ivan-ramirez1586746684 Ivan Ramirez

Un joven marginado desde su adolescencia por una enfermedad ve a través de la traumática desintegración del tejido social una oportunidad de tener por primera vez un círculo íntimo de personas.


Récits de vie Tout public.

#vida #tiempo #resiliencia #aprendizaje #familia #valores #amor #diario #disfrute #inteligencia #prodigio
4
8.4mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Tous les dimanches
temps de lecture
AA Partager

Sendero para uno

_ ¡Gustavo! ¡Gustavo! _ Me gritaba mi madre desde su habitación. _ ¿Podés ir a atender la puerta?¡Estoy con mi trabajo! _ Al parecer estaba ocupada en la computadora. Es gerente de una empresa, pero además sabe manejar su tiempo para mantener el hogar limpio y ordenado, agregaría que acogedor. ¿Nada mal, cierto? Ella es quien pone el plato de comida en nuestra mesa, en cambio, yo que soy el hombre de la casa supongo un presupuesto doble. Eso me hace sentir como un vagabundo. En verdad lo soy.

_ ¡Ya voy! _ Respondí en otro grito saliendo de mi habitación. Baje las escaleras con el mínimo entusiasmo y vi la silueta de mi hermana Alejandra a través del cristal de la puerta. Abrí. Nos saludamos sin mirarnos y deje que ella cerrara. Vino con una amiga, ahora estan en la cocina tomando algo.

Yo volví a mi habitación a seguir viendo YouTube en mi celular; pensaran que soy un inmaduro pero me gusta escuchar las típicas historias apocalípticas que los usuarios más jóvenes narran con voces artificiales. Siempre quise hacer una novela; cuando era chico escribí hasta el hartazgo una especie de comedia sin sentido. Me dispuse a acostarme para seguir con el plan, entre mis cortinas se filtro un haz de luz en el que me hipnotizaron levemente las partículas de polvo que bailaban, lo que me valió reflexionar que quedándome recluido ahí estaba perdiendo otra oportunidad de disfrutar el dia, eso tuvo un efecto hipocondríaco en mi que es inútil explicar en esta parte del cuaderno.

En lugar de correr las cortinas vine al patio de mi casa a tomar sol, después de estar toda la mañana entrando y saliendo de mi habitación en penumbra. Generalmente así son mis primeras horas del dia, con la costumbre de tirarme bruscamente en mí cama para sentir algo de adrenalina que mitigue mis ganas de llorar por el destino cruel que la vida me deparó tan prematuramente. Es un día caluroso de otoño, para variar un poco… Ya que es otro más que sumo sin salir de esta casa.

Está existencia me parece la más indigna y deshonrosa de todas, pero lectores, no tengo intención de transmitir mi nostalgia, al menos no como primera impresion, se que sería la manera perfecta de hacer que las terminen antes de completar la lectura de esta primera parte. Mí aspiración más fundamental es manifestar que más allá de la imagen miserable que se pueda tener en una vida, que en mi caso fue así por dejar mí suerte al azar, está no se trata de ser funcional al deseo ajeno. ¿Hay que ser indiferentes si los demás nos ponen la vara muy alta? Lo que entiendo es que si, pero hay que medirnos, porque así como la ambición ajena se devoró la mia proyectándose con pura envidia, necesitamos advertir que cualquier situación es optima para entrar en el juego de la empatia, y que si no lo sentimos así está bien, pero es nuestra elección. Ya que siempre van a haber personas sufrientes y convalecientes, nosotros siempre podemos ser una de ellas. La indiferencia nos sobreviene por impulso, muchas veces no es más que un método de supervivencia, algo esencial, excepto porque no construye relaciones ni mejora la autoestima. Consideren lo que están leyendo por haber sido yo indiferente a la sociedad durante tantos años, me volví un lunático. La indiferencia no es sana. Bien, ahora piensen que hay momentos específicos para ser petulante, sin dudas no se trata de estar escribiendo tu biografia cuando sos la última persona olvidada en el rincón más sombrío del planeta. La petulancia cuando es extrema puede llevarnos a ser indiferentes con nosotros mismos, así como responder a propósito de forma incoherente con las expectativas que otros nos tengan. Aunque, está la salvedad de que ese alguien no nos conozca y deposite anticipadamente sus esperanzas en lo que podamos hacer cuando ciertamente seamos unos tontos; pero en tal caso es bastante posible que no lo pesquemos.

Pero, ¿Hay mejor manera de matar la ambición que convencerte de que estás por encima de todo lo que te puede conferir una buena imagen? Sinceramente la respuesta es no. ¿Porque me preocupo ahora por algo que en su momento decidí ignorar? Como todo humano, caí en el cebo de menospreciar lo que me resultaba facil, así como la significancia de destacarme, que siempre es inversamente proporcional a cuántas ventajas tengas en la competencia de la vida; las cosas que se disfrutan son las que conllevan un esfuerzo o contribuyen al compañerismo, puede ser también el sentimiento de ser contrario con otros. Se trata de lo que se despierta en vos más allá del propósito. Nada de esto es posible cuando la comunicación es limitada para una parte, para quien siempre le toca medirse de una manera deficiente con gente que lo tiene fuera de su comprensión. ¿Cómo creen que es sentir una falta constante de empatía ajena hacia las cosas que uno hace, a la vez que te tratan con hipocresia? Es lógico, si no te entienden. Siempre podrás ganar respeto pero no admiración, porque es el principio del amor y uno no puede amar lo que no entiende. Esto que parece cuestionar la capacidad de las personas como yo de relacionarse me hace afirmarles que en la guerra interna y permanente que conllevo desde mis cortos 13 años no pude clamar por la comparecencia de nadie. Tampoco quiero que me idolatren, si no que encuentren la misma fortaleza en ustedes evitando o mejorando la mentalidad dañada cuando sufrimos un trauma psíquico.

Estoy escribiendo esto en mi patio; no esperaba fluir escribiendo cosas personales, pero ya que agarre ritmo les cuento cómo es más o menos mi contexto familiar. Si pretendo ser preciso tengo que decir que somos 5 personas, vivas. Mi padre se fue de acá cuando yo tenía 8 años. Nunca nos dió una explicación, supongo que la crisis de los 40 lo hizo arrepentirse de habernos tenido... Estamos mejor sin él, lejos de velar por nuestro desarrollo, le jugó en contra, quitándole la dedicación y tranquilidad a nuestra madre. Ella se llama Samantha. Siempre me sorprendió que llegarán a tenerme, siendo que el fue infiel prácticamente desde que se casó y pidió el divorcio mucho antes de mi concepcion.

Todo eso tuvo consecuencias nefastas en mi vida, solo voy a poner que no logro comportarse como un padre. Probablemente yo tampoco sea capaz, por todas esas consecuencias. Nunca volví a verlo, en mi casa vivo solo con mi madre. Mi hermano más grande es militar, su nombre es Leonel, normalmente se encuentra internado en una base, no recuerdo cual. En cuanto a la persona que llegó hoy acompañada, se puede decir que es un sacrilegio a la unión familiar y una eterna adolescente, quiere ocultar su inutilidad yéndose a vivir con esa amiga y así creer que es un adulto responsable, pleno de sí mismo, es muy orgullosa aunque le faltan los motivos. Ya estuvo en varias casas. Hace esto porque está ofendida con mi madre, no admite que necesita de ella porque le recuerda una situación ocurrida hace 10 años; yo me burle de su intelectualismo vulgar y a mi madre eso le causó gracia, lo que generó una herida en el ego de mi hermana que no va a cicatrizar jamas. Cuando me pongo en su mente veo que fue muy bizarro para su sistema de creencias que la persona más joven de la familia supiera cosas de la vida que ella ni podía imaginar. Es de esas personas demasiado comunes que no superan nunca la fascinación de sentir que cada año son más sensacionales que el anterior, pero sin reconocer el potencial futuro de los más jóvenes, típica ilusión de los niños. La gente así desprecia a los menores, aunque luego ven en todos lados a las generaciones posteriores como adultos, su aversión por la niñez perdura.

Solo me arrepiento de haberme arrepentido. Le permití que atentara contra mi inteligencia y fuera a superar asi las verdades que dije de ella; saco ventaja de las circunstancias confusas y dolorosas que significó la muerte de mi hermano, aparentemente ella no lo vivió igual. En fin, lo que despertó sus peores instintos fue que la trate como eso que ella siempre detesto aparentar, una niña que no entiende nada de la vida. Eso a mí también me molestaba, quería que madurara, era evidente lo que estoy explicando, como también que no iba a aceptar mis observaciones fácilmente, porque yo apenas estaba empezando mi adolescencia. Creí que yo podría cambiar su mentalidad, es lo que supongo, puedo equivocarme… ¿Con que necesidad lo había hecho? Tal vez fue la frustración de haberme resguardado de la envidia que podía provocarle a mis hermanos por ser más inteligente, hasta que empecé a ser un adulto. Recuerdo que el desencadenante de nuestra pelea fue una mínima provocación de ella, escalamos de eso hasta que solté todos los defectos que me hacían rechazarla como parte de mi familia. Es lo que siento ahora que estoy así por haberme puesto a su altura, lo que no se condice con el hecho de abusar de mi inteligencia. Eso la enfermo de celos, no podía entender que de repente la persona que consideraba menos importante en la familia fuera la más destacada, es fácil lo que pasó, vio la oportunidad de su vida en un trastorno mental que me surgió del sentimiento de soledad tras la pérdida familiar. ¡Claro! ¿Como iba a enseñarle a la malcriada de la familia, que pasó su infancia entera con todos los consentimientos, que ella no era la cosa más especial que había en el mundo? Al final propicie las condiciones para reafirmar ese pensamiento mediocre.

Yo detesto la creencia de ser especial, en lo bueno y en lo malo. Mi personalidad se transformó de feliz a desgraciada, siendo esta última mi realidad. Desearía actualizar mi descripción en un futuro y que sea más agradable de leer, ser una persona fatal para todo no me da el derecho a tener reconocimiento alguno por aguantarlo. Soy sincero, en su momento fui alguien especial pero no tuve la creencia de que lo era, tanto como el deseo de pertenecer a un núcleo, he crecido en una familia equilibrada pero eso se perdió cuando murió mi hermano Jonathan; entonces me sentí muy solo. El crecer rodeado de personas menos capaces hizo que fantaseara con negar mi naturaleza intelectual y ser así más adaptable, cayendo aparentemente en la típica falsa modestia con la que todos afirman estar conformes sobre su persona, ya que si me hubiesen preguntado cómo estaba llevando adelante mi vida seguramente respondiese satisfecho con mi nueva personalidad (todo esto en medio de un desorden de pensamientos importante). Pero en la medida que mi enfermedad me desespero, notando que mis viejos conocidos se hacían adultos maduros y seguros de sí mismos mientras yo había borrado mi identidad de manera inversamente proporcional, me di cuenta de que coarte todas mis posibilidades de adaptarme. Incursionar en esta fantasía fue lo más peligroso de mi vida y estuvo lejos de ser temporal para mí, perdí todo lo que siempre me había caracterizado, mi sensibilidad y habilidad para relacionarme con mi entorno. Me volví más animal, uno que lucha por sobrevivir a sus propios pensamientos, que también es esclavo de sus sentidos. Entendí que cuando la gente decía antes que estaba conforme con su vida, era porque no sabía lo que quería, tal como yo ahora. Ahí pude ver que esa modestia oculta un conformismo por no tener nada positivamente fuera de lo ordinario, cuestión que no era la mía en un comienzo. Esta realidad se aprecia mucho en el despectimiento y rechazo de las clases sociales bajas hacia las más altas; el pobre desconoce la virtud del rico por no hacer el esfuerzo de entender lo que debe cambiar para estar mejor. Pero regresando un poco al tema de si es reconocible o no la pobreza mental y material desde uno y para uno mismo, se puede decir que ese autocompadecimiento no es real. Es igual a sufrir por compararse con alguien mas, y si esto fuera mérito de algo la sociedad no podría haberse desarrollado; seríamos todos unos débiles mentales carentes de amor al reemplazarlo con ideas románticas. Puede que el romanticismo haya aportado a las civilizaciones a través del arte, pero solo en la antigüedad. Lo interesante es cómo se trasladó el concepto de un arte sublime a la vulgaridad de ahora. La muestra más obvia es llamar artistas a los reggaetoneros, por ejemplo. Si algo no es entretenido por su excitación o la promoción de lo que engañosamente hace sentir especial a las personas entonces no vale la pena prestarle atención (todos quieren ser los mejores bailando), es una manera romántica de vivir, por no decir estúpida.

Aunque la gran mayoría caiga en está trampa, la sociedad si va a seguir existiendo porque ya tiene sus cimientos sostenidos por unos pocos millonarios e intelectuales cuya ética es más peligrosa que la de sus esclavos confundidos y sin identidad. El fanatismo nos vuelve centinelas de nuestra destrucción misma, defendemos con extremismo la moral falaz diseñada al antojo de esos pocos para esclavizarnos. Vemos tantas aberraciones auto perpetradas como especie por culpa suya y de los miedos que infunden en nosotros, y a su vez nos hacen odiar lo que tiende a mostrarnos esos miedos, lo que nos llevaría hacia la autocrítica o la cultivación de nuestro ser. Y como el fanatismo es extremista, por el otro lado aclamamos esas ilusiones de que estamos avanzando en la vida porque cumplimos requerimientos para encajar en distintos modelos de persona exitosa, que consisten en tener un auto o una casa.

¿Que hay detrás de esa polarización? Yo creo que disuadirlos de ver que en el balance de las cosas reside la única realidad y que esto nos garantiza la felicidad constante y verdadera. Yo pude encontrar el equilibrio, si lo queres es fácil darse cuenta de que te está faltando, pero encontrarlo es otra historia. No se preocupen, voy a intentar ayudarlos con eso. Para empezar, no hay que abusar de la suerte ni huir de las situaciones, cada una es una oportunidad de aprender, primero desde el corazón y después desde la mente. Eso es la templanza, lo que va a evitar que usemos los conocimientos caprichosamente, igual que el político promedio. De lo contrario nunca vamos a salir de esta depresión espiritual y cultural que sacrifica el futuro de tantos. Hay gente enferma que está sufriendo porque todas las situaciones en sus vidas son recordatorias de los problemas, rumian en ellos. Si no empiezan a ver esas situaciones como un vehículo que tienen que usar para movilizarse a un estado mejor, ya sea físico, emocional, o mental, no van a superar esto. Se que es muy difícil de conseguir porque todo el tiempo nos vemos bombardeados por estereotipos e influencias sociales que nos hacen compararnos con gente que aparentemente está mejor, pero todos tenemos problemas ¡Lo preocupante sería que no los tuviéramos! Hay que pensar más en soluciones y no vernos atrapados por los problemas. Y si algo no tiene solución quiere decir que nosotros mismos somos el problema, entonces bastará con tenernos un poco más de tolerancia.

Yo te aconsejaría que medites al respecto; no se si mi historia te anime a practicar el desapego, pero lo defiendo con mucha honra. Este diario estará hecho para ser usado por ustedes cómo guía emocional en el intento de romper malos apegos. Así que les voy a dar un consejo para iniciar: cambien su actitud y también cambiarán las emociones. Lo único que necesitan entender es que las situaciones están para enseñarnos a disfrutar la vida con previsibilidad o espontaneidad, en compañía o en soledad… Habrá veces que debemos naturalizar las malas sensaciones para olvidarlas y entrar en etapas distintas. Porque la felicidad es un balance de todo lo que existe, si habremos de buscar la felicidad lo que tenemos que buscar primero es aprender a equilibrar suntuosidad y austeridad. Todo lo que es extremista se destruye. La gente está derrumbando su vida con la inercia emocional, con su avaricia, con su promiscuidad, a la vez que se da cuenta de que no le satisface.

Créanme, esto me ayudó a entender que las experiencias no definen quienes somos, entonces, sentimientos como la vergüenza empezaron a desaparecer... Aunque yo nunca antes de este largo episodio nervioso soñé con la opulencia tampoco fue grato darme cuenta de que al rechazarla a futuro perdí algo que me habría dado acceso a infinidad de cosas más reconfortantes para mi. Ahora me parece que fui víctima de una ignorancia bestial, por pensar demasiado en el valor de la piedra no supe apreciar su belleza, de la misma manera desmereci mi futuro prometedor, por el sentimiento de querer estar con la mayoría. Que absurda puede ser la más aguda de las mentes si no tiene para quien expresarse: reafirmar por el resto de mi vida la soledad, por miedo al cambio. La única palabra que se me ocurre para definirlo es inercia, tal vez idiotez… Otra cosa; por suerte revertir el daño que nos hacen cosas como el romanticismo o el fanatismo es posible, nunca una consecuencia es más importante que su razón de ser, por eso la gente que sigue principios es más feliz a diferencia de los que viven por meros placeres, casi siempre compulsivos. Aquí un secreto de la autosuperación (si me permiten la modestia): cuando es demasiado tarde para cambiar algo entonces hay que buscar reconvertirse en una adaptación de lo que sabemos que se perdió en nosotros, reivindicando convicciones, no como autoengaño si no para salvar el honor. Recuerden que no somos nuestras experiencias si no lo que decidimos creer; este detalle sin duda hace la diferencia en los momentos difíciles.

Ya se habrán dado cuenta de que el romanticismo no tiene nada que ver con el amor, sin embargo, amor y romance se confunden. Se que si vuelcan esa trampa subliminal en la industria del entretenimiento su misma sociedad va a debilitarse moralmente con el progreso de las generaciones. Yo viví equivocado al respecto por varios años, pero la gran mayoría pasa toda su vida en ese engañoso juego de conveniencias y necesidades que reúne a la gente por provecho y que no nos permite formar una personalidad genuina ni encontrar vínculos reales, por ende. La repercusión es que muy pocos se sienten vivos de verdad. Hoy todos son producto de la ingeniería social. Estoy escribiendo estas cosas porque mi propia familia me llevó a la ruina, y yo creo que es por culpa de las malas influencias sociales. Si no estoy organizando bien las ideas para que me entiendan, permítanme disculparme, es por mí condición mental. Así es. Voy a hablarles de cómo siendo un niño me tiré al abismo por no querer fallarle a mi familia. Después de haberme autoinflingido tanto daño les parecerá que es irrisorio presumirles que, conforme o no con mi existencia, nunca me raje las venas para llamar la atención. Pero cuando lean la razón de que mi vida sea un desastre, podrán decidir si soy o no el asno más grande de la historia nacional.

Hace 9 años atrás yo era alegre, con muchos recursos para desenvolverme en la vida, y aunque vivía el momento, sin planificar nada como hace toda persona feliz, tenía la certeza de que mí futuro iba a estar lleno de proyectos. Así tendría que ser en este momento.

Nadie más que yo conocía mí potencial hasta que se lo mostré a mí hermana sabiendo que se iba a morir de la envidia. Dos de mis hermanos siempre se comportaron como si fueran un nido de hienas, ambos egoístas y ventajistas cuando tienen la oportunidad de equipararse, excepto por los demás, que tienen otros defectos pero esos no gracias a dios. Porque si no me habría vuelto loco mucho antes de lo que me tocó estarlo, o pude haberme hecho más duro de lo que era. Es lamentable que en mí condición humana más naturalizada frente a mis hermanos me viera impulsado a venderle mi alma al diablo en beneplácito de que pudiéramos relacionarnos de forma competitiva para que nos respetáramos. Casi uso la palabra entender en lugar de respetar; ellos no se comportan razonablemente según mi forma de ver las cosas, en parte porque son mayores que yo en edad, no entendía cómo podían caer en tales errores, pero mi conducta se vio arrastrada por ellos en mí carácter de nene humilde.

El caso es, que evité mostrar mis habilidades intelectuales hasta que se hizo muy incómodo a cierta edad. Me dio por las bolas la insolencia de una de mis hermanos; Alejandra. Fue una ingenua al creer que por ser yo más infante iba a poder meterse conmigo y abusarse. Su impacto psicológico fue shockeante, para mí desgracia. Mis ataques fueron dirigidos a los defectos que yo veía en su sistema de creencias. Quería corregirlo, hacerlo mejor, pero solo lo desestabilice. Se lo que estás pensando: ¿Qué puede importarme una pelea de adolescentes? Es que yo no era solamente eso; era un prodigio. Por si no captaste lo que le pasó a mí hermana, ella se encontró con un reflejo viviente de todos sus defectos. ¡Pero yo no fui culpable de eso! Pude haberlo hecho con cualquier persona, la honestidad para mí siempre había sido primordial, pero hasta ese entonces la relegue en algunos aspectos con diferentes personas para que no tuvieran demasiadas expectativas hacia mi, o en el caso de mi familia para que no me tuvieran celos ni recelos, como ya explique, porque entonces me habría visto obligado a ser muy hiriente como pasó definitivamente. Repito que no quería ser el ejemplo de nadie, solo que la gente fuera capaz de autodesarrollarse mejor. Me inquietaba pensar que vivirían toda su vida con esa visión carente de la vida. Pero veanme ahora, me volví uno más de ellos… Admito que esa incomprensión hacia mí me empujó a esto, pero ya lo voy a ampliar más adelante si corresponde. A pesar de ser tan inteligente se me escapó el detalle de que no se puede ganar el respeto de alguien por la fuerza, se consigue con dedicación, pero también es cierto que nunca llegue a creer que se iban a animar a tal ensañamiento conmigo.

Tengo recuerdos que me hacen pensar que fui más inteligente que Einstein, apenas a mis 13 años resolví un acertijo suyo en cuestión de un par de segundos. Leía a un ritmo de 50 palabras por segundo y podía hacer mentalmente operaciones básicas con números de hasta 8 cifras en menos de 1 segundo. Pero nadie va a creerme en esta condición, por eso escribo esta verdad en mi diario, donde quizás permanezca en secreto hasta los últimos días de mi vida. O quizás logré despojarme de las cadenas que me unen a esta casa, recuperar mi libertad y reconvertir mi vida de forma que logre tener amigos y una familia propia. Quizás, mis hijos sean una prueba viviente de lo que escribí en este diario. Y espero desde el fondo de mi alma que no repitan esta historia. No me importaría si con tales coeficientes intelectuales no contribuyen a la sociedad, mientras sean felices.

Pero dejando esta parte emotiva de la pagina, quiero decirles que me estoy muriendo de frío. La puta madre ¡Porque no tenemos estufa en esta casa!... Con los ventiladores que hay. Voy a levantarme de esta cama porque ya llegó mi madre de hacer las compras, si les dijera la edad que tiene me dirían: "¡Pedazo de inútil! ¿Porque dejas que ella cargue tantas bolsas sola por la calle?" No tengo respuesta para eso, a lo mejor soy una persona fría, pero siempre que ella me necesita de verdad ahí estoy… Bueno, ella tiene 60 años. Mí mamá se crió en el campo; yo no le doy demasiada importancia a la procedencia de las personas pero ella me recuerda la suya cada vez que se queja de mí inutilidad, se que de no ser su hijo lo haría con mucha más frecuencia. Les cuento que mis abuelos la hacían responsable de sus hermanos menores y de las tareas del campo cuando ella tenía 10 años; imaginense de que forma la castigaban si no lo hacía o se equivocaba en algo. Ella heredó un poco de ese método de crianza, tengo que reconocer que mi hermano más cercano y yo naturalizamos el hecho de que nos corriera con una vara de árbol de metro y medio para pegarnos cuando teníamos el mérito, claro que nosotros éramos difíciles de controlar.

Lejos de criticarla la entiendo, lo mas previsible es que yo cometa errores parecidos a los de mis abuelos por hacer lo contrario que hizo mi madre conmigo, que a su vez fue lo contrario a lo que hicieron mis abuelos con ella. Pero bueno, tengo demasiado impreso en la mente los errores que me convirtieron de un alma sensible a la turbia y prematuramente vieja que soy hoy. Cómo les digo, desde que me enferme simplemente cambie mi manera de percibir absolutamente todo, inclusive a mí madre, la culpe innumerables veces de estar viviendo un infierno que yo mismo cree, en ocasiones siendo muy cruel. Finalmente gane que ella tenga presente hasta quién sabe cuándo que yo realmente tengo esa visión de ella. Fue muy trabajoso limar las asperezas entre nosotros, hasta el día de hoy no me animo a mirarla a los ojos y decirle que la amo. En fin, mi mamá se hizo cargo de formarnos un carácter y lo logró muy bien desde el amor.

Voy a seguir con esto cuando pase algo interesante. El tiempo pasó muy rápido mientras escribí esto, es hora de almorzar con mi mama, una de las pocas personas con un corazón noble que llegue a conocer. La otra está mirándome desde arriba.

3 Septembre 2021 00:10 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
1
Lire le chapitre suivant Conociendo mi entorno

Commentez quelque chose

Publier!
Il n’y a aucun commentaire pour le moment. Soyez le premier à donner votre avis!
~

Comment se passe votre lecture?

Il reste encore 1 chapitres restants de cette histoire.
Pour continuer votre lecture, veuillez vous connecter ou créer un compte. Gratuit!

Histoires en lien