Navidad se acercaba, las fechas navideñas están a la vuelta de la esquina y los niños salían de sus casas a jugar con la fría y blanca nieve que caía del cielo gris, haciendo guerras y ángeles mientras reían y se divertían.
Un día de eso un niño salió de su casa y se dirigió al centro del pueblo en donde comenzó a crear un muñeco, poco a poco varios niños se acercaron y lo ayudaron.
Al terminar los niños de crear al muñeco un niño dijo "Yo le daré mi gorro para que no sienta frío" el niño se acercó al muñeco y se lo coloco "Yo le daré mi bufanda" dijo sonriente otro niño.
Por varias semanas todos los niños del pueblo iban a jugar con el muñeco, bailaban y reían mientras lo rodeaban, el muñeco era querido por todos los niños hasta que...
Ya no iba nadie.
Ya nadie visitaba al muñeco...
Una noche, el muñeco de nieve cobro vida...
Y empezó a llorar.
¿Porque estoy solo?
¿Porque si era el centro de atención de todos quede solo?
¿Porque si dijeron que me querían ahora me dejan?
El muñeco empezó a caminar, llegando a una pequeña colonia con no muchas casa.
Pasó por la primera casa y se acercó a la ventana en la que pudo ver a una familia feliz, riendo y abrazándose unos a otros, no había mucha comida en su mesa ni regalos debajo del árbol pero aún así se veía realmente felices.
El muñeco siguió caminando hasta llegar a otra casa, se acercó a la ventana y vio a una pareja de ancianos, solo eran ellos dos, estaban en la mesa comiendo, en ese momento el anciano se paro y le dio una cajita a la anciana, ella se veía muy feliz por el regalo y abrazo a su pareja.
El muñeco siguió caminando, esta vez llegando a una casa muy pequeña en la que vio solamente a un niño junto con su madre.
Ambos sonreían y abrazaban, solo habían dos regalos en el pequeño árbol navideño.
El muñeco siguió caminando, esta vez llegó a una gran casa, era muy grande y linda pero al asomarse por la ventana solo pudo ver a un niño solo en el sofá, no sonreía, no mostraba felicidad no estaba con alguien, estaba solo.
"¿Te gusta estar solo?"
Pregunto el muñeco.
"Te vez triste, este día es especial, tienes que estar con tu familia y celebrar navidad"
Esas palabras fueron escuchadas por todo el pueblo, haciendo que todos salieran de sus casas para ir en donde estaba el muñeco.
"Pequeño niño, abre la puerta, todos estamos aquí para pasar navidad contigo"
Dijo el muñeco mientras tocaba la puerta de la gran casa.
¡Dejenme, quiero estar solo!
Grito enojado el niño.
El muñeco se deshizo haciendo nieve, nieve que paso por el pequeño hueco de la puerta entrando así a la casa.
Nuevamente tomando forma de muñeco y se acercó al niño.
¿Porque estas solo?
Preguntó el muñeco.
Siempre lo estoy.
Respondió cabizbajo.
Mis padres siempre trabajan, inclusive en estas fechas...
El Muñeco lo miro con pena.
No importa, ya estoy acostumbrado.
Sonrió el niño.
No finjas que todo está bien.
Nada lo está.
Dijo mirando el piso.
Desde hace mucho nada está bien, mis padres nunca están, siempre están trabajando y la mayor parte del tiempo estoy solo...
Dime ¿De sirve tener todo esto si estoy solo? ¿De que sirve tener dinero y cosas materiales si no puedo compartirlas con alguien?
El Muñeco siguió observando al niño que se encontraba ya con los ojos cristalizados por las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier instante.
Mi padres dicen que soy un inútil que no sirve para nada ¿de que sirve sacar siempre los mejores promedios si nunca recibo algo a cambio, no pido mucho solo un "Bien hecho hijo, estoy orgulloso de ti" por parte de mis padres.
El niño ya llorando miró a al muñeco.
Mis "amigos" siempre me buscan para ayudarlos y darles consejos, eso me hace feliz, el saber que alguien confía lo vastante en mi para contarme sus temores y problemas me hace feliz pero...
¿A mi quien me da consejos, quien me ayuda? Yo los abrazo si lo necesitan pero... ¿Quien me abraza a mi? Todo lo que doy y lo que hago es algo que no vendrá a mi.
Estas equivocado.
Dijo el muñeco.
No estas solo y nunca lo estuviste.
El niño lo miró confundido.
Se que a ti te tacharon del típico niño problema y se que no es así, aunque los maestros y demás gente te vea como un niño al cuál le gusta molestar se que no es así y me lo has demostrado, se que dentro de ti hay un niño roto pero de igual manera brilla, Tu eres una pequeña luz que brilla en esta gran oscuridad.
Sonrió el muñeco tiernamente.
Ya estoy arto, ya estoy arto de fingir que todo esta bien, tengo miedo... ¡Tengo tanto miedo!
Me atemoriza el hecho de saber que decepcione a alguien, la gente siempre espera que lo sepa todo y el simple hecho de que la gente espere algo más de mi y el no poder cumplir con sus expectativas... Me da miedo.
El niño lloro más de lo que ya lo hacía y el muñeco se acercó a él regalandole un gran y cálido abrazo.
Ya no quiero estar solo
Susurro el niño.
No lo estas, toda la gente que esta allá afuera, vinieron por ti, porque te quieren y te aprecian porque cuando tu te sentías solo ellos te acompañaban, cuando tenias miedo te abrazaban y siempre fue así. Mírame, soy un muñeco de nieve.
Dijo con lagrimas.
Tienes suerte de ser alguien, en cambio yo... Solo soy un simple muñeco de nieve que pronto se derretira y volverá a ser nieve, esa nieve que primero cayó del cielo gris para después terminar en el suelo, fui pisado por cientos de personas.
El niño no pudo más... Lloro, lloro tan fuerte, gritos desgarradores salían de su boca para aferrarse más al gran muñeco que lo abrazaba fuerte, Protegiendo al pequeño niño entre sus brazos.
Estuve solo, y se que estar solo es la cosa más horrible del mundo, el simple hecho de volver a estarlo me asusta pero tu... Tu ya no volverás a estar solo, lo prometo.
El Muñeco lo miro, le sonrió y antes de que el muñeco se hiciera nuevamente nieve le dijo.... "llora, llora todo lo que quieras, desahógate pero recuerda esto... Limpia tus lágrimas y mira hacia el futuro aunque tu te sientas solo no lo estas, porque tu eres y siempre seguirás siendo a prueba de balas.
Dicho eso el muñe se deshizo en agua dejando al niño empapado.
Segundos después unos señores entraron por la puerta.
¿¡Que hiciste, porque hay tanta gente en la entrada... Porque todo está echo un desastre!?
Pregunto una señora enojada.
El niño no dijo nada y solo salió de la gran casa, corrió por en medio de todas esas personas sin detenerse ni mirar atrás, corrió por medie de la nieve que caía sin cesar.
Poco a poco se fueron creando paredes alrededor del pequeño, ya cansado cayó al suelo siendo protegido por cinco parades a su alrededor.
Desearía ser pobre pero que mi familia estuviera conmigo.
Desearía no tener cientos de amigos y tener un el cual sea mi confidente y me apoyara en todo.
Quedo profundamente dormido.
Al despertar se encontró en su habitación, salió de esta y bajo al primer piso, notando que toda su familia se encontraba ahí.
Buenos días hijo.
Saludo una mujer pelirroja de ojos cafés.
Tu amigo te está esperando.
Anunció la bella mujer al pequeño niño.
El niño miró a su alrededor, faltaban muchas cosas de valor, por ejemplo, en una estantería se encontraban una vajilla de plata con unas figuras de cuarzo pero no estaban, también faltaban varios jarrones y una que otra pintura.
Madre...
Llamó el niño temeroso.
Si?
Y todas las cosas de la estantería?
Pregunto.
¿Que cosas?
Pregunto confundida mirando a su único hijo.
No, olvídalo.
Sonrió
Iré afuera.
Bien, ten mucho cuidado hijo.
La madre se acercó a él y le regalo un cálido abrazo.
Te amo.
Sonrió.
Yo también mamá.
El niño se dirigió a a la puerta, al abrirla se encontró a un niño que lo miraba con un brillo en los ojos.
Hola!
Saludo el niño alegre dándole un abrazo.
Hola...
Ven, vamos a jugar.
El niño lo jalo y ambos fueron de la mano hacia el centro de la ciudad donde más niños se encontraban jugando.
Ahí estuvieron toda la tarde jugando, risas juegos y diversión.
Todo era perfecto, hasta que llegó la hora de regresar a su hogar.
Al llegar fue vienvenido por su madre.
Ten hijo.
La mujer le entregó una cajita, el niño la tomó entre sus manos y la abrió.
Era una esfera de nieve, en el centro había un gran árbol adornado por varias esferas y en la punta una estrella brillaba, al lado del árbol había un muñeco de nieve.
El niño agradeció y subió a su habitación, se acercó a la ventana y miró a través de ella.
Ahí estaba el muñeco, lo estaba mirando.
¿Vez? No estabas solo.
Esas fueron las últimas palabras del muñeco antes de desaparecer.
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