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Reparo necesario

Cuando Adán reclamó a su Creador, le explicara sobre su historia en términos de origen, esa Voluntad Hacedora de todo lo existente tuvo que interrumpir la prueba de las manzanas de la discordia del celebrado árbol del Bien y del Mal, contraviniendo una regla metódica en Él.

Debido al extremo esfuerzo que representaba conservar su inescrutable digestión y hablar con su sagrada boca llena, lo pronunciado resultó un amasijo de palabras, saliva, trituración de semillas y reconstrucción total del horizonte espiritual del pasado.

Ante semejante pregunta de ese Varón parlanchín de todo momento, el Demiurgo resolvió en el acto el sueño profundo de su favorita creatura, hasta que le fue otorgado todo lo que pudo servirle en sentido remoto el asunto aquel de "a tal costilla, tal ausencia de historia encarnada", la cual heredó el problema de las transfiguraciones matemáticas ajustadas, cuyos dígitos mágicos quedaron inscritos en la psique de ese primer adanita.

Es decir, la duda efectiva corpórea de la Varona representó el icónico: "mirarla o no mirarla al caminar", porque no resulta fácil explicar por qué su 90-60-90 resultaron el acontecimiento visual irreprimible a la posteridad.

Y, según los filósofos más afamados del pasado, el estado de arrobamiento se pierde en el desconcierto varón, provocado inversamente en sentido proporcional a esa combinación exacta de agrupaciones de décimas por novena, sexta, novena que tanto azoramiento conscita, incluso, hoy día, en cuanta fémina se cruza por donde menos lo espera uno...