-rgenesis05 Génesis Reyes

Betty es una joven novicia aspirante a monja que está siendo atormentada por los recuerdos de una tragedia familiar que acabó con todo en su vida. Betty tendrá que encontrar la forma de romper con un pacto familiar que desencadenó la tragedia, se encontrará en una encrucijada, pero, como la última de los Mazzini, deberá darse prisa, ¡Hay una deuda que saldar!


Horror Histórias de fantasmas Todo o público.

#TERROR-SUSPENSO-MISTERIO-TRAGEDIAS-DOLOR-AMOR-PACTO-DEMONIO #Encrucijadas-Temor-Fé-Nostalgia
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PRÓLOGO

Roma, Italia. Octubre de 1542


En la calle, despojado de sus pocas pertenencias, un viejo decide recorrer las calles de Roma a mediados de la noche, cubriéndose con un gran, viejo y remendado abrigo negro con capucha. Vagaba sin rumbo alguno y debajo de sus ropas no poseía más que miseria, la culpabilidad de los cientos de crímenes horrendo que había cometido y rechazo por sí mismo, aunque, aun así, no podía aceptar morir en la miseria ¿así acabaría su vida después de haber sido aquel invencible y glorioso comandante que se encargaba de destrozar la vida de otros? Por supuesto que no, él iría más lejos su ambición se lo demandaba, incluso en toda esa maldad, había sueños, egoístas, quería construir algo para sí mismo, algo que le diera significado a su existencia, el viejo anhelaba con el alma algo de que sentirse orgulloso; un imperio que durará generaciones y sea tan invencible como el mismo en sus días de gloria. Pero, en su oscuro corazón disfrutaba ver a otros sufrir ¿Qué podría lograr este viejo a su edad y tan lleno de maldad?

La inquisición ofrecía recompensas a quienes delataran a los que ellos preferían dirigirse como "pecadores" por herejía, por ser demasiado listos o listas, por amar o por tan solo diferir de algún absurdo que la iglesia profesaba. Cada vez que una bruja ardía en la hoguera el viejo lo disfrutaba tanto que en ocasiones solía eyacular de la emoción, le fascinaba escuchar, ver el sufrimiento de otros, le excitaba como el alma y cuerpo de otros se quebrantaba ante las humillaciones y crueldades de sus semejantes, para él era un verdadero placer.

Debajo de un corto puente corrían aguas más sucias que limpias y justo a la orilla del riachuelo, había un anciano sentado en el suelo y a su lado había una cabra negra comiendo un poco de pasto. El viejo se sintió atraído por la cabra así que le pregunto al hombre tirado en el suelo, que si era suya esa cabra.


– ¡Oye! ¿la cabra, es tuya? – preguntó, a lo que el hombre solo levantó su rostro para ver al viejo y luego miró a la cabra. No dio respuesta alguna. El viejo siguió caminando e ignoró al hombre tirado y a su cabra, hasta que escuchó a sus espaldas:


– ¿Qué es lo que buscas? – el viejo confundido se voltea y contesta: – Solo pregunté si era tuya esa cabra. – ¿solo eso, estas seguro? – le respondieron. Esta vez el viejo se sorprendió porque se dio cuenta que en ningún momento el hombre del suelo había pronunciado alguna palabra. Y nuevamente el hombre en el suelo clavó su mirada en el viejo y luego la dirigió hacia la cabra que comía pasto.


– Riqueza, gloria, juventud y una vida longeva, puedo dártelo, pero ¿Qué me darás tú a cambio, anciano? – le preguntó, el animal.


– Pues sí estoy viejo, pero vivo, ¿Qué es lo que podría ofrecer realmente una cabra parlanchina? ¿Qué clase de truco barato es este?


– Te sorprendería si conocieras mis trucos, viejo. – le contestó el animal. De pronto se escuchó un relinchar, a lo que el viejo asustado se dio vuelta para toparse con la sorpresa de que había un precioso caballo negro allí, frente a él, el cabello del ejemplar brillaba y se miraba tan sedoso. Temeroso, el viejo se acercó para acariciarlo y efectivamente era la mejor melena que jamás había tocado.


– Móntalo, es tuyo, y si no te gusta, puedes devolverlo – le dijo la cabra. El hombre montó en el caballo, el más veloz que haya cabalgado nunca y llegó hasta la santa sede en donde denunció que un anciano bajo el puente practica magia oscura, lo acusó de brujería y de poseer un animal maldito que sirve como médium entre este mundo y el otro, los miembros de la iglesia fueron a por él y quemaron vivo al pobre hombre.

– ¿Es lo que quieres? – le preguntó el anciano al caballo. – sé que me escuchas, y también sé que lo disfrutas tanto como yo, puedo ser tu mensajero, tu socio, pero tú también tienes que darme lo que deseo.


El animal barrió el suelo con su pezuña como muestra de aprobación y una larga ráfaga de un intenso brillo se dibujó de manera en el firmamento; el trato había sido sellado por aquel resplandor. El demonio se había apoderado de esa alma, que, quizás en palabras del demonio mismo, si le hubieran preguntado, no había mucho que dañar puesto que el alma del anciano ya era corrupta, llena de malicia y depravación, el ya no necesitaba una mala influencia, semejante bestia ya era el rostro de la maldad, pero esto le facilitaba al demonio la interacción con este mundo, dado que, esa era un alma que no podía ser salvada.


El hombre viejo de la capucha tomó una forma bastante encorvada, le había aparecido una gran joroba, su cuerpo se había deformado y el dolor que sentía, solo lo reconfortaba causárselo a alguien más. Sin darse cuenta cargó por años, más de los que debería haber vivido un hombre de su edad, con un ser que dominaba su cuerpo y lo mantenía esclavo de su voluntad y no tenía escapatoria más que la muerte misma, horas, días y años escuchando voces que le recordaban una y otra vez lo inservible y desgraciado que era.

1 de Setembro de 2020 às 08:13 0 Denunciar Insira Seguir história
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