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Es una reflexión sencilla sobre el amor, el tiempo y demás cuestiones que se les resta importancia en el mundo contemporáneo. 0 reviews
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#tiempo #amor #reflexión
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Al tiempo y los amores de mi vida

Súbito

A pesar de que nuestra existencia es tan corta, logramos experimentar en ella lo vivaz, sublime, místico, pesaroso, extenuante y afligido de la vida. Hay fragmentos tan diminutos como las partículas que comprenden el mismo universo, y son tan difíciles de desentrañar cómo los propios sentimientos humanos, irresolubles al ser y el estar en el mundo.

Entre esos, entra el amor, un interrogante con respuestas tan inciertas para todos nosotros como las preguntas que hacen los niños a sus padres, ¿realmente definimos el amor acertadamente? ¿qué es amar? ¿cómo cambia un sentimiento al paso del tiempo? ¿qué es tiempo y cómo se concibe? En fin, las cuestiones son muchas, pero en la reflexión intentaré dar una respuesta desde lo que he aprendido y desde mi aproximación al verdadero sentido y razón de lo anterior.

¿Lo definimos como realmente es?

Si hay algo de lo que me encuentre seguro, es de que no se puede limitar el concepto de amor a un sentimiento afectivo o la simple atracción sexual y emocional por una persona, pensemos en una relación inexorable entre alma, cuerpo y mente que metafóricamente hablando, nos hacen reanimar los sentidos al ver el rostro de un ser querido, recordar el aroma del perfume reposado en la cálida piel de un ser amado, sentir sus manos suaves y calladas recorrer nuestros cuerpos y entrañas cuando ni siquiera están presentes; y hasta poder relacionar tal amor con el sosiego en que entran las fornidas olas del mar al desvanecerse entre el ocaso y las trincheras remotas del vasto cuerpo oceánico.

¿Qué es amar?

El amorío no se manifiesta en una sola parte del cuerpo sino que trasciende las barreras corporales y busca refugio en aquel lugar donde si puede expresar su fulgor y esplendidez, quizás por ello se manifiesta en distintas formas y las respuestas al qué es varían según cada persona. Pensaría que es un abstracto incomprensible a la razón humana, como dicen por ahí “hay sentimientos, que por más que queramos gritarlos al mundo, nos son imposibles de definir con palabras”, al expresar el amor en palabras, se limita la verdadera esencia del sentimiento, por ello no lo logramos explicar más allá de la propia vivencia y es que por amor se hace hasta lo más mundano, lo cual está bien siempre y cuando sea un amor como el de aquellos que penden de un hilo rojo; sin importar el tiempo, lugar o circunstancia está destinado a ser.

¿Cómo cambia un sentimiento al paso del tiempo?

El amor es puro, más no perfecto, infinito, o utópico; resultaría caótico pensarlo. No más imaginen los amores forzosos cuando se llega a lo inhóspito de una relación, no es sano intentar sentir algo inexistente porque entre más uno se enamore, más presión siente el otro.

Al dos personas enamorarse, asumen un gran reto porque no solo están tomando la decisión de amar sino que se enfrentan a la complejidad del sentir, que es tan multiforme como el mismísimo tiempo, por esa razón debemos tener presente que pensar el amor como sentimiento, es aceptar que no es estático, que se mueve y se transforma como el alma máter del universo, y que por ello amar, es decidir y hacer frente al fruto de un amor idílico y desafiante.

Habrá momentos en que tal amor llegue a su límite, pero no es razón para dejar de creer en este, pues hay en el cosmos muchas otras cosas más por amar; aún si no logramos consolar la melancolía de un fallido amare, tenemos la oportunidad de soltar las ataduras y agradecer por los momentos y aprendizajes de un amor que a pesar de ingenuo para muchos, se muestra sublime ante los ojos de los esperanzados y románticos empedernidos.

Concepción de tiempo y su relación con el amor

Generalmente lo concebimos como una línea recta sin regreso alguno a los lugares y sucesos ya transcurridos, es una vía sin destino alguno, solo va hacia adelante, ligero y pausado, aunque demasiado rápido para la gran mayoría.

Cuando ves a las personas caminar por la ciudad siempre están en un afán desmesurado, como si el tiempo se les estuviese acabando, como si se ahogasen y no hubiera forma alguna de salir a la superficie; me paro allí y les observo, ¡son tantas personas con pensamientos tan absortos! Algunos miran hacia atrás como si tratasen de ver aquello que deja su paso, otros en cambio, miran al frente, su mirada deambula, no apuntan hacía algo más que los pequeños vacíos entre la multitud, se dirigen hacía lo inesperado, y por último, quedan los que solo enfocan su mirada en el camino, cautelosos y alertas de no tropezar en los bajíos poco profundos de su soledad y tormento. De todas esas personas, pocas logran captar mis ojos, sus rostros se desdibujan en mi memoria, pero me hacen ver como realmente concebimos el tiempo y el amor.

Hay en el mundo (sin incluir la cosmología de muchos grupos humanos) un pasado, presente y futuro, de estas formas de vida, están quienes se aferran al pasado, pero se liberan poco a poco para seguir adelante, otros quienes van a la deriva y sin embargo sus pies los guían a un futuro prometedor, y aquellos que caminan con cuidado mientras intentan sostener la quejadumbre de su presente; así, el tiempo se convierte en un gran mediador entre nuestro nacimiento y nuestra muerte, pero ante todo nos muestra que entre jovenes soñadores y mayores desesperanzados, el amor toma el rumbo que nosotros le damos.

El amor y el tiempo son ahora, son lo que ocurre en este momento que no puedo detener, sostener, ni predecir, pero que puedo esculpir en cualquier momento desde mis más profundos recuerdos. Es casi como nuestros momentos más dichosos, se viven y se disfrutan en el momento, pero en el fondo sabemos que no durarán una “eternidad” y no serán para “siempre” pero cuando los recordamos, revivimos emociones, lugares, personas y amores.

Eterno y siempre podrían ser palabras sinónimas, pero solo adquieren conmoción, sentido y deslumbramiento cuando dos personas pasaron los últimos momentos de su mirífica existencia juntos. Quizás por ello existe la muerte, para que la vida tenga más sentido. El “Prometo amarte eternamente y para siempre”, lo que en realidad significa es que lo eterno sólo es eterno cuando lo efímero y fugaz deja de ser importante en la vida entera de dos personas, y solo así podremos comprender que más allá de lo banal y melancólico, el amor si es tan mítico como parece.

Para concluir,

“Si pensamos nuestras vidas fuera de la dimensión de tiempo y espacio, quedaría envuelta en momentos, imágenes, palabras, sonidos, caricias, recuerdos y por último memorias. Inalcanzables e inaccesibles, fundidas en un firmamento astrífero a miles de años luz en todo el universo. ¡Vaya ironía!

~D.

Fuentes de inspiración

Unas semanas de cuarentena, una taza de inspiración, un poco de tribulación, veinte libras de recuerdos, más de 100 piezas musicales y muchas pizcas de amor y reflexión.

4 de Agosto de 2020 às 22:31 0 Denunciar Insira 3
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