El amor no es una necesidad, mucho menos un recurso. El amor es algo que se vive, cada día, a cada hora, con cada minuto, sintiendo cada maldito segundo. Te llena de sensaciones que nunca habías experimentado, y te hace querer cada vez más. Pero a pesar de todo no lo necesitamos, no necesitamos a nadie para ser felices, pero cuando el amor es sincero, pasa de ser un "Te necesito a mi lado", a un "Te quiero a mi lado", porque quizás no sea necesario, pero con esa persona, todo sería mejor.

—Hey, escúchame, préstame atención por un momento, quiero volver, volver a ser feliz, volver a sonreír a tu lado, volver a tomarte de la mano, volver a jugar con tu cabello, volver a escuchar tu risa en los momentos más inoportunos, quiero volver verte, verte correr, verte caer, ayudarte a levantarte, quizás caerme contigo, y reírnos en el suelo hasta que nos duela el estomago. No te vayas, quédate conmigo, ¡Hey!—le gritó a su amada que yacía en el suelo, con un cuchillo... Que el mismo clavó.

Cuando la distancia duele y la soledad me invade, no hay mejor compañía que el viento, el sol, y la luna. Me hace feliz pensar que cuando estoy solo y sopla, son sus palabras tratando de llegar a mí pero apenas pudiendo tener forma al rozar mis oídos. Pensar que esa misma luz que veo al despertar es la misma que ella ve, y que nos ilumina a ambos durante todo el día. Y pensar que cada noche, cuando más solos nos sentimos, la hermosa luna en el cielo nos arropa al dormir. La distancia nos une.

Sin saber lo que esto conllevaría, simplemente salté, me desprendí de cualquier cosa que me atara a este mundo, dinero, amor, familia, simplemente ya no quería nada, pero ahí fue donde comprendí todo lo que en unos pocos segundos estaría a punto de perder. Todo se volvió oscuro, ¿Se habría acabado ya? ¿No habría vuelta atrás? El arrepentimiento me llenaba y sólo me venía a la mente, "Quisiera otra oportunidad", y entonces ahí me encontraba, en la cama de un hospital.