logia Lógical

El ser humano es como es. Una seria de historietas sobre la vida de la gente despues de la GRAN VIRTUALIZACIÓN.


Drame Tout public.
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El principio del fin

- Thomas deja de molestar, no esta estas en casa, ¡joder!


El niño no pareció haber oído a su madre, aunque difícil seria no haber escuchado esos gritos, seguramente tendrá que ver con esas actitudes de los niños de incordiar cuanto más ven enfadarse a los adultos y hasta que no se les suelta una buena ostia bien dada, no se relajan. Toda la familia había venido juntos, se sentían raros en este lugar, tan blanco y claro todo, es como si se hubiera uno muerto e ido a parar a una nube del cielo, aunque para ser el cielo no se veía ni oía un alma, seguramente por eso Elloise estaba tan molesto con el niño, porque eran los únicos que estaban montando alboroto en este lugar tan zen y místico, aunque nada de ceremonioso tenía el lugar. Jhon por fin cogió al niño en brazos y lo subió a su espalda, este contento como no. Era como si Jaime no estuviera presente ahí en cuerpo y alma con su familia, no miraba ni a sus padres ni a sus dos hermanos, la única persona que hacía caso a la anciana Meredith dirigiendo su silla de ruedas era la buena de meredith II, adoraba a su abuela, en realidad adoraba a toda su familia, por muy… muy… que fueran todos ellos.


Por fin llegaron a la puerta de la consulta y tuvieron que esperar un poco, así que se distrajeron mirando este sitio tan esterilizado. Parecían realmente sorprendidos por “EL CENTRO”. Alguien salió de una cuarto igual de blanco al resto del lugar, probablemente algo grave sería si estaba aquí, por lo que no parecía estar yéndose en buen estado.


- Meredith – se podía oír desde dentro del cuarto-

Thomas se había puesto a hacer de las suyas de nuevo, así que la familia no se percató de la llamada.

- ¡MEREDITH! – se volvió a oír con fiereza-


Nada mas entrar en la consulta


- Pero bueno, es que están sordos o qué, “EL CENTRO” está ocupado y no tiene tiempo que perder.

- Lo sent… -parecia intentar decir Elloise-

- No, no me interesan sus disculpas señores, haber venido a la llamada. Y si ahora yo decido no atenderlos, igual que ustedes decidieron hacerme perder el tiempo.


Nadie de la familia se atrevió a decir nada o a contradecir al doctor, hasta el pequeño tomas parecía un soldado ante su superior. El respetable médico, un rato después de calmarse, saco unas fichas y empezó a leerlo, al terminarlo miró a la anciana en la silla de ruedas con cierta sonrisa, no sabría si de entusiasmo o de absoluta melancolía


- Bueno, Meredith, su caso es muy simple, a estas alturas debes saber que tu condición no mejorara y deberías ir haciéndote mas amiga de esa silla o aceptar el tratamiento que el gobierno te está ofreciendo, porque mas allá de esas dos opciones solo hay peores alternativas. Te ofrecemos ir practicamente al cielo.

- ¡doctor!, qué es exactamente lo que le harán a mi madre, la carta que recibimos solo nos decía que el gobierno habia aceptado la solicitud de ayuda que habíamos pedido, pero nos mandan a un hospital. ¡Thomas, que te estés quieto!

- Cariño tranquila, que gritándole al niño o al médico, no solucionara nada, déjale hablar.


El medico explicó y habló de muchas cosas que no parecían tener demasiado sentido para la familia, pero lo que sí quedo claro era que podrían librarse de la anciana. Básicamente la gente como ella que ya no servían de demasiado a la sociedad, merecían vivir sus últimos momentos felices, en un lugar parecido al cielo, y es que desde la “GRAN VIRTUALIZACION” una de las cosas mas útiles que había conseguio la humanidad es el poder subir la conciencia humana a la red, fabricándoles simulaciones de mundos mejores en el que podían andar si antes no podían, como era el caso de la abuela meredith. Elloise se alegró mucho de que su madre pudiera tener algo bueno llegados estos momento, aunque la ayuda que ella esperaba era mas bien monetaria. Hasta su huraño marido parecía haber aprendido fingir emociones solo para ese momento de su vida, ya q él también esperaba una ayuda económica del gobierno y no soluciones mágicas. Como parecía que los padres estaban alegres, los niños también se alegraron, aunque quizá no por las mejores razones la familia estaba contenta y eso era lo importante.


Era hora de hacer una prueba a ver si a la abuela Meredith le parecía bien toda esta parafernalia, al no poder mover un ápice de su cuerpo, no había manifestado aun la felicidad que los demás sentían. Según el doctor el proceso de transferencia de conciencia humana a la red simulada, no era un asunto realmente complicado, solo necesitaban unos 30 minutos con la cabeza de la señora en el escáner lleno de agua. Una vez hecho se puede uno comunicar con alguien catatónico, como lo era la abuela.


- No, no viviré en un mundo imaginario.


Esto fue lo primero y único que dijo la abuela Meredith, al encontrarse por fin en la simulación preparada especialmente para ella y en el que tenía sus funciones fisiológicas, como el poder mover las manos o los ojos, intactas. Esto tanto el doctor, como la familia lo veían y oían con cierta sorpresa. Pero como se puede ser tan egoísta pensaría alguno de ellos seguramente.


******

- Me cago en todo, si es que lo tenía ya hecho, tú lo has visto verdad.

- Relájate Jhon, lo he visto y creo que ibas mal desde el principio, de hecho si

hubieras podido venderle al chaval algún coche, serias tú el vendedor del mes y no yo. Anda termina tu comida que te va a dar algo. Ni que fuera la primera vez que alguien ha perdido una venta.


Unas semanas habían pasado desde que la arpía- así se refería Jhon a la abuela- decidido rechazar la oferta que le habían hecho, de verdad se había alegrado por un momento, ya que si todos los gastos que conllevaba mantener esa señora se iban por la ventana, su vida no mejoraría enormemente, pero algo sería algo. Asique si, Jhon parecía seguir algo enfurecido por alguna razón hoy querido lector.


- Era solo un crio el chaval, sus padres le habrían comprado lo que sea que quisiera, por dios la comisión que me iba a llevar.

- Pero que pesado eres, que no lo estabas haciendo bien. Tienes que convencer y vender al cliente.

- Venga Josué, tu eres el que más vende todos los meses. Dame consejos, hombre, tu no necesitas el dinero, no tienes mujer ni hijos.

- Pero tengo otros gastos.

- ¿Te refieres a esas señoritas de compañía muy amigas tuyas?

- Si, algún problema. Bueno, como me dan pena tu mujer y tus niños, te diré algo. Ese chico solo quería un coche de esos nuevos que circulan por el aire, ya sé que no eres muy fan de las nuevas cosas desde la “GRAN VIRTUALIZACIÓN”, pero ese crio como tú le llamas, solo quería lo último del momento.

- Pero es que esos coches son una basura, le dije al jefe que no los trajera desde que empezaron a popularizarse hay más accidentes de coches voladores, es que normal. ¿Ves tu carreteras por el aire? A que no, estas tonterías de hoy de verdad.

- Bueno, yo ya te lo he dicho, ahora cállate que viene el jefe, vete a hacerle la pelota.


No creas que Jhon tuviera en buena estima al inútil de su jefe- así lo llamaba él- lo consideraba un subnormal, Jhon llevaba más años que nadie en el concesionario de coches, y esperaba siempre un ascenso que nunca llegaba. Quizá por la forma en la que se le ha presentado se podría pensar de él como el ser más vil de todos, pero nada más lejos de la realidad, solo era uno de esas tantas personas con sueños, proyecto y futuro lleno de quimeras, pero no era más que eso, una persona normal y corriente, demasiado si me apuras. Lo mejor que había conseguido en su vida había sido engatusar a su mujer de no desistir con él, ya que ni en la fachada destacaba. Pensaba de más de sí mismo y por ello esperaba también más de la vida, quería ser el mejor y más amado de los padres y ni siquiera sabía como dirigirse a sus hijos ni era consciente de la presión que ponía sobre ellos siendo tan solo unos críos. Quería ser el mejor de los maridos, el que traía el dinero a casa y su mujer le esperaba con la comida hecha y mientras él comía ella le hacía un buen “Blowjob”. Así que la cuestión era qué hacer para conseguir su meta de ser un gran hombre en la vida, y más importante aún, como lidiar con el hecho de no solo ser una persona normal, sino ser un fracasado. No estoy seguro del como conseguirá todo esto que se propone, pero seguro que alguno de sus hijos triunfara y por ende él también. Después de saludar educadamente a su jefe, como todo el mundo hace con sus jefes, se fue a terminar su comida.


- Que cabreado estoy, Josue

- No me digas, no lo había notado por como le comías los huevos al jefe


******



Meredith II había vuelto de clase para no encontrarse más que a su su hermano Thomas dormido en un sofá al lado de la abuela Meredith, quien estaba en su silla de ruedas cerca de la ventana con sus ojos abiertos y sin poder mover un musculo, parecía que la habían plantado ahí para que le diera el sol y no se muriera como las plantas. Rápidamente supuso que probablemente su madre había dejado a su hermano Jaime al cargo de la abuela y de Thomas, pero Jaime habrá sudado de todo y se habría ido. Aunque eran hermanos, Meredith no se llevaba ni mal ni bien con su hermano mayor, solo le dirigía la sonrisa que dirigía a todo el mundo, mientras que éste siempre ponía la cara de mala ostia que ponía a todo el mundo.


- Thomas, despierta- decía mientras zarandeaba a su hermano- vamos al parque, así la abuela sale un poco de casa.

El niño encantado. Mientras su hermano jugaba con otros niños Meredith estaba sentada en un banco con la silla de ruedas de su abuela al lado, leyendo en voz alta, ya que nunca se ha dicho que no pudiera oír, asique de vez en cuando leía a su abuela. Este es un buen punto, porque cuanto más se miraba a esa anciana más pareciera que no podía oír ni entender nada a su alrededor debido a su aparente estado de gólem. Una persona no puede irse así sin mas pensaba meredith II, la abuela en otros tiempos, cuando no era piedra cuidaba de los hijos de su hija, más bien ella crio a los hijos de su hija, esta última y su marido trabajaban ingentes horas para mantener a la familia. Aunque estos días todo el mundo pareciera igual de trabajadora, no parecia que fuera porque eran trabajadores realmente, estos ritmos se empezaron a llevar desde que lo virtual empezara a poder interactuar con la realidad misma. Quién necesita ir a comprar ropa si desde una interfaz virtual en tu sofá puedes confeccionarte ropa a tu medida y pedir que otro agente, probablemente virtual, te lo lleve a casa sin mas demora que lo que tardes en pestañear. Eran tiempos extraños desde la “GRAN VIRTUALIZACION”. Por todo ello, la abuela quería muchísimo a sus nietos, tanto como si fueran sus hijos, creía que Thomas, el mas gamberro, eran un gran chico a pesar de los constantes toques de atención que recibía, era normal a esas edades hacer el cafre y la abuela estaba muy contenta con su cafrismo, le daba la vida incluso en momentos así. Su preocupación iba mas hacia los dos hermanos mayores, quienes no solo no parecían llevarse bien, sino que ni con sus padres tenían gran afecto. Aunque por la que mas se preocupaba era por su nieta, ahí sentada al lado suyo. Era una niña que se podría decir que es la encarnación del bien, siempre con una sonrisa en su cara y amable a mas no poder, pero ahí estaba la abuela mirándola como leía, sintiendo que si no se la daba un abrazo próximamente, dejaría de leer y caería en lamento absoluto. La abuela intentó moverse de su silla de ruedas, su nieta solo estaba a unos centímetros y necesitaba un abrazo, necesitaba alguien. Hizo un esfuerzo sobrehumano, un esfuerzo que hasta un atleta profesional se hubiera quedado sin aliento, sin embargo, no pudo moverse un ápice. Se puso a llorar, pero no de esas lagrimas vidriosas, hacía ya tiempo que esa habilidad fisiológica suya había cesado, cosa que irónicamente la hacía querer llorar más, sus llantos eran más bien de otra índole que no sabría de qué tipo eran querido lector.


De sopetón Meredith nieta se levantó dejando de leer para ir corriendo hacia donde estaba su hermano jugando con otros niños. Al parecer se había metido en una pelea. Le había quitado un gadget nuevo de esos que solo se ven en esta época virtual, a otro niño. Normal, había hecho bien el pequeño Thomas, seguramente sabía que nunca podría obtener algo parecido, los juguetes innecesarios a veces son los más innecesariamente caros. Mientras la abuela veía a su nieta intentando arreglar la situación con otras madres, se preguntaba que podía hacer ella para ayudar a su familia, pronto se daría cuenta de que como la piedra no puede apartarse del camino para no dañarnos, ella no podía moverse y hacer algo por su familia.


******


Estaban Elloise y Jaime en el salón, ella cocinaba y el cavilaba con sus pensamientos, era un salón pequeño, de esos modernos cuyos salones lindan con las cocina sin apenas separación, dichosos los tiempos modernos. Ella había trabajado horas de mas hoy, por ello había dejado a Thomas y a la abuela al cuidado de Jaime, quien seguramente sabía que se desentendería.


- Jaime, ven a probarlo a ver q te parece, que hoy no he tenido tiempo


En ese momento, entraba Jhon a la casa, su presencia se hizo notar por estar tosiendo ya desde la puerta, seguramente debido a lo que por alguna razón ahora se cocinaba en el salón.


- Kof, kof, kof, ¿por qué estas cocinando tan tarde? ¿Quieres que me muera? Si quieres hacerlo empieza antes que ya es muy tarde

- No he podido, hoy por suerte me pudieron dar más horas en la tienda, creo que hay fiesta o algo en alguna parte, vendimos mucha ropa hoy.

- mmmm, oye tu niño, no podrías haber preparado la comida o hacer algo útil antes antes de que llegara tu madre.


Jaime, como todo lo que se le ha dicho en esa casa en todo lo que se lleva de día, no escuchaba nada. Jhon le dio un beso en la mejilla a su mujer, la miro fijamente y ella no comprendía la acción de su marido por lo que simplemente le devolvió sonrisa. Que hombre más extraño, quedarse así mirando fijamente a alguien es de demasiada mala educación, pero no sorprendería que estuviera pensando por qué esta mujer seguía con él. Era un hombre que tenía bastante dominada a su esposa, no me atrevería a decir que en el modo abusivo del término, simplemente ella hacia lo que él creía correcto, quizá esto era lo que sorprendía a Jhon, el hecho de que la nada sorprendente persona como él tuviera alguien como ella. Decir que su mujer simplemente era guapa sería un insulto contra la estética, por ello cualquiera se sorprendería de ver a un hombre tan normal, que hasta tenía ya su estomaguito cervecero como todos, con una buena rubia de unos ojos más claros que el azul del cielo. Hasta él mismo estaba sorprendido de aquella mujer. Incluso con sus hijos parecía sorprenderse a veces, el más prometedor era el hijo mayor quien había heredado el aspecto de su madre, pero en chico, además de ser también atlético e inteligente. El padre tenía muchas esperanzas en su hijo mayor, quien desde niño había ganado concursos y de todo, bien se sabe que la victoria de un hijo también es del padre.

En lo que más destacaba Jaime era en algo que no gustaba demasiado a su padre, el mundo cibernético. Lo virtual se ha vuelto un bloque como la religión o la ciencia en la vida de las personas, los que mostraban gran talento en este campo, “EL CENTRO” los acogía bajo sus alas, porque había realmente pocos que supiera y pudieran entender estos temas nuevos, el hecho de que el mundo virtual afecte a la realidad misma, no era algo que se pudiera comprender simplemente estudiando, o lo tienes o no lo tienes. Por todo esto a esta gente se les trataba muy bien, tenían trabajo asegurado en “EL CENTRO” y obtenían otros premiso como el poder viajar fuera de los países, en vez de solo ir de vacaciones a un lugar atreves de las interfaces virtuales, la gente como Jaime, llamados “BLESSED”, podían ir fuera de sus Distritos asignados. Asique hiciera lo que hiciera Jaime de malo, el padre casi siempre lo obviaba.


- Bueno, me voy a dejar las cosas y a cambiar, tu ayuda a tu madre a poner la mesa.


En ese momento entraron Thomas y las dos chicas Meredith a la casa.


- Mama, mama, quiero que me compres algo, lo necesito ya.

- Tu cumpleaños fue hace tres meses niño.

- Pero no es un regalo de cumpleaños, en mi cumpleaños son diferentes, esto es para jugar con mis amigos.

- Bueno, bueno, ¿qué es?

- No sé cómo se llama aun, lo he visto en el parque, mañana en clase pregunto, pero hoy lo he probado en el parque. Te puedes proyectar la ropa de tus superhéroes favoritos y ser como ellos, además de que hay funciones que te permitian hacer cosas como levitar.


Meredith llevo la silla de ruedas con su abuela cerca de la ventana donde estaba antes y abrió la ventana debidamente para airear, cerca estaba su hermano mayor, quien rara vez se queda en el salón, lo miró, pero su hermano no se dio cuenta, seguía en ensimismado.


No es que se llevaran mal realmente o bien, simplemente no se llevaban. Meredith recuerda una vez hará algunos años, acababa de empezar la secundaria, fue a la habitación de su hermano para pedirle ayuda sobre los deberes, su hermano no estaba muy colaborador y la mandaba a tomar por culo, pero ella seguía insistiendo y su hermano se abalanzó sobre sobre ella y le soltó un buen sopapo. La reacción de ella ante el ataque de rabia de su hermano, no fue escandaloso, ni lloros ni gritos, simplemente se quedó callada y estaba por alguna razón con su especie de sonrisa típica en la cara. Su hermano siempre había odiado esa sonrisa, porque ella podía tenerla, nadie esperaba nada de ella ni debía preocuparse por ser el mejor en todas las acción de su vida. Su hermano la echo de su cuarto, desde entonces no hablan mucho que digamos y quizá aquello fuera lo que los distancio, pero a decir verdad nunca se habían llevado bien, él solo estaba enfocado en alguna meta en la cabeza, no tanto en la meta que tenía su padre en mente, lo que motivaba realmente a Jaime era no acabar siendo un fracaso como su padre, alguien que hablaba y hablaba, soñaba y soñaba, pero sin embargo nunca hacia nada realmente.


Todos oyeron un terrible estruendo en el salón, incluso el padre salió a medio vestir. La abuela Meredith se había caída junto con su silla de ruedas, pareciera que su familia realmente estaba preocupada por ella. Parecían estar teniendo como ataques o convulsiones epilépticos, que por cierto tuvieron a toda la familia incapaz de reaccionar o hacer algo o como mínimo levantarla del suelo, se estaba intentando mover o hablar o las dos cosas, aunque pareciera estar mas bien poseída, pues los movimientos no parecía de ella.


- “EL CENTRO”, ¡”EL CENTRO”!


Todos oyeron decir “EL CENTRO” de forma casi imperceptible con esa voz tan dulce de la abuela que hacia tanto tiempo llevaban sin oír. Se fueron calmando poco a poco, Meredith ya vuelta un poco en sí fue a levantar a su abuela del suelo y limpiarle la cara de sus propias babas que se le habían pegado del suelo.


- Ahora es cuando quiere ir la reina, no cuando se lo ofrecieron- musitaba Jhon, terminando de ponerse la rapa-


Era difícil conseguir cualquier cosa del centro, realmente ni siquiera la población general sabia las funciones de esta institución. De hecho la visita de la familia a este lugar sorprendió a todos, ya que se tratara de una especie de hospital. Lo único que se sabía del centro era que son la organización encargada de gestionar y controlar todo lo relacionado con lo virtual y desde la “GRAN VIRTUALIZACION” ha ido ganado poder, ahora se trataba de un órgano como lo había sido la religión o la ciencia, y era reamente extraño que se separara del ámbito de la ciencia. Por todo esto y más, no era tan sencillo conseguir entrar en ese lugar, pero el ataque de la abuela había preocupado realmente a la familia y vamos a ser sinceros el hecho de poder librarse de ella también era algo atractivo, asique Jhon hizo que Jaime conseguiera una forma de que pudieran atender a la familia. Y es que dado que Jaime es uno de los BLESSED de mayor reputación, el padre tenia por seguro de que le harían un pequeño favor, también estaba seguro de que fue gracias a Jaime que pudieron tener cita en “EL CENTRO” en primer lugar.


******

Otra vez en este lugar, toda la estancia era tan blanco y claro que podrías congelarte como en una glaciación, seguro que ni un microbio o bacteria tenia cabida aquí. Toda la familia estaban como la primera vez que vinieron, pero quizá algo diferente de un modo del que nadie podía explicarse, no es como si estuviesen demasiado preocupado por la abuela, a excepción de Meredith.

Esta vez nada más anunciar sus nombre, por el mismo doctor kiriyama, entraron sin demora, pues ya sabían cómo eran en este lugar.


- ¿Asique ha decido hacerse a sí misma un favor y vivir sus últimos años bien en el simulador?

- Si doctor, mi madre se puso a gritar el centro con todas sus fuerzas a pesar de no poder hablar. Asique si, quiere que sus últimos años sean buenos

- Pues bien, menos mal, ya la avise una vez que si no aceptaba la simulación y vosotros no podíais cuidarla, solo quedaba una única opción posible y no era muy agradable.

- ¿Qué opción? –pregunto Meredith-


Nadie hizo caso de la pregunta de la niña, el doctor ya estaba revisando sus documentos de nuevo, Thomas inquieto como siempre, y los padres expectantes a lo que pudiera ocurrir. No vaya a ser que el medico dijera ahora q no podían acceder a este tratamiento para la abuela Meredith.


- Bien, todo lo concerniente esta bien. Vamos


Tenían una sala con unos tubos cristalineos llenos de agua, la primera vez que sumergieron la conciencia de la abuela en el simulador, la familia no vio como la metían en recipientes. La primera vez fue solo una prueba, para poder hablar con la abuela y tener su consentimiento de continuar el proceso, ya que en su cuerpo físico era imposible comunicarse con ella. Así que como la primera vez, debían meterla en estos recipientes un tiempo limitado, porque una vez se pasa demasiado ahí, el proceso se vuelve irreversible y la conciencia ha de vivir en uno de estos mundos, por ello es tan importante el consentimiento de los sujetos. Con todos los preparativos acabados, ahora podían ver y comunicarse con la abuela por un monitor de conciencia y como habrá adivinado el lector ya, no había cara o nada parecido, simples números y ondas aparecían en la pantalla. Pero si se reconocía que era la voz de la abuela, Meredith la recuerda tan dulce, que oírla tantos años después hizo que casi llora. De repente la pantalla empezó a hablar.


- Lo primero que tengo que decir, es que os quiero a todos más que a nada en mi vida, si es que estos últimos años se pueden llamar vida, incluso a ti Jhon, pero por favor intenta vivir una vida más humilde y mundana, muchos de tus problemas se irían. Mi queridísima Meredith, a ti es a la que más echare de menos. Jaime, con lo buen chico que tú eres, porque te esfuerzas tanto en aparentar ser una mala persona. Y a ti hija mía, sé que es difícil, pero cuídalos lo mejor que puedas y no te arrepientas de nada.


- Pero bueno, mama, a que viene todo esto.

- Doctor, como ya dije la primera vez que me metieron aquí, no viviré en un mundo imaginario. Ha estado hablando de que habría una opción peor, sé a lo que se refiere y prefiero eso, a ser un cuerpo catatónico o simples bits que emulan ser yo, prefiero eso a ser una carga demasiado grande.


Toda la familia vino juntos al “CENTRO” como la primera vez, pero esta vez, a diferencia de la primera, no toda la familia se va a casa junta.


- Oye mama, ¿por qué se ha quedado ahí? ¿vendrá más tarde a casa o que?- preguntaba el pequeño tomas- ¿por qué lloras mama? ¿Por qué lloráis todos? ¿es algún tipo de juego? ¿os burláis de mí?


La siguiente historia tiene lugar en tiene lugar en el año 2053

1 Mai 2020 03:57 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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À suivre…

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Domingo Kawsay Domingo Kawsay
* Uhm... uuufff... siento que podría escribir varias cosas; pero intentaré ser puntual. * Lo que resalta a la vista son las fallas ortográficas o el orden en la estructura de los párrafos. * Al ser un primer capítulo, siempre se debe mantener los errores ortográficos al mínimo porque terminar por hacer que el lector comprenda bien lo que está ocurriendo. * Me gusta bastante el enfoque dado en la historia. Más en los personajes, dejando los conceptos del mundo en el fondo, aunque dando cierta "explicación" directa. * Hay otros términos que terminan por llamarme la atención; pero... debido a la "tecnología" utilizada y la mención en la última línea... creo que me perdí un poco, pensaba que era una época futurista... y ese salto al año 2053 me confundió x.X. * El inicio estuvo bien... pero pudo haber tenido un mayor enganche; por ejemplo, presentar a la abuela ya conectada a la máquina... pronunciando un "no" como respuesta, generando intriga. * Esos temas familiares... pueden conectar con uno u.U. * Como te mencioné en el chat del Twitter; espero que no dejes de seguir escribiendo. Las ideas están ahí, solo falta pulir la narrativa y la ortografía :3.
May 02, 2020, 07:00
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