrojo, y dicho esto lanzó un escupitajo asqueroso al polvoriento suelo. Estoy deacuerdo, dijo Hicajo al tiempo que se secaba la sangre y el sudor.

El muchacho había practicado el yudo dexde que era muy niño, y ahora que iban a pelear sin armas confió en que tendría la ventaja. Se dirigió a su atacante veloz como una liebre y trato de tomarlo para azotarlo contra el suelo, pero el hombre Pelirrojo tenía una gran fuerza y logró detener la maniobra, este hombre tenía poderosos músculos, con uno de sus brazos prescionó el cuello de Hicajo y le aplicó una llave mataleón (una llave de la que es casi imposible safarze), pero Hicajo a duras penas logró colocar una de sus manos para que su enemigo le asfixiara, el Pelirrojo lo soltó y comenzó a reírse con unos dientes amarillos, apenas estamos calentando, dijo.

La pelea apenas y tenía unos minutos de haber comenzado, pero Hicajo había estado cerca de la muerte dos veces. Definitivamente tenía que usar otra estrategia, descidió que el yudo no le sería efectivo con un oponente como el que tenía delante, así que descidió utilizar técnicas de defensa personal del Krav Maga convinados con boxeo, era única manera de vencer.

Se colocó en la posición para boxear, poniendo una de las piernas hacia adelante, flexionando la de atrás, colocando los puños a la altura de su barbilla y levantando los hombros para protegerse mejor.

Ja, ja, ja, veamos que tan buenos son tus golpes, dijo el pelirrojo divertido.

Hicajo lanzó potentes golpes al cuerpo y rostro de su enemigo, golpes que hubieran acabado con la vida de un hombre corriente, pero el pelirrojo no era uno de ellos, este estaba parado como si se tratara de una gran roca, abriendo su boca y rugiendo como si de una fiera se tratase. Ahora es mi turno espetó con furía, como si aquellos golpes le hubieran despertado después de un gran letargo.

Lo que siguió a continuación fué una lluvia de golpes monstruosos que caían como las balas de una metralleta en una pared de yeso. Hicajo trató de esquivar la mayoría de los golpes, y logro contener varios gracias a su brazo con placas de kevlar, aún así recibió una paliza que le dejó molido medio cuerpo, por su parte apenas logró lanzar algunos golpes. Hicajo cayó nuevamente al suelo botando sangre por la boca, su atacante yacía levantando los brazos en clara señal de u triunfo anticipado, giró a su alrededor para observar al público que lo aclamaba con gritós de júbilo y éxtasis. El correspondió con un grito estridente y bestial.

Tu puedes, tu novia y tu familia te esperan en casa, no te rindas, resiste un poco más, dijo una voz. Era su amigo y mentor Armayry que gritaba desde lejos, a pesar de que ello le causaría problenas con los guardias.

Hicajo tomó valor y se puso de pié ante la mirada incrédula del hombre Pelirrojo, quien dijo que las cosas se estaban poniendo más divertidas, Hicajo caminó velozmente hacia su rival y le lanzó varias patadas y golpes gal tiempo que giraba para darles más potencia, gran coordinación y energía es lo que mostraba el muchacho, pero el Pelirrojo retrocedió astutamente en los momentos adecuados, y cuando Hicajo hubo bajado la guardia, el hombre pelirrojo le lanzó una patada a la cara que hizo que hicajo hiciera ver estrellas y manchas rojas, el golpe fue tan tremendo que lo lanzó dos metros, allí Hicajo se desplomó nuevamente.

La gente del público estaba maravillada con tal despliegue de habilidades lero querían ver más sangre, y el pelirrojo estaba dispuesto a ello.

Cogió la maza de Hicajo que estaba en sel suelo casi desde eñ inicio del combate y se dirigió hasta dondes estaba su víctima, la cual estaba unos pocos metros más adelante. Primero le destrozaría el cuerpo un rato, solo desceaba escuchar los gritos de piedad y socorro, y después le aplastaría la cabeza.

Pero antes deseaba torturarlo psicológicamente un poco, la ramera de tu novia esta muerta, al igual que su padre el señor Azul, el presidente me lo contó todo, él sabe muchas cosa, ja, ja ja.

No mientas bastardo, dijo Hicajo retorciendose del dolor y botando sangre.

No miento, digo la verdad, estas peleando por una princesita muerta, ¿su nombre era Rossiana verdad? ¿y tenía un collar de perlas azules que le regalaste no es así?, lo se porque la enterraron con él.

y ahora basta de charla, preparate para agonizar.

Hicajo se sentía desfallecer, entonces era cierto, se dijo así mismo. Lloró un instante, apenas unos segundos, pero con infinita desdicha.

Pero entonces se incorporó calmadamente y respiró profundo. Se convenció de que tenía que vengar la muerte de su amada pasara lo que pasara, acabaría con el pelirrojo y se dedicaría el resto de su vida a hacer buenas acciones. Nunca más volvería a pelear.

El pelirrojo estaba muy cerca de él y se disponía a darle un golpe al estómago con la maza, pero Hicajo se agachó con una rapidez que sorprendió a su atacante, luego lo golpeó con todas sus fuerzas y con toda su habilidad rodillas, el hombre pelirrojo se tambaleó y cayó de espaldas.

El Pelirrojo estaba incorporándose cuando súbitamente recibió una potente patada de Hicajo en la nariz, fracturándosela. Este se la sujetó con ambas manos y estas quedaron empapadas con sangre. El pelirrojo mostró los dientes como hacen los animales salvajes y apuntó a Hicajo con su dedo índice chorreando de sangre: te desollaré vivo, le espetó con una furia salvaje.

Esta vez el Pelirrojo cogió el mando de su mangual que yacía en el suelo, y blandió la bola de fierro para darle más potencia, Hicajo a su vez cogió la cuerda que traía desde el principio en su cinturón, y como si se tratara de un azuelo de pesca, lanzó la punta hacía el arma del atacante. La cuerda dio varias vueltas alrededor del mangual, y entonces tiró de la cuerda con todas sus fuerzas.

Cuerda y mangual yacían ahora en la tierra enredados, el pelirrojo estaba echo una furía y botaba hilos de salivs por la boca, dispuesto a hacer añicos a Hcajo con sus ásperos puños, sin embargo Hicajo lo recibió con una patada en la bixa del estómago y un golpe letal en el mentón, el pelirrojo camina hacia atrás trastabillando y cae para no levanatrse más.

Dos médicos escoltados por guardias armados entran en la arena y examinan los signos vitales del Pelirrojo, no hay duda, este ha muerto.

La multitud enloquece una vez más con gritos de júbilo y euforia, el resultado ha sido un golpe de suerte para los pocos que habían apostado por Hicajo.

Acto seguido Hicajo se desploma sumamenre agotado y con lesiones internas, los médicos llaman a los camilleros y estos se llevan prestos tanto al cuerpo del pelirrojo como el de Hicajo.

Sin embargo álguien en las sombras no esta contento, se trataba del presidente.

Las siguientes peleas que seguían a continuación fueron bastante intensas, aunque no como la Hicajo, por su parte Armayry derrotó con gran destresa a su oponente, un minotauro humanoide. El público disfrutó mucho del sangriento espectáculo de aquel día, esperaban con ánsias el último sabado de la temporada para saber quién sería el ganador, los minotauros estaban excluidos por no ser humanos. Los organizadores de las batallas habían concluido que estas criaturas debía ser reediseñadas, pues no habían causado el impacto esperado. Además la gente esperaba con ánsias ver combatir a Hicajo con Armayry.

En tanto Hicajo y Armayry se recuperaban de sus heridas, Hicajo pusoa Armayry al tanto de sus planes de no pelear nuevamente, entonces ambos reafirmaron su plan fingir una pelea, Hicajo estaba convencido que se había ganado su libertad, por lo que no temía “perder” el encuentro, aunque fuera de mentira. Ahora que sabía que su novia estaba muerta, solo deseaba visitar su tumba y reunirse con su familia.

Armayry también creía que independientemente del resultado ambos conseguirían su libertad, se la habían ganado, y estaba haciendo sobre que hacer cuando la consiguiesen, ¿demandar tal vez a los que lo acusaron injustamente de asesinar personas?, no estaba muy seguro de hacerlo. Por otra parte balanceaba la posibilidad de irse al extranjero, unirse a la tripulación de algún barco y hacerse a la mar. Y pasar una vida tranquila recorriendo el mundo y viviendo recia e intensamente cada día.

Sin embargo el presidente no estaba dispuesto a dejar que Hicajo y su mentor tuvieran un final feliz, no, el no lo iba a permitir jamás, sobornó a los médicos autorizados para entrar en la arena con grandes cantidades de dinero. Les había proporcionado a estos unas jeringas envenenadas, las cuales seríannaplicadas a vista y pasciencia de todo mundo como si fueran medicina.

El ansiado sábado llegó mas,pronto de lo esperado, el espectáculo comenzó varias horas antes de la pelea, muchas luces y fuegos artificiales pudieron apreciare procedentes de los edificios azúles, en la colosal puerta había colocado un tigre en cada lado, estos tenían puesto un bozal, sin embargo lo único que contenía a estas fieras de abalanzarse a la gente, eran unas gruesas cadenas que sujetaban del cuello a cada animal, a unas gruesas estacas clavadas en la pared.

la gente veía asombrada y algo temerosa a estos animales excesivamente grandes, dos veces el tamaño de un tigre promedio (estos tigres eran producto de la manipulación de genes), cuando cada uno de los contrincantes salieron a la arena de combates, la mechedumbre enloqueció y aclamó sus nombres, por entre el público se podía apreciar enormes carteles con lemas a favor de uno y otro peleador, la euforia era tanta que algunas personas en el público comenzaron a golpearse. No obstante los guardias del recinto detuvieton a los revoltosos y los echaron a la calle.

Ambos contrincantes se miraron fijamente, se saludaron con una leve venia y se colocaron en sus respectivas poses de pelea, ninguno de los combatientes traía armas contundentes, solo los acostumbrados cuchillos y escudos, y es que todo aquel que peleaba en la arena tenía derecho de elegir las armas que viera por conviniente, excepto las armas de fuego.

También se aceptaba que lucharan sin armas, de todas formas el público estaba encantado de tener a dos peleadores tan feroces.

Armayry fué el primero en atacar con una serie de ganchos, para sorpresa de Hicajo, Armayry no se contuvo ni un poco, dejó a Hicajo sin aire y se llevó las manos al estómago al momento con una expresión de dolor y tratando de aspirar aire, Armayry siguió con su ataque y lo derribó violentamente hacia el suelo con empujón.

Hicajo se recupero de la impresión y con un fuerte codazo golpeó el rostro de Armayry, este soltó un grito de dolor y retrocedió unos pasos. El muchacho trató de comprender el extraño comportamiento que presentaba Armayry, y dedujo que el estres había hecho mella en la memte de su amigo, él mismo estaba al borde de la locura, nadie puede ver tanta muerte y tanta sangre y quedar integro mentalmente.

Sin embargo no podía dejar golpearse así como así, por lo que atacó con todas sus fuerzas, patadas y golpes rápudos llovieron por todas partes, Armayry era realmente muy bueno atajando los golpes y devolviéndolos hábilmente, logró conectar varios golpes Hicajo en el rostro. Este por su parte hirió a Armayry en el hombro con un certero golpe de su pierna.

Aunque el combate era realmente impresionante y ambos contrincantes atacaban con todas sus fuerzas, varias personas del público comenzaron a abuchear, y es que la gente nunca se conformaba con nada, siempre querían más. Se habían acostumbrado a ver los combates violentos donde los contrincantes se sacaban los sesos y las entrañas.

Entonces los organizadores autorizaron a los guardias para que abriesen las compuertas y liberaran a las hienas, y tres minotauros humanoides, estos así lo hicieron y lentamente entraron cruzando la puerta norte, un monton de hienas mirando hacia todas partes confundidas pero mostrando los enormes colmillos babeantes de sus bocas. Mientras tanto los tres minotauros humanoides entraron por la puerta sur, la gente comenzó a mostrarse más animada y los silbidos y abucheos cesaron.

De pronto Armayry agitó su cabeza extrañado y reparó en las fieras y monstruos que empezaban a cercarlos, algo en lo profundo de él reflexionó y entonces volvió a tomar consciencia sobre sus acciones, había tenido un súbito acceso de locura y se lo hizo saber a Hicajo con unas pocas palabras y una mirada de disculpa, este asintió y descidió dejar las disculpas para después, ambos guerreros se juntaron espalda con espalda y empuñaron sus cuchillos y escudos dispuestos a pelear hasta la muerte.

Pero sucedió algo inesperado y esperanzador para los peleadores, si bien las hienas atacaban a Hicajo y Armayry, también se modtraban agresivas con los monstruosos minotauros humanoides. Evidentemente la situación no era la esperada.

Lo que siguió a continuación fue una masacre, cuchillos enterrándose en las gargantes de las hienas, las desconcertantes risas de estos animales, las hienas mordiendo los miembros de los minotauros y estos a su vez agarrándolas por la garganta y tirándolas muy lejos.

Los organizadores descidieron entonces enviar una multitud de guardias armados hasta la arena, con la intención imponer el orden, a cabo de unos minutos de caos lquince guardias armados entraron en el recinto disparando contra las hienas y los minotauros, aquellos hombres que estaban abocados a aquella tarea, no se dieron cuenta que Hicajo y Armayry aprovecharon la confusión y golpearon a varos de ellos, inclusobllegaron a arrebatarles las metralletas. Con estas armas ambos compañeros acribillarona los guardias restantes antes de que estos pudiesen reaccionar siquiera.

Acto seguido comenzaron a escapar por la puerta norte a gran velocidad, por el camino tuvieron que enfrentarse y disparar a numerosos guardias, cada vez que Hicajo disparaba a álguien trataba de no hacerlo a la cabeza ni abdomen de su atacante, Armayry se dió cuenta de ello y le dijo que si sobrevivían el también dedicaría el resto de su vida a realizar buenas acciones.

Ambos guerreros corrieron a traves de extensos pasadizos hasta que dieron con una gran habitación vacía, cerraron la puerta y la trancaron con unas pesadas meaas que encontearon.

Hicajo pensaba que todo estaba oerdido ya, pero Armayry de dió ánimos y le dijo que mientras tuvieran vida aún tenían esperanzas. Acto seguido se puso a buscar atrás de la habitación, alguna ventana puerta o algo semejante que les permitiese huír. Hicajo inspirado por el ejemplo de su compañero se puso a buscar también alguna salida.

Estaban abocados a esta tarea cuando oyeron golpes y disparos contra la puerta trancada de la habitación, no tardarían mucho en derribarla. De pronto Hicajo señaló a su compañero los ductos ee ventilación, estos eran amplios y permitían que un hombre andara en ellos a gatas, no perdamos tiempo, dijo Armayry, instantaneamente quitó la tapa y se introdujo seguido de Hicajo.

Poco más de treinta segundos después una multitud de guardias armados entraron en la habitación y después de mirar con detenimiento, dieron con los ductos de ventilación.

Entonces se introdujeron en ellos al igual que lo habían hecho los fugitivos, pero estos últimos habían estado tan cerca de la muerte varias veces que estaban dispuestos a no ser capturados de ninguna manera...


CONTINUARA.

1 de Setembro de 2020 às 02:28 0 Denunciar Insira Seguir história
0
Continua… Novo capítulo A cada 10 dias.

Conheça o autor

Comente algo

Publique!
Nenhum comentário ainda. Seja o primeiro a dizer alguma coisa!
~