Conto
0
2.7mil VISUALIZAÇÕES
Completa
tempo de leitura
AA Compartilhar

Rutina

Hoy me tomé un café y me acordé de ti. Si te soy sincera, ya no sabe igual que antes, perdió el sabor. Te preparé una taza igualmente, así como te gustaba, dulce pero sin perder el sabor a café, y la dejé sobre la mesa esperando la tomaras, que torpe.


Tomé una ducha, el agua estaba diferente, se sentía fría y en realidad no me gustó cómo se sentía, algo faltaba. El jabón mezclado con agua en mi cuerpo se sentía tan distante, como si en realidad no estuviera ahí, intenté frotando mis brazos con fuerza, no funcionó.


Me fui al trabajo y la ruta no estaba vacía pero sí en silencio, fue muy extraño. Había mucha gente y yo no podía escuchar nada. Al llegar saludé a todos y la pregunta no podía faltar "¿cómo te encuentras?" no sabía que responder así que mentí, mentí y dije que bien, que nunca me había encontrado mejor. Fue una sorpresa que me creyeran, estoy segura que no sonreí, no había fuerza para eso.


Durante mis horas de trabajo me la pasé pensando y pensando. Me preguntaron cosas, estoy segura que respondí pero no recuerdo qué cosas eran, mi mente no estaba ahí. Supervisé que todo estuviera en orden, pero algo no dejaba de molestarme, no podía dejar de pensar en ti.


El camino a casa fue igual a la ida al trabajo, mucha gente y nada de ruido. Abrí la puerta de la casa y nuestra hija salió corriendo a recibirme, se quedó esperando verte detrás de mí, si tan solo supiera. La taza seguía ahí, no las habías tocado y ya estaba fría, con un par de moscas disfrutando su sabor. Le di de comer a nuestra hija y me fui a la cama, también estaba vacía. ¿Cómo te llevaste tanto en tan poco tiempo? No estaba tu ropa, tus zapatos ni tus perfumes, tampoco estaba tu aroma ni tu sombra, no había nada tuyo ya en la casa y fue extraño no ver tus cosas, pensé que estaba loca y me dormí.


Me dormí, me dormí y te vi. Ahí estabas, saludando a lo lejos, feliz con esa sonrisa que tanto amaba ver en ti; reías fuerte, hace mucho no escuchaba esa risa y sonreí sin pensarlo. No sabía que te extrañaba tanto. Había una mesa y nos sentamos, tomaste mi mano y entrelazaste nuestros dedos, se sentía tan bien. Vi la taza de café que te había preparado, no traía moscas, estaba caliente y eran nuevamente las 7 am.

21 de Agosto de 2020 às 18:08 0 Denunciar Insira Seguir história
0
Fim

Conheça o autor

Comente algo

Publique!
Nenhum comentário ainda. Seja o primeiro a dizer alguma coisa!
~

Histórias relacionadas