pinturamax007 anónimo Max

Mi sueño, mi historia, una lucha contra la imposibilidad del tiempo y las circunstancias que día a día afronto, resiliencia, fe, valentía, esperanza, sacrificio


Histórias da vida Todo o público.

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SALTO DE FE

La mayoría de los niños sueñan con ser y hacer cosas extraordinarias, la imaginación desata un mundo donde las posibilidades son infinitas y los sueños son el alimento del alma.


Recuerdo la felicidad que sentí al jugar al fútbol cuando tan solo era un niño, las mariposas en mi vientre, el cosquilleo en las piernas, los amigos y los rivales, era un deleite para mi alma disfrutar de tan maravilloso privilegio de poder jugar al fútbol.


A menudo me preguntaban que cual era mi sueño, mi respuesta siempre era la misma.


Quiero jugar al fútbol todos los días de mi vida, asta que mi corazón se detenga , incluso en las noches, en todos los lugares y en todo tiempo.


Recuerdo la primera ves que vi a Messi en la televisión, era un partido de la selección argentina, yo no podía entender como alguien jugaba al fútbol con tanta magia, para mi era un danza entre Messi y el balón, como una historia de amor o un poema.


Ahora demos un salto en el tiempo al momento en el que la magia que había en mi interior comenzó a extinguirse.


Ya era joven de 16 años, talentoso y algo despreocupado, todos mis amigos ya asistían a escuelas de fútbol, pero yo no pensaba en el futuro lo único que me importaba era jugar sin importar donde o cuando.


Ese fue un gran error, ya que en el futuro iba a necesitar la preparación y la formación como jugador.


Un día mi mama me saco de la escuela por que yo no asistía a las clases, creo que fue allí donde la depresión comenzó.


De pronto ya no comía, ni me interesaba salir, las cosas que me gustaban comenzaron a perder sentido para mi, me encerré en una burbuja para quedar aprisionado en mi mente desde ese día.


Luego me sumergí en un estado autodestructibo y deprimente en el que yo era victima y victimario.


Pasaron 2 años y todo para mi empeoró, dos años en el que no toque la pelota, la que había jurado amar por toda la eternidad.


Ahora era un joven de 18 años, sin esperanzas ni aspiraciones, la vida para mi era un desastre que debía terminar.


Recuerdo que un día estaba mirando por la ventana mientras las lagrimas se escapaban de mis ojos imaginando mil formas para acabar con mi vida y de re ojo veo a mi padre que se acerca hacia mi y dice....perdóname, yo entiendo lo que estas pasando, eres mi único hijo barón, la única persona que me importa y no quiero perderte.


Esas palabras rompieron un muro que había puesto en mi corazón, el hombre que tanto daño me causo con sus palabras es ahora el que me salva la vida.


Esa fue la señal que le había pedido a Dios para hacer el intento de seguir con mi vida.


Descubrí que el sufrimiento era algo que podía usar para impulsar me hacia delante y así me convertí en una persona resiliente, incapaz de renunciar cuando el universo entero me dice no puedes.


Comencé a asistir a entrenamientos, ahora era un joven de 18 años en busca de un sueño poco probable.


En unas pruebas una persona me vio jugar y le intereso y así se me dio la oportunidad de probar en las divisiones menores de un equipo profesional.


Nunca antes me había separado de mi madre, la persona mas importante en mi mundo, pero ella me apoyo e hizo lo imposible para que yo pudiera viajar.


Llego por primera ves a la casa del equipo donde me iba quedar, ahora el reto era convivir con 40 extraños de barios lugares del país.


Mi primer entrenamiento con el equipo fue algo duro; ya que desde hace tiempo no jugaba y mi estado físico era inferior.


Con el paso de los días se hacia mas fácil aun que al principio era una enorme tortura entrenar con un cuerpo tan débil.


La convivencia en la casa no era nada fácil ya que mis cosas se perdían y algunas personas allí eran demasiado toxicas.


Mi madre hacia un esfuerzo sobrehumano para mantenerme bien en ese lugar, creo que nunca le eh agradecido su amor inconmensurable.


El primer años en el equipo fue bueno, fui evolucionando como persona y como jugador, gracias al profesor y las personas que nos visitaban para enseñarnos un poco sobre Dios.


El año siguiente ya con 20 años, una edad relativamente avanzada para aspirar a ser un jugador profesional, pero nunca deje que eso me afectara, luego llego la pandemia.


La prueba mas dura asta ahora, mi sueño se encontraba en un punto muerto en el que no avanzaba, la esperanza y la fe estaban a punto de ponerse a prueba.


Me repetía cada día y cada noche que aun era posible, como renuncias a lo único que te hace levantar por las mañanas?, como abandonas eso que te causa felicidad?, como vives sin aquello que es todo para ti?.


El fútbol salvo mi vida y ahora soy yo el que lo mantiene vivo en mi corazón, nada en el mundo ni el covid19, ni el apocalipsis, ni nada sobre la faz de la tierra podrá quitarme todos esos momentos que el fútbol me ah dado.


Y yo sigo aquí y mientras allá vida hay esperanza, todo esta en la mente y de mi mente aun no desaparece el bello pensamiento de algún día ser un futbolista profesional, esta es mi historia y cuando muera se la contare a las estrellas por la eternidad.

11 de Agosto de 2020 às 15:54 0 Denunciar Insira Seguir história
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