El plan era no encontrarnos, pero cada simple acción nos encontraba. Dos puntos opuestos en el mundo encuentran unión en una ciudad tan opuesta como nosotros. Es imposible romper el magnetismo que nos atrae, como dos imanes, como la Tierra a la Luna. Quiero jugar con el destino y decir que te quiero cerca... aunque no sé si miento.

Sus ojos eran horizontes alargados, plastas carmesíes cumplían bien la pretención del rostro que le observaba, el crúor absoluto, miedo. Conocía el absurdo, dedicaba tiempo a la lectura y por tanto sabía la representación. Alerquín de sombrero púrpura, ropaje de tonos muertos como su piel gris, danzaba a ella complaciendo con la sonrisa de sierras por esmalte. Irreverente a su lógica, los anillos de Saturno le daban teatro, bailaba tras la ventana de su habitación, ahí en la nada infinita.

Supe en ese momento, cuando salté detrás de él que estaba perdida... Me estaba enamorando de él... Y la idea de perderlo me destrozaba. Aunque sé que no puedo tenerlo.

Comenzamos a discutir. Ella gritaba y yo también, fue cuando me acerqué a ella, le tomé de la cintura y la besé. No pensé que hacía, pero ahí estaba besándola y ella me devolvía el beso. La chaqueta que Athenas llevaba cayó al suelo, cuando ella alzó los brazos para rodearme con ellos. ㅡDeja de enojarte ㅡle dije. ㅡ¿Por? ㅡCada vez que lo haces me dan ganas de tocarte. ㅡMe estas tocando ahora... ㅡNo de esa forma.