Él era alguien fuerte, de carácter duro y por veces frío. La mayoría del tiempo no mostraba sus emociones, pero ella las podía notar con la mirada. Sabía cuando deseaba estar con ella, cuando su hermana lo enfurecía, o cuando le entusiasmaba un proyecto nuevo. Ella lo conocía bien. Sabía qué clase de hombre era. Sí, era. Desde hacía ya una hora, cuando ella le dio un golpe seco en la cabeza que le provocó una mala caída y le quebró el cuello, había dejado de respirar. Ahora era solo un cadáver.

Durante más de mil años creímos que eran humanos con cola de pez en vez de piernas, con un canto tan hermoso que era capaz de enloquecer... Nunca imaginamos que eran capaces de lucir como nosotros, caminar entre nosotros, y solo sacar su verdadera apariencia, su piel escamosa y dura, ojos rojos y enormes garras, una vez que te tuvieran agarrado del cuello mientras desagarraban tu cuerpo o te arrancaban la cabeza, como lo hizo ella, lentamente y en tres jalones, con el almirante.

¿Humanos mordidos por un murciélago que se convierten en no muertos? Ya quisiera. No, nosotros hemos sido transformados por capricho de Ellos. Estábamos enfermos e intentaron curarnos. Ahora no somos capaces de dormir, sentimos todos los olores, en especial los de los otros humanos, a quienes podemos provocar estados de lujuria, en los cuales su sangre es mucho más deliciosa. Y, para lograrlo, no necesitamos hacer nada más que mirarlos cuando tienen pesadillas.

Todas las noches tengo el mismo sueño, recuerdos de cuando tenía nueve años, hace ya más de una década. Pero esta vez es diferente. No hay figuras amenazantes a mi alrededor, no hay monstruos que disfruten humillándome, pero siento una mirada intensa sobre mí. No me intimida, ni me da asco. Es más, me hace arder la piel, el vientre; se me seca la boca y me tiemblan las piernas. Él no hace nada, solo me mira. Se acerca y me observa. Cuando abro los ojos y despierto, él continúa mirándome.

En el mundo, entre nosotros, circulan energías que los humanos no pueden ver. Están dentro de ustedes y les dan vida. Pero no saben que existen. Los brujos sí, y podemos manipularlas, quitarlas y darlas, manejarlas a nuestro antojo. Y aunque somos iguales a ustedes en apariencia, somos mucho más perfectos. Los males que les aquejan no son nada para nosotros, no entendemos las diferencias de clase, raza y género. Podríamos matarlos, pero nuestra conciencia es incorruptible. O casi siempre.

Solo quiero aclarar que no estamos muertos. Íbamos a morir y ellos decidieron experimentar con nosotros; supongo que lo hicieron pensando en cómo salvarnos la vida. Gran salvación. Saber que moriría en algún momento le daba sentido a mi existencia. Ahora no se porqué estoy en este mundo. No me ha quedado mayor tarea que ver pasar el tiempo encerrado, alejandome de aquellos que me consideran una abominación O bueno, eso "hacía", hasta que me ofrecieron la posibilidad de una solución.

No diria que es una habilidad, sino una maldición. Cuando alguien te mira a los ojos y sos un basilisco, esa persona morirá al instante. No hay nada que hacer. Yo no decido cuando usarlo y cuando no. Debo cubrir mis vista en la ciudades y andas como ciego. Un basilisco siempre es un ser solitario. Eso si, cuando la otra persona no me ve, pero yo si lo hago, no puede mover ni un músculo. Solo respira. La paralizo por completo, como a este vampiro que esta mirando a Freya... sin acercársele.

A la edad de 16 años pasamos por el ritual, en el cual perdemos toda conexión entre la lógica y lo emocional. ¿Por qué a esa edad específica? Porqué ya somos fertiles. Y en nuestra sociedad no existe el concepto de familia. Los más aptos se reproducen sin vínculo sentimental, no lo tienen entre progenitores, ni con sus crias... o hijos. Aunque no los llamaría asi, ya que no existe una relación. Los niños son criados por brujos menores, pero eso es complejo de explicar. Será en otra ocasión.

No es lo mismo una sirena que un hibrido anfibio. Las primeras son inmortales, como si fueran dioses. No se reproducen como nosotros y cada de ellas tiene una habilidad. La suya es hacer descargas eléctricas mortales. La de su madre, es convertirse en Kraken. En cuanto a los híbridos, son humanos evolucionados que pueden vivir en el agua, son mortales y pueden reproducirse como nosotros. Su idea es hibridarnos a todos. Van a experimentar con los desertores. Desde aquí escucho sus gritos...

Estoy hecha de fuego, uno que destruye y crea. Junto a los mios, me he llenado de ambición, he jugado con muchas vidas, con especies. Hemos creado razas, materiales para llenar el mundo, extensiones de nuestra imagen. No estaban destinadas a odiarse. Nunca lo estuvieron. La eternidad de mi existencia me ha enseñado que una de mis hermosas creaciones ha heredado nuestra soberbia, nuestro fuego destructor. En mi forma original, de criatura alada y enorme, recorro el mundo observando su predición.