-¡YA NO ME GUSTA SER YO MISMO!
Mi estúpido hermano gritaba en medio de la madrugada, los vecinos con un retrato de simpatía vinieron a ayudarlo. Solo era un capricho que él tenia, un sentimiento estúpido de ser diferente, mi hermano era muy bien respetado y amado pero aun así era un idiota que no le gustaba ser él mismo.
Pero no vengo hablar de él aun así estaba desnudo gritando que el comunismo funciona y el capitalismo traía pobreza.
Yo vengo hablar ahora de mi mismo. Mi egoísmo ahora me domino y mi primera regla era ahora preocuparme por mi y que los demás se vayan al carajo.
Pero si no sabes quien soy solo puedo decir, realmente no soy nada y que realmente valgo mas que muchas persona en este mundo.
Paseábamos en un parque con mis 2 amigos, a un pobre perro sujeto por tres correas diferentes. Reflejábamos aun mas los pecados que nuestra querida tierra nos brindo envuelto en un circulo vicioso, donde ahora todos solo se desquitaban con todo lo malo y lo bueno solo se convirtió en la perra de los pocos hombres amables en esta ciudad.
Mis amigos no eran tan casuales, pero solo nos llamábamos con apodos.
El primero era el Travieso que le encantaba todo el sufrimiento del hombre, no sentía empatía por los demás y por él ya desearía matar a cualquier idiota que pasara por delante. Mi otro amigo es el Lento, el simplemente lo tratábamos con una buena persona ya que sufría de trastornos de alucinaciones aparte de paranoia, pero solo lo manteníamos para reflejar el lado mas amable de nosotros. Y claro a su humilde narrador lo apodaron como el Cuerdo ya que a diferencia de los demás solo tenia un poco de esquizofrenia pero algo controlable.
Y ahí andábamos hablando y riendo de la asquerosa ciudad donde estábamos, paseando a nuestro perro agitadamente con nuestras correa , pero que para mi, en la ciudad donde vivimos,¡ ES PERFECTA!.
Se había legalizado de todo en nuestra ciudad desde la violencia hasta las drogas ya que su única escusa era que es una manera de liberarse y no estar presionado por el trabajo y otras cosas. Solo para tener una ciudad igualada.
Aunque muchos se quejaban de estas normas, a mí me fascinaba. Vivíamos del hurto y nos desvelábamos a golpes de cualquier canalla que felizmente pasaba por ahí.
Nosotros vivíamos en un departamento en el piso 9, normalmente mis amigos contrataban a unas simples prostitutas que se encontraban por ahí, pero yo simplemente no disfrutaba de eso solo prefería desplazarme con la música mientras oía todos los insultos de afuera como de adentro.
Pero cual es mi ocasión para estar aquí contando mi perfecta vida ahora, pues el pasado que yo y mis amigos no eran simplemente aceptado en esta ciudad ni de los que lo rodeaban. Pero ahora muchos de los que no aceptaban a personas como nosotros solo están escondidas siendo unas sumisas del gobierno democrático, o lo que quedaba de ese gobierno.
¿Yo debería estar a favor de ellos? ¡PUES CLARO QUE NO! Pero primero empecemos del principio donde su narrador tenia solo 14 años, un simple joven cualquiera.
Merci pour la lecture!
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