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bruno-spm1618580228 Bruno Spm Pensamientos de un paciente ingresado en la unidad de trastornos alimentarios 0 reviews
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¿Realidad o ficción?
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¿Realidad o ficción?

Espantado cada vez que entro en el cuarto de baño a mirarme el rostro. No se si lo que veo es realidad o una creación de mi cerebro que intenta hacerme ver una verdad ficticia para que siga en esta espiral de autodestrucción.. Pero si, lo veo, está delante.

-Es un maldito espejo!-

Me digo una una y otra vez sin parar. ¿Pero me lo digo a mi, o a él? ¿Me estoy engañando yo mismo? O, ¿he dejado de tener el control? ¿Qué está pasando aqui? ¿Por qué sigo encerrado si mis ojos no logran ver lo que supuestamente ven los demás? No puede ser, están equivocados. ¿No puedo haber perdido tanto el control? O si, y he perdido todo punto de vista mínimamente real que existe de realidad al que poder agarrarme.. Ya no sé quien soy.

-¿quien ves tu?-

Me pregunto mirando al espejo. Intentando hablar con él o conmigo o los dos a la vez. ¿Quién tiene el control? Pero sigo viendo la misma persona que tenía delante de mi hace un rato. Y me repito que no se quien soy. Estoy asustado. No quiero perder la razón, no quiero volverme loco. Pero está pasando. Tengo miedo.

Esto es la disociación. Cuando todo es una película en la que solo eres espectador desde una butaca del cine viendo tu propia vida, pero sin entender nada de lo que sucede en ella, no sabes diferenciar la realidad de la ficción. Todo es lo mismo. Solo puedes mirar sin poder participar en nada, porque nada es ahora lo que sé, nada es lo que entiendo y solo puedo mirar.

-vuelve ya-

Digo ahora desde dentro de uno de mis variados personajes que pueblan la ciudad en ruinas de mi cabeza, la que ahora gobierna él, al que no conozco... . Y oigo los gritos de desesperación de Raquel, una de las pacientes. Es lo que queda de ella, su nombre, ya no es ella quién manda. No quiero llegar tarde, llegar a ese extremo, el ultimo o el primero, que más da. Aqui también, por desgracia, existe una clasificación, en esta no me gusta estar. Instante, que vuelves en ti por un momento y te asusta lo cerca que puedes estar de él si no logras creer a ciegas algo que tu no puedes ver, y que solo ven los que te rodean, que te estás dejando morir. A ella la alimentan con sonda. Es lo más escalofriante que he visto, y que tu propio cerebro, al que yo llamo él, puede hacer contigo. Dejarte en el filo de la muerte y que el instinto de supervivencia no te enseñe el camino de vuelta. De vuelta a la cordura. Se fue, y no se le esperaba más.

-¿como cojones lo hace?- Pienso en mis adentros, mientras la escucho en la desesperación del que sabe que no tiene razón pero que está a punto de perder la batalla y el llanto se ahoga en las lágrimas de rabia del que no entiende ya nada.

Los que escuchamos desde este punto del hospital y podemos entenderla desde la lejana cercanía, aun así, no entendemos una mierda y espero no entendamos jamás el sufrimiento de saber o estar casi seguro de saber, que has perdido totalmente la brújula. Esa con la que todos nacemos y nos marca alguna indicación. Para ella era demasiado tarde por desgracia.

Y nos damos cuenta ya de lo poco que somos, un ser biomecánico con un órgano que si falla un poco, dejamos de ser.

Vivir o dejarse morir puede depender de una sola conexión, que desafortunadamente desconectemos sin saber, porque nadie nos enseñó en su momento.

Raquel moriría un mes más tarde por inanición, o mejor dicho por un cerebro que también a ella la había conseguido engañar como el mago con el truco de cartas delante de tus propias narices. Le quitó primero el criterio, luego la razón, la libertad y por no querer aceptar de lo que él es capaz de hacer y el poder que tiene, le quitó la vida. D.E.P.

16 de Abril de 2021 às 14:13 0 Denunciar Insira 1
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