El ataúd descendió. La tapa estaba abierta, y en su interior, un hombre descansaba con los brazos cruzados y los ojos cerrados. La viuda se asomó a la tumba. Llevaba los labios pintados de carmín y un velo negro. De repente, el muerto abrió los ojos, los enfocó en su mujer, y sonrió. —¿Hasta el fin del mundo? —preguntó. —Hasta entonces —contestó la viuda. El ataúd se cerró, el muerto no cerró los ojos, cayó sobre el agujero, y la tumba se sepultó.
#muerte 9 November 02, 2020, 10:05 9Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
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