La gota que rebalso el amor Suivre l’histoire

Mi nombre es Dante y será el único dato personal que obtendrán de mí en este momento de presentación, ya que estoy tan borracho que mis neuronas rebotan por todo mi cerebro dificultando la conexión. Me freno frente a una puerta de entrada, según mi perspectiva, para asimilar mi ebriedad antes de pasar al siguiente objetivo que es llegar “rescatado” al trabajo. Tambaleando, con la ropa desarreglada y con las miradas despectivas de las personas que cruzan detrás, temprano por la mañana con un café en sus manos como se debe, OJO, si es que te dirigís a trabajar, sino que cada uno haga lo que quiera mientras no moleste al de al lado. Al opinar por lo que ven, deben deducir que soy alcohólico, es cierto, entendible, gusto de tomar una cerveza bien fría una noche calurosa de verano, como así también en ocasiones, reemplazarla por un helado de Sambayón y no particularmente por su pisssca de licor (Me como las “S” cuando hablo, aunque esto es escritura y el teclado me funciona), es necesariamente un placer que tengo, que adopté, un placer que se convirtió necesidad, y sigo refiriéndome al paladar frío, no sean mal pensados.
Dejo de filosofar al encontrarme con la atenta mirada de mi jefe, indiferente a esta altura del contrato, dueño de un videoclub en el barrio.